Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Capítulo 11 | Chispa de heroísmo

A A R O N

Casa de Reserva,

Habitación de Aaron y Ava.

Despierto de golpe al escuchar mi teléfono sonar una y otra vez, maldigo por lo bajo porque es como si las siete horas que acostumbro dormir hubiesen rendido tres creo que me siento así por haber bebido demasiado anoche. Me remuevo en el sillón plegable y bostezo sin preocupación, miro la cama y veo que Ava no está.

—¿Cómo dicen? —escucho a la castaña cuestionar sorprendida desde el baño. Con su bata de dormir aún puesta, entra a la habitación que compartimos y se sienta en la cama, lleva su celular en la mano y habla con alguien. Observo mi teléfono y entonces me doy cuenta de que no se trataba de la alarma sino de llamadas perdidas provenientes de nuestra oficina en los laboratorios, entonces veo la hora y efectivamente son la tres de la madrugada. 

Ava comienza a hacerme señas que no puedo entender, unas arrugas ligeras se forman en su frente así como en su levemente fruncido ceño y puedo descifrar que está preocupada pero los símbolos que hace con sus manos me resultan imposibles de leer.

—No... no entiendo que es lo que tratas de decirme, es como si tuvieras tics —le explico pero ella chista en respuesta pidiendo que baje la voz— ¿Está todo bien? —pregunto en voz baja antes de que ella cuelgue el teléfono.

—No —responde ella para después observarme justo en los ojos—, escaparon dos sujetos. Nikolas Wine y el gato, Nadie.

—No puede ser posible... —trato de concentrarme en cualquier punto de la habitación porque si no lo hago, terminaría maldiciendo por lo jodidos que estamos con esta situación.

—Lo es, y ahora debemos ir de emergencia a los laboratorios y coordinar su búsqueda.

—No solo es eso, si los encuentran deberán seguir el protocolo 888 —le recuerdo con seriedad— en ambos.

Ava abre sus ojos de par en par como si la revelación fuera sumamente aterradora y, siendo honestos, lo era. El protocolo 888 que, por alguna razón tenía ese número tan elevado, fue impuesto en el año de mil novecientos ochenta y cuatro por el reglamento extraoficial del área subterránea de los laboratorios Black Widow. Ese reglamento, al ser extraoficial para una ramificación de la empresa que es desconocida para Rain City, se ha mantenido vigente pues ha regido la forma en que los empleados del área de experimentación biológica y ha funcionado perfectamente desde que John Hawk la firmó hasta ahora y, al parecer, así seguirá hasta que logremos desmantelar la compañía. Y, en términos prácticos, ese protocolo en específico nos indica que en caso de que un arma biológica peligrosa salga ilegalmente del terreno de la empresa deberá ser exterminada. En este caso, Nadie y Nikolas encontraron la forma de escapar, por lo tanto la búsqueda culminará con sus muertes.

—Tenemos que atraparlos antes que ellos —sugiere Ava en un intento desesperado por evitar que sean asesinados.

—¿Cómo podríamos hacer eso? No tenemos como, agotamos nuestros créditos con lo que hicimos con estos tres chicos. No podemos ir a diario a los laboratorios dejando un rastro de secretos, nuestras vidas también correrán riesgo si no los encuentran —trato de hacerle entender pero sé que no podré disuadirla.

—Kane, no me estás entendiendo —responde con seriedad nombrando mi apellido mientras se pone de pie para buscar ropa. Ella sabe que me molesta que ella me hable de manera formal—. Si se deshacen del gato, perderemos todo lo que hemos tratado de investigar sobre su precedencia. En esa empresa, sólo tú y yo sabemos que podría provenir de otra dimensión y si él muere, la última esperanza de entender lo que le dio los poderes a los chicos también.

—Y, ¿qué hay de Wine? —pregunto rebuscando en los cajones alguna camiseta para cambiar mi pijama— ¿Él no será prioritario en la búsqueda?

—No podemos dejarlo, ¡lo asesinarán! —replica con molestia, como si le ofendiese que lo haya puesto en duda—. Es un pobre chico que ha salido a un mundo diferente al que conocía con habilidades nuevas y sin nadie que le explicara lo que pasaba con él. Dejar que muera sería una cruel injusticia.

