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Capítulo 58 (Cobarde)

Continuación:

     Pronto vendría Moxxie para hacer relevo con Millie, y convencer a la trabajadora de Stolas en que descansara un poco. No paso mucho para que el joven de cabellera blanca apareciera, trayéndoles un par de sándwiches a las chicas para recuperar las fuerzas. 

—Si gustan pueden irse, yo me quedare a vigilar — propuso Mox a las damas.

     Estas lo pensaron por unos momentos. Millie no tenia muchas opciones, después de todo, debían de intercalar turnos con su novio cada que él venia. Debían de seguir con su trabajo como guardaespaldas a su propio jefe. Linda por otro lado no deseaba dejar al señor Stolas hay, pero el descanso en su propia cama se estaba volviendo en una idea tan deleitable.

    Justo antes de responder, el medico de Stolas hizo acto de presencia en medio de los trabajadores.

—Buenas noticas. El señor Goetia a despertado y se encuentra en optimas condiciones.

   Una burbuja de completo jubilo estalló en el pecho de la trabajadora de la casa. Derramando un par de lagrimas nuevamente por la felicidad. Los guardaespaldas sonrieron con emoción. Parece que su protegido estaba bien después de todo.

—¿Podemos verlo? — pregunto a los segundos la joven castaña. Sin problema alguno el Doctor asiente, guiando a la joven hacia su jefe.

     Millie desea seguirla, pero no lo hace, teniendo por delante sus responsabilidades con Asmodeo. Haciendo relevo con su novio, despidiéndose con un beso para que Moxxie siguiera a Linda.

     Ya para cuando Mils estaba a punto de salir de las instalaciones, detallo con sus ojos como la pequeña hija de Stolas venia hacia la puerta. Sorprendida no le pierde la vista encima, viendo como un par de señoras mayores la acompañan.

     Si algo ha aprendido en los años que tiene, es no confiar del todo en la primeras imprecaciones. Pueden que sean sus abuelas, pero eso no le constaba, decidiendo una vez más poner algo más de tiempo en su corazón que a su trabajo.

—¡¿Señorita Goetia?! — llamo a la pequeña, acercándose a la misma.

—Hola — saluda la niña, iluminando se sus ojos, recordando como adelante de ella estaba una de los guardaespaldas de aquel evento donde comenzó todo.

—¿La conoces pequeña? — preguntaron las señoras.

—Si. Es una guardia de mi papi — simplifico la niña, acercándose a Millia con rapidez —¿Papá esta aquí? — pregunta al instante.

     Millie no puede evitar sonreír de lado, asintiendo a su pregunta. Se despide de las señoras mayores, agradeciéndole el gesto por cuidar de la niña luego de escuchar como la entraron. Si bien las viejitas no buscaban nada a cambia, Millie les pago con una generosa cantidad de dinero de su propio bolsillo por haber echo tan buena acción. No fue mucho, pero era algo que las doñas agradecieron y que les tomo por sorpresa.

    No paso otro segundo más cuando se alejaron de las señoras para ir casi que corriendo hacia el padre de la niña.

—¿Por que te escapaste? ¿Donde esta tu mamá? ¿Alguien de tu familia sabe que estas aquí? — la bombardeo de preguntas la chica mayor.

—Para ver a mi papá. No se, y no — contesto en el mismo orden de las preguntas de la morena. Esto la preocupo un poco, pero colocándose en los zapatos de las niña, era evidente que deseaba saber de su padre, y ver si estaba bien, haciendo que ese deseo sea bien otorgado al llevarla en brazos justo donde estaba su padre recuperándose.

     Todo mientras en otra habitación Blitzø peleaba por recuperar su conciencia.

    Un dicho muy conocido es que tu mismo eres tu propio enemigo, pero esto era ridículo, rayando en lo bizarro.

     Blitzø como puede corre, queriendo dejar atrás aquella faceta que alguna vez fue.

—¡Eso es, corre, huye!...¡Para eso si eres bueno! — grito su versión pasada.

     Se tapo las orejas con horror, no queriendo escucharse más. El infarto estaba a la vuelta de la esquina apenas detallo como su propio cuerpo vendado volvió a parecer delante de él cual fantasma.

