Capítulo cincuenta y tres «cita pt2»
«♪»
Sus manos estaban entrelazadas con delicadeza, sus dedos estaban rozándose con parsimonia mientras sus pies se movían con un poco de rapidez, a veces los movimientos de sus manos eran tantos que lograba sentir la dura plata de la pulsera del mayor chocar contra sus dedos.
— Perdona que te traiga así... —habló el mayor halando de su mano un poco pero procurando no lastimarle— el... el tranvía se irá.
Llegaron hasta la estación, un lugar que tenía una pequeña escalinata de tres escasos escalones para atravesar unos torniquetes introduciendo un boleto o colocando una tarjeta en el lector a lado de los mismos torniquetes. Al pasar por los mencionados soltaron un suspiro al unísono, el menor estaba jadeando pues poco estaba acostumbrado al ejercicio, con la mano que tenía libre comenzó a sacar la bufanda de su cuello, ya que debido a la corta —pero pesada— actividad el calor se coló en su pecho subiendo hasta molestarle la ropa de algodón que usaba, lamió sus labios tratando de remojar también su garganta y suspiró hondo de nueva cuenta. El mayor, por su lado, miró sus acciones y mordió su labio indeciso.
— ¿Te cansaste, MinMin? —Cuestionó YoonGi sosteniendo la bufanda del menor para meterla en su mochila.
— E-estaré... bien... —sonrió agitado.
— Aquí viene le tranvía. —YoonGi sonrió acariciando la nuca del menor para después sostener de nueva cuenta su mano.
Subieron lento, pues debido a la calidez de la mañana, las personas que ocupaban el transporte eran pocas, JiMin miró los lugares contándolos en su mente mientras sus ojos delineaban la parte acolchonada de los mismos, parte que era azul oscuro, le gustaba mucho ese color.
— Allí... —Señaló la tercer fila del lado contrario a la puerta.
YoonGi asintió dando unos pasos para poder sentarse en aquellos lugares que el menor había seleccionado.
— Doce...—JiMin susurró bajo mientras veía la ventana— doce... —repitió sintiéndose a gusto con el número y lugar seleccionado.
YoonGi sacó de su mochila un pequeño cuaderno café claro, en él estaba anotado en tinta azul qué libros debía comprar por recomendación de su profesor para hacer una mejor tesis de titulación, aquello le había sonado cansado, además de ser una lista moderadamente larga. Lo único bueno fue la sonrisa del menor cuando le anunció que saldrían al centro, a JiMin le gustaba muchísimo salir, y más si era con las personas que tanto quería, así que la combinación de un pequeño viaje y YoonGi simplemente instauró una alegría en su corazón, tanto que dudó qué ropa debía llevar... aunque al final recurrió a su hermano, quien eligió unos pantalones negros junto a una camiseta delgada blanquecina —que era más color crema— de cuello grande y mangas relativamente largas, y que, sin embargo, se pegaba correctamente a su pecho.
El mayor le habría querido agradecer a SeokJin por aquella ropa que resaltaba tan bien en el cuerpo del menor, sin embargo no podría hacerlo sin sonar como un pervertido, cosa que no pensaba en absoluto, JiMin siempre se veía atractivo para él, aunque debía admitir que aquella camiseta que dejaba admirar su delgado cuello le había fascinado, y ante sus propias dudas sólo se limitó a halagar a su pareja por lo bien que se veía, le susurró en el oído lo mucho que le gustaba como le quedaba ese color, a lo que JiMin respondió con una risa, un "gracias" bajito y un pequeño beso.
— ¿A dónde... vamos? —Cuestionó tratando de recordar los tonos de los árboles que se atravesaban por su vista.
— A comprar algunos libros... —sonrió levantando la mano del menor para besar el suave dorso— ¿Quieres algo de desayunar primero?
JiMin analizó las cosas con un puchero y pensó en las cosas que podría comprar, había llevado dinero también, por lo que quizá podría invitarle algo al mayor. Aunque había pensado en, quizás, comprar una película.
— Hay una tienda de crepas... —continuó YoonGi— que venden de todo... estoy seguro que las dulces te gustarán demasiado.
JiMin sonrió mordiendo su labio inferior y asintió recargándose en el brazo del mayor para poder cerrar los ojos y admirar a través de sus párpados los cambios de luz filtrados gracias a los árboles. Sonrió pensando que realmente quería sentir eso todos los días, no sólo el tibio sol sobre su piel o la cálida ventisca entre su cabello, sino también la agradable sensación de compartir la vida con alguien.
— Yoonie... —susurró llamando la atención del mayor quién sólo respondió con un "mmh" muy corto— beso...
YoonGi miró a JiMin con una sonrisa avergonzada, se inclinó acunando su mejilla, el menor, por su lado, no abrió los ojos sino que simplemente esperó sentir los suaves labios sobre los suyos. Y cuando el contacto de piel estuvo, fue lento, acariciando cada fibra sensible que se encontraban, un beso totalmente inocente como aquellos que solían brindarse, sin embargo, fue uno que duró bastante, pues la sensación de ambos labios encajando; el labio superior de YoonGi al ser más fino contrastaba enmarcando bien el interior de los labios de JiMin, mientras que este último, con sus gruesos labios abrazaba con soltura los finos de su pareja. Un pequeño chasquido al final resonó para separarse, JiMin se acurrucó más contra él suspirando en el proceso, sintiéndose adormilado por las caricias y besos en su frente que recibía.
Pasaron poco más de veinte minutos, los cuales habían estado compartiendo música y pequeñas caricias en sus manos. Cuando tuvieron que bajar, JiMin encontró las calles repletas de personas, totalmente distintas a aquellas que frecuentaba, había gente que hablaba por celular y que aun con ello el sonido emitido de sus bocas era demasiado fuerte, apresó, sin querer, los dedos de YoonGi y este comprendió.
— ¿Quieres los audífonos? —Preguntó el mayor mirándole.
JiMin respiró hondo, si iban a pasar todo el día allí eso significaba que tendría que usar los audífonos todo el tiempo... lo que culminaba con no poder escuchar al mayor sino hasta que fuera hora de regresar. Bajó la mirada sintiéndose acorralado, no quería escuchar a todas esas personas y sus indeseables gritos, esos cláxones que resonaban entre las esquinas, la gente yendo, viniendo, los tacones, los zapatos, algunos perros o niños gritando, mamás regañando, señores riendo, el humo de algunos cigarros, el hedor del combustible, la pesadez de la gente con prisa... no quería. Estaba tan centrado en sí mismo que no notó cuando YoonGi se colocó frente a él.
— Estás temblando... —YoonGi acarició su nuca— fue una mala idea... —negó abrazándole— vámonos.
Estaba por girarse para regresar, realmente no quería crear una mala experiencia en su joven pareja... sus ojos llenos de pánico y el temblor en sus dedos fue signo suficiente para comprender que quizás deberían ir a un lugar calmado, sin gente, ya después se encargaría de conseguir todos los libros que el profesor le había encargado. JiMin pensó, por su lado, que si se iban implicaría que su pareja iría de nuevo a ese lugar solo, y no es que no pudiera, bien comprendía que YoonGi era un adulto muy responsable, sin embargo no deseaba que su temor fuese tan grande como para evitar acompañarlo, negó y le sostuvo fuerte...
— No me... no me... suel... tes... —susurró.
— ¿Qué? —YoonGi le miró nuevamente mientras volvía a abrazarlo de manera corta para sonreír y tratar de volver a caminar— no... no te soltaré... vámonos...
El menor volvió a negar mientras cerraba los ojos respirando hondo y soplando suave... su papá le había mencionado que de aquella manera el miedo, la rabia y el dolor podrían irse con facilidad. Siguió inhalando y exhalando con lentitud un par de veces y miró al mayor.
— Si... no me... sueltas... —abrió los ojos— estaré... bien...
YoonGi se aferró a su mano con fuerza y negó con una pequeña sonrisa de comprensión.
— Está bien... sólo vámonos...
— No... no... —negó mientras caminaba sin saber a dónde ir exactamente, sólo quería alejarse de la terminal para así demostrar que el miedo no le vencería— no... tu... estamos... aquí...
— MinMin... —YoonGi suspiró pensando en lo decidido, y a veces terco, que su novio podía ponerse.
— Por favor... —bajó la mirada.
— Sólo iremos por las crepas... ¿de acuerdo?
— No. —Frunció el ceño.
— MinMin...
— Si estás aquí... no... no hay... miedo... —sonrió.
YoonGi sonrió y acarició su mano con lentitud.
— Iremos a desayunar... si tienes mucho miedo me dices ¿Sí? —Preguntó sosteniendo la barbilla del menor para que le mirara en todo momento.
JiMin asintió sonriendo, emprendieron, entonces, el camino del lado contrario, JiMin sintió el galope violento de sus latidos al encontrarse a todas esas personas caminando casi chocando con él, cerró los ojos dejándose guiar por la mano del mayor.
— MinMin... —cuando escuchó su voz abrió los ojos— por favor... vámonos... no es necesario.
— No... —volvió a negar— tú... aquí... na-nadie... nadie... más... tiene... miedo... —le abrazó ocultándose en su pecho— no... no quiero... tener... miedo.
YoonGi acarició su espalda y sonrió en el proceso. Besó su frente con lentitud para luego suspirar.
— Mira nuestras manos... ¿sí? —acarició su mejilla— si tienes miedo... sólo mira nuestras manos.
JiMin asintió y volvieron a caminar, trataba de ver al frente, pero un cúmulo de gente le aterró, sobre todo una mujer de complexión gruesa, con tacones escandalosos y perfume atosigante que se dirigía hacia ellos hablando —o gritando— por teléfono, JiMin bajó rápidamente la mirada para dirigirla a sus manos unidas, los dedos del mayor al ser gruesos y toscos contrastaban con los suyos que se mantenían un poco gorditos, miró con detenimiento las uñas cortísimas que el mayor conservaba así siempre, además de delinear con su mirada las venas que atravesaban la casi traslúcida piel dándole un tono azul a ciertas partes de su mano. Era interesante ver el contraste de sus pieles, siendo el menor más moreno podía jurar que su piel enmarcaba la palidez de su novio...
— Llegamos... —habló nuevamente el mayor llamando su atención.
JiMin levantó la mirada sorprendido, miró hacia atrás no encontrando el puesto de flores que estaba al lado de ellos cuando la mujer corpulenta se había acercado con rapidez, miró al mayor con sus orbes expandidas en incomprensión, el número de gente había disminuido pero no comprendía cómo habían avanzado.
— Lo hiciste... —sonrió besando su frente— atravesaste casi ocho cuadras llenas de personas, JiMin...
JiMin abrió la boca sin comprender.
— Yo... ¿eso hice? —miró al frente encontrándose el pequeño restaurant adornado con madera y verdes plantas en el que seguramente habrían las crepas que prometió.
— Sí... —YoonGi le abrazó— fuiste valiente.
JiMin sonrió apresando la chaqueta del mayor mientras correspondía el abrazo, se adentraron al lugar, las pequeñas bocinas desprendían música clásica a volumen demasiado bajo pero agradable para el menor. Decidieron tomar asiento en la parte alta del lugar, YoonGi ordenó por ambos después de haberle preguntado qué quería, y una crepa de fresas, miel y almendras había sido su elección, junto con una taza de chocolate, mientras él pedía una crepa salada de pollo y un café simple. Escucharon el sonido de las bocinas callarse y ambos miraron a tres chicos y una chica acomodándose en un pequeño espacio que se conservaba vacío. A los pocos minutos, justo cuando habían dejado sus órdenes en la mesa, se escuchó la melodía de una guitarra y la voz de una chica. Los presentes habían callado sus bajas conversaciones para enfocarse en la canción que estaba entonando. JiMin sonrió bebiendo un poco de su chocolate al escuchar la armoniosa voz de aquella mujer que acomodaba su cabello con finura y elegancia más sin prepotencia. Cuando la primer canción culminó mencionaron alguna historia sobre su sueño de seguir estudiando música y el poco apoyo económico que recibían, por lo que preguntaban por algún tipo de ayuda que les brindaran, tocaron, después, dos canciones más agradeciendo al final por su atención.
JiMin, mientras escuchaba, comía un poco de su crepa, y cuando vio que aquellos chicos pasaban a las mesas agradeciendo la atención —brindando también algunas redes sociales para encontrarlos— buscó rápidamente su monedero abriéndolo sacando de él unas monedas y un billete mediano. La chica se acercó a ellos agradeciendo por el apoyo que les había brindado, pues había notado que el menor de los dos presentes era quien más le prestaba atención.
— Muchas gracias... —asintió sonriente ante el dinero— ¿quisieran una tarjeta? —preguntó extendiendo los pequeños papeles.
JiMin asintió tomando una para leerla.
— ¿Cuál es tu nombre? —Preguntó la chica acomodando su largo y lacio cabello detrás de su oreja.
JiMin no respondió, pues no creyó que le estuviera preguntando aquello.
— Se llama JiMin. —YoonGi respondió por él.
— Ah... mucho gusto... —extendió su mano hacia el menor.
JiMin miró la mano para luego mirar a la chica, sonrió levantando la mano en forma de saludo.
— Hola...
— Umh... —la chica volvió a sonreír, aquel extraño joven con su fina barbilla le había parecido atractivo, sin embargo al verlo de cerca, con su actitud y sus sonrisas, parecía una persona muy agradable, rozando lo tierno— JiMin... tendremos un concierto la próxima semana... es gratis, pero si me llamas podríamos hablar detrás... no sé... tomar algo. —Levantó los hombros.
JiMin borró un poco su sonrisa y parpadeó algunas veces antes de responder rápido.
— Tengo novio.
YoonGi, que estaba bebiendo café, casi se ahoga por el rápido rechazo hacia la chica.
— Ah... —ella, al contrario de molestarse, comenzó a reír— lo siento... ¿soné así? —Miró a YoonGi que estaba tosiendo aun con una risa— ¿No quisieran venir?
— Tiene novio. —Volvió a hablar JiMin.
La chica soltó una risa asintiendo con comprensión.
— Entiendo... —sonrió— si quieres venir con tu novio... aquí atrás está la dirección... —señaló en la tarjetita.
JiMin miró la tarjeta para asentir y ver a la chica marcharse. Miró a YoonGi quien seguía sonriendo tratando de ocultar aquel gesto entre sus palmas, y es que ver a JiMin mientras alguien más estaba tratando de coquetearle le había parecido tierno, claro que en un principio sintió extrañeza, pues JiMin era su novio y los celos —pequeñísimos— eran naturales, sin embargo bien sabía que le menor era tan franco con sus sentimientos que jamás le engañaría.
— No... vas a ir... ¿verdad? —Preguntó jugando con la tarjetita entre sus dedos.
YoonGi volvió a sonreír y levantó los hombros.
— ¿Mi novio me acompañará? —recargó su rostro en una de sus palmas mientras la otra mano se extendía sobre la mesa pidiendo la mano del menor.
— No... —JiMin hizo un puchero mientras le brindaba la mano.
— Entonces no iré.
Cuando terminaron de comer, caminaron nuevamente entre las personas, JiMin se limitó a mirar sus manos unidas para que todo fuese más liviano, cosa que funcionó, pues sentía que los viajes habían sido cortos. Se adentraron a la primera biblioteca que olía, demasiado, a libro viejo, aquel olor le gustaba mucho al menor, le recordaba cuando su papá vivía junto con él y, al entrar a su despacho y acercarse a los enormes libreros, estos, desprendían aquel característico olor. Escuchó a YoonGi preguntar por algunos libros y el chico de delantal verde claro asintió caminando entre los pasillos mientras llevaba una mano a su barbilla tratando de rememorar dónde se encontraba algún ejemplar que YoonGi necesitaba.
— Esperen... iré por una escalera... —habló trotando hacia algún otro pasillo mientras gritaba el nombre de algún compañero suyo.
— Ojalá que estén aquí... —suspiró mirando los libros.
JiMin miró los tomos beige, cafés y grises resaltando entre los estantes. En ese instante giró mirando al mayor.
— ¿Son... muchos? —preguntó jugueteando con sus dedos.
— Algunos... —rascó su nuca— pero no es nada que no haya atravesado antes... —soltó una risa un poco lastimera.
JiMin miró hacia abajo no queriendo sentirse avergonzado por no comprender del todo los estudios de YoonGi, sabía que necesitaba libros, y que muchos de ellos escribían demasiado, sin embargo no sabía prácticamente nada sobre los estudios y lo que ello comprendía, sólo sabía que su hermano era lo mismo que su mamá; abogado, dicha palabra se grabó en su mente después de que su padre salió de la casa con maletas entre las manos. Quiso hacer algo similar a YoonGi, quería poder hablar de algo interesante, sin embargo él poco podía decir de su vida, pensó, mientras acariciaba los libros, en la injusticia de no poder entrar a un salón, quería retomar sus estudios, pero recordaba lo crueles que podían ser los demás ante su forma de ser, razón por la que habían suspendido todo tipo de aprendizaje, quería aprender, quería estar ocupado, quería hacer sentir orgulloso a SeokJin, a su papá, a su mamá... y a YoonGi... quería recibir halagos por algo que él hiciera.
— ¿Estás bien? —YoonGi acarició su cuello sobándole.
JiMin miró y entre las manos del mayor ya se hallaban tres libros, no supo en qué momento había llegado el empleado con la escalera, ni en qué momento les había dejado solos, asintió bajando la mirada.
— ¿A dónde quieres ir ahora? —Preguntó el mayor sonriendo, pues no creía la respuesta del menor... sin embargo poco podía hacer, pues cuando JiMin resguardaba algo lo hacía muy bien.
— Podemos... ¿Podemos ir a ver... las películas? —Miró a su novio.
— Sí... vamos. —YoonGi tomó su mano y caminó hasta la salida, lamentable y afortunadamente, el empleado se comprometió a conseguirlos en menos de una semana, dejó su número para que el mismo chico se comunicase con él cuando estuvieran listos.
Salieron buscando entre las calles alguno de esos clubs de vídeo-juegos y películas que ya casi nadie frecuentaba, mientras se paseaban entre las calles JiMin se detuvo, pues su mirada dejó de enfocarse en sus manos unidas para admirar un puesto de cámaras de todo tipo; analógicas y digitales, grandes y pequeñas, algunas se veían pesadas y otras tan ligeras. YoonGi miró el puesto comprendiendo que realmente le gustaban esas cosas, sonrió y estuvo a punto de hablar cuando admiró lo que, seguramente, era el foco de atención del menor.
"taller de fotografía"
Miró a su novio sonriendo.
— ¿Quieres entrar... o...?
— No... —negó— no... —miró hacia el suelo avergonzado— películas... vamos... por una película.
YoonGi borró su sonrisa y mientras caminaban pensó en las miles de posibilidades por las que su novio había declinado la oferta de entrar. Mientras le miraba viendo como analizaba cada título filmográfico pensó que se debía a su fobia social, aquel miedo de enfrentarse a algo solo.
«♪»
Cuando regresó a su casa todo fue igual, su madre preguntándole a SeokJin el día, insistiendo en no dejarle solo con un desconocido, el menor, en su interior, quería decirle que no era un extraño, que era su pareja y que estaban por cumplir tres meses en una semana, sin embargo optaba por no hablar y sólo fingir demencia ante las preguntas que su madre le hacía. Se despidió como siempre del mayor cuando este marcó al celular de su hermano, le mandó besos y agradeció por haberle permitido acompañarle, soltó pequeñas risas ante las quejas de su pareja por haber pagado la película haciéndole prometer que ese fin de semana la verían.
SeokJin recibió el teléfono y un abrazo de buenas noches de su pequeño hermano, no mentiría, cada día más confiaba en YoonGi, como persona y pareja, le parecía muy agradable todo lo que su hermano aprendía con él, las cosas que le narraba y el aliento que significaba tener a alguien que se preocupara por su bienestar. Estaba por guardar el documento que había estado escribiendo desde la tarde en la casa de NamJoon cuando su celular vibró.
— ¿YoonGi? —Contestó escuchando un "sí" por respuesta— oye, perdón... pero... JiMin se fue a dormir... y si lo despierto no querrá dormir de nuevo.
— "No quería hablar con JiMin, quería hablar contigo."
— ¿Qué pasó? —se acomodó en su silla.
— "Podrías decirme... ¿hace cuánto JiMin dejó de estudiar?"
— Amh... —SeokJin se sorprendió por la pregunta pero de igual manera respondió— desde que tenía... como trece o catorce años...
— "Entiendo..." —escuchó un suspiro.
— YoonGi... no querrás meterlo a una escuela ¿no? —Se preocupó— JiMin es muy listo, demasiado, pero a veces los compañeros de aula son crueles.
— "Ah... no, no del todo..." —se escuchó un par de movimientos.
— ¿Entonces? ¿A qué vino tu pregunta?
— "Bueno... te diré si prometes ayudarme."
— Eso es chantaje, YoonGi.
— "Bueeeno... te diré, me ayudarás o si no le diré a NamJoon que tienes la foto de ustedes como fondo de escritorio."
— ¡¿Qué?! —se levantó— ¡¿Cómo?!
— "Mi MinMin siempre es honesto."
— Ugh... —suspiró dejándose caer en su cama— suéltalo.
— "Bien... quisiera, en serio, que me ayudes..."
- - - - - - - - -
Sé que la mayoría de ustedes intuye qué hará YoonGi 6u6
¿Me tarde? Lo siento jdksajakldj apero aquí está un cap de más de 3,000 palabras <3 <3 con mucho luv... gracias por todo el apoyo.
¡GRACIAS! :3
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro