Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Capítulo veintiséis «diccionario»

«♪»

SeokJin tocó la puerta de su cuarto, tres pequeños toques y escuchó unos pasos rápidos del otro lado, inmediatamente la puerta se abrió mostrando a su hermano con la respiración levemente agitada, aunque sólo podía verle el rostro, pues apenas movió la puerta unos cuantos centímetros mostrando sus ojos únicamente. 

Si abres así mamá pensará que algo está mal.   —Sonrió al ver que el cuerpo de su hermano se relajó y abrió completamente la puerta. 

Perdón... —Susurró dejándole entrar. 

SeokJin negó y entró encontrando su habitación totalmente normal, suspiró porque sabía que su hermano no debía estar escondiendo cosas como si acaso su madre fuera parte de una organización criminal o alguna secta que le haría daño si le encuentra haciendo algo indebido... 

¿Qué estabas haciendo? —Sonrió sentándose en su cama. 

JiMin cerró la puerta colocando el pequeño seguro, nuevamente el mayor sintió esa incomodidad por verle tomar tantas medidas de seguridad. Dejó la puerta y subió un poco sus mangas porque el suéter le quedaba grande, caminó hasta su mueble de madera, se estiró un poco colocándose de puntitas y bajó al conejito azul para luego estirar su mano hasta alcanzar el tomo que NamJoon le había dado hace tan sólo tres días. 

Ah~ estabas leyendo. —El menor asintió y caminó con el libro firmemente pegado a su pecho para sentarse a lado de su hermano en la mullida cama haciendo a lado su almohada azul cielo.

El mayor alcanzó con lentitud el libro y el contrario asintió dejándoselo, SeokJin pudo admirar como el menor trataba el libro como algo delicado, aunque eso no era nuevo, cuando JiMin tenía algo que no era suyo solía ser muy delicado, recordó, mientras veía la gruesa pasta, aquella vez que le prestó unos marcadores para que pudiera dibujar, durante la tarde le encontró entretenido en su libreta presionando muy suave los cilindros de tinta dejando el color en la libreta, pero asegurándose de no maltratar la punta, y después miraba un instante la anterior mencionada, como si estuviera cerciorándose de no haberle hecho daño. Sonrió ante la memoria que tuvo, miró el libro prestándole atención ésta vez, sólo que no encontró separador alguno que indicara dónde estaba. 

¿Ya has leído algo? —Preguntó curioso hojeando. 

Sí... —Respondió levantándose nuevamente estirándose ante el mueble para alcanzar la pluma que YoonGi le había regalado. 

¿No tienes separador? —SeokJin le miró y notó que por la mirada de su hermano no sabía a qué se refería— Ah~ algo que te indique dónde vas... uh... algo que separe las hojas para que no te pierdas... 

JiMin levantó los hombros y negó mientras sus manos jugaban con los detalles de la pluma, delineándolos con sus dedos. 

¿Y cómo sabes dónde vas? —Recordó que no siempre estaba leyendo, a veces su mamá le hablaba para ver junto algún programa, sin mencionar las comidas y las horas que pasaba dormido, él mismo tendría que hojear todo el libro para hacer memoria. 

Lo... recuerdo. 

¿Cómo?

Sólo... recuerdo... el número.

SeokJin le miró mudo y volvió a mirar el libro. 

¿En qué página vas?

Cie-ciento... treinta y seis... —JiMin miró la pluma.

SeokJin abrió el libro y miró a JiMin...

¿Qué... qué parte es?

Empezando el... capítulo dieciocho. 

Se sorprendió cuando notó la fluidez y simpleza con la que había hablado pues en su voz no hubo duda alguna. NamJoon le había dado el libro hace tres días y ese día no pudo haberlo empezado porque su madre había llegado y sospecharía inmediatamente, por lo que sólo quedaba el día anterior y ése, miró el pequeño reloj a lado de su cama... siendo la una de la tarde se sorprendió, pues había avanzado demasiado... 

¿T-te está gustando? 

¡Mucho! —Asintió sentándose a su lado— es muy... bonito.

Platicaron un poco más de manera monótona hasta que soltó la razón de su visita repentina. 

JiMinnie... —tomó su mano— ¿has visto mi diccionario? 

El menor tensó el agarre sobre su hermano y bajó la mirada. 

¿Lo tienes tú? —Volvió a preguntar. 

Su hermano soltó su mano y comenzó a jugar con el borde de su suéter, SeokJin le tomó suavemente de la barbilla y levantó su rostro con lentitud, procurando no lastimarle o asustarlo.

No me enojaré... sólo quiero la verdad. 

JiMin volvió a bajar la mirada y asintió abultando sus mejillas, se volvió a levantar sólo para agacharse y buscar algo debajo de su cama, sacó la caja café y cuando la abrió se notó el diccionario de pasta negra, letras blancas y un lomo grueso. 

¿Por qué? —SeokJin tomó el libro. 

Lo siento... —bajó la mirada de nueva cuenta. 

