Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

especial «niña bonita»

«♡»

El olor a panqueques recién horneados se colaba por todo el local, una chica con coletas altas y sonrisa radiante iba y venía con pequeños papelitos en los que había colocado las órdenes, todo esto mientras JiMin se acomodaba el mandil café oscuro y procuraba que su camisa blanca no se viera arrugada. Las charlas de los clientes eran apagadas por las puertas de madera hasta que sólo se volvían murmullos en medio del restaurante, lo cual le daba la fuerza suficiente para enfrentarse a toda esa gente desconocida, pues como usualmente le decía su pequeña compañera de trabajo "si no los atiendes con una sonrisa, no podrán disfrutar sus alimentos".

Saludó rápidamente a la chef para caminar por la cocina y llegar a donde estaban las mesas con los clientes. Había música suavemente sonando por las bocinas colocadas en cada esquina, no tan alta como para interrumpir las charlas, pero sí lo necesario para acompañarlos en los silencios. JiMin se acercó a una mujer con dos pequeños niños, la mayor parecía estar abrazando a su pequeño peluche con un mohín de berrinche mientras que el menor estaba contándole a la mujer algo que pintó, o al menos algo así entendía.

Buen día —habló JiMin con una sonrisa suave— bienvenidos ¿Algo que deseen ordenar?

Buenos días... ¿Tienen menú para niños? —Preguntó la mujer después de pedirle un tiempo al pequeño niño que seguía hablando.

Sí, está conformado por un omelette relleno de arroz o arroz blanco sencillo que puede ser acompañado por una pequeña ensalada, tenemos dos opciones... —JiMin tomó una de las cartas que estaba en la mesa y que, al parecer, por las prisas la mujer no había notado. Encontró el apartado de menús infantiles y lo señaló— una tiene lechuga, tomate, zanahoria, pepino, mientras que la otra tiene lechuga, mango, fresa y uvas. De postre se les puede ofrecer un vasito de helado o una gelatina. —Finalizó asintiendo.

Bien... Moon... ¿qué vas a pedir? —Preguntó la señora con un toque serio.

La niña, a quien se había dirigido, se cruzó de brazos e infló las mejillas, su ceño estaba extremadamente fruncido viéndose aún debajo de su fleco, JiMin pensó que para ser una niña de menos de diez años tenía mucho carácter, sin embargo sus ojitos estaban llorosos.

Moon... si no pides lo voy a hacer yo y tendrás que comer lo que yo pida. —Murmuró.

La niña siguió sin responder.

La mujer suspiró derrotada y miró a su hijo, este, que se chupó el dedo como instinto, señaló un plato cualquiera.

Para él sólo el omelette sin ensalada... y... la gelatina... —miró el menú— de fresa por favor.

JiMin asentía anotando para luego preguntar "¿algo más?" La mujer pidió para ella el menú ejecutivo, que consistía en un guisado, arroz blanco, un vaso grande de jugo de naranja y ensalada de frutas. Al final la mujer miró de nuevo a la pequeña niña, sabiendo que no iba a conseguir mucho se atrevió a mirar al joven camarero.

¿Recomiendas algo para la señorita berrinches? —Preguntó irónica.

JiMin se encogió entre sus hombros, era usual que los clientes le preguntaran qué era bueno en el menú y aunque a veces quería contestar "casi nada, todo lleva carne" tenía que forzarse a decir que "x" entrada era muy buena aunque jamás le hubiera comido en particular.

Quizás... el arroz blanco... con la ensalada de frutas... y helado. —Murmuró inseguro.

¿Te parece bien? —Preguntó hacia la niña quien sólo levantó los hombros, la mujer soltó otro suspiro, acarició su cabello y asintió— eso será todo.

JiMin comenzó a anotar cada una de las cosas, sin embargo en la ensalada para la pequeña pidió formas especiales. Así estuvo yendo con otras personas, entregando órdenes hasta que la orden de la familia llegó. JiMin se acercó con la charola en mano, acomodó el pequeño plato para el niño, tenía forma de cachorro y eso parecía fascinarle, acomodó la primera entrada de comida para la mujer y al final el plato para la pequeña niña.

Ahí, se inclinó un poco.

Moon es un nombre bonito... —murmuró dejando la charola que tenía flores alrededor y donde se veía el arroz blanco en un plato sencillo blanco y a un lado otro más que contenía la ensalada cuyas frutas habían sido partidas en forma de luna— ¿Sabías que significa luna en inglés? Eres la luna en la tierra... —sonrió JiMin realmente emocionado por el concepto.

Desconocía si la niña había comprendido ese término pero parecía haber funcionado, soltó el agarre tan fuerte sobre su peluche y le brindó una sonrisa como sólo los pequeños más inocentes podían hacerlo. JiMin le respondió de la misma forma y se retiró con una pequeña reverencia. No podía saber bien qué pasaba, pero ahora veía a la pequeña niña mover sus pies debajo de la mesa, sonriéndole a su madre quien ahora le acariciaba el cabello lacio.

Así pasó el resto del día, hasta que llegó la hora de su descanso, entonces tomó un pequeño traste y una botella que había traído desde casa y fue hasta donde la chef. Le explicó que quería un poco de arroz blanco, con salchichas rebanadas encima, una ensalada de verduras, incluyendo brócoli además de un poco de pollo deshebrado y un poco de jugo de naranja. La mujer asintió sabiendo que él pagaría después en caja, sabía que no era para él pues llevaba carne y muchas veces algunos compañeros le invitaban comida pero este negaba al ver la carne. La chef usualmente, mientras servía la comida, se preguntaba si era para su pareja o algún amigo, pues a veces —cuando afirmaba no haber tenido tiempo para hacer algún lonche— pedía comida y salía del local.

Así, teniendo la comida caliente y el jugo con hielos lo guardó en su mochila, tomó esta misma y, sólo quitándose el delantal, aún conservando el pantalón oscuro y la camiseta blanca, tomó su bicicleta del estacionamiento, le quitó la cadena y la montó no sin antes colocarse sus audífonos. YoonGi le había dicho muchas veces que no debía usarlos, pero lo hacía, no tenía mucho volumen, pero el poco ritmo que alcanzaba a escuchar calmaba sus nervios de los cláxons y demás ruidos de la calle. Viajó por, quizás, menos de diez minutos, cuando vio la escuela comenzó a ir más despacio, afuera estaba vacío, no habían estudiantes o profesores, todo era muy quieto.

Al final, antes de llegar a la puerta, bajó de su bicicleta y caminó junto a esta, el aire era pesado, cálido pero no bochornoso, era época de otoño así que algunas de las hojas que seguían en los árboles caían para morir debajo de sus pies o de las llantas de su misma bicicleta. El trinar de la cadena lo acompañó hasta poder tocar la puerta de la escuela, un viejo anciano le abrió con dudas para luego sonreír.

¡Pequeño JiMin! —Al mencionado siempre le parecía curioso que lo llamara así, pues el hombre en realidad era más bajo que él mismo, sin embargo no mencionaba nunca objeción alguna— ¿Viniste a ver al profesor Min?

JiMin sintió, si no fuera por él no tendría otro motivo para ir.

El receso comienza en unos minutos... pasa... pasa... —el hombre abrió la puerta permitiéndole la entrada a JiMin y a su bicicleta.

El anciano había insistido en que le dejara el vehículo ahí mismo, así lo hizo, apenas estaba por caminar hacia la escuela cuando el timbre indicando el receso comenzó a sonar. Se escucharon algunos gritos y vio a los niños salir al patio para jugar. No eran tan jóvenes pero para JiMin era curioso cómo se divertían con una cuerda o una pelota. Caminó por en medio de los jóvenes para subir la escalera, esperaba que YoonGi estuviera en su edificio y no en la sala de profesores, no le gustaba cómo algunos maestros lo veían, aunque su novio usualmente decía que ellos estaban celosos porque nadie se preocupaba lo suficiente por ellos como para llevarles comida y un beso.

Tocó la puerta escuchando un "adelante" característico de YoonGi.

Abrió poco a poco sonriente, el pálido pareció perder unas pesas de los hombros al verlo, se levantó y estuvo por caminar hacia él cuando JiMin se adelantó.

Hoy... hoy te pedí ensalada... espero que te guste... —murmuró dándole vuelta a su mochila para sacar los alimentos— no hemos podido cocinar correctamente... en mi trabajo hemos tenido muchas entregas especiales así que llegó cansado... y tú estás en final de ciclo. —Murmuró dejando la comida en las grandes manos de YoonGi.

Está bien... ¿Tú has comido algo? —Preguntó.

Comeré de regreso al trabajo. —Afirmó con una sonrisa.

Ojalá te quedaras a comer... —murmuró YoonGi, dejando la comida en su escritorio para acercarse a él y besarlo cortamente.

JiMin se sonrojó y bajó la mirada.

Estamos en tu trabajo... —negó— besos no.

Nadie nos ve. —Replicó como suplicante.

No, besos no. —Negó.

Para JiMin era muy importante mantener la seriedad en los empleos, no podía ir por ahí riendo y siendo como era en su casa, pues un empleo exigía algo de él, por eso trataba de mantenerse al margen aun si no hubiera nadie alrededor, por eso cada que él visitaba a YoonGi o viceversa sólo lo abrazaba o le dejaba un beso en la mejilla, no quería que aquellos tratos interrumpieran en sus labores. YoonGi lo comprendía e incluso admiraba su compromiso... pero había veces en las que sólo quería abrazarlo y besarlo, besarlo mucho.

Quizás hoy vuelva temprano a casa... —habló rompiendo el silencio.

Está bien. —Sonrió.

Paso por ti y vamos a cenar... últimamente no hemos salido y en la casa tengo exámenes... quiero ya olvidarme de las evaluaciones. —Sonrió.

¿Podemos pedir algo en un autoservicio?

YoonGi asintió sabiendo por qué lo hacía, si iban a un restaurante común no podría quitarse de la cabeza el hecho de que ahí habían meseros como él y por ende el trabajo mismo lo acompañaría hasta donde, se supone, que debía estar olvidándose de todo. Se quedaron un poco más hablando, sobre un alumno que había llegado tarde o una pequeña niña que tenía nombre de un astro. Poco a poco sabían que tenían que despedirse.

El pálido le robó un beso ganándose un reproche del más joven, sonrió y lo abrazó diciéndole un "cuídate".

JiMin asintió y salió del salón viéndolo abrir sus alimentos con los ojos atentos, sabiendo que realmente tenía hambre. Salió hacia el pasillo y escuchó risas estruendosas por un pasillo que, cuando dejaban de sonar —quizás porque necesitaban respirar— dejaban paso a un chillido, él conocía ese sonido, él mismo lo produjo muchas veces cuando era niño. Caminó por el pasillo con precaución y miró a unos cuántos jóvenes, tendrían quizás trece años, sus uniformes estaban desarreglados y su cabello alborotado, sus risas eran falsas, no eran de alegría, eran de burla. Enfocó la mirada logrando encontrar entonces a una niña en medio de ellos, uno estaba regando sobre ella agua, tenía el cabello enmarañado, parecían chinos incontrolables que estaban siendo apagados por el agua. Vio a uno de los jóvenes tomar a la pequeña del brazo para jalonearla, aun cuando esta lloraba, hasta donde estaba un cuarto. El corazón de JiMin se detuvo y se atrevió a hablar.

¿Qué hacen? —Preguntó JiMin con la voz estable pero el corazón lleno de pánico, poco a poco se atrevió a acercarse.

Los niños se detuvieron, todos parecieron palidecer pero sólo uno frunció el ceño.

¿Y tú quién eres? —Respondió agresivo.

JiMin cayó en cuenta que por su vestimenta podría pasar como profesor, ya que no llevaba el mandil, sin embargo un niño regordete se acercó a quien había gritado.

Creo que es familiar del profesor Min... lo he visto ir con él... —habló lo suficientemente alto.

Al parecer YoonGi tenía una reputación respetada en el plantel, pues entonces ellos fingieron sonreír y levantaron las manos.

Estábamos jugando... pero ella no quiere jugar, no tendrá más amigos que nosotros porque es fea. —Respondió y los niños emprendieron una huida patética entre carcajadas.

JiMin intentó ver algo que identificara a cada uno de ellos, pero eran mayoría, sería imposible. Se acercó a la pequeña y tuvo miedo de tocarla por si estaba herida.

¿Estás bien? —Preguntó temeroso.

Lo siento... —murmuró la pequeña levantándose, su uniforme estaba tironeado y su cabello más desordenado.

JiMin abrió los ojos sorprendido, no asustado sino admirado... ahí estaba una pequeña niña cuya nariz parecía ser una bolita, sus ojos eran enormes y almendrados, su cabello era chino a más no poder, parecía un garabato cuidado sobre su cabeza, sus labios eran gruesos y firmes y su piel... su piel era tostada, oscura, era una niña que parecía haber sido pintada en medio de la noche con el tinte que regala la madrugada. Entonces entendió por qué la molestaban, otra persona habría pensado que era por su color, por su cabello en específico, pero JiMin sabía que era porque toda ella era diferente... a ambos los molestaron por las mismas razones: no encajar.

La niña sorbió su nariz y bajó la mirada avergonzada.

Tengo que ir a clases... —susurró caminando lejos de JiMin.

Espera... —JiMin respondió— te han hecho daño en la rodilla... estás sangrando... no puedes ir así... a-además... ellos... ellos no pueden hacerte eso. Vamos a la enfermería.

La pequeña negó asustada.

No puedo...

¿Por qué?

Sabrán que fui y será peor.

JiMin juntó sus labios y entonces tuvo una idea.

¿Me dejarías que yo te cure? —Preguntó tímido.

«♡»

JiMin había colocado una bandita en la rodilla de la pierna, misma que había pedido a la enfermera con la excusa de que se lastimó.

Así la pequeña estaba sentada en las escaleras, JiMin había tomado una botellita de agua para limpiarla con pedacitos de algodón que también le había pedido a la enfermera. La niña estaba temblando, no por frío sino por las hipadas como resultado del llanto. Su falda estaba sucia por la tierra y su cabello seguía hecho un lío, en medio de las hebras oscuras se encontraba un listón amarillo claro, él no estaba acostumbrado a tocar a la gente, usualmente le gustaba su espacio... pero ella se veía muy pequeña, muy indefensa y muy, muy triste, por un momento en sus ojos vio el reflejo de su infancia, donde estaba todo el día llorando en un pequeño espacio, o sólo mirando el suelo hasta que su madre venía tomada de la mano por SeokJin y lo cargaba para llevarlo a casa.

Lentamente, ignorando al pánico en sus manos, tomó el listón de entre su cabello, el pequeño toque hizo que la niña lo mirara.

Tu... umh... listoncito... —murmuró entregándoselo a la niña.

Gracias... —murmuró la pequeña.

¿Cómo te llamas? —Preguntó a la par que tomaba su celular y mandaba un mensaje a sus compañeros, afirmando que había ocurrido un problema y los vería el lunes... aunque bien sugirió poder ir el sábado a cubrir sus horas.

Recibió, casi de inmediato un "no te preocupes... te vemos el lunes".

Ashia... —murmuró.

Ashia... —repitió asintiendo— ¿Con quién tienes clases?

Uh... —removió sus manos— debería ir... —afirmó— es el profesor Min, es estricto, seguramente llamará a mis padres si me tardo más.

JiMin asintió sonriendo, se levantó y le preguntó si podía caminar, por los pasillos podía escuchar a los demás profesores impartir clases, algunos incluso que quizás no controlaban bien a su alumnado pues se escuchaban más sus risas que otra cosa. Llegó al aula "200" donde YoonGi impartía clases, era inusualmente quieta, no se escuchaba nada. La pequeña, en medio del pasillo había tomado la mano de JiMin, parecía tener miedo por lo que fuera a ocurrir, su cabello seguía desordenado, él había querido peinárselo pero jamás lo había hecho y no tenía intenciones de lastimarla, los pasos se volvieron lentos, ella parecía no querer seguir adelante.

JiMin se detuvo y se inclinó un poco.

Si no quieres entrar está bien... —miró los ojos de la pequeña que amenazaban con llorar nuevamente— me quedaré contigo hasta que tu mamá llegue.

El profesor Min me va a regañar. —Murmuró con la respiración alterada.

No lo hará... —se atrevió a pasar su mano por el cabello chino de Ashia.

¿Cómo lo sabes?

Lo conozco. —Sonrió.

Ashia asintió pero al parecer no le creía, sus pestañas estaban aún húmedas por algunas lágrimas que quizás soltaba rápido pero se secaba al instante. Fue entonces cuando la estudió que vio el moño rojo del uniforme desatado y colgando de manera laxa. JiMin soltó la pequeña mano y comenzó a acomodar el moño de la niña mientras esta lo veía con intriga.

