~5~
Los días transcurrieron lentamente con las pequeñas aves, Jungkook había cambiado su humor radicalmente, sin duda ver a su hermana en ese estado le lastimó en lo profundo del corazón.
Practicaba con rudeza, a veces sin importarle lastimar a uno de los suyos y eso comenzaba a preocuparle a los gran Nivales, así que decidieron hablar seriamente con él y lo único que obtuvieron es verlo derramar lágrimas con tanto sentimiento, SeokJin lo sostuvo, lo abrazó y le susurró que todo lo que le hicieron a Ailee y a Yugyeom, ellos lo cobrarían, así hasta que se quedó completamente dormido.
NamJoon decidió que todas las aves de salud, se dediquen a curar a Ailee, porque un niño la necesitaba con todo su ser.
Una semana después Jungkook se encontraba más tranquilo, había comenzado de nuevo a estar con sus amigos, a practicar con ellos sin hacerles daño, lo cual todos estaban felices, más Taehyung al recuperar a su Jungkook.
Las prácticas cada vez subían el nivel de dificultad, pero éstas semanas las aves también habían mejorado notablemente, el gran Nival, NamJoon creia que si una guerra ocurría, las aves novatas ya se podrían defender.
También han surgido nuevas amistades, Jimin se notaba mucho más pegado a Yoongi, siempre se los veían juntos, practicaban, comían y descansaban juntos, al principio solo se veía a Jimin interesado en ser amigo de Yoongi, pero pasaban los días y se notaba la sonrisa en el mayor cuando la tierna ave se acercaba a el.
Hoseok y Shaki también se habían vuelto muy buenos amigos, pero en ellos realmente se notaba algo más que una amistad y eso sus amigos concluyeron cuando los vieron darse un pequeño beso al terminar su clase de vuelo.
En la actualidad se encontraban comiendo juntos en su rama que se había vuelto la favorita de sus amigos esperando a que comiencen las siguientes clases.
- No creo que tendremos clases en la tarde, está lloviendo y nos podemos lastimar- murmuro Hoseok abrazándose así mismo con sus alas.
- Umm pues si tendrán clases- habló Yoongi despeinando el cabello de Jimin. - Hoy tendrán una clase especial con Gieun.
- ¿Especial?- Taehyung dejó de comer para mirar a los dos guardianes.
- Si, será el vuelo en la lluvia y esa clase lo tendrán con él, así que ya nos está esperando. ¡Vamos!
Yoongi abrió sus alas y sin importarle mojarse comenzó a volar. Las demás aves rápidamente dejaron a un lado la comida y siguieron al mayor sin poder ponerse algún abrigo.
Las aves vieron a lo lejos a una vieja ave posada en la rama quién veía fijamente el mar con sus alas abiertas.
- Bien, antes de ir con Gieun... Quiero decirles que está un poco... Solo un poco loco- habló Shaki recibiendo un empujón por parte de Yoongi.
- ¡Hey!- el mayor rodó los ojos y siguió donde estaba Gieun.
La vieja ave se giró observando a los mojados y asustados jóvenes.
- Soy Min Gieun y éste día les daré una pequeña clase de vuelo en la lluvia. Ésto es demasiado importante si van a ser guardianes, así que presten mucha atención- se quedó callado por unos minutos observando fijamente a las aves quienes se pusieron mas nerviosas- en unos minutos la tormenta comenzará y ahí será donde todos volaremos... Cuando ocurre una tormenta se forman demasiadas ráfagas de viento en forma de espiral, éstas son fuertes pero si actúan con su corazón y mente todo será fácil.
Y un gran rayo iluminó el cielo oscuro, los chicos se miraron entre si observando el miedo en los ojos de sus compañeros.
- ¡Ahí se encuentra una! ¡Observen!- Gieun voló sin dudar hacia el mar y se dió una gran vuelta en la lluvia sin lastimarse ni tambalear. Había sido impresionante pero aun así el temor estaba presente.
Gieun regreso con una sonrisa y con su cabello pegado a su frente.
- Bien, es hora de verlos a ustedes- abrieron sus ojos asustados, mientras que Shaki alzo sus hombros diciendo que ella les había advertido.
- Disculpe Gieun ajusshi, pero a penas con Jungkook hemos aprendido a volar, recien vamos casi un mes en el árbol, no nos sentimos preparados- murmuró Taehyung, Gieun dejo de sonreír mirando a Yoongi para luego ver de nuevo a las aves.
- Niños, Yoongi voló su primera tormenta el segundo día que aprendió a volar, y ¡Sigue vivo! ¿O te has lastimado en algún lugar, hijo?- los chicos abrieron su boca y enseguida gritaron.
- ¡¿Hijo?!- el joven autillo rodó los ojos al escuchar los gritos de sus compañeros para luego mirar con reproche a su padre.
- ¡Bien, bien! ¡Viene una gran ráfaga!- Jungkook abrió sus alas a pesar de que el miedo estaba presente en sus cuerpo. Pero vió que sus amigos no abrieron sus alas.- ¡Muy bien Jungkook! ¡Es hora!
Gieun miró fijamente a Jungkook y le dió una grande sonrisa.
- ¡No Jungkook!- gritó Taehyung queriendo sostener su brazo pero éste ya voló sin titubeos.
El viento y la lluvia pegaba el rostro de Jungkook sin dejarlo ver, sus alas comenzaron a temblar y en lugar de seguir volando, comenzó a caer.
-¡Mira la ráfaga! ¡Mira la ráfaga!- Jungkook agitó su cabello para quitar algunos mechones que tapaban su vista, alzó su mirada e inmediatamente se conectó con una ráfaga de viento y lluvia qué comenzaba a formarse perfectamente en una ola.
Los ojos verdes oscuros de Jungkook se volvieron de un iris celeste con miel intenso, un color maravilloso, sus plumas y los mechones celestes de su cabello se iluminaron, comenzaron a moverse hacia la ráfaga.
Jungkook entre toda la oscuridad, había iluminado sus alas, mostrando el camino y la ráfaga que debía seguir.
- Encontró la ráfaga- murmuró Gieun cuando miró como las alas de Jungkook se iluminaron de un color único. Las demás aves abrieron sus ojos totalmente sorprendidos al ver al menor de esa manera.
Gieun dejo de sonreír cuando encontró el significado en las alas del menor, se giró rápidamente encontrándose con las miradas sorprendidas de Namjoon y SeokJin.
Según se contaba en la leyenda de los guardianes de Hanok, solo existían en toda la vida, dos líderes del árbol, se los reconocía por qué sus alas eran iluminadas de un color único y era de especie Nival, sin embargo, explicaba que algún día llegaría una especie que se convertiría en líder de los guerreros y soldados del árbol, acompañando a los líderes Nivales.
Al parecer, el líder llegó a su lugar, a cuidar de los suyos.
Jungkook dejó de mover sus alas para solo mantenerlas abiertas, y junto a su cuerpo comenzó a tomar la forma de la ráfaga pero cuando se encontraba mirando hacia el cielo, sus ojos volvieron al verde oscuro y sus alas perdieron la luz y nuevamente comenzó a caer.
Los siseos de miedo se escucharon por parte de la lechuza y Gieun sin dudarlo voló hacia Jungkook para sostenerlo y cuando lo tuvo en sus brazos, la pequeña ave se abrazó a sí mismo y escondió su cabeza en el cuello de la vieja ave.
- Tranquilo, Kookie, lo hiciste muy bien, serás... un gran líder- lo llevó directamente a las habitaciones de salud y las aves se encargaron de secarlo y abrigarlo con varias cobijas, al igual que con la ayuda de la calefacción, calentaron la habitación.
La pequeña ave tenía cerrados sus ojos y su cuerpo temblaba, pero poco a poco comenzó a tranquilizarse con el calor que lo rodeaba.
- ¿Va a estar bien?- preguntó Taehyung a Gieun quien se encontraba en un rincón, y éste sólo asintió.
