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Capítulo sesenta y tres «independiente»



«♪»

Se asoma a la sala con discreción, SeokJin no había dejado de hablar desde la mañana, cuando el mayor lo notó rápidamente su ceño se tranquilizó y colgó el celular.

¿No... ha... marcado? —Preguntó tímido jalando las mangas de su suéter hasta cubrir sus dedos.

No, lo siento. Debe estar ocupado. —Sonrió haciendo de sus labios una línea.

JiMin miró el reloj en la pared, los números en rojo fosforescente marcaban las dos de la tarde con dieciséis minutos. YoonGi jamás había tardado tanto en llamar, mucho menos para decir si se verían, había preparado todo, se había arreglado con delicadeza cada cabello y esperaba ansioso, pues ese fin de semana no se habían podido ver debido al trabajo del mayor, así que esperaba de todo corazón que se vieran el lunes, cosa que parecía no haber sucedido. YoonGi no marcó en la noche y esa mañana no había mandado ni siquiera un mensaje. JiMin se extrañó demasiado, recordaba con toda seguridad haberse prometido un "mañana" el sábado en la noche, sin embargo parecía que al pálido se le había olvidado, no... no... eso sería imposible, él jamás le había mentido en alguna cosa, siempre era honesto, siempre cumplía lo que decía por más loco que fuera.

Se sentó en su sillón bajando la mirada con tristeza pensando que quizás YoonGi lo había olvidado.

¿Hizo algo mal?

JiMinnie, no estés triste... seguro está ocupado. —SeokJin acarició su cabello sentándose a su lado.

Umh... —JiMin asintió sin decir más.

Ya hablará. —Sonrió.

¿Puedo... hablar... yo? —Preguntó tímido levantando la mirada.

Umh... sí, espera... —SeokJin se acomodó en el sillón y comenzó a teclear rápidamente en él, JiMin lo veía con atención, sus ojos parecían estar un poco asustados así como su semblante tenía un toque de seriedad total. Poco después de seguir con el tecleo constante notó unos movimientos que no eran propios de la escritura, sino que estaba buscando algo, miró como él le entregó el aparato para inmediatamente notar como estaba la pantalla en verde indicando que estaba marcando.

JiMin tomó el celular colocándolo a su lado, prestando atención al sonido que se reproducía, sabía que a los tres o cuatro pitidos él contestaba, sin embargo parecía estar tardando demasiado. El primero sonó haciendo que el menor apresara entre sus dedos el plástico con la necesidad de escucharlo hablar, en el segundo su corazón se aceleró con tal fuerza que sus dedos podían sentirse —sólo un poco— más húmedos debido a los nervios, cuando el tercer sonido arribó su semblante se volvió sereno sabiendo que allí contestaría, que escucharía su ronca voz y sonreiría mientras pregunta por qué no ha llamado, sin embargo cuando el cuarto hizo aparición sus cejas se juntaron en el centro, sus labios se abultaron un poco, sólo un poco mientras bajaba la mirada decepcionado, así llegó el quinto tono rompiendo un poco el corazón del menor que seguía aferrándose al aparato como si quisiera que por cualquier cosa YoonGi contestara. Cuando la voz de la operadora mencionando que después del tono podría dejar un mensaje él parpadeó varias veces; "dejar un mensaje" repasó en su mente varias veces hasta que escuchó un corto pitido indicando que podría hablar. Así inhaló nervioso y comenzó a hablar sabiendo que quizás YoonGi estaría escuchándolo —o quizás si estaba tan ocupado, entonces podría escucharlo después—.

Yoonie... —sus ojos aletearon varias veces sintiendo el picor de sus ojos ir en concordancia con los dolorosos latidos de su corazón, no quería pensar en que él pudo haberlo olvidado, no. YoonGi no podía olvidarlo— llámame... por favor... —bajó la mirada aún más triste y subió su mano aferrándose más al aparato— te... te extraño...

SeokJin, por su parte tragó pesado sintiendo en su garganta el nudo que se formaba, verlo tan triste y distante era algo que no le gustaba para nada, mucho menos cuando aquella voz salía como un susurro quebradizo, uno que apenas era perceptible y que seguramente, si YoonGi lo escuchara, le rompería el corazón. Desvió la mirada tratando de no volverse débil por su hermano, sin embargo ello no funcionó cuando escuchó un pequeño quejido, miró de nuevo al menor a su lado encontrándolo con sus palmas presionadas con fuerza contra sus ojos aún con el celular entre sus dedos. SeokJin trató de tomar el celular para finalizar el mensaje de voz pero el menor fue más rápido y volvió a colocarse el aparato a su lado susurrando:

Sé... sé... que me extrañas... —sus ojos se veían rojizos— sé... que estás... oc-ocupado... pero sólo... sólo... unos minutos.

Inmediatamente se quitó el aparato para finalizar el mensaje. SeokJin lo tomó de entre las manos del menor y se levantó con una falsa sonrisa acariciando sus hebras para levantarse e irse rápido hacia su habitación, realmente no pensaba seguir soportando esa escena, donde el menor se desmoronaba pero al mismo tiempo confiaba ciegamente en su pareja. No creía ser tan fuerte.

JiMin lo miró sin decir más, admirando su cuerpo desaparecer con rapidez por medio del umbral subiendo las escaleras y escuchando con suavidad la puerta de su habitación cerrándose con un poco de fuerza. Bajó la mirada hasta sus manos, era cierto que él confiaba en YoonGi, él podía asegurar que el mayor lo extrañaba, que seguramente estaba pensando en él igual que su propia mente de hallaba ocupada con pensamientos sobre su pareja, podía afirmar de manera ciega que seguramente algo muy grande debió ocurrir para que no apareciera. Todo ello podía afirmarlo con justa razón, podía decir que él jamás le había mentido y jamás había jugado con sus sentimientos, siempre le decía la verdad de cualquier manera y siempre le avisaba cada que se iba a retrasar.

Todo ello lo entendía.

Lo comprendía.

Lo que no comprendió fue por qué SeokJin marcó un número que no era el de YoonGi.

No podría timarlo, JiMin sabía de memoria el número de su pareja, ese número no era de él, tampoco el de su casa...

¿Por qué SeokJin le mentiría?

«♪»

La tarde fue similar, SeokJin entrando y saliendo con el celular en la mano, con sus ojos pegados en la pantalla tecleando algo, incluso cuando su madre llegó extrañada preguntando por qué ese día no habían salido como ya era costumbre, a lo que el mayor sólo respondió que JiMin tenía sueño. Mientras tanto él sólo estaba sentado en la sala, esperando cualquier sonido, el timbre o el tono del celular del mayor, algo que significara saber sobre su pareja. Sin embargo no hubo más que silencio y un poco de música pop de los 80s en la cocina gracias a su madre. Su hermano prendió la televisión intentando distraerlo, pero poco le atraían esas películas y esos comerciales, su mente estaba totalmente con el mayor, con su pareja. No entendía qué había hecho mal, quizás se debió a que el viernes en la tarde derramó, sin querer, un poco de jugo, aunque inmediatamente lo limpió y aunque él le había dicho que estaba bien pudo haberlo enojado, quizás arruinó la mesa para siempre. Sus ojos viajaban por las figuras de la alfombra mientras pensó que quizás se debió a todas las pinturas que estaban en aquel departamento, quizás eso le hartó, aunque ello le extrañaría porque siempre lo besaba diciéndole cuánto amaba verlo pintar, quizás fueron los libros que ha comprado y que ocupan parte de su librero... aquello también lo tomaría por sorpresa porque YoonGi siempre leía con él, el periódico, algunas revistas, algunos libros técnicos y otras novelas, muchas veces sonrió halagando como iba mejorando en su comprensión lectora y en su lectura en voz alta.

No entendía qué había hecho mal para hacer enojar a su novio.

Porque aún eran novios ¿no?

Siendo las tres de la tarde su madre llamó para comer, él no tenía hambre, así que sólo comió la sopa y una manzana mientras escuchaba de fondo la plática aburrida de su hermano y su madre, no quería saber nada de eso, él sólo quería saber por qué YoonGi no lo había contactado.

A las cuatro de la tarde SeokJin había dejado de marcar y mensajear por el celular, ahora sólo estaba sentado frente a su computadora, con el ceño fruncido mientras tocaba sus lentes —que resbalaban por el puente de su nariz— mientras suspiraba y tecleaba.

Allí, mientras él se mantenía con el aparato entre sus muslos, JiMin se acercó, aún tenía puesto el suéter afelpado con la esperanza de recibir una llamada diciendo "estoy afuera, ¿vienes conmigo a un café?", así él no perdería tiempo buscando el suéter para poder verlo.

Jinnie... —SeokJin levantó la mirada, su ceño serio se volvió tan blando que sus cejas estuvieron por temblar, el rostro de su hermano se veía triste pero aún con aquel pequeño brillo en sus pupilas signo de querer buscar alguna solución— ¿po... podemos ir... a... su... casa...?

SeokJin lentamente se quitó los anteojos cerrando los ojos esperando no ser afectado por el semblante decepcionado de su hermano menor.

No es seguro que esté en su casa. —Habló comprensivo.

Po-podemos... sólo ir... —bajó la mirada hacia sus pies encontrándose a sus calcetines blancos.

JiMinnie...

Por favor... —susurró.

No creo que sea posible.

¿No... no quiere... ver-verme? —Preguntó subiendo la mirada.

No es eso... —SeokJin quitó la laptop de su regazo colocándola a su lado— él... sólo debe estar ocupado. —Abrió sus brazos recibiendo al menor quien se había abalanzado temeroso.

¿Podemos ir...? —Insistió.

No creo...

¿Por favor?

Por... —SeokJin se separó lentamente tomando con sus dedos la barbilla del menor haciendo que lo mirara directamente— ¿por qué no vas a dormir un rato? Yo marcaré a YoonGi para ver dónde está.

JiMin conocía esa mirada, reconocía aquella entonación; no lo quería en la sala, algo pasaría, algo diría o alguien llegaría. Lo sabía, siempre hacían lo mismo cuando sus papás tenían que hablar, cuando su padre gritaba y su madre le secundaba, por lo que simplemente hizo lo mismo que había realizado durante todos esos años que lo trataron de tonto, pensando que no lo sabía, asintió bajando la mirada para alejarse de él y caminar por entre los sillones para llegar a la escalera y subir con lentitud. Caminó por el pasillo enfrentándose a las tres puertas siendo la de él la última y antes de avanzar sintió un arrebato de coraje. YoonGi era su pareja, era su novio, de él únicamente, así que cualquier cosa que tuviera que ver con él también le importaba. Con lentitud, presionando sólo la punta de sus pies en el pasillo y los escalones bajó sólo un poco, tratándose ocultarse del mayor en la sala, quien se hallaba caminando de un lugar a otro con insistencia mientras suspiraba.

¿Hola? —Se tensó al escuchar a su hermano hablar, pero suspiró tranquilizado sabiendo que no le hablaba a él— sí, sí... ¿cómo está? —Ladeó un poco el rostro tratando de adivinar con quién hablaba— Nam... —su rostro tuvo un puchero, no, no era su novio— sé que quiere verlo, JiMin también ha insistido mucho en todo el día... pero... —su corazón se detuvo un instante dentro de toda la presión que sus sentimientos ejercían— pero si lo ve así sólo se preocupará... ¿cómo está? —parpadeó sin comprender—. No, Nam... YoonGi sufrió un colapso general, necesita reposo, JiMin se asustaría mucho si lo ve...

Él se recargó contra la pared completamente asustado.

¿Qué es un colapso general?

Mientras no se pueda levantar de la cama será mejor que no se vean, así JiMin no se asusta. —Escuchó nuevamente la voz de su hermano.

Su pecho comenzó a respirar erráticamente ¿YoonGi no se podía levantar de la cama? ¿Estaba muy enfermo?, subió lentamente las escaleras sabiendo que no tenía que hacerse notar, entró a su habitación y miró todas las cosas en ella, no sabía qué hacer, usualmente su mamá siempre se encargaba de él cuando enfermaba pero él no sabía cuidar a una persona, aunque, pensó, podría repetir lo que su madre hacía con él. Rápidamente tomó su mochila celeste caminando hasta el baño encontrando la caja metálica en la que se hallaba el botiquín, sacó de este un ungüento, no sabía bien para qué se usaba pero su madre solía colocarlo en su frente por alguna razón, sacó también un pequeño trapo rojo que la misma mujer solía mojar para colocarlo en su frente, mejillas o pecho. Bajó con lentitud encontrando a SeokJin sentado con los auriculares puestos y caminó hasta la cocina adentrándose en ella no sin antes haber observado desde el umbral si su madre estaba sonriendo cuando encontró que no era así. Abrió la alacena y tomó un par de sobrecitos de té metiéndolos en un compartimiento especial para que no se maltrataran, también tomó el jarabe que se hallaba hasta el fondo de la misma alacena —la mujer lo consideraba peligroso así que jamás lo ponía en un lugar "accesible" aunque sólo hacía falta pararse en las puntas de sus pies para alcanzarlos—. Tomó un par de manzanas del frutero sabiendo que una buena alimentación era elemental para recuperarse y también una botella de agua pensando en la hidratación. Se volvió a asomar a la sala encontrando a SeokJin caminando para subir las escaleras. Sonrió y pasó por el cuarto con rapidez pero con precaución.

Tomó sus zapatos anudándolos con nervios y se levantó para salir de la casa.

Cuando su mano tomó las llaves y lentamente entró una al cerrojo su corazón se detuvo, sería la primera vez que saldría solo, no sabía si quería hacerlo, podría perderse, tenía miedo. Sin embargo cuando escuchó el suave cantar de su madre se decidió a hacerlo rápido, giró la llave haciendo que el cerrojo le permitiera salir. Lentamente cerró la puerta de la calle sin hacer mucho ruido y una vez afuera su estómago dio un vuelco, estaba sumergido en miedo, sus ojos viajaban por la banqueta, tenía demasiadas ganas de regresar, abrir y pedirle a SeokJin que lo llevara, sin embargo ya estaba allí.

El primer paso fue lo más difícil, no sabía si podría hacerlo, el cielo comenzaba ponerse naranja, él sabía que tendría al menos media hora antes de que oscureciera y no quería eso, le gustaba la noche pero sólo cuando tomaba la mano de YoonGi.

YoonGi.

Sonrió un poco y apresó entre sus manos la mochila sabiendo que esto lo hacía por su pareja.

Sus pasos se volvían cada vez más seguros mientras transeúntes pasaban a su lado y él, de vez en cuando se encogía entre sus hombros pensando en querer regresar a la seguridad de su cama. Llegó al parque encontrándolo con personas que reían y pequeños perros que corrían, su mirada se dirigió al cielo que ahora estaba tornándose azul claro hasta un morado, la noche estaba cayendo y el pánico inundaba su corazón, comenzó a moverse con más rapidez hacia el edificio del mayor, entró a la calle que estaba sola pero aquello no le incomodaba, estaba totalmente iluminado aunque la noche no hubiera caído con firmeza. Miró la puerta y luego el pequeño panel con los números, sabía que debía tocar para que le permitieran entrar, sin embargo antes de que pudiera hacerlo una señora de edad avanzada, con cabeza blanca y cabello ordenado apareció detrás sonriendo al verlo tenso.

¿Vienes a ver a tu amigo? —JiMin se giró asustado sin saber qué decir— siempre veo que entras con... ese joven... ¿cómo se llamaba? —Acarició su corta y suavemente arrugada barbilla— oh, el joven Min.

JiMin asintió enérgicamente.

Vamos, pasa. —Anunció ella cuando abrió la enorme puerta de cristal él asintió agradecido mientras se adentraba.

Ella comenzó a contarle un par de cosas respecto a su vida, algo de sus nietos que no entendió y algo sobre su perro que ignoró, pues toda su atención estaba en llegar ya al piso en el que su novio estaba instalado. La mujer bajó junto con él despidiéndose para irse al lado contrario del pasillo. JiMin asintió mientras caminaba sintiendo el corazón golpeándole las costillas de tanto entusiasmo que sentía, tocó el timbre pero nadie respondió, luego tocó la puerta y de igual manera fue ignorado, con un puchero en los labios se estiró cerrando los ojos por la fuerza que ejerció pues recordó que una vez YoonGi había sacado una llave de allí cuando, sin querer, había olvidado la suya dentro. Sus cortos dedos exploraron la superficie de madera del marco hasta que sintieron algo metálico, dio un pequeño brinco y alcanzó al fin la llave sonriendo al escucharla sonar contra el suelo. La levantó y abrió la puerta.

La sala estaba iluminada, al igual que todo el departamento, él sabía que ello significaba la presencia de alguien.

Había dos mochilas en el sillón, una, recordó, era de YoonGi pero la otra la desconoció. Caminó hasta la cocina donde encontró una olla hirviendo con lentitud un caldo de pollo, luego pasó a la recámara donde encontró un bulto dándole la espalda. Su corazón latió con rapidez.

NamJoon... la maldita llave estaba en el maldito marco... me duele la maldita cabeza y sólo se te ocurrió tocar para ver si tenía los malditos ánimos de ir a abrirte. —La voz sonaba cansada, áspera.

No maldigas. —Habló con un puchero.

Inmediatamente se levantó haciendo que su cabeza doliera más aunque ello le punzó poco le importó cuando el menor estaba allí, frente a él, con su mochila celeste resaltando en su suéter, su cabello desordenado seguramente por el aire, sus labios abiertos y sus ojos cristalinos... sus orbes húmedas.

MinMin... —habló tosiendo un poco tratando de mejorar su apariencia, sabía que se veía muy mal.

Yoonie... —JiMin se acercó estrujando su rostro en un mohín triste, apresó entre sus brazos al mayor quien lo recibió con delicadeza percibiendo pequeños temblores— estás enfermo... estás enfermo... —susurró entre hipadas.

Estoy bien. —YoonGi besó su coronilla.

Estás enfermo... —JiMin levantó el rostro separándose sólo un poco para tomar ambas mejillas pálidas y frías— tra-traje... manzana... —habló asintiendo mientras giraba su mochila alejando sus cálidas palmas del rostro del mayor— es... te ayudará... —susurró colocándola en su palma.

Gracias. —Sonrió.

Te extrañé... —JiMin apresó con sus palmas sus ojos conteniendo la ola de emociones que abrigaban su corazón— no quiero... verte... así... yo... debería... estar... cuidándote...

El pálido soltó una sonrisa melancólica mientras atrapaba de nuevo entre sus brazos al menor haciendo que cayera un poco encima de la cama, susurró muchas veces en sus sienes y besó su frente muchas otras más mientras el menor aún se retorcía en lloriqueos.

Estaré bien, sólo necesito descansar.

¿Por qué... enfermaste? —JiMin limpiaba de manera brusca sus ojos haciendo que YoonGi quitara sus manos para despojar sus mejillas de todas las lágrimas con delicadeza.

Sólo... cansancio... eso es todo.

¿Eso es... un colapso general? —Preguntó abultando sus labios.

Sí... —YoonGi acarició las manos del menor, lo había extrañado tanto, había querido marcarle, sin embargo ni NamJoon ni SeokJin querían que lo hiciera, decían que el menor se iba a preocupar demasiado.

Allí su sonrisa de borró.

Si ni NamJoon ni SeokJin deseaban que ambos se vieran... ¿Cómo es que estaba allí? ¿Estaba alucinando?

¿SeokJin te trajo? —Preguntó cubriendo con sus manos las mejillas enrojecidas del menor acercándolo para depositar un beso en la punta de su nariz rojiza confirmando de paso que era real.

JiMin sonrió entre sus semblante aun lloroso y negó.

¿NamJoon?

Volvió a negar.

¿Entonces?

El menor iba a hablar sin embargo un estruendo en la puerta hizo que dieran un pequeño brinco del susto. Se escuchó una voz apresurada y cansada.

YoonGi, YoonGi, no te vayas a asustar pero tengo que decirlo —la voz de NamJoon gritoneaba— acabo de hablar con SeokJin... me dijo que JiMin había... —entró a la habitación quedándose impresionado al instante— desaparecido...

JiMin sonrió levantando su mano mientras la agitaba.

Hola...  —saludó emocionado achinando los ojos que seguían un poco rojizos por el reciente llanto.

YoonGi rascó un poco su nuca pensando en todo lo que tendría que hablar con el menor respecto al riesgo de la calle.

Sólo... sólo dile que está aquí. —Habló haciendo que NamJoon sin comprender del todo asintiera para salir sacando su celular.

JiMin sonrió y abrazó al mayor susurrando varios "estarás bien" como si un mantra se tratase.

YoonGi, por su lado, esperaba que SeokJin no quisiera matarlo, por ahora los brazos del menor eran el mejor de los descansos posibles.


- - - - - -
Holi c:

Sjkdjak me gustó poner un JiMin independiente... JAJAJAJA ¿Qué imaginan que dirá SeokJin? ¿Cómo creen que se enteró de la ausencia de JiMin? (se sabrá, se sabrá) 

Lamento mucho haber tardado :c tengo universidad y eso, lo siento mucho :c dsakdñla

Gracias por seguir aquí, gracias por leer.
(lo sentí corto aunque fueran más de 3,000 palabras ; - ;)

LXS AMO! 

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