Capítulo 51 (No todo lo que brilla es de oro)
Continuación:
Un par de aplausos tan sarcásticos como lo era su personalidad retumbaron en toda la sala, acompañándolo de su caminar tan pacifico como amenazador.
Vaya que si era él...
Una ráfaga de sentimientos adoloridos le comió la cabeza. Reviviendo a modo de Flahsbacks sus malos sucesos, sacudió su rostro de un lado otro; no era el momento, el lugar, ni la ocasión para que lo llevara a la nada misma, dejándose tan vulnerable cuando recodaba en lo idita que fue.
Se juró no volver a pasar por eso, y lo demostraría aquí y ahora.
—Miren quien al fin pudo sacar la carne del matadero~ — fueron sus únicas palabras, sonriendo ante la presencia de antiguos rivales y lo que era evidente ex amigos —Cuanto tiempo sin saber de ti B...
Ensancho su sonrisa, acercándose más al joven de traje de esmoquin.
—No mereces llamarme así desde la última vez que juraste matarme — se colocó a la defensiva, apuntándolo con su arma.
El tejano alza sus manos en modo de inofensividad, teniendo aparentemente nada de armas a la vista, algo que claramente escondía en las partes ahogadas de su atuendo llanero.
—Blitzo o ¿Blitzø?...han cambiado muchas cosas por aquí — seguía con su aura aparentemente pasiva, resaltando su diente de oro con su sonrisa —Una de esas es que no sabía que ibas hacer un lame botas de primera clase — empezaba de apoco a sacar las garras, engruesando su voz ante ello —y para esto te quedaste ¿No?...Para formar parte de este régimen tan estúpido que fuiste lo suficientemente ingenuo para solo adaptarte a ello — gruño con rencor.
—Lo dice al lunático que tuvieron que amarrar y llevar a un manicomio — contraataco Blitzø, retrocediendo sin bajar la guardia.
—Era preferible estar en ese frió lugar, viviendo las 24 horas del día drogado a que ese infierno de sitio, claro que no tarde mucho en escapar de igual forma — seguí en su monologo de villanesco —y vine a cumplir con lo que jure terminar — revelo por completos sus intenciones al momento de que una cuchilla fue relucida entre su ropaje.
—Te reto~
Muchas cosas pasaron por la inentendible cabeza de moreno. Maldiciéndose por la melancolía de los recuerdos que corrían en su contra.
~...~
Otro puñetazo fue muy bien propinado en la cara del joven.
—¡Arriba! — exigía su entrenador. Poniéndose en guardia mientras miraba al chico levantarse como pudo.
—¡¿Cómo...carajos pretende que le gane, después de hacerme dar cinco vueltas por todo el terreno y dos cesiones de circuito?! — exigió cansado —¡Ni siquiera sé cómo mierda sigo de pie? — farfullo adolorido.
Sus piernas temblaban, su corazón por un momento creería que se saliera del pecho, de su boca lo único que emanaba era aire seco. La resolana que hoy se estaba armando era tan exhaustiva que le quemaba la piel al muchacho.
—Si quieres pasar... — se aproximó al joven sin bajar sus defensas —y salir de este lugar...— ataco sus adoloridas piernas, haciéndolo caer al suelo —será mejor que mejores tu combate — afirmo sin remordimiento.
Blitzø sin alguna pizca de fuerza solo dejo caer su cabeza en derrota. Haber escogido una de las pruebas más duras solo porque pensó que las pasaría no fue una de sus mejores ideas.
Exhalo fuerte. El sujeto a su lado sabía que no seguiría más.
—Tienes una semana más para aprobar, de no ser así, tu año adicional aquí será más que aprobado — informo al joven en el piso, tomando sus cosas para salir de aquel infernal calor y descansar.
El joven moreno con cada parte de su anatomía adolorida jadeaba sin descanso.
Paso en esa misma posición todo el día, toda la tarde, hasta llegar la noche. Moxxie fue a socorrerlo tras buscarlo por casi todo el edificio, se enteró de su eminente fracaso, sintiéndose tan mal por él, que lo único que podía hacer ahora era auxiliarlo, no se le veía para nada bien.
(...)
—¡Auch!...¡AUCH! ¡Con cariño, que no es tu pellejo! — gritaba con disgusto el pelinegro
—¡Eso trato! — defendía su amigo.
—Imagínate que estas tocando a Millie, se igual delicado con ella que conmigo — se carcajeo en burla.
Mox sin querer escuchar más los malos chiste de su compañero tan solo soltó sus utensilios de salud para dejarlo solo.
—¡Hey, relájate, viejo. Tan solo era una broma! — se defendió el chico al ver como su acompañante se iba del dormitorio con una mueca seria —Ah, como quieras — acepto mal encarado —Igual....no es la primera vez que me dejan por mi cuenta~ — murmuro para él lo último con algo de inquina.
—Moxxie es un marica y eso ya lo sabes — opino su segundo compañero, olvidando por un momento que estaba ahí.
—Oh...S — hablo con una entonación elevada, demostrando sus emociones más felices.
Su segundo compañero de cuarto. Striker. Un joven del Norte que era amante al campo y un ágil luchador se acercó al adolorido chico.
Con una sonrisa, le ofreció una mano para sanar las heridas en sus brazos.
—¿Y...qué con eso de hacerlo por tu cuenta siempre? — pregunto curioso.
El moreno dudo en contestar. Si podrán ser buenos amigos, pero no sabía a qué limite podría tener para hablar de sus problemas parentales.
—Yo...no creo que te interese — le aclaro sincero.
Pasaron algunos segundos en los que ninguno de los dos dijo algo. En la cabeza de Blitzø tan solo se formaba escenarios ficticios en los cuales podía responder con total sinceridad, duda todavía si hacerlo o no.
—Puede que sí, pueda que no. No lo sabremos si no me dices, jefazo — soltó con su típico acento tejano Striker, terminando de limpiar una de las cortada de la extremidad para pasar al pecho de este último.
Blitzø se sintió....tan fuera de sí. Una atención ofrecida para él no era algo que se veía todos los días, y menos si era este tipo de sujetos que lo único que hacer es recostarse y ponerse en modo agresivo cuando la ocasión lo amerita. Eso hizo que este último en un momento tan pesado como lo era ahora, en un estado más que vulnerable...sintiera una corrida de confianza y libertad.
—Bueno...es evidente que no estamos aquí por voluntad propia, y....fue mi papá quien me trajo aquí sin escuchar otra opinión más...
Ese día saco sus diablos más oscuros sin limitación del llanero. Escuchando cada palabra. Llegando a un punto donde cuando ya había curado sus heridas seguía todavía ahí, escuchándolo, reteniendo cada información del otro. Fue ese preciso instante donde Blitzø se sintió tan bien, más que mejor, forjando todavía más sus lazos con Striker.
Mala decisión que tomo y que luego se daría cuenta de eso
~...~
El sonido del seguro siendo sacado de la pistola de Blitzø alerto al otro.
—Por favor~ — soltó con arrogancia —Si vas a encargarte de mí, hazlo como un verdadero hombre lo haría — trono su lengua, sosteniendo maldad en sus ojos.
Blitzø jadea...mirándose así mismo en el reflejo del cañón a ese niño que sigue llorando en su interior, gruñendo del odio que se tenía. No dejaría que nadie volviera a cuestionarlo de esa forma. Guardando su arma para solo sacar la daga que guarda entre sus calcetines.
—A eso me refiero~— gruño.
Corrieron uno sobre el otro, no tenido ni la más mínima idea de si alguno de ellos ganaría, pero definitivamente tenían ambos la suficiente determinación para no dejarse vencer.
Por más decidido que estaba Blitzø fue el primero es esquivar un ataque, retrocediendo su torso para jalar el brazo de su oponente, perforando su antebrazo sin ninguna gota de remordimiento. Paso el tejano una expresión de lamento, volviendo a querer apuñalar al guardaespaldas, moviéndose como pudo en su posición, evitando una cortada mortal pero si recibió una buena en su cuello el pelinegro.
Volvieron a tomar sus distancias, atapándose sus heridas con resentimiento.
—Así que así serán las cosas ¿No? — hablo serio el guardaespaldas —Tu...y yo...este maldito lugar...con tu sangre empapándome el traje — más que una recorrida de sus acontecimientos fue un juramento, volviendo a correr sobre lo que una vez lo considero su amigo.
Striker lo espera, ya le hizo el primer rasguño, lo faltaba seguir jugando con su comida y ver quien sería en definitiva el gato.
~...~
Era sin duda alguna días difíciles. Se volvió a maldecir a sus adentro y rejuntándose ¿Por qué carajos había seleccionado menuda prueba?
¿Tal vez para retarse así mismo?
¿Querer auto superarse?
¿Demostrar que puede llegar hacer cosas que los demás no?
Francamente ni siquiera él lo sabe. Costándole caro ahora su fallida determinación, pero encontró un buen comodín en el camino de su auto mejora.
—¡A ver, brazos tensos, espalda levemente encorvada, todo está en la cabeza! — siguió reforzando sus mejores consejos Striker a Blitzø, queriendo procurar en pasar su prueba sin terminar su primer año en el reformativo.
