01
Min Yoongi nunca se había sentido tan desafortunado como en ese momento, y no es que a sus dieciocho años no haya vivido un sinfín de momentos difíciles, no, era el peor momento, porque ahora no sólo su padre lo veía con desdén, sino también parte de sus hermanos. No lo comprendía, no sabía lo que había hecho mal, sólo nació, y su padre lo aborrecía por ello, porque lo culpaba de la muerte de su madre, todos lo hacían, aún si no lo decían en voz alta.
Era el menor de sies hermanos, el mayor y heredero SeokJin, trataba de ser obediente y formal, nunca hablaban a solas, pero siempre trataba de protegerlo, incluso mediaba con su padre para que no fuera tan duro con él. Su segundo hermano Hoseok, era el más dulce y cercano a él, siempre le llevaba libros y le hacía reír, al igual que Jin tenía muchas obligaciones que cumplir, pero, siempre lo veía con una sonrisa, su hermana Irene, era todo lo contrario, una persona fría, casi no expresaba sus emociones, era quien más había resentido la muerte de su madre, y quien lo cuidó cuando era un bebé. Dahyun era callada, pero al mismo tiempo una bromista de primera, siempre tenía algo que decir y era quien más se enfrentaba a su padre. JeongHan, su hermano, sólo tres años mayor que él, era tan diferente, extravagante, le gustaba hablar con las personas, organizar bailes, reír y cantar, era luz cada que entraba a cualquier lugar. Sólo su hermano Jin estaba casado, con Taehyung un príncipe que venía de sur, tan amable y dulce, después de él ninguno de sus hermanos tenía planes de casarse, Hoseok, era un casanova, le gustaba coquetear con cualquier persona, Irene prefería mantenerse al margen, al igual que Dahyun, en cambio JeongHan, estaba siendo cortejado por el príncipe del este Hong Jisoo, o eso parecía, hasta el día anterior que su padre, el rey Min Woohyuk dio la noticia de que sería Yoongi quien se casaria con el príncipe del este.
Esa noticia no fue del agrado de nadie, incluyendolo a él, quien no quería casarse, mucho menos con un extraño que estaba enamorado de su hermano, no era lo que quería, sin embargo, poco importó su opinión al respecto, ni siquiera SeokJin o Hoseok pudieron evitarlo. Ahora, había una guerra dividida, SeokJin, Irene y Hoseok estaban de su lado, mientras que JeongHan y Dahyun estaban molestos con él, aún sabiendo que no tenía nada que ver en la decisión de su padre.
El almuerzo estaba siendo muy incómodo, Yoongi trataba de ocultar su mano, dónde estaba el vendaje, le sorprendió mucho saber que nadie le había avisado a su familia lo que había sucedido, a su dama personal le dijo que tiró el jarrón por accidente, y que se había lastimado tratando de limpiar el desastre, el único que sabía la realidad era el guardia Jeon, quien mantuvo el silencio.
—Ya basta de verlo así JeongHan, sabemos que Yoongi no tiene la culpa de lo que nuestro padre haya decidido—dijo Irene con seriedad mirando a su hermano.
—Él es tan culpable como todos.
—Yo no quería que eso pasara, te lo juro, jamás haría algo para lastimarte.
JeongHan lo miró con molestia, Yoongi trataba de entenderlo, por lo que sabía su hermano estaba realmente enamorado de Jisoo.
—Claro que tienes la culpa, si papá no te odiara no te querría lejos de aquí.
—Lo que estás diciendo no tiene ningún sentido JeongHan, por favor, basta, trataremos de arreglar esto—dijo SeokJin con autoridad, cosa que no le gustó a JeongHan, quien se puso de pie.
—¡Dejen de cuidarlo! En algún momento tendrá que hacerse responsable—gruñó—. ¿No te bastó con matar a mamá?
Yoongi sintió un dolor inmenso en su pecho, bajo la mirada, sus ojos ardían debido a las lágrimas, no dijo nada, jamás podría decir algo en contra de esas palabras, porque era la verdad, su madre murió por traerlo al mundo, y él cargaria con eso por el resto de su vida.
—Yoongi debería rogarle a papá que cambie de opinión—susurró Dahyun antes de abandonar la habitación también.
Sus hermanos mayores se quedaron en silencio, mirando a la nada, sin comprender lo que pasaría, porque ellos eran los únicos que sabían que su padre en realidad jamás daría un paso atrás, que si tomó la decisión, entonces estaba hecho, Yoongi tendría que casarse e irse y les dolía, les partia el corazón verlo así.
—Hablaré con el rey—dijo Yoongi levantando la mirada.
—No, tienes prohibido hacerlo, es una orden—respondió SeokJin—. No hablarás con papá, eso podría empeorar más las cosas, así que sólo mantente alejado de todo esto, nosotros vamos a abogar por ti.
No tuvo más remedio que asentir, porque sus hermanos hablaban en serio cuando le decían que se mantuviera alejado. Se levantó para irse de ahí, necesitaba algo de aire, y un lugar donde llorar sin que nadie lo escuchará, tomó el libro que estaba leyendo y salió a los jardines, caminó por ellos hasta que llegó al inicio del bosque dentro del terreno del palacio, se perdió entre los árboles, siguiendo el camino hasta el río, se sentó en una roca cerca de la orilla y se mantuvo mirando el cause.
Escuchó pasos detrás de él, pero no se volvió, sabía bien que debía estar vigilando, siempre había un guardia acompañándolos, abrió su libro y comenzó a leer, pero, no podía concentrarse, miró sobre su hombro, Jeon Jungkook estaba ahí, parado junto a un árbol, con la mirada en otro sitio, no podía verlo a él, eso sería una gran falta. Nunca hablaban, en todo el tiempo que llevaba cuidandolo al menos habían intercambiado un par de palabras, después de la noche en dónde lo vio tan vulnerable, y al día siguiente cuando le agradeció que no haya dicho nada a nadie, continuaron con su rutina habitial, donde ninguno de los dos hablaba.
Jungkook siempre le había parecido un hombre interesante, era apuesto, mucho, el más apuesto de la guardia, su seriedad no lo hacía ver atemorizante como los demás, y sus ojos, eran grandes, brillantes y hermosos, de un castaño claro, le intrigaba, Yoongi sentía algo por él, ese sentimiento siempre estuvo ahí, le atraía, pero, se mantenía al margen, aunque, pensaba que ya no tenía ningún sentido mantenerse alejado, en poco tiempo, Yoongi estaría muy lejos de ese reino.
—¿Puedo pedirle un consejo?
Los ojos castaños se fijaron en él, parecía sorprendido de que haya hablado primero.
—Mi señor—dijo con un asentimiento de cabeza.
—¿Usted cree en el castigo divino? —preguntó en un susurro.
—¿Podría ser más específico, mi señor?
—Hablo de la mala fortuna, el castigo de los Dioses por haber hecho algo malo. ¿Cree que eso existe?
—Yo...creo que todos somos capaces de formar nuestra propia fortuna, no creo que haya un castigo como tal, son sólo las consecuencias de nuestras decisiones o acciones.
Yoongi hizo una mueca y asintió, regresando la mirada al río.
—¿Respondí su pregunta?
—Sí, creo que sí, pero, lamentablemente no ha despejado mi duda.
—¿Sobre qué tiene dudas?
—Trato de comprender cual es el castigo que estoy pagando, ya sabe, lo que hice tan mal como para estar sufriendo de esta forma, pensaba que tal vez Dios me haya castigado por darle la muerte a mi madre o que simplemente yo no debí haber nacido.
Jungkook suspiró y se acercó un poco más, se posicionó a su lado, no tan cerca, pero lo suficiente como para escucharlo mejor.
—Mi señor, yo no creo que sea de esa forma, usted no ha hecho nada malo, todos tenemos un tiempo que cumplir en el mundo, y es inevitable, todos pasaremos por eso, usted no tiene la culpa de la muerte de su madre.
—Es el único que piensa de esa forma—suspiró—. He vivido marcado, no se han cansado de repetirlo tanto, que estoy comenzando a creer que es verdad.
—El dolor a veces nos hace reaccionar de formas diferentes, la perdida de la reina puede ser tan difícil, que culpar a alguien más es una forma de sobrellevarlo, pero es injusto y cruel, usted no tiene la culpa mi señor.
—¿Alguna vez ha pedido a alguien importante?
—A mi padre, murió cuando era joven, al ser el mayor tuve que quedar a cargo de mi madre y mis hermanos, fue duro, estuve molesto por mucho tiempo, hasta que me di cuenta que eso no lo regresaría a la vida y encontré la paz.
Yoongi asintió. —Debería hablar con mi padre.
Jungkook quería preguntarle si realmente estaba seguro de ello, pero no tenía razones ni el derecho de cuestionarlo, lo siguió de regreso al palacio, con el miedo a flote, Yoongi lucía realmente afectado por todo lo que estaba pasando, como veía la situación dudaba mucho que el rey diera permiso siquiera de escucharlo, pero, mantuvo sus opiniones para sí mismo, una parte de él quería que Yoongi fuera escuchado.
Cuando llegaron al gran salón dónde el rey pasaba el tiempo, lo escuchó pedir anunciarse, pararon un par de minutos para que los dejarán pasar, tenía la fortuna que al ser su guardia personal le dejaran entrar con él. Se quedó cerca de la puerta y con temor lo vio avanzar.
Yoongi se hincó frente a los escalones que llevaban al trono de su padre, inclinó la cabeza. Jungkook dió una reverencia también, cuando vio la cara del rey, no pudo ver más que desprecio en ella, era claro que ver a Yoongi no le causaba ninguna gracia.
—¿Qué estás haciendo aquí? —preguntó de forma tosca.
—Padre, estoy aquí para rogarte que rompas el compromiso, te lo suplico, jamás te he pedido nada, siempre he aceptado todo lo que me has ordenado, pero, esto no puedo aceptarlo, no lo hagas por mi, sino por mi hermano, quien está interesado en el príncipe y sé que el príncipe también está interesado en él, te lo pido no me hagas casarme con él.
—La decisión está tomada, creí haberte dicho que no vengas a hablar de ello.
Yoongi sollozo, se hincó por completo, dejando su cabeza en el suelo, Jungkook sintió un estrujón en su pecho.
—Te lo imploro padre, me casaré con alguien más, jamás volveré a negarme a nada, puedes hacer conmigo lo que quieras—sollozó—. Pero, permite que JeongHan se case con el príncipe, te lo suplico, él sabrá poner en alto el apellido Min, yo no podré hacerlo, mi hermano merece ser feliz.
El rey lo observó con desdén, sin una pizca de dolor por verlo así de herido y humillando, Jungkook miró alrededor, cada uno de los presentes desviaba la mirada del herido príncipe.
—Te he dicho que no, en menos de un mes vas a casarte y no quiero reclamos ¿Entendiste?
—Por favor padre.
—Largo de aquí. ¡Llevenselo!
Jungkook se encaminó a tomar a Yoongi de los hombros y levantarlo, para llevarlo fuera de ahí, no permitiría que sufriera más humillaciones siendo sacado a la fuerza, afortunadamente se dejó llevar, una vez en el pasillo, Yoongi salió corriendo, Jungkook lo siguió de cerca, no podía gritarle que se detuviera, lo vio subiendo las escaleras hasta la torre, se preocupó.
—Mi señor, por favor espere.
El príncipe pareció no escucharlo en el estado que estaba, siguió subiendo, hasta que llegó a la cima de la torre, aún lloraba y respiraba de forma inestable, Jungkook llegó ahí, y abrió en demasia los ojos al ver que se acercaba a la ventana, con claras intenciones de lanzarse, lo tomó del brazo deteniendolo, pero, esa vez, Yoongi luchó para zafarse.
—¡Basta! —ordenó deteniendo sus intentos, Yoongi le miró de una forma que jamás podría olvidar, desolado, sin vida, triste, jamás había visto esa mirada en ningún ser, no dudo ni un segundo en abrazarlo a su pecho.
Yoongi no se alejó, tomó con fuerza su camisa y sollozó en su pecho, su llanto era amortiguado por su cuerpo, lo abrazo con fuerza, dolido por como lo escuchaba llorar, acaricio su cabello. No sabía que decir, sólo se quedó ahí, siendo abrazado, consolando un corazón destrozado.
—Sólo déjame morir.
—No, jamás dejaré que eso pase, no va a tomar su vida, no lo permitiré.
—¿Por qué no? —susurró mirándolo.
—Porque yo sí estoy agradecido por su vida.
Yoongi le observó de una forma que no pudo descifrar, antes de volver a abrazarlo, rodeo con sus brazos su cintura y Jungkook hizo lo mismo, estaba fuera de todo protocolo, quien lo viera seguro lo azotaria por su impertinencia, sin embargo, poco importó a la hora de consolar a su príncipe.
Espero que les haya gustado ☺️ no se olviden de comentar 💜 💜 💜
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