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Capítulo treinta y uno «primo pt2»


«♪»

El domingo en la noche despidió a su hermano con un abrazo prometiendo que se verían al siguiente día en la tarde —o quizás en la noche—, añadiendo, además, que seguramente YoonGi preguntaría por él, cosa que causó una sonrisa —la cual pintó sus mejillas— pensó en dejarle el celular para que recibiera una llamada el lunes en la tarde o en la noche, sin embargo, pensar en la posibilidad de su madre encontrando el aparato simplemente le aterraba un poco, así que le pidió perdón por no poder dejarle alguna forma viable para comunicarse. Le miró con una sonrisa resignada pues intuía los sentimientos de aburrimiento que inundarían a su hermano, ya que también debía llevarse el libro, era casi seguro que, nuevamente, su mamá se empeñara en guardar sus cosas, presentía que diría algo como "él puede olvidar algo" así que no podía dejar el tomo en sus manos, porque ello causaría posibles problemas entre ambos y sobre todo, lo que menos quería, las lágrimas de su hermano.

TaeHyung no supo qué tanto hablaban mientras se abrazaban, pues había susurros por parte de su primo mayor y pequeños asentimientos de parte del menor además notó que en ocasiones las manos de JiMin se aferraban con fuerza a la camisa de SeokJin, sin embargo supo con total firmeza, por la mirada de su primo, que estaba totalmente triste, sus manos aferrándose a su propia sudadera era la prueba, así que sólo se limitó a abrazarle con fuerza mientras lo movía de izquierda a derecha balanceándole haciendo que riera por los pequeños gritos exagerados que soltaba, hacía cosas tontas y sin sentido sólo por poder ver la sonrisa de su primo. Así que en todo el día no se separó de él, habló mucho aunque JiMin casi no respondiera pero sabía que el mencionado lo agradecía, pues su mirada era sincera al igual que los pequeños abrazos que nacían de él como resultado de haberle sacado una carcajada.

¿Hoy no leerás, JiMinnie? —Preguntó tumbándose en la cama mientras ponía el control de la consola en su vientre y la pantalla frente a ambos se llenaba de rojo con un "estás muerto" resaltando en negro.

No... uh... tengo... algo que... hacer. —JiMin se acomodó pegando algo entre sus piernas y su pecho causando una extrañeza en su primo, pues su mirada se notaba incómoda.

¿Qué ocultas? —Arqueó una ceja acomodándose mejor en la cama.

Na-nada...

JiMinnie, está bien que guardes tus secretos, pero... lo haces ver como si fuera algo malo. —Susurró haciendo un puchero, pues recordó que cuando le encontró leyendo fue exactamente lo mismo.

Si... mamá... se entera... será... a-algo... malo. —Asintió tímido.

Pero~ tía no está aquí~ —canturreó feliz subiendo y bajando sus cejas haciendo que su primo sonriera— ¿Puedo ver?

Sin embargo su sonrisa se borró al escuchar la pregunta, lamió sus labios y negó un poco mientras bajaba la mirada.

E-es... personal. —Susurró tímido esperando que su primo no se enojase con él.

Está bien, supongo... —rascó su nuca un poco.

JiMin asintió mientras jugaba con las orillas del cuaderno que aún permanecía oculto entre su pecho y piernas, mientras sus ojos viajaban por las figuras abstractas de la cama buscando distraerse, sin embargo veía por entre sus espesas y oscuras pestañas a su primo aun mirándole.

¿Es tan malo?

JiMin negó.

¿Es muy personal?

Dudó un poco, realmente quería a TaeHyung, a tal grado que sentía que podía confiar en él, sin embargo no estaba del todo seguro sobre si debía abrir así sus sentimientos, no podía asegurar que no se burlara de él, y eso sólo le ponía tenso, pues aunque haya recordado los días de infancia junto a su primo no podía afirmar que le conocía del todo, bien podría ser una persona cruel debajo de una sonrisa amable.

Entiendo... perdona que te haya presionado. —TaeHyung suspiró y se levantó para seguir jugando.

JiMin interpretó aquello como un signo de enojo ¿había hecho enojar a TaeHyung? ¿Había dicho algo malo? En realidad sí confiaba en él, pero el miedo era mayor. Sintió sus manos humedecerse por el ataque de nervios que comenzó a sufrir, su pecho se aceleró, no quería perder a otro de sus únicos amigos, no quería estar solo el resto de tiempo que le quedaba... bajó la mirada nuevamente cerrando los ojos con un poco de fuerza... ¿Qué le diría YoonGi en estos casos? Su mente comenzó a pensar en él, en sus palabras... "confía en ti" había mencionado... entonces él debía confiar en sí mismo y eso significaba poder mostrar lo que sabe y lo que le gusta sin miedos ¿no?

¿JiM-- ¡¿JiMinnie?! ¿Estás bien? —Cuando aún seguía en su monólogo su primo tocó su pierna, llamando su atención— Dios... lo lamento mucho, en serio está bien que tengas tus secretos, todos los tenemos.

JiMin le miró y negó mientras, con el corazón latiendo estrepitosamente, sacando con manos temblorosas el cuaderno mientras lo extendía a TaeHyung.

¿Puedo...? —TaeHyung le miró intentando adivinar el sentimiento de sus ojos.

Con... fío... en... ti... —Susurró con el pánico más grande que jamás experimentó en su vida, estaba abriendo su corazón a alguien que no era YoonGi y eso le daba miedo.

TaeHyung miró el cuaderno y asintió mientras sonreía. Miró la pasta y la espiral de metal para luego soltar una pequeña risa.

Ah... qué lindo cuaderno. Los míos son aburridos. —Y sin más le devolvió el cuaderno a su primo.

JiMin recibió el empastado de vuelta y miró a su primo directamente a los ojos sin comprender qué acababa de suceder, simplemente le miró sonreír mientras se recostaba cerca de él, recargando su cabeza en su pierna mientras tomaba el control y comenzaba, por milésima vez, aquel nivel que no podía pasar y que tanto empeñaba en completar antes de terminar el fin de semana, así que sólo le quedaban tres o cuatro horas.

Ta... Tae... —Susurró tomando tímidamente su hombro ¿acaso había rechazado leer su libreta?

¿Mhh?

¿Por qué... no... quieres... leer?

JiMinnie... —pausó el juego— no necesito leerlo, son tus cosas, sin embargo estoy feliz porque confías en mí.

JiMin sonrió al escucharle y su corazón volvió a palpitar en alegría, abrió su cuaderno con rapidez y comenzó a anotar aquella pequeña pero significativa anécdota...

YoonGi... hoy aprendí que puedo confiar en los demás.

Lo hizo mientras a un lado comenzaba a detallar como su primo gritaba y pataleaba en el aire por cada zombie que le asesinaba.

  «♪»

La tarde del lunes fue horriblemente aburrida, sus ojos se entrecerraban a cada instante y su cabeza se balanceaba de un lado a otro, sólo estaba en la habitación de TaeHyung, sin hacer otra cosa más que mirar por la ventana, su primo había ido a la universidad, y su madre, junto con su tía, decidieron que el día era perfecto para comprar cosas que él no comprendía —ni quería comprender—. Y sin embargo podría estar feliz, él podría estar sonriente aún en su soledad, si tan sólo le hubieran permitido salir del cuarto de su primo, o si, mínimamente, hubiera una mínima posibilidad de acercarse a la misma. TaeHyung no tenía peluches ni juguetes, sólo libros técnicos y carpetas, muchas, muchas carpetas, también tenía una armario desacomodado con ropa a montones y de diferentes colores que resaltaban entre toda esa montaña, a lado había un mueble con una computadora portátil, y dos pequeñas bocinas en forma de lata de refresco rojo con azul, sin embargo lo que más resaltaba era la televisión plana, larga y fina que había encima de su mueble.

No supo cuánto tiempo había pasado, lo único que supo fue que ya estaba haciendo zapping sin saberlo, su dedo estaba presionando el botón con la flecha hacia la izquierda mientras sus ojos estaban serios al igual que su boca, había prendido la televisión sólo por curiosidad, sin embargo nada le gustó, cambiaba de canal cada dos minutos —o menos— mientras soltaba bostezos, dejó el control en la cama y se estiró esperando que el tiempo pasara rápido, miró a una supuesta pareja pelear por algo que le parecía absurdo y volvió a cambiar, encontró un canal de música pero todos esos efectos, gente con armas y mujeres semidesnudas le hizo aburrirse más. Simplemente apagó la televisión.

No hubo momento más pleno del día que cuando TaeHyung llegó, le abrazó con fuerza y le inundó de preguntas sobre lo que hizo en todo el día recibiendo un simple bostezo acompañado de un "sólo dormí" a lo que le regañó con suavidad —y un poco de timidez— pues él sabía que no debía dormirse, muchas veces había asistido a la universidad y sabía que todo era crucial.

Partieron a las seis y media de la tarde, el menor estaba emocionado y triste a la vez, sentía que dejaba a alguien que se estaba volviendo una de sus personas favoritas, sin embargo también iría a casa para ver, al día siguiente, a YoonGi, su, hasta entonces, persona favorita. Se despidió con muchos abrazos de su primo y con uno simple para su tía, tomó su mochila y se encaminó para entrar al auto, mordió su labio con emoción, sentía que había pasado décadas sin ver al mayor y su corazón latía tanto que sus manos temblaban en impaciencia.


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En un instante más subo el siguiente capítulo <3 

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