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Imprudentes y Escandalosos

—¿Tenemos que unirnos a una de las guardias? —Preguntó Chaz —¿no podemos quedarnos en los refugios?

—Miiko fue muy específica en eso —respondió Kero —. Los jefes de guardias se encargarán de ustedes, así que deberán unirse a una de ellas. Pero..., no sé a cuál. ¿Tienen algún talento especial?

—Claro, como todo el mundo, pero no creo que sirva de mucho en este lugar —contestó Meg.

—Por ejemplo —prosiguió Chaz —, Kal tiene el talento especial de arruinar la vida de las personas y meterlas en situaciones poco racionales.

—Chaz, sino vas a decir nada útil mejor cállate. O te callaré yo —lo último lo dijo entre los dientes mientras lo acribillaba con la mirada.

—Eh, síganme a la biblioteca, les haré un test y así elegiremos su guardia.

Mientras caminaban hacia la biblioteca, Meg empezó a preguntarle a Kero cosas respecto a la guardia. Descubrieron que hacía unos años, el sujeto enmascarado, había roto el cristal, haciendo que se partiera en muchos fragmentos y se esparcieran por todo Eldarya. Eso llevo a que su mundo cayera en "caos" y empezaron a suceder eventos extraños, crisis en pueblos vecinos, conflictos internos, guerras civiles. El objetivo de la guardia de Eel, es ayudar y resolver esos conflictos de la forma más pacífica posible.

—Espérenme un momento, iré a organizar el test.

Diciendo eso, cerró la puerta de la biblioteca, dejándolos afuera de ésta.

—¿En qué guardia les gustaría quedar? —preguntó Chaz.

—Creo que los tres tenemos aptitudes para, específicamente, una de ellas —dijo Meg —, Kal para la guardia de obsidiana, Chaz para la de absenta y yo para la guardia de sombra.

— ¿Por qué tú la guardia de sombra? —preguntaron Kal y Chaz al tiempo.

—Yo quiero esa guardia —continuó Chaz.

—Por favor —bufó Kal —, ninguno tiene esas aptitudes, los tres somos imprudentes y escandalosos, no conocemos nada sobre ser sigilosos y discretos, nunca entraremos ahí y si lo hacemos, nos sacarán.

Empezaron a discutir sobre las guardias, cual les parecía mejor, en cual no querían estar, etc., etc. Al cabo de un rato salió Kero.

—Adelante —dijo haciéndolos entrar.

La biblioteca era alta y hermosa, sus libreros eran muy sofisticados. Al rededor de la biblioteca había tres sillas separadas que estaban giradas hacia la pared.

—Cada uno se hará en una de las sillas, no pueden hablar sobre sus respuestas, pueden preguntar, pero solo eso. Yo les leeré las preguntas y ustedes escribirán sus respuestas aquí —dijo Kero mientras les daba una hoja a cada uno junto a unas plumas —, solo escriban la letra, A, B o C.

Los jóvenes se ubicaron en las sillas, cada una completamente separada, Meg se hizo al lado oeste de la sala, Chaz al sur y Kal al norte. Se sentaron juiciosos, en silencio, recordando cuando estaban en el colegio y los separaban a la hora de hacer los parciales. Una vez  acomodados, Kero inició.

1. ¿Qué hora del día les gusta más? ¿El crepúsculo, el Alba o el sol Cenital?

2. Si van al Bosque del Sueño, ¿qué objeto llevarían? ¿Un melón picante, una almohada o mi coraje y un cuchillo?

—¿El bosque del qué? —preguntó Chaz.

—Ehh, e-es un lugar muy conocido en Eldarya.

—Eso no ayuda mucho — masculló Meg.

Kero continuó con haciendo las preguntas. En la pregunta número 8, todos se estremecieron.

8. ¿Cuál es su mayor miedo en Eldarya? ¿Los Illuminati, la Triada o los Templarios?

—Esas son cosas de la Tierra —dijo Chaz

—No solo son de su mundo.