Una hora después las aves salieron diciéndoles que Jungkook ya se encontraba despierto y que éste pedía desesperadamente ver a Taehyung.
El mochuelo se levantó enseguida e ingresó a la habitación, se encontró con Jungkook quien miraba sus manos, sus alas se encontraban con una cobija encima.
- Kookie...- la lechuza alzó su cabeza y abrió sus brazos, queriendo un abrazo.
Taehyung se acercó y lo abrazó con delicadeza, comenzó a besar su mejilla, su cabello y por último su nariz, Jungkook se escondió en el cuello de Taehyung al no ser capaz de soportar las emociones que el mochuelo causaba en él.
- Tuve miedo, mucho miedo...- susurró Jungkook- cuándo caí, solo quería a papá y mamá... Pero no estaban- Taehyung acarició su espalda tratando de mostrarle todo el cariño que él, en éste poco tiempo había crecido.
-Tranquilo Kookie, no dejaré que ese viejo autillo te mande a la deriva de nuevo- Jungkook se separó con una pequeña sonrisa, pero pronto desapareció cuando se encontró demasiado cerca del rostro del mochuelo.
Taehyung movió sus manos al cuello de Jungkook y sin dudarlo dejó un pequeño beso en los labios del menor.
A veces esa pequeña lechuza se mostraba como el mayor de todo su grupo pero viéndolo en ése estado, no es más que solo un niño.
La puerta se abrió bruscamente y Taehyung con ayuda de sus alas se separó de Jungkook. Sus mejillas estaban completamente rojas y pequeñas sonrisas adornaban sus rostros.
- Jungkook, Ailee ha despertado.- Habló SeokJin con una pequeña sonrisa.
La lechuza dejó de sonreír, se levantó enseguida y corrió hacia la habitación donde se encontraba su hermana. Al abrir la puerta se encontró con el cuerpo de Ailee envuelta en sus alas y sus ojos cerrados.
Jungkook caminó lentamente hacia ella sintiendo como un nudo en su garganta crecía y sus ojos picaban. Se arrodilló frente a ella y la abrazó con delicadeza.
- Ailee...- susurró pero el llanto fue más fuerte y se escuchó por toda la habitación.
- Jung.. ¿Jungkook?- murmuró la pequeña confundida, pero al ver las alas celestes con miel de su hermano, ésta sonrió aliviada de poder encontrar a Jungkook.
- N-no dejaré... No dejaré que nadie te lastime, Ailee... Y juro que me vengaré de quién te hizo daño.
Ailee se separó negando lentamente con lágrimas silenciosas cayendo por sus mejillas.
- No lo harás, Jungkook, no podrás hacerlo- el mayor frunció su ceño secando sus lágrimas.
- ¿Porque? He estado preparándome con los guardianes y se que podré, Ailee, no tengas...- la niña le interrumpió sollozando fuertemente.
- ¡No podrás hacerlo porque fue Yugyeom! ¡Él me llevó dónde los puros, hizo que me golpeen y me hizo ver la luna!... Yugyeom cambió, él, el ya no es nuestro hermano.- habló sollozando Ailee tapando su cara con sus pequeñas manos.
Jungkook se levantó mirando a su hermana, miró hacia afuera de la habitación y se encontró con la mirada confundida de SeokJin.
Yugyeom, su hermano, llevo a Ailee, para que sea un ave pura. ¿Debía seguir llamándole hermano?
Y por primera vez sintió la ira recorrer todo su cuerpo, no podía creer que su hermano, su sangre haya lastimado y traicionado a los suyos.
Y eso Jungkook no olvidaría nunca.
Las alas de Jungkook nuevamente se iluminaron del mismo color de aquella noche, y cuando se giró para mirar a SeokJin, sus ojos, ésta vez eran totalmente miel.
SeokJin soltó un leve respiro al ver a aquella tierna lechuza de esa manera.
- Estamos listos para pelear con los puros, gran Nival
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