—Ava, seamos honestos, por favor —le pido para que observe mejor el panorama que tenemos—. Ellos, los hermanos, si siguen tomados de la mano de gente como los Montseny entonces no se rendirán hasta que encuentren a alguno de los dos. Tenemos que elegir a uno de los sujetos y créeme, no arriesgaré a nuestros chicos a ir detrás de un piroquinético inestable.

Ella me mira con molestia y después observa el suelo antes de regresar a su asiento en la cama, sabe que sería peligroso enviar a los niños a su captura y aún más sabiendo que sus hermanos estarán al pendiente de la búsqueda. No sólo los arriesgaríamos a que algo salga mal con Nikolas, sino también a que sean capturados o reconocidos por alguien.

—Nosotros no podemos decidir por ellos —me responde átona con su voz flaqueante cuando lágrimas comienzan a amenazar su rostro—, ellos deben aprender a decidir qué clase de cosas harán con sus habilidades y no podemos ordenarles como si fuesen máquinas. Ellos han vivido encadenados todas sus vidas y les prometimos que eso había terminado en el momento en que despertaron. No pudimos hacer eso con Nikolas y no sabes lo mucho que me hiere que aquí a nuestros chicos les prometamos eso mientras en nuestro trabajo encerramos a tantos seres vivos que siento como si mi alma se pudriese cada vez que hacemos una prueba, cada vez que intentamos un nuevo método, un nuevo suero, nuevas fórmulas. No puedo seguir cuando todo lo que he hecho para esos laboratorios me está consumiendo, Aaron, necesito saber qué puedo hacer las cosas bien y salvando a los dos sabría que podemos redimirnos y que no somos malos en esta historia.

—Ava... —trato de encontrar las palabras perfectas para decirle pero no se me ocurre nada. Para mí también ha sido desgastante toda la mierda que hemos hecho en el nombre de la ciencia, en el nombre de caprichos de niños ricos como Jonathan Hawk, y todo esa culpa se acumula para eventualmente cobrar factura.

—Quiero que salgas de la habitación —menciona tras moquear y yo le miro confundido, ¿está enojada conmigo?—. Debo cambiarme, ¡sal!

—Bueno, entonces me cambiaré en el otro baño —salgo del cuarto y la puerta se cierra detrás de mí.

Las luces están apagadas y la ventana no deja entrar mucha iluminación por la hora así que me acerco al primer interruptor que encuentro y pego un brinco al toparme con los chicos justo frente a mí.


L Y L A

Casa de Reserva,

Sala.

—Vaya, creí que se cambiaban juntos —bromea Lark cansado mientras talla sus ojos tras haber asustado al doctor Kane.

Él intenta decir algo pero le interrumpo—: Escuchamos casi todo, no hay necesidad de que nos cuente todo de nuevo y queremos ayudar a buscar... a los dos.

—Aunque... —comienza Lance pero Lark le pisa el pie para callarlo— No, nada, olvidé lo que iba a decir.

La conversación de los doctores nos despertó, en mi caso fue cuando la doctora Lives gritó que iban a asesinarlo. No sabía de quién hablaban y temí que se tratara de Axl, razón por la que me escabullí  y me encontré con los otros dos que habían escuchado lo mismo. Después entendimos que esto tenía que ver con el gato que vimos hace un par de horas cuando el alcohol nos influenciaba horriblemente. Cuando Nadie se apareció en la casa, no venía con nadie más por lo que supongo que se separó del otro sujeto; eso quiere decir que podemos concentrarnos en salvar al chico sin preocuparnos por el animal. 

—Y, ¿qué planean hacer para encontrarlos? —nos cuestiona el hombre dirigiéndose al baño con su traje grisáceo pendiendo de sus hombros.

—Pues, si escaparon juntos no veo razón por la cuál se hayan separado aún —especulo conforme a lo que escuché de la plática.

—Entonces debieron ir a un lugar donde refugiarse, eso significa que se dirigieron a la casa del chico —señala Lance—. Sería lógico que fuese a un sitio que conozca para estar a salvo.

El doctor asiente con una mirada que no nos permite definir si está de acuerdo con que iniciemos la búsqueda y, por otro lado, entra al tocador sin decir ni una palabra.

LARK

Casa de Reserva,

Sala.

—Bueno, lo intentamos —digo antes de dar una media vuelta sobre mis pies y encaminarme hacia mi habitación. Mi cabeza comienza a doler como si el alcohol en mi sangre se hubiese convertido en piedritas pequeñas e irritantes.

—¿A dónde crees que vas? —me regaña Lyla con su desplante de niña mandona, yo resoplo con una sonrisa.

—A vestirme, si vamos a buscar a esos tontos debemos usar algo que no sean pijamas —la pelinegra asiente y continúo hacia mi habitación, ella parte por su lado y Lance se queda de pie en su lugar.

—¿Entonces sí vamos a ir?

No me tomo el tiempo de responder, esperando que el silencio surta efecto pero algunas veces sobreestimo a Lance. Él repite la misma pregunta y esta vez asiento con molestia, la resaca está empezando a pegar. 

Al llegar me acerco a la cajonera que compartimos, cada quien con sus respectivos cajones. Empiezo a buscar una playera blanca así como mis jeans negros y una sudadera del mismo color.

—¿Qué debería usar? —cuestiona Lance en voz alta, eso significa que cree que me importa (lo cual es erróneo) o que necesita ayuda— ¿Tú que piensas, Lark?

—No lo sé, lo que un superhéroe se pondría o yo qué sé.

Comienzo a vestirme sin preocuparme por la presencia del rubio porque, en estos instantes, lo que más me preocupa es ir a tomar una taza de café porque me estoy muriendo. No literalmente, es que el dolor de cabeza está mortal.

Cuando me termino de poner los jeans y la camiseta, observo a Lance quien espera mi aprobación para su outfit. Dios santo.

—¿Planeas decirle a todo el mundo dónde estás o solo buscas opacar todo adorno navideño en la ciudad? —pregunto sarcásticamente al ver la sudadera amarilla fosforescente junto con unos pants deportivos con diversos detalles en las mismas tonalidades reflejantes.

Él se mueve cuestionando si está mal vestido y yo alejo la mirada porque la luz de la habitación queda en un ángulo en el que todo el color en su ropa refleja intensamente la iluminación quemando mis retinas y cavando en mi cerebro un dolor inmenso.

—Lance, tenemos que ser discretos porque haremos una carrera a contrarreloj versus una compañía entera que busca aniquilar a dos experimentos así que, por favor... ¡usa algo que no queme los ojos de quien te mire! —me quejo—. Queremos ser superhéroes, no animadores de fiestas.

—Pero... si seremos superhéroes, ¿no deberíamos tener supertrajes? —cuestiona Lance retirándose su camiseta de color chirriante—. Tienes una máquina de coser, podrías hacer unos.

—Hago ilusiones, Lancho, no milagros —exclamo mientras subo el zipper de mi sudadera negra, aquella que hace un par de días decoré con una calavera pintada en blanco, use como referencia el diseño que dibujó Lyla hace un par de meses, la vez que conversamos sobre mi sueño y su madre.

—¿Entonces cómo hiciste eso tan rápido? —cuestiona él señalando la calavera.

—¿Acaso estás ciego? Está pintado, no cosido ni bordado, además lleva semanas en la cajonera —bufo antes de ponerme los tenis.

Ato las agujetas de mis zapatos deportivos mientras Lance sigue caminando de un lado al otro sin saber qué utilizar. Ahora entiendo lo que se siente tener un hermano menor, aunque él sea mayor que yo.

—¿No tendrás una que me prestes? —pregunta refiriéndose a mi sudadera. Yo dejo escapar un sonido de irritación.

—Sí, uh... no creo que los croptops vayan contigo —bromeo sobre nuestra diferencia de altura.

—Hoy estás un poco pesado, ¿te sientes bien? 

—No, me levanté temprano tengo resaca y no he tomado mi café. No estoy bien —contesto de mala gana. Respiro hondo y busco entre mi ropa la sudadera más grande que encuentro y se la paso.

