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Capítulo treinta y cuatro «amor pt2»


«♪»

Acariciaba su cintura con delicadeza a la par que pequeñas sonrisas se colaban por sus labios, la espalda cálida del más alto se sentía bien entre sus dedos, aunque fuera por encima de la tela, aunque sólo estuviera tocando su gabardina. Se apegó un poco más a su vientre, hundiendo suavemente sus mejillas contra su delicada camisa perfumada mientras sentía las manos en sus hombros tratando de detenerle y escuchaba unos pequeños quejidos pidiendo que pare mientras le jaloneaban —sin mucha fuerza en realidad—. Aprovechó un pequeño movimiento para colocar su nariz en el suave vientre causando una risa en el que estaba de pie, le apresó las piernas del contrario con las suyas para evitar que se moviera, sonrío al escucharle pedir, por favor, que se detuviera.

Ah... ¿por qué? —Puchereó soltándolo poco a poco.

Me da cosquillas... —sonrió y negó— suéltame...

Lo haré... si accedes... —Levantó las cejas suavemente y guiñó el ojo.

No. Suéltame... —suspiró negándose.

¿Por fi? —sus labios realizaron una especie de puchero.

Ugh... eres imposible, NamJoon. —SeokJin se inclinó un poco acunando las mejillas del que estaba sentado en aquella banca de cemento que habían encontrado al encaminarse a un parque, cerró sus ojos con lentitud y acercó sus labios a los de NamJoon, apenas rozándolos, haciendo que el menor los abriera con una calma y una paz que no concordaban con la locura de su corazón, sonrió entreabiendo los ojos para poder ver de cerca el atractivo rostro del menor, volvió a bajar sus párpados y soltó un pequeño pico en su labio inferior.

Me vas a matar... —susurró NamJoon después de haber esperado un beso firme, sin embargo siempre obtenía besos tímidos.

Quizás es lo que quiero. —Sonrió SeokJin acariciando con sus manos las mejillas del contrario aprovechando para pasear sus dedos sobre los cálidos hoyuelos que se formaron al sonreír.

Si me matas así no me importaría. —Sonrió ampliamente.

¡Yah! No sé por qué siempre accedo si me avergüenzas... —suspiró presionando sus mejillas.

NamJoon tomó ventaja de ello e hizo unas muecas aprovechando el que las manos sobre sus mejillas hicieran de su boca un pequeño puchero, logrando así una risa de SeokJin, la cual culminó con un abrazo.

Acepta... ¿sí? —Habló NamJoon escuchando la respiración del mayor cerca de su hombro.

Ya te di muchos... —su voz sonó amortiguada por el hombro en el que estaba posando su cabeza.

No eso... —SeokJin se separó mirándole intrigado— acepta salir conmigo... como... como pareja... ¿sí?

SeokJin le miró preocupado y volvió a esconderse en su cuello suspirando pesado.

No lo sé... no sé si funcione... es bonito ahora así... ¿por qué añadirle un título innecesario? —Se aferró a la gabardina negra de NamJoon.

No sé... quisiera poder decir que eres mi pareja. —NamJoon levantó sus hombros suspirando entre palabras, cerrando los ojos mientras buscaba la mano de SeokJin haciendo que suelte su ropa para luego entrelazar sus dedos— aunque lo respeto... ¿sabes? Quería decir algo cursi que te hiciera ceder como "entonces no me beses porque me enamoras en vano" —mencionó cambiando de voz por una dramática mientras cerraba los ojos y fingía un llanto causando la risa del mayor— pero en realidad quiero que me enamores.

Eres tonto. —SeokJin carcajeó.

NamJoon asintió quedándose en aquella posición unos instantes más mientras pensaba que sólo por SeokJin podría ser fuerte, sentía que podría tolerar el que su pequeña torre hecha de sentimientos, papel rosa y pegada con suspiros, no tuviera un cimiento fuerte... sabía que su pequeña —pero enorme para él— edificación podría venirse abajo con cualquier ventisca, con un simple soplido producto de los bonitos labios de SeokJin, pues tenía en mente que él podría llegar en cualquier momento y decir "no me digas más, tú y yo jamás fuimos algo" claro que le dolería, claro que vería por muchísimo tiempo aquellos trozos de su corazón esparcidos entre falsas ilusiones... sin embargo también era consciente de que el camino que tomaba no era de una sola vía. Aquella carretera tenía —al menos— dos vertientes... la segunda era la que más le emocionaba, pues podría volver su edificio, que entonces era tan grueso como la más fina membrana, a uno enorme y de tal solidez que nadie podría vencerle.

NamJoon sonrió porque... ¿qué es el amor sin un poco se riesgo?

SeokJin, por otro lado, se aferró a su ropa, temía... no sólo por él, sino por NamJoon también, él había visto a las familias más ejemplares despedazarse, a sus miembros —que alguna vez exclamaron amor eterno— odiarse hasta la muerte, o en el peor de los casos, ignorarse. Él no deseaba eso, sabía que con cada pequeño e inocente beso que le brindaba también entregaba —contra su voluntad— un pedazo muy pequeño, pero significativo, de su corazón y eso podría dañarle... sin embargo no podía negarse, no podía evitarlo, no sabía qué sucedería después, pues el pensamiento de NamJoon cansándose de esperarle para ser formalmente su pareja, atravesaba constantemente sus ojos, cuando cerraba sus ojos al soltarle un cálido beso o al abrazarle, aquel pensamiento, por más lejano que se viera —pues NamJoon le había dicho que estaba bien así y, de ser necesario, le esperaría— siempre le aterraba... sin embargo también analizaba las posibilidades de él cruzando aquella línea horrible que lastimaba sus sentimientos y autoestima, subiendo la pequeña montaña que le impedía entregarse y aceptar al contrario.

SeokJin soltó una suave sonrisa mientras se acurrucaba un poco más porque... ¿qué es el amor sin la incertidumbre?

Caminaron juntos, debían ir por el hermano de SeokJin, NamJoon realmente quería al pequeño JiMin, le parecía tierno pero también un enorme lienzo blanco que, poco a poco, iba adquiriendo sus pocos colores con sus propios brochazos, con sus propias pintadas bruscas y delicadas. Él admiraba a JiMin. Sus meñiques se rozaban de vez en cuando produciendo ligeras, muy ligeras sonrisas.

¿Sabes? —Habló NamJoon cansado del juego tímido accediendo a enlazar correctamente su mano con la del contrario.

¿Mhh?

Va a haber una cosa extraña... —soltó un puchero que culminó en un suspiro mientras miraba el cielo— y traerán varias empresas y eso...

SeokJin no mencionó cosa alguna sin embargo sus pasos se volvieron, aún más, perezosos. NamJoon le miró directamente.

Es una fiesta... ¿vienes conmigo? —SeokJin le miró sorprendido y luego soltó una risa nerviosa.

Lo... lo normal sería invitar a una chica ¿no? —Pensó imaginando la imagen de él y NamJoon bailando, cosa que pudo haberle sonrojado, de no ser porque también analizó las posibles críticas.

¿Quieres que invite a una chica? —NamJoon arqueó una ceja.

No... —se sinceró— pero es lo que se hace ¿no es así?

¿Quieres venir? —Suspiró apretando un poco los dedos de SeokJin en un intento débil para demostrar su seriedad.

¿Y tus compañeros?

¿Ellos qué?

¿Qué dirán?

NamJoon asintió haciendo una mueca de comprensión, SeokJin le secundó desviando la mirada, él no quería causarle incomodidades al menor, pensó de manera muy, muy rápida, que podría decirle algo como "no pasa nada... sólo invita a una chica..." sabía que después de eso se mordería el labio o la mejilla interna pues moriría por añadir algo como "sólo no bailes con ella... ni le tomes la mano, de ser posible sólo camina junto a ella..."

Ya lo sé. —Habló NamJoon sacándole de sus pensamientos— ¿Tienes miedo de que te coqueteen?

SeokJin quedó mudo, su rostro se volvió un complejo mapa indescifrable, sus ojos analizaron los de NamJoon esperando encontrar una pizca de burla, cualquier brillo que le indicara que sólo había soltado aquello como un, muy pésimo, intento de calmar el ambiente, quizás esperaba sentir un golpecito o un abrazo mientras escuchaba su risa. Sin embargo el rostro del menor sólo proyectaba seguridad, lo que dijo fue totalmente en serio, pues es lo que había analizado.

¿Q-qué? ¿Estás bromeando? —Arqueó una ceja SeokJin.

No, no... pero no te preocupes, irás conmigo... —sonrió— si te dicen algo te defenderé.

NamJoon... puedo defenderme... y no... —suspiró— no pensé eso...

Sé que lo puedes hacer, de hecho haces más ejercicio que yo —carcajeó— pero ¿defenderte no me añade puntos?

SeokJin soltó una risa pero inmediatamente se apagó.

En serio, Nam... somos hombres. —Le miró serio.

¿Y?

SeokJin admiró esa letra salir de sus labios a la par que sus ojos mostraban la confusión más grande que hubiera podido encontrar en alguna persona... con sólo sus orbes supo de inmediato que en realidad ese no era problema, no pudo debatir contra ese argumento mudo.

Sí. —Aceptó— iré contigo. —Sonrió causando una sonrisa similar, pero cargada de orgullo, en el menor.

Caminaron un poco más, sin embargo, antes de llegar a la facultad de NamJoon para poder encontrar a JiMin le detuvo un instante jalándole de la mano.

¿P-puedo... puedo... —SeokJin se sentía patético porque sabía que no había nada de malo en decirlo, sin embargo aún pensaba que le podría incomodar.

¿Qué? —NamJoon le miró serio pero atento.

Es que... yo... quisiera... —miró con nerviosismo, y sin querer, la entrada de la facultad.

NamJoon miró y abrió los ojos un poco más entendiendo.

¿JiMin? —SeokJin asintió— claro que JiMin puede venir... seguro se divertirá.

¿Aunque esté con nosotros? —Realmente el miedo del rechazo le consumía toda su seguridad.

Sabes que sí... —sonrió aun sabiendo que era casi seguro que JiMin recorriera el lugar en busca de YoonGi, pero... de no ser así, él no se molestaría en absoluto con la presencia del menor.

Gracias. —SeokJin sonrió.

NamJoon asintió y siguió caminando sin embargo dos suaves manos le detuvieron. SeokJin tomó su rostro haciendo que trastabillara un poco por el movimiento que ejerció en él para acercarle.

Y le besó.

Gracias.

Caminaron mientras le menor trataba de procesar todos sus sentimientos que, de un momento, quemaron sus mejillas y orejas. Soltó la mano de SeokJin cuando éste comenzó a caminar un poco más rápido para ir con su hermano.

Admiró el abrazo que JiMin le brindó a YoonGi además de la dedicación en su mirada al ver sus manos unidas. Fue cómplice, sin querer, de los ojos sonrientes de su amigo al ver a JiMin tan feliz. Contempló sus cuerpos unidos tan fuerte y firme, que los cimientos a su alrededor quedaban patéticos.

Soltó una risa muy suave mientras pensaba en aquellas dudas que sintió antes de dejarles solos, cuando encontró el cuaderno de JiMin con el nombre de su amigo escrito muchas veces, con curvaturas finas y delicadas...

Pues al final... ¿qué era el amor sin un poco de riesgo e incertidumbre?




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Realmente quería escribir un capítulo sobre el NamJin. <3

Un pequeño regalito por toda mi ausencia <3

Gracias por leer
—lamento no poder responder sus comentarios
—.

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