—¿Qué hay con los Templarios? —preguntó Kal —¿aún existen? ¿Son sus enemigos?

—E-eh, solo respondan, luego se les explicará con mayor profundidad.

Después de esa interrupción terminaron el test, le dieron sus cuestionarios a Kero, quien les pidió que lo esperaran un momento, mientras los revisaba y les decía a que guardia pertenecían. Ellos empezaron a merodear el lugar, se acercaron a los ventanales.

—No pueden decir nada sobre mi —les susurró Kal.

—Vamos, Kal, tú no eres ellos y eso fue hace siglos —respondió Chaz.

—Pero aún no conocemos este sitio, a duras penas nos salvamos de los calabozos. Debemos conocer bien el lugar, las personas, todo antes de empezar a revelar cosas que nos pueden perjudicar. 

—Tiene razón, Chaz —dijo Meg.

—Por ejemplo, tú, Chaz, no llevábamos ni cinco minutos en esa sala y ya le ibas a ofrecer tu culo a ese vampiro.

—Mi culo, mi cuello, toda mi sangre. Lo que quiera.

—Eres desagradable —masculló Meg —, pero, de nuevo Kal tiene razón, hay que esperar, este lugar parece algo medieval y recuerda lo que hacían con las personas como tú.

—Lo sé, lo sé. Intentaré no ser tan gay —se frotó el rostro con su mano.

—Jóvenes —llamó Kero —, ya tengo sus resultados —los tres se acercaron a él, con muchas expectativas y ansiedad —. Meg, tú irás a la guardia de Absenta, Kal, guardia de Obsidiana y Chaz, guardia de Absenta.

Meg y Chaz chocaron sus manos.

—No me gusta haber quedado en la guardia de Absenta, pero al menos estamos los dos —dijo Meg, luego se giró hacia Kal —, lo siento.

—No se preocupen por mi, yo estoy feliz de quedar en la guardia de Obsidiana, son los más fuertes y sé que no tendré problemas para adaptarme a ella.

—Yo tampoco tendré problemas —dijo Chaz.

—Claro que los tendrás, eras un asco de químico, lo más probable es que vueles todo el C.G. intentando hacer una poción para dormir.

—Es cierto —afirmó Meg —, deberás poner mucho de tu parte esta vez, no quiero ir a la horca por tu culpa.

—Está bien, está bien, pondré de mi parte.

—Ahora —dijo Kero interrumpiendo su conversación —, iremos a buscar un familiar para ustedes.

— ¿Qué es un familiar? —preguntó Chaz.

—Son criaturas de Eldarya, si consiguen domesticarlos son maravillosos compañeros. Casi todos en el C.G. tienen un familiar y los miembros de la guardia deben tener uno.

—¿Cómo es el tuyo? —preguntó Meg.

—En este momento está dando una vuelta —dijo Kero entre risas, después soltó un silbido y en la habitación entró algo que parecía un búho con unas pequeñas gafas. Era hermoso y extraño —. Es un Seryphon.

—Awww, es adorable —dijo Meg —, ¿realmente tendremos un animalito tan lindo como ese?

—Bueno, quizás no de la misma especie, pero sí tendrán un familiar. Acompáñenme al mercado.

Los cuatro salieron de la biblioteca y se dirigieron hacia el mercado, en donde se encontraban los purrekos, una especie que es similar a los gatos, a excepción de que estos tienen la capacidad de hablar. Durante el camino Kero empezó a hacerles unas preguntas, parecía otro test.

Cuando llegaron al mercado, Kero les explicó que Purrero era quien se encargaba de los familiares, ahí conseguían los cebos, el alimento, las incubadoras y toda la información que necesitaran.

Cuando llegaron al mercado, entraron a una de las tiendas, de la cual salió un hermoso gato siamés con un bello chaleco verde.

—B-buen d-día, ¿en q-qué p-pued-do ay-yudarle-les? —preguntó el gato.

