Capítulo ochenta y cinco «clases»
«♪»
JungKook estaba sentado en la silla, mirando con ojos curiosos las acciones lentes y cuidadosas de JiMin en la cama, le había dado un juego de figuras de colores para que armara lo que quisiera aunque aparentemente eso lo aburrió porque no armó ni una sola figura cuando ya había comenzado a ordenar las piezas por colores y tamaños. Sus dedos acariciaban cada pieza tratando de descubrir, quizás, la forma "correcta" en la que iba la pieza originalmente para saber dónde clasificarla.
— JiMin... —lo llamó el enfermero pero el mencionado en la cama lo ignoró por estar detallando una pieza— JiMin... —insistió.
JiMin, por su parte se encontraba tratando de enterrar su uña en una de las esquinas de la pieza, había una pequeña protuberancia que no le agradaba porque rompía con la armonía lisa de la pieza, trató de limarla y arrancarla pero poco pudo hacer. Comenzó a sentir la frustración típica que lo acompañaba cuando no lograba hacer algo, encogió los dedos de sus pies ante la presión de su corazón acelerado por la impotencia y sus manos se movieron sólo un poco nerviosas... desde hacía algún tiempo sentía aquellas emociones que ya lo habían abandonado... ¿Cuándo fue la última vez que sintió eso?
Oh, claro... aquel día que había conseguido la mezcla de colores para ese tono que tanto le gustaba pero el pincel tenía algunas hebras despeinadas, eran quizás dos o tres y eso lo molestaba, lo molestaba demasiado...
JiMin destensó sus pies al recordar por qué se había calmado ese día...
YoonGi.
Él lo había calmado, había llegado con él, pasando una mano por sus hombros para luego besar su sien preguntándole qué ocurría. Ah, él adoraba eso, adoraba cómo alguien podía entenderlo sin mediar palabra alguna, le gustaba la sensación de ser comprendido con acciones simples y miradas tímidas. Cuando JiMin le contó paso a paso su problema señalando el pincel de hebras rubias, YoonGi le había sonreído... "no todo tiene que ser perfecto, incluso a veces estos pequeños detalles que pueden ser feos para otros..." el más pálido había tomado la brocha mojándola un poco con pintura negra levantó la manga de su camiseta y colocó la brocha encima de su piel "son, en realidad, cosas muy bellas..." al quitar la brocha JiMin observó en la blanquecina piel una mancha suave y un trazo tembloroso que en realidad asemejaba una flor. Tomó la brocha y el brazo de su novio para pintar a un lado de este una flor más detallada y fina con las mismas hebras quebradas.
YoonGi tenía razón, a veces la imperfección hace a las cosas bellas.
Miró la figura en sus manos y sonrió suavemente para luego dejarla en el conjunto de piezas que creía correcto.
— ¿Me vas a seguir ignorando? —Murmuró JungKook desde la silla.
JiMin giró sorprendido, casi como recordando que él también seguía allí.
— Lo... siento... —respondió un poco avergonzado.
— Está bien... —levantó los hombros— pero es hora de estudiar. Lo prometimos, ¿Recuerdas? —Lo señaló con una ceja encarnada.
— Sí. —JiMin apartó cada uno de las piezas más lejos en la cama, cuidando que no se revolvieran entre sí, más tarde acabaría de acomodar.
— Hoy veremos historia, JiMin. —JungKook suspiró levantándose, si bien no era muy bueno en otras materias sabía lo básico y eso serviría para ir alimentando la inteligencia de su paciente.
Y aunque JungKook disfrutaba mucho de estar con JiMin, impartirle clases era agotador, pensó —quizás de manera errónea y egoísta— que estar con alguien como dictaba el diagnóstico sería más fácil —pero menos divertido e interesante— pues por cada tema que veían el menor sacaba varias preguntas que a veces tenía que consultar en internet. JungKook le había comprado un cuaderno grueso, plumas y colores para que pudiera anotar con cautela cada una de las lecciones impartidas, poco a poco la caligrafía del menor iba mejorando, podía irse conforme a las líneas del cuaderno en orden y a veces —cuando tenía más paciencia— hacía letras redondas bastante estéticas.
Esa sería su segunda semana de estudiar, JungKook le había prometido que haría toda una evaluación acorde al sistema educativo normal, es decir... haría exámenes, así que en los próximos días tendrían examen de historia y geografía. El enfermero trataba de no ser muy exigente, JiMin se esforzaba mucho como para decepcionarlo con una mala calificación siempre que tenía una duda levantaba la mano, preguntaba directamente o preguntaba "¿puedo usar el diccionario?" para entender alguna palabra. Además JiMin parecía comprender bien la relación alumno-profesor, pues durante el resto del día —en sus descansos— no preguntaba cosa alguna sobre las materias que llevaba, sin embargo JungKook lo atrapaba a veces escribiendo en su cuaderno preguntas que al día siguiente expresaría durante su clase.
Sin embargo el sistema cotidiano de enseñanza no servía en JiMin, JungKook aprendió rápidamente que las cosas debía contarlas como si de una historia se tratase, de esa manera el razonamiento de JiMin podía funcionar con más rapidez y cuestionaba más cosas que si sólo estuviera leyendo algo de un libro o internet. Incluso llegó a pensar que, para que JiMin entendiera, él debía comprenderlo primero, no servía sólo leerlo frente al menor pues este no comprendería del todo.
— Jung... Kook... —murmuró JiMin cuando estaban en medio de la comida; ensalada de vegetales, sopa fría y un vaso de jugo de manzana.
— ¿Sí? —El mayor veía su teléfono, parecía haber mandado un mensaje rápido.
— Tú... umh... —movió nerviosamente su tenedor en la sopa— sa... bes... cosas... ¿no?
JungKook soltó una pequeña risa y asintió dejado su teléfono a un lado.
— Bue... no... —JiMin lamió sus labios y miró al enfermero— ¿Tu... sa-sabes... si... umh... mi... fa... milia... ha... ve... nido... a... verme?
JungKook pudo seguir con su sonrisa porque JiMin iba improvisando su vocabulario —cosa que también practicaban diario con ejercicios— pero no pudo, no cuando tenía aquellos ojos tan tristes.
— Sí, JiMin... —afirmó mirando como asentía bajando la mirada— sé que ellos se preocupan por ti.
— Sí... —JiMin siguió comiendo.
JungKook juntó sus labios.
— JiMin... —el menor lo miró por entre sus pestañas— ¿Te sientes listo para un examen?
JiMin levantó la mirada extrañado, él creía que fuera de clases no se mencionaba nada relacionado a las asignaturas, sin embargo asintió con suavidad. JungKook lo alentó a terminar de comer para luego encaminarse hacia la habitación y así comenzar el examen. Después de comer con tranquilidad, entregar los platos, JiMin se lavó los dientes mientras veía a JungKook mirar su teléfono y teclear en él, pensó que era extraño, él usualmente ignoraba el aparato cuando estaban juntos pero al mismo tiempo pensó que, quizás, era algo importante.
Entraron a la habitación y el mayor colocó en un pizarrón verde —que hace no mucho había comprado— tres preguntas que pidió a JiMin contestar en su cuaderno. JiMin asintió y comenzó a escribir sin prisa, tratando de hacer su letra lo más bonita y legible posible, le gustaba cuando sus apuntes se veían cuidados, le agradaba mucho esa sensación, mientras lo hacía mordía su labio inferior o asomaba un poco la lengua al presionar la pluma contra el papel. Pasaron treinta minutos cuando el examen fue entregado a JungKook.
— Woah... —suspiró viendo las tres hojas rellenas de palabras; una hoja por pregunta— bien... espera un poco...
Leyó con lentitud cada una de las hojas, encontrándose de vez en vez con algunos errores ortográficos y de redacción que no importaron mucho por el momento —y que aun así señaló—.
Quince minutos habían pasado y el examen estaba revisado, JiMin estaba mirando la ventana, maravillándose con las nubes grises que opacas que comenzaban a inundar el cielo. Sus pies se hallaban juntos con los dedos estirándose y encogiéndose, como un pequeño ritual que le servía para calmarse. JungKook carraspeó llamando la atención de JiMin.
— Tienes un 100. —Sonrió— cuida la ortografía, tendremos que estudiar más sobre eso. —Le devolvió el examen a JiMin quien sonrió.
Miró el examen entre sus manos con ojos brillosos y mejillas encendidas, Dios, Dios... ¿Podría mostrárselo a su papá? ¿A SeokJin, NamJoon, TaeHyung y a HoSeok? ¿Podría mostrárselo a su tía? Dios... sobre todo... ¿Podría, algún día, mostrarle el examen a YoonGi? Él quería que se enterara, porque YoonGi siempre parecía súper orgulloso cuando alguno de sus profesores de fotografía (o arte) le mencionaba su buen desempeño.
Se sentía tan alegre.
— Ahora... —JungKook sonrió cruzando los brazos— como recompensa podrás bañarte.
JiMin lo miró en silencio ¿Eso era una recompensa?
— Vamos, vamos... —alentó levantándose para tomar un cambio de ropa.
— Sí... —JiMin accedió sin pensarlo mucho, para él no era una recompensa, pero no necesitaba una en absoluto, lo que le gustaba era ese bonito número en la esquina superior de su hoja, el color rojo resaltando como diciéndole "tu esfuerzo fue retribuido".
JiMin se bañaba solo, hace dos días le había preguntado a JungKook si podía cerrar la puerta para tener privacidad y afortunadamente este no se negó, así que podía bañarse con libertad, le gustaba cerrar los ojos cuando la regadera liberaba la tibia agua contra su rostro, le gustaba imaginar que estaba en su tina, con sus pequeños patitos, con su toalla felpuda y su pijama de colores suaves. JungKook también le había conseguido un jabón con olor a fresas, le gustaba mucho, no quería acabárselo. Al fin terminó de ducharse, secó primero su cabello y después su cuerpo, un escalofrío lo recorrió cuando piso el suelo que no había sido mojado por el agua cálida. Se vistió y abrió la puerta con la toalla aun acariciando su cabello.
JungKook se encontraba mirando su celular, cuando lo vio sonrió, lo tomó por la muñeca dirigiéndolo hacia un espacio atrás de los baños, había unas bancas y algunos lockers, JiMin supuso que era donde los enfermeros dejaban sus cosas.
— Bien... —tomó los hombros de JiMin y sonrió— sólo quince minutos. Quince. —torció sus labios— bueno si puedo veinte... pero no más ¿Capisci?
— ¿Qué?
— Umh... que si... que si estamos de acuerdo.
— ¿De... de acuer... do en qué? —Frunció el ceño.
— ¡Veinte, estudiante de excelencia, JiMin! —Dijo con tono autoritario falso.
JiMin quedó extrañado cuando lo vio salir, cerrando la puerta consigo, por un momento el pánico lo invadió trayéndole recuerdos de su infancia.
Hasta que escuchó el móvil sonar, JungKook lo había dejado en el banco, a su lado. Golpeó la puerta con suavidad para que JungKook abriera, lo estaban llamando, debía ser importante, pero no obtuvo respuesta, así que contestó él.
— ¿Sí? —Susurró inseguro.
— "¿MinMin?"
La garganta de JiMin se secó.
Pasaron los primero cinco minutos entre voces que distinguía, del otro lado de la línea estaban todos: SeokJin, NamJoon, HoSeok, TaeHyung, incluso su tía... y sobre todo... estaba él. Todos le gritaban felices por escucharlo, todos le preguntaban cómo estaba... y él sólo podía sollozar. Poco a poco contestó las preguntas, haciendo énfasis respecto a las clases que recibía de parte de JungKook, así como este lo ayudaba para saltarse algunos procesos médicos que le causaban sueño casi todo el día. Durante esas explicaciones su tía le explicó que su padre escucharía la llamada —que quedaría grabada en el celular de YoonGi— pero por ahora tenía trabajo.
— Y-yo... umh... —se sentó en la banca con los pies muy juntos inhalando aire bruscamente por las lágrimas— tuve... un... un... e-examen... hoy.
— "¿Examen? ¡Buh! ¡Qué cosa tan horrible!" —Gritó HoSeok— "Calla, calla..." —esta vez fue NamJoon que continuó hablando— "¿Qué obtuviste?"
— U-un... cien.
Escuchó risas y aplausos del otro lado... eso sólo hizo sentir su corazón cálido.
— "¡Ja! ¡YoonGi tiene un novio más listo que él!" —Gritó, esta vez, TaeHyung— "pequeño bastardo..." —respondió YoonGi.
— No... no... no mal... maldigas... —Presionó el teléfono entre sus dedos.
— "MinMin..." —su voz... su sola voz podía calmarlo, podía soportar todo lo que vivía diario sólo por escucharlo así, calmado, ronco, franco... podía imaginarlo con las pestañas largas haciéndole sombra por la mala iluminación, con su nariz respingada y pequeña, su cabello espeso cayendo por su frente, sus ojos negros que podían ver a través de su corazón, sus manos grandes que abarcaban bien sus mejillas, que tomaban bien sus manos, sus labios partidos por su nerviosismo... podía verlo, si estaba la mano, podía casi tocarlo— "te extrañamos... todos..." —se escucharon unos pasos y voces alejándose mientras gritaban "adiós, JiMinnie"— "yo te extraño... mucho..."
— Yo... yo... también... —susurró de vuelta.
— "¿Estás comiendo bien?"
— Sí... umh... —sonrió— Ju-Jung... Kook... me... ha... pedido... comida... sin... carne.
— "Bien..." —la voz de YoonGi sonó, de repente, extraña— "es... umh... JungKook es muy buena persona, ¿no?"
— Sí.
— "Qué... qué bueno... me alegra mucho que tengas a alguien, MinMin."
JiMin ladeó el rostro un poco.
— ¿Estás... triste?
— "Ah... no, o sea... sí, estás allá... lejos..."
— Jung... Kook es mi... amigo.
— "Ah..." —soltó una risa nerviosa— "lo... lo sé"
— Te quiero. —La forma honesta, simple, corta que salió sin tartamudear pudo con el corazón de YoonGi que escuchaba del otro lado.
— "Yo también te quiero... lo sabes ¿No es así? Sabes lo mucho que te quiero, lo mucho que quiero que estés aquí."
— Lo sé... —sonrió con sonrojo.
— "MinMin... casi llevamos veinte minutos..." —murmuró— "pronto tu enfermero llegará."
— Sí...
— "Te cuidas mucho... quizá pronto hablemos."
— Pronto...
— "Sí, pronto..."
— Yoonie...
— "¿Sí?"
— Tú... —jugó con la orilla de su pijama— ¿Has... tenido... a... otro... novio?
— "¡¿Qué?! No... no... yo... no ¿por qué dices eso?"
— N-no... lo sé...
— "¿A ti te gusta JungKook?"
— ¡No! —Casi grita.
— "Entonces... seguimos siendo novios ¿No es así?"
— Sí... —sonrió.
Escuchó la puerta abriéndose, dejando que por esta misma la cabeza de JungKook se asomara con una sonrisa preguntándole si todo iba bien.
— Son ya veintidós minutos, JiMin. —Afirmó el enfermero.
— S-sí.
— "Bien... descansa, duerme tranquilo... aquí te esperamos... aquí te espero."
— Yoonie... —susurró con melancolía.
— "Te quiero." —Comentó con un suspiro— "descansa bien, bonito."
JiMin se sonrojó y respondió con una risa amplia que llenó el corazón del escucha. Colgaron y devolvió el teléfono a JungKook, tenía unas inmensas ganas de abrazarlo, de tomar su mano para mostrarle cuánto le había ayudado todas esas voces, todas esas risas... pero no lo hizo, aún sentía demasiada vergüenza, por lo que simplemente lo acompañó de nuevo a su habitación, dispuestos a recibir una última lección —JungKook afirmó que sería sobre ortografía— y luego dormir.
JiMin se acurrucó entre sus cobijas abrazando su almohada pensando que eran su familia, sus amigos, su novio, sonrió... durmió sonriendo por primera vez en muchísimo tiempo.
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ESTO NO ES RELLENO.
REPITO: ESTO NO ES RELLENO.
Son piezas claves de la historia XD lo juro.
¿Cómo han estado? Yo me derrito y no por bangtan (aheksisisi) sino por el calor
Si hasta semáforos de por aquí México (Torreón) se derritieron por el calor D:
¡EN FIN! nos leemos después, gracias por su apoyo (y sus teorías sjaks)
MUCHO AMOR!
MUCHO, MUCHO AMOR!
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