Capítulo cincuenta y seis «papá»
«♪»
Esperó en la sala pacientemente con su mochila azul entre sus muslos y una gran capa blanca que era constantemente acariciada con sus manos, sus ojos estaban fijos en sus pies que eran cubiertos por unos calcetines —que en la punta, justo donde estaban sus dedos, tenía la carita de un gatito— y los movió restregándolos en el tapete felpudo, después, pacientemente levantó la mirada fijándola en la ventana mientras escuchaba la voz de su madre dando instrucciones a SeokJin.
— Nada de dulces después de las siete. —Se escuchó la voz de la mujer.
— Sí.
— Cuando se bañe tienes que estar allí, recuerda que la tina de tu papá es más grande.
— Sí.
— No lo dejes solo en la casa...
— Sí, mamá.
— Si tienen algún contratiempo me marcas e iré lo más rápido que pueda a recogerlos.
— ¡Mamá! —SeokJin tomó los hombros de la mujer— sólo vamos con papá... no seas dramática.
— No. Van tres días con tu padre. —Frunció el ceño.
— Sí, bueno, sólo tres días. —Rodó los ojos.
— Me... me mandas mensajes... quiero saber cómo estará JiMin. —Pidió bajando la mirada.
— Sí, mamá... además —SeokJin sonrió— JiMinnie estará feliz, él quiere mucho a papá.
JiMin comenzó a moverse de un lado a otro mientras veía el relejo de las cortinas estampándose contra el tapete, lamió sus labios y siguió con el suave vaivén de derecha a izquierda, llevaba poco más de una hora allí, pero no quería moverse, pues temía que si se movía su papá llegara y ya no pudieran estar juntos. Se había despedido bien de YoonGi, lo recuerda, después de aquellos besos que le habían fascinado, se abrazaron con mucha fuerza, comieron un par de tartas que el mayor había comprado y volvieron a besarse saboreando la frambuesa y la fresa en la boca del contrario, cuando SeokJin llegó diciéndole que irían a ver a su papá esa misma noche su emoción se intensificó, tanto que no pudo evitar regresarse rápido al departamento de su novio corriendo por las calles y asustando a SeokJin en el proceso, sólo para preguntarle si podría acompañarlos, aunque un semblante triste se coló en sus ojos cuando él negó rápidamente fue apañado por unas caricias prometiéndole unas —varias— llamadas durante esos días. JiMin estaba feliz, pues aun con esas podría hacer que sus dos personas favoritas en el mundo se conocieran. Seguía recordando, mientras estaba en el sillón, la voz de su pareja, le gustaba recordarla cada que podía diciéndole "MinMin". Su madre seguía paseándose de un lado a otro con sus elegantes tacones y su perfume costoso mientras seguía empacando cosas que pensaba le ayudarían a su hijo menor. Empacaba medicamentos, curitas, vendas, jarabes e incluso un par de dulces sin azúcar sabor miel, mientras SeokJin la seguía con la mochila negra abierta para meter todas esas cosas inútiles.
Pasaron, quizás, veinte minutos y un claxon sonó en la calle. JiMin se levantó rápidamente acomodando la capa entre sus manos sujetando con fuerza la mochila entre sus dedos. Corrió hasta la puerta de la calle y se levantó un poco con las puntas de sus pies asomándose por la mirilla logrando ver el coche negro de su papá. Sonrió emocionado y se giró para sólo asomarse a la casa y gritar.
— ¡Jinine! ¡Jinnie! ¡Jinnie! ¡Jinnie! ¡Jinnie! ¡Jinnie! —Gritó exasperado porque realmente no quería desperdiciar un minuto más.
— Ya voy, ya voy. —SeokJin tomó su mochila y se despidió de su madre con un beso en la mejilla.
— ¡Jinnie! ¡Jinnie! —Siguió emocionado.
— ¿Y mi beso, JiMinnie? —Preguntó su madre sonriendo.
— Adiós, mami. —Besó su mejilla y se fue corriendo nuevamente hacia la puerta.
SeokJin le alcanzó y abrieron el portón para poder pasar. JiMin trotó cortamente hasta llegar a la puerta del copiloto, él quería ir allí, donde pudiera ver más y estar al lado de su padre. Se sentó y, no sin antes abrazar y besar a su padre, se colocó el cinturón de seguridad. Su hermano mayor, mientras tanto, seguía recibiendo "instrucciones" de su madre.
— ¡Jinnie! ¡Jinnie! ¡Jinnie! —Gritoneó JiMin.
— Ya sé, ya sé. —Asintió caminando hacia el auto.
Se despidió una vez más de su madre con un gesto rápido y escuchó la voz de su hermano desde el asiento trasero.
— Acelera. —Mencionó y su padre asintió.
Inmediatamente vio la figura de su madre salir furiosa, había "olvidado" la mochila con todos los medicamentos.
JiMin sonreía cada que sentía la brisa en su cabello por mantener la ventanilla abajo, el viaje fue un poco largo, su padre vivía lejos, internado en la ciudad, en un lugar mucho más ruidoso y con más gente de lo que a JiMin le gustaba, pero estando con su papá nada de eso podría importar, además, apenas se internaron en los alrededores de los edificios e inmuebles con gante ocupada, su padre subió las ventanillas y colocó música suave —un par de tonadas de jazz— que JiMin siguió sonriente sin prestarle mucha atención al entorno. Llegaron a un edificio grande, con enormes ventanales que reflejaban el sol vespertino agotándose, elegantes plantas cortadas en exactas formas y gente trajeadas esperando con una sonrisa mientras bajaban un poco la mirada. El coche se adentró al estacionamiento de la planta baja. JiMin miró por la limpia ventanilla repitiendo los colores de los coches que veía.
— Verde... verde... negro... azul... —asintió mientras miraba hacia el otro lado— gris... gris... rojo... negro...
Su padre sonrió asintiendo mientras se estacionaban en el espacio correspondiente a ellos. Pidió que tomaran sus cosas y bajaran del coche. JiMin tomó entre sus manos la manta y la mochila la colgó en su hombro cerrando la puerta percibiendo el frío aire del lugar. Inmediatamente el hombre le tendió la mano y él accedió dándosela para así caminar juntos hasta el ascensor. SeokJin, mientras tanto, venía platicando con su padre respecto a todas las cosas que había visto en la carrera —y ahora en su servicio social en el bufete—. JiMin admiró los espejos limpios del ascensor, los tocó tímidamente con sus dedos quitándolos de inmediato temiendo un regaño hasta que escuchó las palabras de su papá dirigiéndose a él.
— ¿Están limpios? —Sonrió.
— Sí. —Asintió sonriendo.
JiMin miró más a su papá; hombre recto, de traje siempre limpio y planchado con corbatas finamente acomodadas, barba un poco canosa cortada con exactitud y cabello peinado con delicadeza, o quizás, pensaba, cada hebra sabía su lugar en aquella cabellera, su nariz era un puente recto y fino en la punta además de ojos pequeños que constantemente se veían arrugados por las sonrisas que siempre le regalaba. Esa era otra cosa que adoraba de su papá, la facilidad con la que le brindaba paz con un simple gesto alegre, cosa que adoraba de YoonGi también. Se miró en el reflejo imaginando qué sería si su novio estuviera allí, pues si hubiera sido así él habría estado en la parte trasera dejándole a SeokJin el lugar del copiloto. El ascensor sonó y se abrió en el piso nueve, JiMin salió jalando poco a poco la mano de su padre que seguía entrelazada con la suya, caminaron por el pasillo hasta dar con la tercera puerta, abrió la misma mostrando el departamento negro y blanco con tintes minimalistas. JiMin sonrió y caminó sin soltar la mano de su padre hasta llegar al sillón donde se sentó alegre.
— ¿Tienen hambre? —Preguntó mirando a SeokJin dejar su mochila en la mesa del centro.
— Sí, un poco. —Admitió el mayor.
— Yo... sé... hacer... pizza. —Asintió el menor.
Su padre sonrió acariciando su cabello permitiéndole entrar a la cocina para así poder cocinar, y mientras estaban haciendo la masa él preguntó con quién lo había hecho, porque SeokJin estaba ocupado y su madre no lo permitiría. Él, tímidamente, respondió un "Yoonie" aun no sabiendo si podía admitir que eran novios. Aunque a su padre le gustaba la carne siempre hacía sacrificios por su hijo menor dejándola un instante para poder comer todo lo que él preparaba. Después de comer la pizza vegetariana con un par de sodas y jugos fueron a la sala a ver una película antes de dormir.
— Mañana quiero llevarlos al museo, habrá una exposición de arte neoclásico. —Asintió el hombre arremangándose su camisa dejando expuestos sus antebrazos.
— ¡Wah! —SeokJin sonrió comiendo del tazón de palomitas— hacía mucho que no salíamos juntos así.
— Papá... —JiMin le llamó— umh... ¿puedo... tomar fotorafías? —Preguntó tímido.
El hombre miró a SeokJin sin entender por qué su hijo tendría interés en la fotografía y este sonrió orgulloso.
— JiMin está en un taller. —Palmeó la espalda de su hermano menor.
— ¡¿En serio?! —El hombre olvidó la película por completo mientras se acomodaba para mirar a JiMin.
— S-sí. —JiMin miró a SeokJin preguntando con la mirada si es que estaba bien decir aquello y al recibir una sonrisa su semblante cambió a uno más sereno— Ah, umh... es que... Yoonie... Yoonie me... me re-regaló una... cámara... y... estoy... en un taller. —Movió sus manos con lentitud— y... los... maestros son... muy buenos conmigo... —se cohibió— y... tendremos... una exposición al final... —mordió sus labios.
Sintió la mano de su padre acariciar la nuca con lentitud.
— ¿Y podré ir? —Preguntó orgulloso.
— Sí... sí... tú... Jinnie... Yoonie... Hobie... Nammie. —Jugó con sus dedos— Ta-también Tae...
— Ya veo... —su padre volvió a sonreír obviando el hecho de que su hijo no haya mencionado a su madre— ¿Ese Yoonie... es muy... amigo tuyo no?
— Sí, lo quiero mucho, mucho... —miró a SeokJin recibiendo una mirada dudosa— y... umh...
Su padre asintió mirando la televisión percibiendo que ya estaban los créditos, sin tomarle importancia tomó los tazones con palomitas y los vasos vacíos de refresco y jugo caminando hacia la cocina. SeokJin le siguió mientras JiMin seguía acabándose el pequeño puño de palomitas que aún seguía en su mano.
— Papá... —SeokJin comenzó a hablar, pero su celular sonó, lo sacó y sonrió pidiéndole perdón al hombre para luego caminar con rapidez hasta el sillón— es YoonGi. —Susurró dejándole el aparato.
Cuando regresó su padre estaba lavando los trastes y acomodándolos en el escurridor, quería hablarle sobre YoonGi y la relación con JiMin, sin embargo él se adelantó diciendo que aún tenía del jugo de arándanos que tanto le gustaba a su hijo menor, y sin preguntarlo lo llevó a la sala.
SeokJin había pensado que su hermano se había ido de allí como solía hacerlo en casa de su madre, sin embargo seguía en la sala, hablando con confianza incluso cuando su padre se asomó.
— Papá está aquí. —Mencionó haciendo que YoonGi, aun del otro lado de la línea, sintiera pánico.
— "Ah... umh... ¿fue... divertido?" —titubeó nervioso.
— Papá... él es Yoonie. —Estiró el teléfono hacia él y el hombre simplemente presionó el pequeño símbolo de altavoz.
— ¿Tú eres Yoonie? —El pálido del otro lado de la línea sintió que iba a gritar de miedo.
— "Amh... s-sí... mucho gusto..."
— Yoonie... tú... compraste... la cámara... para mí ¿Verdad? —Preguntó aferrándose al teléfono.
— "Ah, MinMin, no digas esas cosas." —Suspiró avergonzado— "es... tú te lo merecías."
JiMin sonrió sonrojándose mientras seguía platicando sobre lo que comieron, le mencionó aquella pizza que hicieron entre él y su padre, también de la película que no habían acabado de ver y sobre las palomitas que comió, YoonGi, por su lado, le mencionó lo que pensaba en hacer en ese largo fin de semana, quizás irse a un cine o simplemente comprar chucherías para todo el fin de semana. Su padre sonrió porque ver a su hijo hablar tan fluido y tan unido con alguien externo a su familia. Caminó lejos de la sala mirando a SeokJin quien se mantenía en el umbral de la cocina y palmeó su hombro.
— Está creciendo. —Mencionó melancólico.
— Sí. —SeokJin asintió dándole una última mirada a su hermano para devolverla a su padre— papá...
— Estaba pensando... —El hombre lavó el último vaso que tendría que lavar— quizás podrías invitarlo a comer... tal vez el domingo.
SeokJin se sorprendió pero al final sonrió asintiendo, mordió su labio inferior y miró la caja de jugo de arándano que seguía en la mesa, lo tapó y se giró para guardarlo en el refrigerador.
— Papá... ¿qué pensarías si a JiMin le gusta alguien? —Se resguardó en la puerta del refrigerador evitando que su padre lo mirara.
— ¿Qué? —El hombre se enderezó— bueno... —tomó un trapo de líneas rojas y blancas con el que secó sus manos— supongo que sería raro... creo que tendría que ser alguien, ya sabes, distinto, JiMin quiere a las personas, pero no sé cómo podría gustarle alguien.
— Bueno... —SeokJin jugó con el cartón de leche aun refugiándose en la puerta— es... umh...
El hombre extrañado se acercó hasta su hijo y tomó su mano sacándolo del lugar en el que se sentía seguro.
— ¿Le gusta... le gusta ese tal "Yoonie"? —Preguntó incrédulo.
— Papá... —SeokJin frunció sus cejas en preocupación.
— Oh... —lo soltó y llevó una mano a su cabello— ¿él lo sabe? No, no... —negó— mejor que no lo sepa... —miró hacia la sala donde el menor seguía hablando animadamente— él... no sé cómo manejaría el rechazo... no le digas a ese chico... no le digas lo que siente JiMinnie, por favor... —lo miro suplicante.
— No, papá... las cosas... —suspiró frunciendo sus cejas y ojos, esperó un instante mientras con un suspiro frustrado soltó— él... él y YoonGi... son pareja.
El hombre quedó estático mientras trataba de encontrar la "broma" en los ojos de su hijo mayor, sin embargo sólo había seriedad, miró a JiMin y bajó la mirada, nadie dijo nada, sólo el silencio reinaba en la cocina mientras SeokJin se cuestionaba sobre sus propias acciones, él quería decirlo porque anhelaba que JiMin le dijera feliz todo lo que pasaba en su vida, incluyendo sus experiencias con su pareja. Estaba inmerso en sus propios pensamientos y aquella culpa que le carcomía que sólo salió de sus pensamientos cuando escuchó los pasos de su padre caminando hacia JiMin —quien había dejado de hablar por teléfono mientras aún tenía las mejillas sonrojadas— y sólo pudo sentir su garganta secarse en pánico.
Se culpó por haberlo dicho.
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¡He vuelto! Kslajlasjlds
Espero que les haya gustado, lamento mucho la demora... ;; estoy mejor, aun no estoy del todo bien peeeeero se hace lo que se puede xD
Gracias por leer <3
Gracias por seguir aquí <3
Pueden decirme... ¿qué piensan que pasará? C:? quiero leer sus teorías. <3 <3
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