—Wow, ¿cómo usas esta? ¿de cobija? —cuestiona el suéter observándolo con curiosidad y comparándolo conmigo.

—¡Se llaman oversized! —gruño y salgo de la habitación dirigiéndome hacia la cocina para preparar esa maldita taza de café. Odio a las personas y detesto levantarme temprano en navidad.

L A N C E

Casa de Reserva,

Sala.

Salgo con el suéter negro de Lark puesto y me dirijo al sillón donde el doctor Kane conversa con Lyla, quien viste ropa deportiva en colores negro y gris oscuro. Busco al chico castaño con la mirada pero no lo veo hasta que un olor a café delata su presencia en su cocina. Decido ignorarle y presto atención a lo que Kane explica.

—Nikolas Wine es el chico que escapó con el gato —explica con seriedad—. Cuando se nos pidió que elaboráramos el láser que acabaría con ustedes, pues... tuvimos que experimentar y ya saben cómo es eso: haces una hipótesis, te documentas, y al final realizas la prueba de campo, es decir, prueba y error. El joven fue uno de los primeros en recibir el láser de descomposición química formulado en base al ADN de Nadie. La diferencia es que, en su caso, la fórmula fue muy pronta por lo que no sabíamos muy bien a lo que nos arriesgábamos; conservamos su cadáver en el laboratorio a una temperatura que favorecería a la putrefacción del cuerpo. 

Observo a Lyla y, por unos segundos ella me observa a mí antes de mirar a Lark salir de la cocina con una gran taza de café. Él toma asiento junto a mí y, frente al doctor, continuamos la conversación.

—Verán, cuando un cuerpo se descompone, la temperatura es un factor fundamental porque si la temperatura es demasiado baja la velocidad de putrefacción también decrecerá, razón por la que la decidimos elevar al límite justo antes de que el calor acabara con los agentes descomponedores —Lark me remueve el brazo ya que no comprende debido a que se perdió parte de la plática, le codeo de vuelta para hacerle entender que debe guardar silencio—. En el séptimo mes, alrededor de sesenta días antes de que ustedes despertaran, hubo una falla en el regulador de temperatura de su cabina de confinamiento provocando que su cuerpo comenzara a quemarse, una combustión espontánea. Teníamos que hacer algo para evitar perder el fuego por lo que decidimos intervenir en su recuperación, fue ahí cuando apagamos las llamas con agua y descendimos la temperatura lo que retrasó notablemente el término de descomposición y regeneración celular.

—Entonces en nuestro caso, ¿qué hicieron para catalizar nuestra descomposición? —cuestiona Lyla como si hubiese pensado lo mismo que yo. Si el calor no fue una variable seleccionada para que nosotros termináramos el proceso en menor tiempo, ¿entonces cuál fue?

—Tras haber fallado con... con él, optamos un método más orgánico. Utilizamos basura para aumentar el índice de descomponedores pero también pesticidas para mantener insectos alejados de ustedes. De esta manera evitábamos la posibilidad de que la carne que las bichos comieran después les hiciera falta o que parásitos quedaran atrapados dentro de su cuerpo —explica él y un escalofrío recorre mi espina tras recordar la mierda que vi mientras dormía, durante la regeneración—. Él despertó a finales de octubre, hace dos meses. Como era de esperarse, él creía que había pasado un par de días desde que se ofreció como voluntario para la experimentación. Ava y yo teníamos la ventaja de que sabíamos que, probablemente, el sujeto C10H14N2 obtendría habilidades similares a las suyas...

—La combustión espontánea le dio la habilidad de manipular el fuego —mencioné recordando la descripción que el mismo Kane dio del joven, un piroquinético inestable.

—Nicotine —sonrió Lark llamando la atención de todos— ¿Qué? ¿Podría ser un buen héroe o... villano?

El doctor Kane se queda analizando las palabras del chico y después sonríe en respuesta, repitiendo el código de Nikolas que, ahora que lo recuerdo, es la fórmula química de la Nicotina. Una casualidad un tanto extraña tomando en cuenta que es una toxina que consumimos normalmente a través de los cigarros los cuales se encienden con fuego. Algo rebuscado.

—En realidad su expediente significa Equipo 10 Cosecha 14 Número 2 en inglés, el equipo somos los encargados de esa área, la cosecha se refiere a que es el experimento al que pertenece y el número es al sujeto de prueba —relata el hombre.

—¿Nadie es N1? —cuestiona Lyla por curiosidad.

—No, el gato está presente en distintos experimentos por lo que su codigo es C10H12, sin numeración. El uno de la cosecha catorce es Axl Handriver.

La chica traga en seco y decide apartar la mirada por unos segundos como si esa revelación le causara dolor y sé que es así, nos hemos vuelto grandes amigos y puedo sentir cuando alguno de nosotros se siente mal. Hemos aprendido a estar entre nosotros y el lazo que hemos creado es fuerte. Sin embargo, no hay nada que pueda decirle ahora.

—Aunque hay algo que deben saber —añade el pelinegro—. No sabemos cómo podría reaccionar el chico a ustedes, deben demostrarle que saben lo que siente. En las evaluaciones psicológicas realizadas en los laboratorios, se le ha calificado como inestable y con problemas emocionales que empeoraron debido a la deterioración y seguida recuperación del sistema nervioso y neuronal. Esto significa que, a diferencia de ustedes no recibió un catalizador , su cerebro pasó mucho tiempo en estado de regeneración lo que culminó con un desgaste a nivel psicológico. No está loco, pero tampoco es demasiado cuerdo.

El doctor nos pide un momento y se retira a su habitación.


A V A

Casa de Reserva,

Habitación de Ava y Aaron.

Tomo mi bolso que está en la cama y salgo de la habitación, chocando con Aaron quien iba a pasar. Veo que ya está vestido para ir a los laboratorios, no tiene nada a qué entrar.

—¿Qué haces? ¿Ya nos vamos? —le pregunto tratando de ahogar la decepción de no poder ayudar al chico o al gato.

—Debo imprimir una copia del expediente Nicotine —contesta con simpleza encaminándose al escritorio donde se encuentra su computador y, en cuestión de segundos, la impresora se activa y deja salir hojas de máquina con los documentos en ellas.

—¿Expediente qué? —cuestiono frunciendo el ceño totalmente confundida, en la sala veo a los chicos dirigirse a la cocina todos vestidos de negro. No entiendo lo que está sucediendo.

—El expediente de Nikolas, el archivo C10H14N2, Nicotine —responde pero no me queda claro para qué necesitamos una copia si ya lo tenemos impresos en el laboratorio—. Deberías pedir un taxi para nosotros porque los niños usarán el auto para buscar a nuestros prófugos.

No sé cómo articular mis palabras pero siento como si un peso se me quitara de encima al saber que Kane no es como el resto de los doctores en ese laboratorio. Él sabe que todo este tiempo hemos estado mal, que nada de lo que hagamos resolverá lo que hemos hecho pero aún así se atreve a dar el primer paso.

—Gracias —es lo único que apunto a decir y él sólo asiente con una sonrisa. Y es aquí que el verdadero reto comienza.


«Tenemos que elegir a uno de los sujetos y créeme, no arriesgaré a nuestros chicos a ir detrás de un piroquinético inestable.» —Doctor Aaron Kane.

Tony Vask \\ 04.08.2021

Esta semana (a.k.a.: hoy) comenzaron mis clases y, tristemente, mi cerebro se siente más inspirado cuando tengo asuntos de la vida real qué atender lmao. No tienen nada de qué preocuparse ya que este segundo arco no tomará mucho tiempo de escritura ya que tengo planeado de antemano lo que sucederá (también ya tengo escritos los últimos cuatro capítulos y el epílogo así que eventualmente habrá mucho contenido).

By the way, este capítulo es de los más ambiciosos hasta ahora porque contiene cinco puntos de vista xd, ¿les gusta la idea de que Aaron y Ava narren de vez en cuando? Pues a mí sí y, si les agradó conocerlos más en este capítulo pues próximamente veremos más de nuestros queridos padres-no-pareja.

Nos vemos luego <3.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro