Capítulo cuarenta y seis «dulce»
«♪»
Recorrieron los pasillos con lentitud, JiMin paseaba su mirada por todos lados, admiraba los enormes estantes cuyos productos variaban, además de escuchar una melodía de piano que sonaba a forma de fondo para armonizar el ambiente. No había muchas personas debido al horario, siendo una mañana de vacaciones la mayoría estaba aún durmiendo, por lo que la tranquilidad gobernaba el lugar.
— Y... ¿Qué vamos a comprar? —Preguntó el mayor mientras sentía la mano más pequeña desprenderse de la suya propia para admirar unas latas de verduras.
JiMin le miró mudo, evidentemente no tenía la menor idea de qué comprar, sin embargo había sentido la necesidad de aventurarse hacia el supermercado con el mayor simplemente por la idea de estar con él en un acto más que podría considerarse común ante los demás, pero que para él significaba un gran paso.
— Bueno... ¿Champiñones? —Inquirió el mayor.
JiMin asintió dejando la lata de chicharos en el estante correspondiente mientras sonreía. Sus pasos lentamente les guiaron hasta la sección de verduras donde el menor analizó las más de treinta charolitas con champiñones, sin embargo él quería escoger, no cualquier charola, sino sólo la que tuviera los mejores alimentos. YoonGi sólo le admiraba sonriente, le encantaba la faceta seria del menor, su concentración en algo tan común y sus ojos moviéndose inquietos por sus pupilas para poder sacar una conclusión. Escogió, después de unos minutos, una charolita que, a su parecer, tenía los champiñones más grandes.
Volvieron a tomarse de la mano mientras elegían entre los tomates rojos y los pimientos de colores. JiMin amaba estar allí, una de sus cosas favoritas de las verduras era su variedad en tonalidades, podías tener una cebolla morada o blanca, podías tener pimientos rojos, amarillos, naranjos o verdes, así como también podías tener manzanas rojas, verdes o amarillas. Por ello mismo a él le encantaba acomodar lo que iba a comer, le gustaba ser detallista cuando acomodaba las verduras y frutas en su plato, algo que quizás su mamá no entendía porque siempre le brindaba un plato revuelto con, usualmente, la lechuga, espinaca o las acelgas tapando los colores del resto de la comida.
— Debemos tomar puré de tomate... ¿no? —Preguntó el mayor, pues por cada acción que realizaba, siempre le preguntaba al menor, quería que ambos fueran parte de lo que iban a cocinar y aunque él podría haberse gastado la mitad del tiempo en simplemente escoger lo esencial en una pizza, no se sentía un "desperdicio" el tiempo que se fue con JiMin.
— Sí... sí... —JiMin caminó hasta el estante que tenía diferentes tamaños de envases, todos con un tomate rojo adornando al frente. Tomó el más pequeño entre sus manos y luego miró hacia arriba encontrándose unos cuantos envases un poco más grandes, levantó sus talones, quedando recargado sobre las puntas de sus pies, y se estiró para alcanzarlo. Una vez lo tuvo entre sus manos lo dejó en la pequeña canasta que YoonGi cargaba.
— ¿No quieres un dulce? —Preguntó YoonGi a la par que ambos se encontraban encaminándose hacia las cajas registradoras.
JiMin se detuvo mirando la variedad de dulces que había, desde unos cuantos tradicionales hasta extranjeros. Pero miró, al fondo, una pequeña paleta que tenía forma de una fresa, sonrió y estiró su mano hasta alcanzarla. Aún con el dulce entre sus manos procedieron a pagar los pocos productos que compraron.
— Buenos días. —Habló la empleada sonriendo mientras pesaba las verduras.
— Buenos días. —Respondió YoonGi cortamente mientras buscaba su cartera.
— Ah, b-bu-buenos... días. —Replicó JiMin sintiéndose nervioso aferrándose a la manga del mayor.
YoonGi sonrió al escucharle tímido y una vez encontró la cartera tomó la mano de JiMin entre la suya. JiMin miraba entretenido en la pantalla como los números iban creciendo conforme las verduras y otros productos iban pasando —entre ellos resaltó, ante sus ojos, la paleta—. La empleada volvió a sonreír anunciando cortamente el precio a pagar, el mayor volvió a asentir y abrió la cartera dispuesto a sacar el dinero pero sintió, en la mano que estaba siento tomada por JiMin, algo extraño. Bajó la mirada encontrándose con un billete.
— No... MinMin... —susurró devolviéndole el dinero.
— Yo... yo te ayudo... —sonrió escondiéndose de la mirada de la empleada que seguía esperando el efectivo— las... las parejas... se ayudan ¿No?
YoonGi cerró los ojos con una sonrisa cálida y asintió tomando el billete de JiMin que, siendo de una denominación mayor, pagaría todo, sin embargo devolvió al menor con monedas y billetes más chicos que tenía en su cartera, la mayor parte.
— Gracias por su compra. —Asintió la empleada dándole las escasas tres bolsas de plástico.
— Gracias. —Asintió YoonGi mientras cargaba dos.
— G-gra... cias... —replicó JiMin aunque sin mirar a la empleada tomando la bolsa restante.
Caminaron hacia la salida mientras JiMin buscaba entre la bolsa que tenía su paleta de fresa, sin embargo en dicha bolsa sólo había la pequeña charola con los champiñones y dos latas; una de soda y otra de jugo de naranja.
— ¿Qué buscas? —YoonGi se detuvo mirándole.
— Amh... la... paleta. —Asintió el menor.
— Oh... —YoonGi dejó una bolsa en el suelo buscando en la que quedaba en su mano hallando el dulce— ten... —extendió el caramelo rosa hacia el menor quien sonrió.
— Gracias... —inmediatamente destapó la paleta y la metió en su boca.
Con pasos tranquilos se encaminaron hacia el departamento del mayor para poder, al fin, desayunar una pizza casera —aunque quizás, pensaba YoonGi, podrían comer algún pan con leche antes, pues la pizza tardaría—. Cuando arribaron a la plaza que quedaba un poco antes del conjunto habitacional de YoonGi, se detuvieron porque había un espectáculo de bailarines ocupando aros para su performance. JiMin sostuvo la mano del mayor emocionado por el giro de los mismos aros en el cuerpo esbelto de los y las bailarines. La música era una tonada clásica, cuyas notas más marcadas eran acompasadas por el movimiento de los bailes, YoonGi sonrió, no sólo por el tan bien marcado performance, sino por la atención del menor, cuya concentración era tan grande que la paleta rosada había quedado abandonada entre sus labios.
— ¿No te gustó la paleta? —Preguntó risueño al terminar el espectáculo.
JiMin le miró y sonrió negando.
— Me gusta. —Asintió.
— Ya veo. —Sonrió de nueva cuenta el mayor buscando algunas monedas libres en su chaqueta para poder dejarlas en la pequeña latita del centro.
— Ten... —YoonGi levantó la mirada percatándose del caramelo contra sus labios— prueba.
— Ah, no, gracias, es tuya. —Sonrió avergonzado.
— Ten... —insistió el menor.
YoonGi suspiró y metió el caramelo a su boca, pues lo último que quería era que el menor pusiera una cara inconforme con él, últimamente JiMin se estaba tomando la libertad de regañarle con sólo una mirada así que no deseaba ello.
— Es... es buena... —Asintió sacando el caramelo de su boca devolviéndoselo a JiMin.
— Sí... es dulce... —JiMin tomó el dulce y se levantó sólo un poco, apenas con las puntas de sus pies, para alcanzar al mayor y brindar un corto beso en los labios.
YoonGi cerró los ojos por ese pequeño e íntimo instante dejándose embriagar por la calidez del menor, al abrir los ojos percibió los brazos de JiMin rodeándole el pecho, abrazándole. Suspiró y acarició su cabello.
Sí, definitivamente era dulce.
«♪»
— Ugh... ya voy... —Jadeó suspirando cansado caminando hacia la puerta mientras limpiaba sus manos de harina, no entendía qué buscaban sus vecinos, pues la música no estaba ni un poco fuerte.
Abrió la puerta encontrándose a SeokJin y NamJoon, miró, con un movimiento de ojos rápido y directo, el reloj en su pared marcando la una de la tarde, frunció el ceño un poco confundido.
— ¿Qué hacen aquí? —Arqueó una ceja— más aún... ¿Cómo pasaron?
— Una señora nos dejó pasar. —NamJoon levantó los hombros.
— Yo... vengo a hablar conti--...
Ante aquellas cortas palabras le sangre del pálido se heló, así como su corazón comenzó a latir en miedo, no quería ser "aquel" que traicionara la confianza de SeokJin pero estaba seguro de que no le mentiría, pues si él y JiMin iban a explorar esa nueva faceta, estaba seguro de que debía ser honestamente. Sin embargo, contrario a sus apocalípticos pensamientos, SeokJin quería hablar con él, pidiéndole comprensión y, claro, brindándola también, entendiendo que su hermano, su pequeño hermano, ya estaba convirtiéndose en un adulto..., iba a pedirle tiempo en su sala... sin embargo escuchó la voz de su hermano y calló.
— ¡Y-Yoonie! —JiMin se asomó, tenía los ojos cerrados y la nariz fruncida— me... ensucié.
YoonGi sonrió tímido al verle con parte de la nariz y la frente blancas como producto de haberse ensuciado de harina.
— Espera... ya voy. —YoonGi dejó a ambos chicos haciendo que pasaran al departamento caminando rápido hacia donde se encontraba el menor.
Limpió su rostro con lentitud y antes de salir a la sala para encontrarse a su amigo y a su —quizás— pareja, tomó entre sus manos el rostro del menor.
— Tu hermano está aquí. —Habló serio llamando su atención— promete... promete que cualquier cosa que diga o haga... no llorarás... ¿sí?
— ¿Por qué... lloraría? —Preguntó JiMin mirándole directamente a los ojos.
YoonGi frunció sus cejas con melancolía pues... ¿Cómo explicarle que muchos le tacharían de enferma a su relación? ¿Cómo decirle que esos sentimientos tan puros que inundan su corazón, para otros, no es más que un signo de algo que no debía ser? ¿De qué manera le explicaba que los besos que le daba podrían estar mal?... Le abrazó y besó su frente al final.
— Sólo... promételo... por favor... —YoonGi paseó sus manos desde sus hombros hasta tomar ambas manos y subirlas lentamente para, al final, besar los nudillos del menor.
— Sí... —JiMin quería saber por qué lloraría, SeokJin casi nunca le había hecho llorar, no entendía por qué ahora lo haría.
— Bien... vamos. —Asintió sabiendo que el menor no debía llorar, porque si lloraba sabía que poco se controlaría, pues estaba preparado para todo; golpes, insultos, gritos... pero para lo que jamás se prepararía es para ver el llanto de JiMin.
— Yoonie... —JiMin susurró deteniéndole— ¿P-puedo... puedo decirle... a Jinnie que... eres... mi pareja?
YoonGi sonrió y acarició sus manos.
— Sí... eso mismo es lo que voy a hacer.
Caminaron hasta la sala encontrándose a NamJoon abrazando a SeokJin susurrando un par de cosas en sus sienes, cosas que no se escuchaban con claridad pero que eran obvias por los asentimientos que el mayor le regalaba. Al verles entrar ambos se separaron y SeokJin se puso serio.
— Antes de nada... —YoonGi pasó saliva aferrándose a la mano del menor a su lado— yo... tu hermano y yo... estamos saliendo. Y... y quiero hacer las cosas bien...
Mientras que la mirada seria de SeokJin se mantenía, una pequeña sonrisa se coló en el rostro de NamJoon y JiMin.
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Tensión...
Ahno xD
Gracias por leer <3 <3 <3 <3 les amo kdsladklñsakdñ <3
Pd.- hace calor :c
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