Capítulo veintiuno «adulto pt4»
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JiMin miraba emocionado su malteada, además de probar las papas fritas y la ensalada con los fideos con crema que YoonGi le compró, quizás sería mucha comida, pero el mayor sólo quería consentirle un instante. Al poco rato a la mesa llegaron NamJoon y HoSeok. Ambos llevaban su comida; un par de hamburguesas que, diferente a lo que su estómago reclamaba, eran demasiado pequeñas, la carne apenas resaltaba, comenzaron a hablar sobre las materias que quizás tomarían el siguiente semestre, así como una película que irían a ver algún fin de semana, una de acción y súper-héroes, algo que no llamaba la atención de YoonGi pero tampoco se quejaba, sólo era para matar el tiempo.
En un instante su estómago rugió silenciosamente, tomó el traste abriéndolo para comenzar a comer, pudo haber empezado al mismo tiempo que JiMin, pero quería comer cuando realmente tuviera hambre para no dejar una sola espinaca, manzana o trozo de pollo.
— ¡Woah! ¡Eso se ve bien! —HoSeok se asomó mirando.
YoonGi asintió y siguió comiendo.
— ¿Quién hizo eso? —NamJoon miró, también, con mucha hambre la ensalada de YoonGi.
— MinMin.
El menor se sonrojó y fingió mirar el resto de fideos que aún no terminaba.
— Dame... —Exigió NamJoon.
YoonGi cerró los ojos y negó.
— ¿YoonGinnie? —HoSeok trató de sonar meloso pero sólo recibió una mirada de desaprobación.
— ¡YoonGi! —NamJoon chilló— ¡Mal amigo!
— Consíguete el tuyo. —Habló a la par que comía un pedazo de pollo.
— ¡JiMinnie! —Casi solloza HoSeok.
El menor le miró, aún se sentía sonrojado, más que por HoSeok y NamJoon, por el hecho de que el mayor, YoonGi, estaba comiendo algo que él hizo, pero no pudo evitarlo, ambos eran buenos amigos, quizás no sentía confianza pero podía decir fácilmente que eran muy buenas personas.
— Y-yo... —Susurró con mucho miedo porque era la primera vez que hablaba y los tres le prestaban total atención— tra-tra... traeré.
HoSeok y NamJoon sonrieron tenuemente con un poco de ternura por el nerviosismo del menor.
— Tienen que pagarle. —Habló seco YoonGi rompiendo la atmósfera.
— ¡¿Eh?! —Volvió a chillar HoSeok.
— ¿Por qué nosotros sí y tu no? —Puchereó NamJoon cansado de ver como su amigo comía.
— Porque... —YoonGi dejó de comer y les miró— yo soy "Yoonie" —habló serio— y tu eres feo —señaló a NamJoon— y tu feo y ruidoso. —Señaló a HoSeok.
Ambos chicos se quejaron y JiMin comenzó a reír con suavidad aferrándose al brazo de YoonGi mientras negaba ante las preguntas de los otros dos.
El resto del día fue tranquilo, JiMin le contaba a YoonGi sobre lo que su papá le había traído como regalos, entre ellos un par de cuadernos, también el mayor le hizo prometer que no llevaría comida para NamJoon u HoSeok, una parte de él decía que se debía a que no quería hacerle trabajar más —aparte de que se metería en problemas con su mamá—, pero aquella voz que le recordaba todos sus fallos le dijo que únicamente lo hacía por egoísmo, porque quería seguir siendo "Yonnie" el único por el que JiMin cocinaba.
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Así pasaron varias semanas, semanas durante las que JiMin aprendió diferentes palabras, también aprendió a escribir con paciencia cada una de las oraciones que a veces dejaban en el salón de YoonGi, comprendió algunas cosas, ignoró otras y algunas tantas no pudo entenderlas y no sabía cómo preguntar, pero se sentía muy feliz consigo mismo por haber podido aprender muchas cosas, cosas que sólo compartía con su papá y con SeokJin, sabía que su mamá le ignoraría, así que jamás le mostraría su libreta con las palabras que día a día fue aprendiendo.
Incluso, hubo una vez, en la que fueron al taller de literatura de NamJoon, porque YoonGi tenía que arreglar unos documentos, y escuchó por primera vez poesía, no recuerda qué poema era, sólo recuerda que era algo que "neru--" y algo... sólo que en el momento en que NamJoon comenzó a leerlo, no pudo evitar sentir un hueco en su pecho, no sabría explicarlo, simplemente le encantó, le preguntó más de diez veces a NamJoon si él lo había escrito pero el mayor negó. Sí, él sabía que el menor padecía de autismo, sin embargo sabía que ese no era un limitante sino otras posibilidades, por eso se sintió conmovido cuando le notó conteniendo las lágrimas... comprendía que la sensibilidad de JiMin escalaba más de lo cotidiano.
Así que cuando YoonGi llegó, aparte de recibir un abrazo de JiMin, también recibió una recomendación...
— Algún día... siquiera una vez a la semana... deberían venir aquí... —YoonGi levantó una ceja extrañado— él... él es sensible ante las letras... —Sonrió feliz por el menor.
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Ese viernes se había levantado tarde, corrió y aunque tenía prisa se bañó bien, justo como recordaba que lo hacía su mamá, salió y aún dudo sobre qué ponerse, así que SeokJin le ayudó eligiendo cosas rápidamente. Tendrían que salir en menos de cinco minutos y el menor no encontraba sus zapatos, estaba más ansioso que su propio hermano, llegar tarde significaba ver por menos tiempo a YoonGi y no quería eso.
— Ah~ vamos, ponte estos... —SeokJin le pasó unas zapatillas deportivas simples, las cuales el mayor ató y salieron rápido.
El día había sido más tranquilo de lo que pensó, las clases terminaron pronto por una junta, el mayor estaba sentado en una banca con JiMin a su lado, ambos esperando a que fuera el receso para ir a comer con los otros dos chicos que aún tenían clases.
— MinMin —JiMin le miró— ¿no quieres algo frío? hace calor~.
JiMin asintió y tomó su mano para levantarse, sin embargo al hacerlo y dar un paso al frente sintió algo extraño en su pie, bajó la mirada y notó su cordón desatado, se sintió nervioso, sólo SeokJin podría ayudarle a atarlos, pero él estaba lejos de allí, y la última vez que caminó con los cordones desatados se cayó.
— ¿MinMin? —YoonGi le miró y notó su mirada en el suelo, siguió su vista hasta toparse con sus cordones desatados— Oh...
YoonGi no sabía cómo preguntarlo, pero debía de hacerlo.
— Tu... uh... puedes atarlos. —La pregunta no sonó como tal, sino como una afirmación.
— No... —Susurró avergonzado.
— No, no... — YoonGi se sentó con él de nuevo— tu... tu puedes atarlos.
JiMin le miró extraño pero se dejó hacer, YoonGi subió su pie, y suspiró, lo que iba a hacer le avergonzaba pero lo olvidaba porque JiMin valía hacer, aunque sea un poco, el ridículo. Desató su propia agujeta y suspiró recordando cómo su hermano le había enseñado.
— L-los... —se sonrojó levemente al pensar lo que haría— cordones se sueltan... —suspiró— si... si no los sabes... a-atar... —tomó ambas puntas del cordón estirándolas— te... te contaré un... un secreto... y... muy pronto aprenderás... —volvió a suspirar— to-tomando las dos puntas —las enseñó— u-una cruz debes formar... pasarás uno por la cueva... y a-ahora la estirarás... —estiró ambas puntas haciendo un nudo simple— mi-mira que se forma una espiral... toma un cordón —tomó el izquierdo— forma una o-orejita... el... el otro lo abraza... y... se mete en la cuevita... cuando ya estén... ambas orejitas... estira... estira... porque con un nudo en el medio, se verán más bonitas... —levantó la mirada y JiMin estaba fascinado... miró inmediatamente sus tenis y levantó el pie... tomó ambos cordones y miró a YoonGi.
— Amh... —No sabía por dónde comenzar.
— Recuerda... MinMin... primero la cruz... —tomó las manos de JiMin e hizo el proceso muy lentamente— uno en la cueva... y estirarás... —lo hizo lento, para que los ojos de JiMin no se perdieran.
— Espiral... —Susurró JiMin mirando la forma del cordón.
— Sí... —siguió con sus manos— ahora la orejita... el otro la abraza... la cuevita...
— Dos.... dos orejitas... —Susurró JiMin.
— ¿Y? —Soltó sus manos esperando a que terminara.
— Y estira~ estira~ —Sonrió al ver, por primera vez, el cordón amarrado por él mismo.
Ese día también inundó de abrazos a YoonGi, estaba demasiado agradecido, lo sabía, lo tenía claro, él era un adulto, pero también sabía que incluso los adultos no podían saberlo todo... así que estaba agradecido de que YoonGi le enseñara cómo hacer las cosas, porque pese que sus cordones estaban atados el mayor le alentó a practicar una y otra vez hasta que él solo pudiera hacerlo sin preguntar.
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Su madre les había llevado al enorme mercado para comprar todo tipo de cosas por la despensa que se había vaciado, JiMin tenía en sus manos una bolsa llena de manzanas y otra de plátanos, esperaba quieto a que su mamá y SeokJin escogieran entre las verduras, ambos eran apasionados de la cocina así que era natural que fueran exigentes.
Al poco rato de caminar su madre le miró y sonrió.
— JiMinnie... —le acarició el cabello— espera allá, no te muevas ¿entiendes? —JiMin asintió— camina con cuidado.
SeokJin giraba de vez en cuando para mirar a su hermano menor entretenido en las lonas rojas que protegían algunos locales aún dentro de un lugar cerrado. Sonrió y siguió en lo suyo, al poco rato miró a JiMin hincado en una pierna tomando sus cordones desatados.
— Mamá... —SeokJin le habló— JiMin tiene los cordones sueltos.
Su madre miró a su hijo menor y asintió.
— No tardaremos mucho, Jinnie... —sonrió— sólo pago y le ayudarás a tu hermano.
Pagaron, sostuvieron ambas bolsas y caminaron hacia el menor, se quedaron estáticos al ver que sus cordones estaban atados.
— Estira~ estira~ —Susurró JiMin levantándose, tomando ambas bolsas con fruta y sonriendo.
— ¿Cómo?... —Su madre miró a SeokJin.
— Ah~ yo he estado muy ocupado con lo de mi tesis, mamá... JiMin prácticamente se queda a mi lado sin hacer nada más que mirar por la ventana... —Claro que él no le había enseñado pero tampoco le diría que JiMin ve a un desconocido para ella.
— ¿Y... entonces?
SeokJin miró a JiMin sonriente y con un movimiento de cabeza le alentó a caminar.
— Bueno... JiMinnie es listo...
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¿sienten eso...?
Es orgullo, estoy orgullosa de MinMin xD (hasta yo sentí pena cuando YoonGi comenzó la rima para MinMin ekisdé...)
Gracias por leer...
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