Por más posiciones de guerra tomara, no eran suficiente para hacer que llegara a ganar un combate cuerpo a cuerpo.
—¡¿Qué pasa contigo?! ¡Vamos, levántate! — pedía el chico de cabellera blanca y algo desordenada. Percibiendo como el cuerpo de su acompañante volvía en pie.
—¡Es inútil, déjame al menos recuperarme de la golpiza de ayer! — se quejó, volviendo a su posición de guardia para querer esperar otro ataque.
—¡A ellos no les importa ni una mierda si estás bien o no! — le aclaró, volviendo atacar con sus brazos el moreno, moviéndose de un lado a otro, evitando golpe tras golpe no bien recibidos.
Fue cuando pudo usar mejor sus piernas para darle una buena patada a su rival. Terminando con un ojo morado el otro, pasando una cara de asombro para fruncir el ceño, acompañado de una sonrisa.
Ambos ríen, estaban empezando a encontrar buenos resultados.
—Que de algo sirvan lo golpes — opino el peliblanco.
~...~
Con su brazo escurriendo sangre opto por guardar su instrumento de porte afilado, tomando por sorpresa el brazo del pelinegro, haciéndolo caer al suelo, sujetándolo del cuello de su mano y la otra de su corbata, acabándole el aire de poco a poco. Pisando su mano, deshaciéndose de su arma blanca.
—Sabias que no tenías ni una para ganar,...y aun así sigues por derrochar para cumplir tus patéticas metas...que estúpido — gruño cerca de la cara del joven que se ahogaba, quería deshacerse de él cuanto antes.
Con su mano a escasos centímetros libres, pudo moverse con disimulo entre la ropa de Striker con sumo cuidado, arqueando con algo de brusquedad, escondiendo por mucho su segunda mano en su elaboración, fue perfecto, tomando el puñal que se notaba parcialmente y cortando las manos que lo tenían prisionero. Pateando con fuerza al sujeto con sombrero vaquero, derribándoselo por completo, dejando ver su expresión de enojo, escupiendo sangre por el golpe.
Tose un par de veces el hombre trajeado, sobándose el cuello y respirando profundamente.
—He de admitir...que te volviste fuerte — hablo entre un gruñido —pero no lo suficiente — rompió su sonrisa —Te doy la oportunidad de tener una segunda redención — Blitzø se exaspera —Acepta lo que hace tiempo te negaste solo por un simple capricho de ser "mejor" — ladro en burla.
—Primero muerto que seguir tu maldito camino...
Striker suspira —Eso se puede arreglar~...
Blitzø respira, arrepintiéndose de haber guardado su arma, sabía que debía de matarlo de una buena vez o será el quien perezca. Sin tratos, ni trucos, solo una bala en la cabeza y terminara todo. Era más fácil decirlo que hacerlo
~...~
El agradecimiento de Blitzø por ayudarlo a pasar sus futuras pruebas se volvió tan grande que decidió pasar mucho más tiempo con Striker, hablando siempre de lo que podrían hacer luego de salir de este sombrío lugar. Parecían que sus planes estaban meticulosamente planificados. Si importar para donde fueran, querían hacerlos los dos, juntos.
Este lazo se volvió cada vez más inquebrantable por parte de Blitzø, apreciando más sus momentos que estaba llegando un ponto de sentir cosas que nunca antes había experimentado.
—¿Tú tienes algún sueño, S? — pregunto el ex cirquero a su amigo, ambos acostados en la grama mañanera con la espera de un nuevo entrenamiento.
—El único que aspiro es salir de aquí lo más pronto posible — respondió con aires de cansancio —luego...que venga lo que tenga que venir, no me importa siempre y cuando sea a fuera de este horripilante lugar.
—Te comprendo — asintió el otro con una sonrisa.
Sintiéndose ambos en sintonía al querer prácticamente las mismas cosas.
Libertad y nada más~
A la edad de 19 fue comprendiendo y entendiendo más las circunstancias. Se prometió que algún día se lo diría, en algún evento importante, posiblemente en su despedida y el ser libres al fin en sus nuevos trabajos, sea lo que fuera, estaba emocionado.
Pero no todo lo que brilla es de oro...
—¡B, buenas noticias, simplemente muy buenas! — anuncio un Striker más que contente.
—¿Qué pasa? — asomo el chico a su compañero, quien era claro que revisaba la zona para ver que no había nadie al rededor.
—¿Qué te parece...si nos fugamos? — propuso con entusiasmo.
Los saludos de hoy son para:
Yyyyy tocando ya uno de los puntos más fuertes ha este punto de la historia no me queda nada más que decir gracias por su sapiencia, los amo, cuídense, y hasta luego...
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