—Hola, Purrero —dijo Kero—, ellos son nuevos en la guardia, quiero sugerirles algunos familiares.

—A-adelant-te.

—Ay, que lindo —dijo Meg.

—Kal, acompáñame —dijo Kero llevándosela, se acercaron a una repisa con muchos huevos, todos de diferente colores y formas, Meg y Chaz les siguieron  unos pasos más atrás y se quedaron admirando la belleza de cada uno de los huevos —. Con base a las respuestas que me diste hace un momento te sugiero estos dos —le tendió dos huevos uno tenía unas marcas negras y era de color matizado rosa y dorado el otro tenía tonos verdosos y café claro, con unas flores a un lado. 

Kal acercó su mano para tocarlos, en cuanto tocó el de las manchas negras sintió que el corazón le dio un vuelco y se llenó de una emoción inexplicable, no lo dudo, sabía que ese debía ser su familiar.

—Buena elección, es un Alcopafel, puedes ir con Purreru, él te dará la incubadora. Meg, ven.

Kal hizo lo que Kero le pidió, mientras sostenía el huevo entre sus brazos, no paraba de mirarlo con ternura.

Kero le tendió dos huevos a Meg, uno era blanco, con una especie de coraza similar a una rosa roja, el otro era de color azul claro con líneas blancas y en la parte inferior parecía que una nube rosa lo cubría. Meg acarició ambos huevos, fascinada por su belleza, optó por el que parecía una rosa, algo en su interior le decía que ese era su familiar. 

—Es encantador, lo vas a adorar, es un Rowtsya —le dijo Kero, Meg sonrió y cogiendo el huevo entre sus brazos se dirigió hacia donde estaba Purreru.

El último fue Chaz quien tuvo que elegir entre un huevo de tonos aqua, del cual sobresalían una especie de bigotes, el otro era blanco grisáceo, con unas manchitas negras transparentosas, al acariciarlo supo que el blanco grisáceo era el indicado.

—Te divertirás mucho con él, es un Molecat.

Cuando Chaz llegó donde las chicas, Purreru les hablaba de sus familiares, su alimento y la cantidad de horas que debían estar en la incubadora.

—Oh, v-veo q-que tú llev-vas un Molecat. S-su alim-mento son ca-carpas v-voladoras, t-tarda ci-cien minutos en ec-clos-sionar.

—Eres afortunado el mío tarda 500 minutos —dijo Kal.

—El mío tarda 720, son como doce horas esperando a ver cómo es.

Kero les entregó un paquete de algo a cada uno, eran diferentes.

—Este es el alimento de sus familiares, les daremos para cinco días, deben darle uno diario, así que después deberán encargarse ustedes mismos de su alimento.

—Vale, aquí mismo debemos conseguir su alimento —dijo Chaz.

—Sí, en algunas exploraciones su familiar podrá traer su propio alimento, si lo encuentra.

—¿Cómo los mandamos a explorar? —Preguntó Kal.

—Simplemente le dices que vaya a determinado lugar, cuando están pequeños deben mandarlos a lugares cercanos, después ya podrán enviarlos a explorar a donde ustedes quieran.

— ¿Para qué son las exploraciones? —Preguntó Meg.

—Para traerles objetos, a veces capturan otros familiares, traen alimento, cebos, ropa, accesorios, muchas cosas. Ahora, les mostraré sus habitaciones, vamos.

Todos salieron de la tienda dándole las gracias a Purreru, siguiendo a Kero, volvieron al salón de las múltiples puertas. Pasaron por un pasillo, con muchas más puertas, pero, a diferencia del otro, las puertas de este eran más angostas, algunas tenían unos emblemas en la parte superior.

—Bien, Chaz, esta es tu habitación —dijo mientras abría una puerta y dejaba ver una linda y sencilla habitación, sus paredes eran de color crema, las amplias ventanas estaban cubiertas por unas cortinas blancas, la cama estaba cubierta por un tendido blanco, dos nocheros con lámparas de gas, una alfombra peluda de color crema cubría el suelo blanco, un armario en una esquina y una cómoda —. Podrás decorarla como quieras.

—Buena suerte en mantenerla limpia sin tu empleada —dijo Kal entre risas.

—Cállate, es perfecta —dijo Chaz mientras entraba a la habitación.

—Bueno, Kal —empezó Kero saliendo del lugar.

—¡No, esperenme! —gritó Chaz —, voy a poner a eclosionar a mi familiar. Quiero ver las habitaciones con ustedes.

—Apúrate, mojigato —le dijo Kal, volviendo a recostarse sobre el marco de la puerta.

Chaz puso la incubadora sobre la cómoda y puso cuidadosamente su Molecat ahí, en cuanto lo acomodó, la incubadora comenzó a brillar.

—Muy bien, toma tu llave, no la pierdas —le entregó un juego de llaves de la habitación —, ¡vamos!

Kero se detuvo justo en la puerta de al lado de la habitación de Chaz, antes de abrirla se giró hacia ellos.

—Creo que te gustará tu habitación Kal —después de decir eso abrió la puerta, dejando ver un habitación con paredes de color azul oscuro, las ventanas estaban cubiertas por unas cortinas negras, igual que la de Chaz, había dos nocheros con lámparas, la cama estaba cubierta por un tendido negro, había una cómoda, el armario y una alfombra negra cubría el suelo azul oscuro.

—Literalmente, capta mi esencia —dijo Kal mientras entraba y ponía la incubadora sobre la cómoda, igual que Chaz, también puso a eclosionar su huevo —.Lo único malo de ésta habitación, es que está al lado de la de Chaz.

—Desgraciada —respondió él.

—Esta habitación tiene tu nombre escrito en todas partes —añadió Meg.

—Sabía que te gustaría —dijo Kero mientras le tendía las llaves —. Por último el cuarto de Meg. Sé que también te gustará.

Kero se dirigió dos puertas más allá que la de Kal, abrió la puerta, dejando ver un cuarto pomposo, paredes rosa, la cama cubierta por un tendido floral, los nocheros eran blancos con sus respectivas lámparas, las cortinas que cubrían las ventanas eran rosadas con flores al final, una cómoda, el armario y un tapete peludo de color rosado cubriendo el suelo.

—¡Lo amo! —exclamó Meg entrando a la habitación dando pequeños saltitos —, es hermoso, me encanta.

—Me alegra que te guste, ya saben que pueden decorar sus habitaciones como más gusten. Aquí te dejo tus llaves, Meg. Ya saben que cualquier cosa, pueden hablar conmigo. Ahora, debo dejarlos, busquen a sus jefes de guardia, quizás ya tengan alguna misión para ustedes.

—Muchas gracias por todo, Kero —Meg, se acercó a él —, agradecemos mucho la confianza que tuviste en nosotros.

—No es por nada, creo que las personas merecen una segunda oportunidad, ustedes no pidieron estar aquí.

—Gracias por ser como eres, sin ti, estaríamos en los calabozos, quizás —dijo Kal, Kero asintió con una sonrisa y después se retiró.

Mientras, Meg ponía a eclosionar a su familiar.

—Bien, ahora vamos a buscar a nuestros jefes.

Salieron del cuarto y empezaron a caminar por el pasillo, en la sala de las puertas se encontraron con Nevra.

—Vaya, los pequeños humanos. ¿Qué los trae por aquí?

—Kero nos sugirió que los buscáramos —respondió Chaz —, quizás podrían tener una misión para nosotros.

—Hmm, ya veo, ¿en qué guardias quedaron?

—Chaz y yo quedamos en Absenta —respondió Meg.

—¿Y tú? —preguntó el vampiro inclinándose hacia Kal, con una sonrisa seductora.

—Ni lo sueñes, vampiro, yo estoy en la guardia de Obsidiana.

—Oh, ya veo —dijo claramente decepcionado —, ¡buena suerte! De momento no tengo ninguna misión para ustedes, pregúntenle a Valkyon y Ezarel —después de decir eso, se retiró del lugar.

Siguieron caminando por el lugar y se encontraron con Ezarel.

—¿Ya saben quién va a tener que aguantarlos? —preguntó, mirando puntualmente a Kal.

—Definitivamente —dijo ella poniendo los ojos en blanco—, tienes un don para entablar conversaciones.

—Vaya, que bueno que te das cuenta. Pero eso no responde mi pregunta.

—Nosotros dos estamos en la guardia de Absenta —intervino Chaz.

—Oh, esclavos agradables, menos mal —se giró hacia ellos dándole la espalda a Kal —. Necesito que limpien mi habitación.

—¿Qué? —preguntó Meg — eso no es una misión real.

—Woe, el primer día y ya cuestionan las órdenes de sus superiores. ¿Quieren volver a sus celdas?

—P-pero.., tal vez alguien más tenga algo mejor que ofrecer.

—Mejor que mi habitación, no creo.

Los tres procedieron a retirarse del lugar y en busca de Valkyon. Antes de que se retiraran por completo, Ezarel tomó del brazo a Kal, haciéndola girar.

—¿Y tú? —dijo él en voz baja —¿qué guardia es la desafortunada?

—Primero que nada, no me toques —masculló mientras se libraba de su agarre de forma brusca —, segundo, la guardia AFORTUNADA de tenerme es la de Obsidiana —dijo lo último con una sonrisa de suficiencia y le dio la espalda, caminando rápido para alcanzar a sus amigos.

Se encontraron a Valkyon cerca del cerezo.

—¿Nadie más los acompaña? —preguntó él mientras se acercaba a ellos.

—No, Kero nos pidió que buscáramos a los jefes de guardia —respondió Meg, mientras se acercaba a él.

—Bien, supongo que ya terminaron con los papeleos, ¿en que guardias quedaron?

—Chaz y yo quedamos en la guardia de Absenta.

—Comprensible.

—P-pero Kal, e-está en tu g-guardia —continuó Meg, tartamudeando, mientras empujaba a Kal hacia él.

—¿Por qué me estás ofreciendo como tributo? —le susurró Kal.

—No lo sé —le respondió en un susurro ella también, mientras se sonrojaba.

—Sí, eso pensé, creo que te irá bien en mi guardia. Aunque supongo que solo fue por el azar, muchos preguntas no las habrás entendido.

—Eso es cierto, pero "mi coraje y mi cuchillo" era la respuesta a casi todas —respondió Kal mientras se encogía de hombros.

—Tienes razón —Valkyon sonrió y Meg sintió que se orinaba un poquito.

—Bueno —dijo ella, empujando a Kal hacia un lado —, de casualidad tienes alguna misión para nosotros —sus ojitos chisporroteban mientras lo veía.

—Ehm, no, lo siento. Ahora mismo no sabría que pueden hacer.

—Oh, vale, si se te ocurre algo, me-NOS podrías avisar.

—Claro que sí —al decir esto se retiró del lugar, dejándolos solos en el cerezo.

Chaz se aclaró la garganta.

—Okaaaay, ¿qué fue eso? —Le preguntó a Meg.

—En serio, ¿qué fue eso? —Reafirmó Kal —"mi-NIS pidríis ivisir jijiji" —continuó imitándola.

—No sé qué me pasó —respondió mientras se ponía completamente roja y se cubría el rostro con ambas manos.

—Controla esas hormonas, tenemos que estar atentos ante cualquier cosa. El objetivo es mezclarnos, conocer todo lo que podamos de este sitio y de sus habitantes e intentar por todos los medios volver a casa.

—Lo sé, lo sé, debo controlarme, ¿qué haremos?

—Pues, no hay tareas para nosotros —respondió Chaz —, vamos a recorrer el lugar.

—Pues sí.










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