Ya te dije que no me enojé... —dejó el diccionario en la cama, tomó la mano de su hermano menor para ayudarle a levantarse y sentarlo a su lado. 

Hay... hay palabras... que no entiendo... —susurró— y... el dic... diccionario... me ayuda. 

Oh~ —Seokjin asintió— ¿te ayuda a entender? —JiMin movió su cabeza afirmando.

Yo... escribo... en el cua-cuaderno... las... pa... labras —susurró aún sintiéndose mal por haberle quitado el diccionario a su hermano— para recordar...

Entonces... —SeokJin tomó el libro y lo puso sobre el regazo del contrario— te lo regalo. 

JiMin le miró sorprendido y sonrió abrazándole.

¡L-lo cuidaré!—resonó su voz apagada ante el hombro de su hermano por el abrazo tan fuerte y sincero que le brindó.

SeokJin sonrió y acarició su cabello, su hermano era más que listo, podía recordar con facilidad en qué parte se había quedado incluso después de ver una película o cenar, además de tener una inteligencia que era alimentada por su curiosidad, sus sonrisas eran sinceras porque amaba verlo tan animado. Platicó un poco más con él, como hace tiempo no lo hacía, le impactó ver todo lo que su hermano había progresado, no sólo sobre cosas cotidianas, sino el cómo ampliaba su lenguaje notándose reflejado en cómo se expresaba, sabía que todo eso era gracias a YoonGi y sus amigos, aunque él poseía aquella curiosidad infinita que servía de motor para investigar y aprender. Sin embargo que no compartiera lo que aprendía con él —como antes, cuando casi no salía de su casa, cuando se emocionaba porque había podido colorear bien algo e inmediatamente le mostraba— le dolía un poco, pensó, mirando a su hermano lleno de vida mientras hablaba del libro, que quizás se debía a que JiMin sentía un trato indiferente o incluso de menosprecio, y antes de terminar su plática sostuvo su mano prometiéndose en silencio que dejaría de verle como un niño, porque no sólo necesitaba que le trataran como alguien adulto, con un criterio propio, sino que también él mismo así lo exigía, se dio cuenta, aún más, cuando ya no dejaba que su madre le dijera qué hacer, sino que hacía las cosas por sí mismo, desde lavarse las manos, hasta acomodar su plato, sus cubiertos y comer antes de que ella le pidiera. 

Pensó que JiMin había experimentado la libertad con YoonGi, y ya que la había probado... no quería volver a esa jaula, por más que estuviera hecha de oro, y él, como su hermano, como alguien que le amaba, juró que le ayudaría a no regresar a aquella cárcel.

«♪»

El último viernes había llegado  así también la finalización, no sólo de la temporada de exámenes, sino también de estar alejado de JiMin.

YoonGi miraba por la ventana mientras sus auriculares estaban firmemente posicionados, no tenía sentido salir antes,  aunque el examen de ese día había finalizado y ya no tenía nada más que hacer, decidió quedarse sólo allí, mirando la ventana. 

Necesito tus apuntes. —Habló una voz pero él no le escuchó por estar concentrado en su música—. Ugh... 

Lo único que sintió fue un suave tirón y dejó de escuchar música, giró para encontrar a un chico de similar estatura, cabello revuelto en suaves rulos y suéter exacto a su medida color azul. Arqueó una ceja y suspiró cansado. 

Está tan mal que hagas eso... —Resopló tratando de obtener de nueva cuenta su celular, pues le había desconectado los auriculares. 

No hasta que me des los apuntes. —Sonrió.

Jong... dame mi maldito celular.

Tus apuntes. 

¿Para qué los quieres si ya reprobaste? 

¡Qué rudo! —Bajó sus hombros desanimado e hizo un puchero mínimo que al instante borró para sonreír mientras se sentaba frente a él— pero en serio... los necesito... 

Dame mi celular. —Insistió YoonGi— ¡Da... me! —Habló cortando la frase mientras se estiraba para obtenerlo. 

¡Yah!—Sonrió aún más el contrario alejándose.

YoonGi frunció el ceño, tomó la basura de lápiz que había en su banca arrojándosela directo en la cara.

¡YoonGi! —Gritó molesto el chico cuando sintió los restos de madera en su rostro y cabello. 

Lo... siento... —Su voz se veía cortada por las risas. 

Le devolvió el celular a la par que éste le quitaba las pequeñas basura de su cabello entre risas y diciendo que sí, le prestaría sus apuntes. 

¡YoonGi! —El mayor giró hacia la puerta, donde había venido el ruido parando todo movimiento.

- - - - - - - - - - - - - 
Sólo diré...

"un poco de salseo"...

Ok. Aquí  creo que pudieron notar que Jin también está madurando junto a JiMin, él también necesita alejarse de todo el estigma que su mamá causó. Tampoco he dicho qué libro le prestó NamJoon a JiMin ¿Cuál creen que es? :3

gracias por leer ;3; (errores de redacción/ortografía a mi cuenta ;; acabo de escribir esto ;;)

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro