No se supone que deba estar a su alrededor. No se supone que deba sentir que el mundo entero se cae a pedazos cuando está cerca. No se supone que deba mirarlo como lo hago, y tampoco se supone que deba estar enamorada de él. Porque yo soy una Druida y él es un Guardián. Porque existo para destruir su mundo, y él existe para despedazar el mío.

Él es fuego y yo soy hielo; él es día y yo noche. Es todo eso de lo que juré vengarme y todo aquello que deseo con todas mis fuerzas.

La guerra entre su mundo y el mío es una bomba de tiempo a punto de estallar y la supervivencia de los suyos es la extinción de los míos.

Es tormenta. Es volcán. Es peligro. Es mi fin hecho persona...

Él es El Guardián.