Necesitas hablar... —murmuro JiMin— necesitas decir lo que te pasa... —la miró directamente a los ojos— para que dejen de hacerte esto debes salir por ti misma... yo puedo ayudarte, el profesor Min puede ayudarte... tus papás pueden hacerlo... pero si no dices qué pasa no podremos hacer nada... y si no tratas de detenerlos esto seguirá...

Ashia comenzó a morder su labio inferior.

Una vez... una vez se lo dije a una maestra, la señorita Koung... pero... —negó— ella castigó a los niños... pero... pero fue peor...

JiMin asintió para insistir.

Pero tienes que seguir... hasta que paren... —sostuvo la barbilla de la niña que estaba mirando el suelo— eres fuerte... tienes que hacerlo...

Pero...

Si llamo al profesor Min... ¿prometes decirle lo que pasó?

Ashia desvió la mirada hacia las escaleras, parecía estar analizando cada una de las posibilidades, sus manos seguían temblorosas, sus orbes azabaches zigzagueaban por las paredes y los escalones, quizás deteniéndose en alguna ilustración pegada en la pared de anuncios. Tenía las mejillas infladas y la barbilla muy pequeña, era realmente como esas muñecas de porcelana que a veces JiWoo compartía por Facebook. Sorbió su nariz y cerró los ojos, miró a JiMin y asintió.

JiMin entonces sostuvo de nueva cuenta su mano, ignorando los pensamientos sobre si aquello era correcto o no y caminó con ella hasta el aula, tocó suavemente y escuchó un "adelante". Abrió la puerta y se asomó con el rostro preocupado. YoonGi tenía un libro en la mano, parecía estarles leyendo, la pose que tenía era de hermetismo, recta, seria, sin embargo al verlo sus hombros dejaron de tensarse y sus ojos se abrieron en sorpresa.

Continúen leyendo, vuelvo rápido. —Habló cerrando el libro para salir hacia donde estaba JiMin.

¿Te pasó algo? —Preguntó asustado.

No... es... —JiMin levanta la mano donde la pequeña se sostenía con miedo.

Ashia... ¿Qué pasó? —Preguntó intrigado.

Umh... —JiMin miró a la pequeña, él podía decirle lo que había ocurrido pero eso no sería ayudarla, él podría ser de apoyo únicamente.

P-profesor... —la pequeña temblaba— es... —su voz comenzaba a quebrarse— S-sung... él... y sus amigos... me...

¿Te hicieron daño? —Preguntó.

No es la primera vez... —murmuró JiMin.

¿Qué te hacen? —YoonGi se inclinó un poco.

M-me dicen... me dicen... que soy fea... y... me tiran del... cabello... y... —para entonces ella estaba llorando.

YoonGi asintió recordando que a inicios del año escolar ella tenía el cabello más largo, luego dejó de ver por una semana a algunos alumnos, para después ver a la pequeña Ashia con el cabello corto, frunció el ceño al pensar que ellos le habrían hecho ese daño y juntó los labios al pensar que nadie le había pasado el informe de un caso de bullying.

Tenemos que llevarla a la dirección. —Murmuró el pálido levantándose para mirar a JiMin.

Si... si la llevamos y la dejamos ahí... ellos... harán lo mismo... —sus cejas se fruncieron en preocupación.

Los castigarán.

Esa no es la solución... —apretó un poco la mano de la pequeña— si los castigan tendrán más rencor... habían otros niños ahí, no participaban, sólo miraban, ellos también son cómplices.

¿Qué sugieres? —YoonGi asintió mirando a la pequeña.

Necesito... yo... —JiMin tragó pesado por los nervios— necesito hablar con la directora. Ellos son niños pero no son tontos... yo... bueno... yo creo que tienen problemas que desatan con los más nobles... como ella.

YoonGi tensó la mandíbula pero asintió. Revisó el reloj que estaba en la sala, aún les quedaba una hora de clases, dejar a los niños solos era una irresponsabilidad, metió las manos a las bolsas de su pantalón café claro y suspiró, estaba dispuesto a quedarse por la pequeña pero tendría que finalizar las clases, quizás podría dejarlos ir unos minutos antes...

Me queda una hora de clases... ¿Me esperas? —Preguntó pensativo.

Sí... i-igualmente... nosotros... hablaremos con su mamá... ¿No? —Preguntó JiMin.

Claro... —Afirmó el pálido.

Yoonie... —murmuró haciendo que el mencionado se sonrojara pues lo había llamado así frente una alumna— ¿Tienes los horarios de la escuela?

Sí, nos brindan un folder donde están los horarios de todos... —respondió extrañado— ¿Por qué?

Quisiera revisarlo.

«♡»

La pequeña Ashia estaba entretenida en la biblioteca, JiMin le había conseguido un libro infantil mientras él revisaba los horarios y hacía anotaciones en una pequeña libreta que tenía siempre en su mochila. Ashia le mostraba alguna ilustración que le gustaba y JiMin le sonreía de vuelta, a él realmente le gustaría estar leyendo con ella... pero tenía que acabar eso antes de ir con la directora. El ambiente era silencioso, se escuchaba el susurro de las páginas siendo movidas y algunos golpeteos que la pequeña hacía con sus manos contra la mesa, leía en silencio con una pequeña sonrisa, JiMin se preguntó en silencio si ella era tan tranquila... ¿por qué la molestaban?

Cuando JiMin acabó de escribir sobre su libreta pudo escuchar la vibración de su celular, lo tomó sólo para ver "Yoonie <3" en la pantalla. Sonrió para contestar y avisarle a la pequeña que tendrían que irse de ese lugar.

Ashia había pedido el libro para llevárselo a su casa, así que iba con el cabello desordenado, el rostro sonriente y con ambas manos apresando el libro contra su pecho.

Vamos para allá... sí, sólo pasamos a la biblioteca... —susurró caminando con la pequeña a su lado.

Observó a los niños correr de un sitio a otro, con sus mochilas en los hombros y sonrisas pegadas, carcajadas abiertas y pequeñas planeando su fin de semana. Ashia se pegaba a él manteniendo el rostro bajo. Llegaron con YoonGi que estaba ordenando todo en su maletín clásico.

Bien... vamos con la directora... —murmuró.

Sí... vamos, Ashia. —Sonrió tratando de calmarla.

Pero... mi mamá...

Tu mamá está esperándonos allá. —Afirmó YoonGi.

«♡»

Ashia, no te preocupes, esta escuela vela por tu seguridad... estamos siempre a favor de nuestros alumnos... —la directora sonrió, sus anteojos caían pesadamente sobre su nariz y su cabello estaba atado en un chongo estrictamente hecho. Era una mujer regordeta que parecía pasar todo el día entre papeles y no con estudiantes, sus ojos carecían de la ternura que un profesor debía tener, sus manos estaban más tensas de las que un profesor necesariamente estricto y sus palabras no eran las correctas para una pequeña como Ashia— por eso necesito que me brindes los nombres de los alumnos... llamaremos a sus padres y se irán suspendidos una semana.

Eso ya lo han intentado. —Habló YoonGi.

¿Entonces? —La directora se cruzó de brazos.

La pequeña estaba sentada en las piernas de su madre, una mujer joven cuyo cabello era igual que el de la pequeña, ahora mismo ella sólo estaba mirando a los adultos con un rostro preocupado mientras la mujer la peinaba, tenía un traje pulcro, parecía una mujer de oficina, a JiMin le pareció extremadamente linda la mujer, no era tan delgada como las modelos que veía en las revistas pero fácilmente tenía el porte de una. Además, parecía querer mucho a la peque Ashia, estaba abrazándola y, de vez en cuando, secando las lágrimas que se le escapaban.

Umh... —JiMin abrió la libreta en la que había anotado... estaba nervioso, sus manos temblaban pero era algo que sentía que debía hacer— ¿Ha oído hablar del... del método Kiva?

La directora ladeó el rostro extrañada, se quitó los lentes y negó, no sin antes ver con intriga a YoonGi, este sólo levantó los hombros y se sonrojó suavemente.

Es... un método que hacen en... Finlandia... —JiMin se acercó hasta la mesa para dejar abierta su libreta y después abrir a lado los horarios— se trata del... umh... programa más efectivo para combatir... este tipo de... incidentes. —Miró a la directora— se trata de... eliminar los castigos hacia los acosadores... en lugar de enfocarnos en la víctima o el victimario... nos enfocaremos principalmente en los testigos que son quienes nos pueden ayudar. —Asintió tres veces— he visto que todos los días hay un profesor que... imparte durante tres horas seguidas... —señaló los horarios— si una hora la dedican a la integración social... creo que podremos combatir esto.

¿A qué se refiere con integración social?

A... conversar... —miró a la directora— los niños necesitan saber cómo dañan a los demás... necesitan protegerse entre todos y los acosadores necesitan ser escuchados... —asintió— y en caso de encontrar un... amh... caso... de abuso... es necesario hablar con todos. —Miró a Ashia que estaba moviendo los pies en un vaivén lento— las víctimas necesitan enfrentar a los acosadores... t-tienen que decirle lo que piensan...

Este método... ya ha sido probado ¿No es así?

Sí. Ha tenido mucha efectividad, en las escuelas que se aplicó se demostró que el acoso disminuyó el ochenta por ciento... si-sin embargo aunque es muy efectivo... aun será necesario supervisarlos pero si podemos... umh... hacerlos conscientes de que son... —levantó sus manos para explicarlo, era una costumbre muy suya— u-un grupo... y que como grupo pueden defenderse... —asintió— y es... es muy típico escuchar que los acosadores tienen umh... problemas en sus hogares, si se les brinda el apoyo... e-es posible que ellos también cuenten sus problemas.

La directora asintió, tomó una pluma de su escritorio y un post-it del mismo.

¿Cómo dice que se llama?

JiMin...

¿El método?

Ah... —JiMin se sonrojó pero sonrió— Kiva.

«♡»

Ashia estaba despidiéndose de YoonGi y JiMin, a este último lo abrazó con fuerza, levantándose incluso de puntitas para rodearlo por el cuello. JiMin aprovechó esta oportunidad para susurrarle en el oído.

No eres fea... eres muy bonita... en mi vida he conocido a dos niñas como tú...

¿E-en serio? —Preguntó sorprendida, para una pequeña que había viajado de Estados Unidos a Francia y al final a Corea había sido difícil encontrar a niños como ella.

Sí... una se llama "niña bonita" y la otra "momo". —Acarició su cabello peinado.

La pequeña sonrió ampliamente, se soltó y se despidió haciendo una reverencia. El listón rodeaba sus hebras resaltando entre estas y ahora su moño estaba mucho mejor acomodado, JiMin pensó que aunque él se había esforzado por hacerlo bien no había podido lograrlo con la misma dedicación que una madre. La mujer sonrió, les dio las gracias con un acento más remarcado que el de la pequeña, fácilmente en su trabajo podría que estuviera hablando en inglés, fue por ello que YoonGi le tradujo algunas partes de la conversación que JiMin y la directora tuvieron, ahora comprendía por qué para ella era un poco más difícil el pararse a defender a su hija.

JiMin suspiró viéndolas partir en su automóvil... lentamente, ya estando en el atardecer, sintió los dedos de YoonGi tocar los suyos.

Me... me impresionaste hoy. —Sonrió— es necesario que te invite una cena...

¿Necesario?

Sí.

¿Por qué?

Para celebrar.

¿Celebrar?

Lo que has hecho hoy... —YoonGi miró directamente a los ojos de JiMin— y que te admiro...

JiMin se sonrojó y asintió.

Al final tuvieron que guardar la bicicleta en el coche de YoonGi, fue difícil pero lo consiguieron, y con eso se fueron a cenar acompañados por la radio. JiMin no reparó en cuánta hambre tenía sino hasta que pidió tres órdenes para él solo.

«♡»

«♡»

«♡»

Escuchó un toque en la puerta, era suave.

Adelante... —YoonGi sólo estaba esperando a terminar la jornada, estaba entretenido leyendo una novela nueva, ese último fin de semana habían conseguido una nueva "paquete" de libros, como era costumbre ambos iban a las librerías donde vendían ejemplares viejos o usados para buscar nuevos intereses, compraban alrededor de seis a diez ejemplares cada uno e iban a dejar algunos tomos viejos que no les fueron atractivos o que ya no deseaban tener con ellos.

El pálido adoraba esos días, pues no sólo compraban libros sino que también algunos discos o películas, aunque tenían servicio de streaming preferían también lo típico de poner un disco en el DVD. La noche estaba haciéndose presente, esos días parecía que oscurecía antes pero en realidad se debía a las nubes que cubrían el manto gran parte del día.

Ese era el último día de labor para alumnos y maestros, tendría una junta en algunos días, después de Navidad y antes de Año Nuevo para discutir las nuevas modalidades para el ciclo escolar que entraba. El método que JiMin sugirió comenzaba a dar resultados, pocos, lentos pero los brindaba, algunos niños que eran considerados acosadores habían ido personalmente con algunos profesores para contar algunos problemas personales, unos eran sentimentales como que el hermano mayor los ignoraba y otros más familiares y físicos como la ausencia del padre o la madre, entonces los mismos profesores ofrecían hablar con los familiares, así como brindarles apoyo para toda la familia.

Profesor... —vio los dos pequeños chongos asomarse, en la base de ambos habían listones rojos.

YoonGi sonrió cerrando su libro no sin antes colocar el separador.

Ashia... ¿Qué ocurre?

La pequeña mordió su labio, el sonrojo en su rosto se veía y sus pestañas se veían adornadas, seguramente saldría hoy a cenar con sus padres, era usual que se hiciera esto para celebrarles el fin de ciclo a algunos pequeños, pues además en su cabello tenía pequeños destellos que parecían ser brillos. Corrió por la puerta hasta donde se encontraba su profesor sentado. Tenía entre las manos una bolsa de papel un poco grande, la dejó en el escritorio y sonrió.

Es para usted y para su esposo, mi mamá y yo lo preparamos... —juntó las manos frente a su uniforme con nervios, la imagen hizo que YoonGi no la corrigiera, JiMin no era su esposo... no legalmente— feliz navidad, profesor Min.

YoonGi sonrió ladino.

Gracias... feliz navidad a ti también...

Ella soltó una pequeña risa y corrió hasta la puerta donde estaba asomada su madre y un hombre, ambos con traje. La mujer le sonrió de vuelta para tomar la mano de su hija e irse.

YoonGi, preso de la curiosidad, miró en la bolsa encontrándose con un pastel "mil hojas" relleno de fresas y frambuesas. Sonrió recargándose un poco en su silla, decidió tomarle una fotografía para enviársela a su novio.

Para: MinMin 🌟
[03:30 pm]
"nos llegó la navidad antes... nos lo regaló Ashia"

Cuando JiMin recibió el mensaje de inmediato sonrió...

Ambos, en diferentes lugares, uno mirando por la ventana de su salón de clases y otro por los ventanales del restaurante, se preguntaron cómo sería tener quizás, una pequeña vida con ellos.

«♡»

«♡»

«♡»

«♡»

«♡»

.

.

.

Francamente creo que más gente debería conocer el método Kiva, sobre todo porque se trata del método más humano que he leído para combatir a los acosadores, esos que potencialmente van emigrando a los trabajos, a los vecindarios y demás... Si ustedes tienen la oportunidad de presentarlo en algún lugar que trabaje con jóvenes de como 8/9 hasta como los 15/17 sería bueno que fueran promoviendo esto...

En fin, francamente este "especial" lo tenía en mente desde hace mucho, realmente recordé esos dos libros que menciona JiMin, sobre todo "niña bonita" que fue uno de mis primeros cuentos infantiles y tuve el deseo de plasmarlas aquí.

¿Les gustó? Este fue más largo pero no por eso carente de errores así que si encuentran, por favor, avísenme... daskdsñlakdñla

eeeeeeEEEEEN FIN. GRACIAS POR TODO! GRACIAS!

No sé si escribiré otro especial, tenía en mente que este fuera el último antes del epílogo pero si tienen dudas por aclarar bien en la historia o alguna sugerencia de la que pueda sacar algún contenido déjenlas aquí... podría tomar ideas para hacer otro especial jajaja, sobre todo porque sé que hay huecos argumentales que yo no veo pero ustedes sí... y si puedo aclararlos estaría muy feliz.

NOS VEMOS DESPUÉS! MUCHO, MUCHO AMOR! DASLJDLSAJL

BYE-BYE!

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro