Capítulo siete «juego»
«♪»
Se encontraba paseando con SeokJin y JiMin, el parque seguía siendo un buen lugar para verse y platicar, además de que era el lugar favorito del menor. Después de unos días más, JiMin se había acostumbrado mucho a la presencia de YoonGi, y éste, diferente a todas las personas externas que SeokJin conoció, era muy paciente con el menor, no lo trataba como idiota, sino que le alentaba como a un niño pequeño hambriento de saber.
— Mis padres se están divorciando... —Siguió hablando SeokJin mientras veía a su hermano intentar bajar una bellota de a pequeños saltos mientras seguía sosteniendo firmemente la manta.
— Lo siento... —Habló YoonGi sin saber qué decir a la par que miraba al menor melancólicamente.
— Yo no, ellos ya no se quieren... pero a JiMin le afecta... —Suspiró— él... él solía pasar mucho tiempo con papá... imagina lo que fue tener que verlo una vez a la semana... a veces menos. Papá era su mejor amigo, él... era el único que podía decirle MinMin...
YoonGi frunció el ceño en un mohín pensativo y asintió entendiendo.
— ¿JiMin sabe de su separación? —Preguntó observándole directamente.
— No, o sea... no sé si se de cuenta... mamá no deja que le contemos nada, dice que es inútil... que JiMin olvidará a papá con el tiempo... —Se sintió avergonzado después de mirar a YoonGi y percibir su mirada de incredulidad.
— Saben que JiMin no es un cachorro al que pueden cambiar de dueño y no lo notará ¿no? —Su pregunta salió molesta.
— Sí, pero... ya sabes... mamá es especial. Dice que JiMin no entenderá.
— Honestamente, creo... que JiMin es muy inteligente... —Mencionó con honestidad.
— Lo es, se da cuenta de muchísimas cosas... más de las que dice... solía saber cuándo papá se enojaba y simplemente iba a abrazarlo y él sonreía... pero mamá... ella... entiendo que sienta miedo, pero... jamás le permite hacer algo... —bajó la mirada— a JiMin le gusta experimentar cosas nuevas, pero es difícil. Incluso... a veces siento que JiMin se reprime demasiado y no dice nada de lo que piensa o siente...
YoonGi apretó su puño y asintió no lograba entender por qué motivo lo hacían, ¿por qué intentaban cortar un par de alas tan bonitas como las de JiMin?
— ¿Tu madre en serio piensa que JiMin no puede hacer nada por sí mismo?
— Sí... —Suspiró al responder.
— ¿Puedes... puedes esperar? —YoonGi se levantó y corrió lo más rápido que pudo para llegar hasta aquella caseta, donde guardaba cosas extraviadas y sus cosas personales, abrió el casillero y sacó una caja mediana.
Al llegar nuevamente, se sentó en el banco y gritó.
— MinMin... te traje algo. —Sonrió victorioso al ver al menor abandonar la bellota y caminar sonriendo hacia él— ¿Quieres jugar? —JiMin asintió y se sentó junto a él mirando atento la caja con una emoción difícil de controlar.
Al abrirla sacó varias tarjetitas pequeñas, JiMin las tomó interesado mientras las mostraba feliz a su hermano quien sólo sonreía acariciando su cabeza.
— ¿Haz jugado alguna vez esto? —Preguntó pero JiMin estaba más concentrado en los bonitos dibujos así que tuvo que volver a preguntar-. ¿Sabes que es esto? -Tomó la mano de JiMin.
— Perro. —Contestó feliz.
YoonGi soltó una sonrisa tierna y negó.
— Este juego se llama «memoria» ¿quieres aprender? —JiMin asintió.
Pasó poco más de hora y media en la que JiMin aprendía la dinámica del juego, a veces se distraía mirando el dibujo que había salido, o se ponía triste cuando tenían que voltear la tarjeta, otras tantas le contaba vagamente a YoonGi sobre algún pajarillo que se metió por su ventana, esto había salido como producto, efectivamente, de una tarjetita que tenia un pajarito. Era difícil obtener la atención de JiMin, una persona a la que le habían hecho todo, le habían brindado todo durante toda su vida pocas veces se preocupaba por hacer algo o tenía la concentración para hacerlo, aunque ciertamente le intrigaba jamás lo hacía, así que encontrar algo como una tarjeta o recordar dónde estaba el par de la misma, parecía algo lejano, sobre todo para SeokJin, quien admiraba mucho el esfuerzo de YoonGi, pero no creía que lo conseguiría, confiaba en la inteligencia de su hermano, pero jamás se había concentrado así, varias veces le pidió que se detuviera, JiMin estaba más interesado en la bellota que en saber dónde estaba la otra tarjeta que tenía al bonito hámster, le hizo recordar cuando, varias veces, regresaban a JiMin del colegio porque no se concentraba y no sabían cómo hacerlo, su mamá no buscó otros medios ni intentó algo por ella misma, simplemente le resguardó en su casa.
— Uno... hay otro... —Señaló JiMin entre las cartas volteadas y un atisbo de esperanza se coló en la mente de YoonGi, si JiMin lograba al menos comprender que había más de una tarjeta con un dibujo de hámster se sentiría muy orgulloso— otro... —Miró a SeokJin quien asintió admirado.
— ¿Dónde está el otro hámster? —Preguntó YoonGi con cautela y al mismo tiempo desespero, no porque llevarán bastante tiempo jugando, sino porque quería, por todos los medios, demostrar las capacidades de JiMin.
JiMin paseó sus dedos sobre las tarjetas y seleccionó la tercera, segunda fila, sin embargo dicha tarjeta tenía un pequeño cotorrito, JiMin frunció el ceño.
— no es... Hám-Hámster... —YoonGi sonrió porque ahora JiMin comprendía que debía encontrar dos tarjetas. Así que aunque no avanzaran más de esto lo consideraría un logro.
Más tiempo pasó hasta que salió, entre las tarjetas, el perrito, después el hámster y por ultimo nuevamente el perrito. JiMin abrió los ojos animado y miró a YoonGi.
— ¡Ésta! —señaló la primera y YoonGi la giró— ¡Ésta! —y señaló la última, cuando lo hizo ambos pechos de los mayores dieron un vuelco.
Efectivamente, JiMin había encontrado el par de perritos, sonrió y le mostró a SeokJin ambas tarjetas y aunque fue el único par que pudo conseguir YoonGi se sintió orgulloso de un menor que hace menos de cuatro semanas que conocía, después de ello pararon el juego, pues el menor estaba emocionado por haber encontrado un par.
Tanto así que no quería dejar las tarjetas y YoonGi prometió regalarle el juego si la próxima vez encontraba tres pares.
SeokJin llegó a su casa con un JiMin más que emocionado, pero le hizo prometer no decirle nada a su mamá, porque ella mermaría su felicidad.
- - - -
Desde el año pasado que no actualizo esto...
:D
...
Ya sé es un pésimo chiste...
¿les está gustando?
Espero que sí ;-;
Gracias por leer.
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