Capítulo treinta y nueve «fruta»
«♪»
Tenía entre sus piernas el pequeño traste transparente con algunos pedazos de fruta mientras el mayor le miraba entretenido, admiró como se estiró sacando de su mochila dos trastes más pequeños, uno de forma cilíndrica y el otro con una forma de oso pequeño —sonrió ante esto último—. Miró como estiró el traste más grande, el que tenía comida, hacia él, lo sostuvo de inmediato asintiendo a la par que JiMin abría el traste más pequeño revelando así que contenía granola, sonrió con suavidad sintiendo una pequeña molestia en su vientre, signo básico de un hambre que comenzaba a hacerse presente, lamió sus labios tratando de no tirar la granola y vertió un poco sobre los trozos de manzana llenándole así de colores cafés y negros —por las semillas y pasas—. Asintió para sí mismo y tapó el pequeño traste guardándolo torpemente en su mochila para, inmediatamente después, abrir la tapita de color rojo girando el pequeño traste sobre la fruta dejando así que la miel escurriera manchando de manera delicada toda la comida, sonrió y movió con sus manos la pequeña botella haciendo figuras abstracta que se perdían al chocar con los alimentos.
— Ya... —Asintió mirando a YoonGi— Ya.
YoonGi asintió sin entender del todo, sólo mirando como volvía a tapar el oso para colocarlo dentro de su mochila aprovechando el movimiento para buscar el tenedor —brindado secretamente por SeokJin— y entregarlo al mayor.
— ¿MinMi--... —YoonGi iba a preguntar qué quería que hiciera hasta que vio un gesto.
No pudo evitar sentir un ligero sonrojo y una pesadez en los latidos de su corazón al verle así; JiMin había abierto la boca a la par que cerraba sus ojos esperando sentir un trozo de fruta en su lengua.
Tenía las mejillas encendidas y los ojos achinados al sentirse tan feliz, mientras tanto el mayor sólo picaba los trozos de fruta con el tenedor para luego posarlo en los labios gruesos y suaves alimentándole como tanto pedía para después escuchar una ligera risa que era acallada por sus sonidos al masticar. El menor sonreía de vez en cuando y le quitaba el utensilio de las manos sólo para picar fruta y alimentar al mayor, de esta manera se turnaban y por un instante YoonGi alimentaba a JiMin para luego voltear los papeles. Ambos seguían sentados en el largo banco de madera, sin embargo, y de nueva cuenta, debido a la petición del menor jalaron el banco hasta colocarlo cerca de la ventana, admirando así también el paisaje de la ventana.
Cuando acabaron con los trozos de manzana el menor se acercó a YoonGi arrastrándose por la banca hasta sentir las piernas delgadas del mayor entre las suyas y aprovechando dicha cercanía le abrazó apresándole por el cuello. YoonGi sólo pudo abrazarle por la espalda sintiendo, con compasión, sus propios latidos al tener a JiMin tan cálido con él, aspirando el aroma a frutas que desprendía su cabello, no sabía si se debía al shampoo o a la crema que ocupaba, pero agradecía que acentuara tan bien la naturalidad del menor.
JiMin se separó nuevamente y buscó en su mochila una larga y gruesa botella color azul claro, sonrió aun sintiendo las rodillas del mayor chocar contra las suyas. Una vez con la botella entre sus manos miró al mayor tímido y lamió sus labios. YoonGi estuvo a punto de girar la mirada para evitar sentir esos pinchazos en su pecho y ese sonrojo en su rostro, pero l voz del causante de dichos sentimientos le impidió no mirarle.
— Es... de fresa... ¿te gusta la fresa? —Preguntó agitando un poco la botella haciendo que todo el líquido interno se revolviera, pues SeokJin le había mencionado que debía hacer eso antes de beber para evitar así que los trozos grandes de fruta quedaran en el fondo.
— Sí... —YoonGi asintió mirando como agitaba un poco más la botella para después abrirla desenroscando la tapa para estirarla hacia el mayor.
Bebió un poco sintiendo la dulzura de las fresas y la leche ente su lengua para luego devolverle la botella a JiMin, quien bebió animado para después sonreír agradecido. El silencio reinaba y a botella pasaba de manos continuando con el, últimamente, típico ritual; aquel donde los sonrojos abundaban por las acciones del contrario y los alimentos eran repartidos con aprecio.
Una ventisca se coló por la ventana causando que las semitransparentes cortinas se levantaran con armonía haciendo que JiMin liberara una risa armoniosa por el evento inesperado pero efímero y bello. Sus manos trataron de detener el movimiento de las cortinas que eran llenadas de aire siendo empujadas hacia ellos. YoonGi sonrió casi embelesado por la imagen que el menor retrató ante él, con ese aire de inocencia y ese jugueteo propio de un niño, pero aquella actitud que también le catalogaba como un adulto que, definitivamente, quería besar al menos una vez en su vida. JiMin siguió con sus risas aun cuando las cortinas regresaron a su posición natural poco a poco, miró al mayor, quien e observaba fijamente, aquellos ojos serios, levemente rasgados, con esas orbes café oscuro dándole más madurez, causaron esa calidez tan conocida —y preciada— en su vientre, sus mejillas se encendieron y su sonrisa se apagó sólo para tornarse en una tímida, sus manos juguetearon con la botellita que aun contenía un poco del licuado de fresa y bajó su mirada totalmente avergonzado con sus propios sentimientos y emociones.
YoonGi aprovechó para acariciarle el cabello con lentitud mientras admiraba el sonrojo expandirse hasta sus orejas. Soltó una risa al verle de aquella manera, risa que causó más vergüenza en el menor, pero... extrañamente, con ese mismo sentimiento de cohibición también nació a la par una llama llena de esperanza y fuerza, levantó el rostro y posó sus labios, por tercera vez en el día, en la mejilla del mayor, para después refugiarse en su cuello, cosa que la víctima de su ternura, es decir YoonGi, había agradecido con total sinceridad, pues después fueron sus mejillas las que se encendieron al instante.
Quedaron quietos, admirando el abrazo tan fuerte pero cálido que se propinaban como causa de unas emociones desbordadas.
— ¿Quieres... más? —Habló después de algún tiempo JiMin mirando la botellita removiendo el poco líquido que quedaba, viendo los pequeños trozos de fresa moverse de igual forma.
YoonGi cerró los ojos sabiendo a lo que se refería, claramente hablaba del licuado que aún sobraba, era más que obvio por los movimientos que realizó, sólo que sus labios y su corazón querían decir algo totalmente distinto, de hecho, ambas partes de su ser se adelantaron a su frío cerebro por lo que simplemente respondió.
— Sí, quiero mucho... más. —La última palabra salió casi automáticamente al darse cuenta que había hablado sobre los cálidos tactos del menor sobre su piel, quiso golpearse millones de veces pues sabía que JiMin jamás se referiría a eso.
¿No?
— Yoonie... —JiMin se levantó y contra toda predicción abandonó la botellita en el suelo dejándola caer cuidando de que no se estrellase, por lo que su caída fue suave al igual que el golpe que resonó por la habitación producto de aquel contacto entre el plástico y el suelo— te quiero... —volvió a hablar acercándose al mayor besando sus mejillas de nueva cuenta para luego levantarse y posar sus labios encima del párpado de YoonGi, pues él había cerrado los ojos por nerviosismo al sentirle tan cerca.
— Yo... —YoonGi acarició las manos de JiMin, que se habían posado en sus mejillas, apresándolas entre las grandes suyas— también te quiero... —JiMin cerró los ojos con suavidad y acarició con su propia nariz la de YoonGi sintiendo no sólo la tersidad de su piel, sino también la diferencia de temperaturas— mucho... —YoonGi, aún con los ojos cerrados, disfrutando del cálido y suave contacto, levantó un poco el rostro para besar la punta de su nariz con sus labios, sintiéndose un poco avergonzado al hacerlo— mucho, MinMin...
JiMin sonrió al escuchar la respuesta y se acurrucó en su pecho sintiéndose protegido, querido, sintiéndose valioso en todo sentido. Él sentía que YoonGi le apreciaba por todas las cosas que podía hacer, decir... pensar. Definitivamente se sentía preciado por alguien como la persona que era y eso le causaba una calidez extraña en su corazón que llenaba sus mejillas y sus orejas de color rojizo haciendo que la timidez fuera el factor principal de su personalidad.
— Jinnie... Jinie vendrá. —Habló JiMin sintiéndose adormilado por la esencia que el mayor desprendía de su cuello.
— Sí...
— ¿Y... y si... me ocultas? —Susurró— quizás no se... dé cuenta. —Afirmó apegándose más.
YoonGi soltó una risa sincera y le apresó con más fuerza.
— SeokJin me mataría si lo intento... —Mencionó entre risas.
— Ah, no... —JiMin negó— Jinnie no te lastimaría... —puchereó.
— Yo creo que sí. —Asintió acariciando el cabello terso.
— No, porque yo te quiero. —Le miró apegándose más a su cuello— y Jinnie... no lastimaría... lo que quiero.
YoonGi volvió a sonreír y negó.
— Él te quiere más a ti, y si te oculto juro que incluso llorará.
— Pero... —JiMin se levantó— no quiero irme...
— Yo... —acarició su mejilla abultada por el descontento del tema— tampoco quiero que te vayas, MinMin.
— Llévame... a tu casa. —Juntó sus manos— por favor.
YoonGi le miró pensando en alguna posibilidad de que ambos estuvieran todo el día juntos, sin embargo el toque en la puerta llamó la atención.
— YoonGi... —La voz de NamJoon se hizo presente a la par que el rechinido de la puerta resonaba por la habitación.
— No... —susurró JiMin abrazando nuevamente al mayor como queriendo esconderse en su pecho.
— JiMin... —SeokJin suspiró adentrándose— ya... tenemos que irnos.
— No.
— Mamá se enojará si no llegamos a cenar.
JiMin frunció el ceño y pensó con una velocidad impresionante un "no me importa" pero sabía que al final, su madre siempre lo sería así que sólo suspiró y miró a YoonGi.
— Mañana. —No preguntó sino afirmó.
El mayor estaba a punto de responder pero SeokJin le interrumpió.
— No lo creo, JiMin, las clases terminaron, supongo que podrían verse en el parque, pero lo mejor sería dejar a YoonGi descansar ¿no crees? —Mencionó tratando de razonar con el menor.
— ¡P-pue-puedo... descansar... con él! —Miró nervioso a su hermano.
SeokJin hizo una mueca y suspiró.
— Eso... ya lo veremos. —Asintió tomando la mano de su hermano.
JiMin comenzaba a sentirse triste, sus ojos lo denotaban, así que YoonGi tomó la mano del menor acercándole y mirándole directamente a los ojos, para, en un movimiento acercarse y susurrar en su oído.
— Mañana...
JiMin sonrió y asintió soltándole, quería un último beso para marcharse, pero había más gente presente y eso, extrañamente le cohibía.
«♪»
La cena fue aburridísima, pues el único que hablaba sobre su día era SeokJin, estaba más que claro que cualquier cosa que dijera él quedaba como un producto de su imaginación. Comió rápidamente su cena y preguntó su podría llevar su vaso de arroz con leche su cuarto, su mare accedió pero le cambió la taza por una de plástico para menos riesgo. JiMin acomodó la taza en la mesa y miró sus peluches, esperaba que aquella cosa que YoonGi le había mencionado fuer verdad, aunque bueno, él jamás le había mentido, por lo que sabía, de antemano, que cualquier cosa haría pero... mañana se verían.
Al poco rato, cuando su arroz con leche se terminó y sólo admiraba su plantita unos suaves toques en la puerta le llamaron.
— Yah, ya, ya... —su hermano entró apenas escuchando la suave voz de su hermano— sí, sí... ¡Que sí! ¡Ya estoy aquí!
JiMin ladeó el rosto un poco sin comprender, pero sólo caminó hasta su cama para sentarse.
— ¡Que sí! —Suspiró— ¿Tienes los boletos? No seas tonto... no, ya... ya sabes cómo es mi madre, obvio... ¡¿Desde... —sonrió al ver como su hermano posaba una mano en su cadera— desde cuándo me hablas así, niño?! —Frunció el ceño— olvídalo... ¿Sabes? No sé cómo JiMinnie te soporta. —Extendió el celular hacia el menor— JiMinnie, si te trata mal sólo deberías decirme y lo golpeo.
JiMin sonrió y tomó el celular colocándolo en su oído.
— ¿S-sí?
— "MinMin..." —Su rostro se llenó de alegría al escuchar la voz del mayor.
— Yoonie... ah... yo... yo estaba... estaba viendo... la nochebuena. —Se acomodó en la cama admirando a su hermano desaparecer de la habitación.
— "¿Te gusta?"
— Mucho...
— "MinMin..."
— ¿Sí?
— "¿Ya ibas a dormir?"
JiMin admiró su pantalón de estrellas amarillas con fondo azul y asintió como si el mayor estuviera presente.
— Sí...
— "¿Puedes hacer algo antes de dormir?, porque necesito que duermas mucho."
— Sí... —JiMin se acomodó en la cama y relamió sus labios.
— "Prepara una mochila... ¿sí? Mete suéteres y quizás una bufanda..."
— Sí, sí... —inmediatamente el menor se levantó buscando las cosas.
— "Mañana estaremos todo el día juntos, MinMin..."
JiMin comenzó a sonreír emocionado y dio pequeños saltos lleno de alegría mientras elegía de entre todos sus suéteres.
Le costó conciliar el sueño pero al final lo consiguió.
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Sinceramente no sé si el capítulo me convence --espero que no lo hayan sentido flojo-- ;A;, pero estoy segura de que esto debía de pasar...
¡Qué nervios! ¡Nos acercamos al clímax! ¡Wuoah!
Gracias por leer ;3; dsdklñaskñdla quiero responder sus coMENTARIOS!!!
gracias, nuevamente, por todo...
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