3. Violet y Rodrik
―¿Dónde estoy? ―preguntó James después de que alguien le tire un balde de agua fría en la cabeza, despertándolo. Escupió agua y parpadeó varias veces para poder ver mejor. Solo pudo distinguir una silueta.
Pensó en el momento en el que la sombra ―que después vio que era un hombre― después de golpear a Emma, lo noqueó a él de un puñetazo (luego de decirle un maléfico "Feliz cumpleaños").
Como James no tenía experiencia en peleas, no pudo defenderse y todo se volvió negro, al igual que su ojo, se daría él cuenta después.
Una vez que pudo ver mejor, James vio que estaba en lo que parecía ser un búnker. Trató de mirar hacia atrás, buscando una escalera o salida, pero no vio ninguna de esas dos cosas. Solamente había todo tipo de herramientas esparcidas en una mesa, la pared y hasta en el piso. James recordó aquellos momentos en los que construía con su padre algunos muebles en el garaje de su casa. También se acordó de algo que le dijo su padre después de que asesinaran a su madre. «Prométeme que siempre te vas a defender. Aprovecha lo que tienes a tu alrededor». Era lo único que recordaba de aquella época. Tenía unos seis o siete años.
―Buenos días ―lo saludó una joven de unos veintitantos que se encontraba frente a él. Tenía un característico pelo teñido de azul―. O mejor, buenas noches. Han pasado unas horas desde que Rodrik te dejó inconsciente ―Luego le habló a alguien más, todavía mirándolo a James―. ¿Tan fuerte lo hiciste?
De repente, salió de una esquina el mismo hombre que golpeó a Emma y después a James.
―Linda, tú me conoces ¿Cómo podría? ―le contestó entre risas―. Es que él es el débil. Yo apenas lo toqué.
―¡Oye! ―se quejó James―. Ese "él" está acá.
Ninguno le hizo caso.
Una vez que el tal Rodrik estuvo lo suficientemente cerca, ella sacó un cuchillo de su funda y se lo puso en el cuello.
―Te dije que no me llames linda ―lo amenazó.
Rodrik levantó las manos, a modo de rendición, sonriendo.
―No te enojes, Violet ―reclamó. Al parecer, se dio cuenta de algo y dejó de sonreír. Apuntó con la cabeza adonde James estaba.
La chica de pelo azul apartó su mirada de Rodrik y lo miró a James.
―¿Quiénes son? ―preguntó James―. No sé qué quieren, pero yo no sé nada. Tampoco tengo dinero. Desde que me compré la colección completa de los cómics de X-Men hace poco, me quedé sin dinero.
La chica le pasó el cuchillo a Rodrik y este se puso atrás de James. Le llevó la cabeza hacia atrás y apoyó el cuchillo en su cuello.
―Responde ―le dijo la chica―, y escucha atentamente a lo que te digo.
―Ya les dije ―empezó James.
Rodrik le llevó la cabeza hacia atrás otra vez.
―Haz lo que ella dice.
―¿Quién es Emma Hayerstein? ―preguntó la chica.
James notó que hablaban de la chica que había ido a rescatarlo.
―No lo sé. Dímelo tú.
Rodrik apoyó el cuchillo más fuerte. La yugular de James bombeaba sangre.
―La chica que estaba contigo. ¿Qué era?
― ¿Cómo que qué era? Digamos que un humano de género femenino. ¿Era eso lo que querías saber? Porque era un poco obvio.
La chica miró a Rodrik.
―¿Quieres que le llevemos con el Elegido, Violet? ―le preguntó Rodrik. Le temblaba un poco la voz, claramente por nombrar a ese "Elegido". Estaba muy nervioso. Aunque James tenía que estar más nervioso, porque Violet le sonrió, y eso no era nada bueno.
Violet se alejó del chico. Buscó algo para escribir y en un pedazo de papel escribió mientras decía en voz baja, pero no tan baja como para que él no escuche:
James Warlight... Rasgos físicos similares al resto de su familia... ojos azules... cabello castaño... y similar contextura física... Su conducta es la de un simple humano...
Al terminar, le comentó a Rodrik:
―Esto va a ser trabajo duro, compañero.
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