    El moreno cae de espaldas, no sabia que más hacer, retrocediendo como puede con sus brazos, y su cuerpo cansado en el piso.

—Y aun así, por mucho que te alejes, nunca dejaras de estar en el peor lugar de la tierra...— señalo su sien en el relato —tu propia cabeza~— aclaro con perversión.

     Una alocada risa salió de su propia voz, convirtiéndose tan grotesca y ronca que hacia que Blitzø sintiera un miedo nunca antes ha experimentado.


...


     El momento...fue simplemente único.

—¡PAPIIIII! — grito de regocijo la niña apenas puso un pie dentro de la habitación.

—¡OH, MI RAYITO DE SOL! — chillo el hombre en la cama hospitalaria. Con una voz un tanto apagada pero sinceramente feliz. Agradecido de haber salido con vida para volver a ver a la persona que más amaba en toda la tierra.

     La pequeña a pesar de su estatura reunió todas sus fuerzas, trepando en la cama de su padre para darle el abrazo más grande que nunca en la vida llego a darle con tanto consuelo.

     La escena conmovió a los presentes, provocando que aquellos tres pares de ojos se cristalizaran por el encuentro encantador entre un padre que sobrevivo y su hija pequeña hija. Stolas no se queda atrás; soltando un par de lagrimas en su ojos cansados, regocijándose

—¿Estas bien? — pregunta la niña con aires de preocupación.

—Ahora que te veo...me siento mejor que nunca, mi amor — sonríe Stolas de alegría.

—Me alegra que se encuentre bien, Señor — añadió Linda, acercándose prudentemente al padre y a la hija con ganas de querer abrasarlo.

—Oh Linda, no tengo palabras para agradecerte por cuidar siempre de Octavia — alza su mano derecha, siendo bien recibida por la chica con cariño, dejaron  un lado las rectitudes y decidieron tan solo dejarse llevar por el momento y darse un acalorado abraso los tres.

     Mils y Mox sonrieron al unísono, sin embargo, cierta interrogante invadió la cabeza de Stolas, pausando momentáneamente el buen tiempo que apenas empezaba a formarse.

—¿Donde esta Blitzø? — pregunto al darse cuenta de inmediato de la ausencia de este.

     Todos los presentes ,incluyendo a su hija expresaron un gesto imposible de no percatarse e imaginarse lo peor.

—¿Qué? — soltó Stolas, empezando a inquietarse —¿N-No esta aquí? — volvió a preguntar, ahora con más angustia —¡¿Donde esta Blitzø?! — exigió saberlo ahora, frunciendo el ceño. Quiso sentarse mejor, escapándosele un gemido de dolor. Tocándose su hombro vendado por debajo de su bata de hospital.

—Señor, no se esfuerce — hablo su ama de llaves, cargando ahora Octavia con ella para más comodidad de Stolas —Debe de tomar reposo y-

—No me han contestado — hablo con una voz afligida el pobre hombre. Su electro cardiograma comenzó a dispararse. Su tensión que conectaba en su dedo hacia que la pantalla diera señales de alteración.

—¡Señor, señor, no se preocupe! — intervino Millie —Blitzø esta... — tomo una pausa, debatiendo si decirle la verdad o no al Goetia —esta bien — fingió un poco.

     Mox se traga sus palabras, queriendo decir la verdad, pero no sabiendo bien si era lo correcto o no.

—Él solo...sufrió un leve ataque en su evento, pero no es nada de que preocuparse — sigue Millie con una seguridad que sabe que es falsa.

—¿Segura?...¿Mi guarda espalda esta bien? — el labio de Stolas tiembla de solo pensar lo peor.

—Claro que si, señor Goetia — intervino ahora Mox —Es nuestro viejo amigo, él siempre sabe como salirse con la suya — abrasa a su novio por sus hombros, convencido al peliazul con sus palabras, y tranquilizándolo un poco.

—¿De verdad Blitzø esta bien? — ahora pregunta Octavia, pues no ha tenido señales de él ni de su padre desde que todo paso, al menos ahora era bien informada del bienestar de su papá, y con buenos resultados para la niña, pero no podía decir lo mismo para su amigo, hasta que lo viera ella con sus propios ojos, pues, a pesar de su corta edad, sabe que los adultos por lo general mienten, y en especial en cosas que sabe que podrían preocuparla.

—Ham...si si, nena — le responde Linda — claro que sii. No podemos verlo todavía, pero...esta fuera de peligro — hablo Linda, manifestando que todas sus palabras fueran de verdad.


...


     Blitzø estaba a una caída de la cúspide de la esquizofrenia.

     Sigue retrocediendo en el piso, queriendo alejarse de su versión joven, y dañada.

—Sabes que fue un acidente...pero eso no te exculpa de lo estúpido que fuiste — habla su versión joven, dando pasos lentos hacia Blitzø.

—No se sabe que otra vida arruinamos, pero algo es seguro — se escucho otra voz, viniendo de si mismo en su traje de payaso, siendo el adolescente que lo veía otra vez —siempre herimos a los que más queremos...

—Por eso el pobre teme apegarse una vez más a alguien — fingió descaradamente tristeza ahora su versión de niño, arrojando una tenebrosa sonrisa.

     Las extremidades de Blitzø tiemblan, sin tener la fuerza necesaria de levantarse, tan sol podía retroceder, aun en el piso, no podía creer aun lo que veía.

    Los tres fantasmas en su cabeza se reúnen, sin perderle de vista ni por un momento a su victima actual. Acercándose todavía más a él con pasos certeros y cortos.

—Aaayyyy....pobretón~ — suspiro el adolescente —Ni siquiera con el paso de los años mejoras.

—No puedes ni siquiera defender a su propio jefe ¿Que te hace pensar que mereces un puesto mejor que el que tienes como un simple amante? — ataco ahora el Blitzø vendado.

—Siempre serás un niño, temeroso de todo...¡Y mi nombre es Blitzo, no Blitzø! ¡— grito histérico el niño —¡Que tonto eres si piensas que cambiando tu nombre cambiaria algo de ti! — dijo en burla.

     Blitzø apenas puede abrir su boca para hablar, soltando una pequeña inhalación, convirtiéndose ahora en una exhalación ahogada, sintiendo como una cadena se aferra ferozmente a su muñeca derecha. Sus apariciones desaparecen, pero algo peor vino, y el lo sabe.

—¡¿Que mier-?! — no dijo más al querer zafarse de su agarre, fallando en el proceso al ver como era Fizz que sujetaba del otro extremo.

—No puedes huir de tu pasado Blitzø. ¡JAJAJAJA! — se mofo el payaso, sonriendo con egocentrismo.

     Blitzø jala su brazo, no haciendo más que ganarse otro tirón, pero ahora siendo por parte de su brazo izquierdo, quedando prisionera su muñeca al reinado de lo que aparentemente era Striker.

—Y el futuro que tanto esperabas nunca se te dio, por ser un  marica llorón de cuarta — gruño el tejano con odio, estirando más las cadenas de Blitzø, haciendo que saliera de él un quejido al no poder hacer nada, teniendo sus dos brazos inhabilitados.

     Advierte como siente que se asfixia, detallando como ahora otro grillete se forma en su cuello, jaloneando hacia adelante, obligándolo arrodillarse. Su visión es borrosa, pero de apoco se va acomodando, solo para toparse con la aterradora imagen de otro ser  que ejercía presión en sus ataduras.

—Y tu presente... — suelta la melodiosa voz de Stolas, que ahora estaba acompañada de un eco desagradablemente y siniestro —te da tanto pavor volverlo arruinar —hala de las cadenas con más fuera que hace que los músculos de Blitzø se tensen, el aparente Stolas se acerca, quedando a centímetros de su cara —¿No es así...Blitzy? — suspira, sintiendo el ligero roce de sus labios temblorosos. Stolas suelta una carcajada picara de labios cerrados, la típica que hace que Blitzø haya desarrollado cierto gusto y odio al mismo tiempo —pero...creo que ya es muy tarde para eso ¿Verdad? — gruño el Goetia con un tono que Blitzø pensó que nunca escucharía en la voz de Stolas. Rígida y malévola.

     Blitzø se estremece. Estaba genuinamente atemorizado, privado de su libertad, ya no sabía que mas hacer.

Cobarde~ — canturrea Stolas a la cara del chico —Cobarde...

—Cobarde — siguió Striker —¡Cobarde! — grito volviendo a tensar las cadenas de Blitzø, quien se quejo  por un momento.

—¡JAJAJA, cobarde! — continuo Fizz.

—Cobarde, Cobarde, Cobarde, Cobarde....

Cobarde        

                                      Cobarde                                                                                    Cobarde                                                

Cobarde

                                                        Cobarde                                                                                                    

                                                                                                                    Cobarde                          Cobarde

Cobarde                                                   Cobarde


¡COBARDE!                                                                                                 ¡COBARDE!   

                                        ¡COBARDE!                                                                                               ¡COBARDE!


¡COBARDE!                                                               ¡COBARDE!                  


                                       ¡COBARDE!                                                                       ¡COBARDE!

     Sus alaridos pasaron hacer gritos, atormentando a Blitzø en todos sus sentidos. Le dolía la cabeza, juraría que en cualquier momento se desmallaría, estaba al borde del colapso. Aquellos personajes pasaron hacer rápidamente sus versiones pasadas otra vez, con sus voces saturadas y rotas otra vez, gritando una y otra vez lo patético que era.

—Basta~... — solo débilmente —¡Basta!...¡BASTA POR FAVOR! — suplico con lagrimas en sus mejillas. Jaloneo sus muñecas otra vez que empezaban a dolerle y a sangrar. Aquellas aperciones lo soltaron de repente, acosándolo otra vez, pisando sus ataduras de vez en cuando mientras se acercaban más a él, recordándole que estaban ahí, para ser los reyes de su propias pesadillas. Blitzø retrocede, sentado en el piso otra vez, adolorido de su cuerpo, y su cabeza parecía haber desarrollado una infinidad de tumores.

     Los gritos no se detenían, y su lagrimeo  tan poco, ya no podía hacer nada, sintió...que se desplomo de toda realidad que le quedaba...

     Rompió a llorar en posición fetal, con las acusaciones de fondo, mientras su cabeza seguía siendo un caos de tormentas eléctricas, y su voz se hizo muda en sus imploraciones no escuchadas.

—Déjenme...por favor, ya déjenme — imploro con su voz cortada, hundiendo más su cabeza en sus piernas, arañándose la cabeza, tirando de su cabello, queriendo callar las insoportables vociferaciones.




....




     El cuerpo calmado de Blitzø que se encontraba en tierra paso de estar inerte a sufrir de las peores convulsiones que había. Quitándose un par de cables que lo nutrían por sus venas, sonando fuertemente las alarmas de su cuarto, atrayendo la atención del personal de forma alterada . Un par de Doctores junto con su personal salieron corriendo de imprevisto. Los signos vitales de Blitzø bajaron, y sus pulsaciones se descarriaron.

—¡El paciente de la habitación 20 esta mal, corran! — grito el hombre de bata blanca a sus compañeros.

     Mox nota esto, están ha tan solo una habitación separadas de donde estaban. Sabía que era su amigo...

—¡Mierda, Blitzø! — dijo, revelando el nombre del afectado.

     Salió corriendo Millie detrás de él, nombrando también a susodicho con preocupación, queriendo saber que pasaba. Eso alarmo más a Stolas de lo que ya estaba.

—¡¿Qué?! ¡Blitzø! — grito preocupado, escuchando el caos que se formaba en la otra habitación —¡¿Qué pasa con Blitzø?! ¡Exigió saberlo! — fue todo lo que dijo, para zafarse de la cama con intenciones de levantarse.

     Linda intenta impedírselo, pero no lo consigue.

—¡Señor por favor, trate de calmarse! Los doctores ya lo ayudaran — dijo sin soltar a Octavia que ya empezaba a llorar, sabiendo bien que algo malo le estaba sucediendo a su amigo.

—¡No! ¡Quiero verlo! ¡¿Donde esta?! — se paro de la cama con ayuda del porta suero que lo conectaba.

     Linda no tuvo más remedio que presionar la alarma del doctor  de Stolas y llamarlo para que lo ayudaran. No pasaron ni 30 segundos para que detuvieran al paciente en la puerta de su cuarto.

—¡No, no nooo! ¡Por favor, solo quiero verlo! ¡Necesito ver a mi guardaespaldas! — imploro el millonario débil, siendo regresado a su cama.

—Señor Goetia, por favor, sabe que no puede alterarse — alegaron los médicos, sujetándolo.

—¡Nooo, basta! — escucho más alboroto en el cuarto adjunto — ¡Bliiiiiiiitzø! — grito lleno de miedo.

     El doctor de Stolas prepara una inyección de midazolam, para inyectárselo directo a su paciente para dormirlo y tranquilizarlo.

—Necesito que se retiren, por favor — corrió el medio a Via y a Linda, estupefactas de escuchar como en la habitación de Blitzø estaba repleta de ahora enfermeras que no hacían más que moverse de un lado a otro, teniendo a la  pareja de guardaespaldas preocupados afuera de la puerta cerrada.

    Las convulsiones de Blitzø llegaron a un punto en donde su cuerpo se estrellaba violentamente en la cama. Sus presión se disparo, perdiendo ahora los signos vitales del mismo. El pitido muerto se escucho en la pantalla. Los doctores negándose en dejar morir al paciente pusieron al desfibrilador en marcha.

—¡Despejen! — grito el doctor, posando los dos parches en la zona pectoral de Blitzø, haciéndolo saltar levemente el cuerpo sin reacción alguna —¡Otra vez! — reanudaron la carga —¡Despejen! — volvió a moverse, sin signos aun —¡NO! ¡NO! ¡NO! ¡OTRA VEZ! ¡AUMENTEN LA POTENCIA! — y volvieron a intentarlo.

     Millie llora en el pecho de su novio, haciendo que este no haga más que abrazarla en su consuelo y el de él, teniendo la mente fría de lo que sea que lo le pase a su amigo ahora en adelante.




....






     Blitzø sigue derribándose en su conciencia, gimoteando en su propio regazo sin consuelo alguno. No sabe exactamente bien si las voces dejaron de gritarle o ya se acostumbro a ellas que ya no les hace caso, ya no esta seguro de eso, ya no esta seguro de nada.

     Lo que tiene consiente ahora es que escucha un par de pasos hacia él, y ni aun así levanta la cara, no quiere hacerlo. Siente como algo lo toca, acariciando su cabello, aparentemente queriendo llamar su atención.

—Basta~ — suelta con su voz desgarrada de tanto afligirse —Ya matante por favor....solo quiero estar tranquilo...— arrojo a sea lo que sea que ahora lo estuviera acompañando, sabe que no soportaría otra visión más  —vete....déjame en paz~...

     Una pequeña carcajada dulce se escucha de fondo...

—¿Dejarte en paz?....No sabia que esa seria tu primera impresión al verme — dijo aquella voz que estaba junto a él.

     Aguarda...

     Él conocía esa voz, hace tanto que no la escuchaba, pero nunca podría olvidarla, ¿como podría de igual forma? Pero era imposible, no pida....¿o si?

     Blitzø levanta la cabeza al fin, su gesto estupefacto no hace más que gritar a toda voz lo que todavía no podía creerse, ni siquiera estando delante de sus ojos ahora mismo.

—....¿Mamá?...











Los saludos de hoy son para:

P0rkSxda

Xiadanitododeku

KDSBurgos5

tomioka_tango

Margarett12t

Revel_Hamilton_Ouji





     













Bueno....¿Tanto tiempo no?....JAJA...seeeeee.....

Ok, literalmente fue más de un año, pero, al menos algo es algo ¿No? (⁠•⁠ ⁠▽⁠ ⁠•⁠;⁠)....ok, más malas noticias. Se acuerdan que al final de cada capítulo le daba saludos y agradecimientos a los que están empezando a leer lo capítulos o los que ya lo estaban terminando. Bueno...se me borraron todos los nombres que tenía anotados, ahora los volví hacer pero con los actuales, osea los las recientes. Lamentablemente perdí los demás, así que me disculpo, de igual forma, si no te he mencionado y quieres que lo haga, me lo comentas. No pasa nada, y si no, pues simplemente disfruta de lo poco que he echo, lo siento nuevamente, mini audiencia bonita, pero fin, mucho bla bla.

Nos vemos a la próxima, los amo un montón, chao chao.

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