Capítulo 5 (Bienvenido a la mansión Goetia, señor Blitzø)
Continuación:
- ¡Hey, chico, despierta, ya llegamos! - manifestó el compañero de asiento de Blitzø, tocándolo por el hombro al dormido ser. Al despertar experimento un gran deja vu, era como la primera vez que llego a su condena. Expulso un resonante bostezo y con el típico "¿Ya llegamos?" que se le salio algo soñoliento - Sip, y mira a donde - contesto sonriente mirando por la ventana.
El zagal recién despierto fijo su vista en el cartel que se aproximaba en unas cuantos kilómetros delante de ellos; leyó fugazmente las siglas muy conocidas para el, era su ciudad natal, el lugar donde nació y creció, era...su hogar.
- ¿¡Quuee!? - su asombro era tal que sus pupilas se expandieron, cubriendo el 80% de sus ojos, acompañado de un brillo especioso - ¡T-trabajare en la ciudad de mi infancia! - la alegría en su hablar era notoria.
- Así es - asintió su entrenador - el jefe personalmente pidió ponerte aquí. Sabía perfectamente que te encantaría - lo encaro relajado.
- Le agradeceré después a ese viejo~- susurro todavía aun encantado. Sacaba por la ventana su cabeza aun sin habla, el viento acariciaba perfectamente su cabello moviendo lo con la brisa; pasaban por los edificios y hogares que eran guardado en el baúl de los recuerdos del adulto joven.
- ¿Ya sabes que hacer?- pregunto sereno su entrenador.
- Hoo si, si. Nos estacionamos, le abro la puerta, me quedo quieto detrás de usted - se enderezo firmemente - mientras me presenta lo que puedo ser y listo - termino su exposición confiado.
- De acuerdo. Espero que te acepte de inmediato, no quiero dar más vueltas en este coche - expreso frunciendo el ceño, sacando de un bolso una tablet con unos datos - tus jefes serán la familia Goetia, son de tres integrantes. El más joven encontró aquel dato muy interesante, una familia de tres como la suya, o así era antes...
- ¿Goetia? - expreso su duda con un gesto - ¿Voy a proteger a una familia de góticos?
Su superior se carcajeo.
- No, bobo. La familia Goetia es una de las más prestigiosas, influenciadas y adineradas familias de toda la ciudad, así que será mejor que no la cagues - le aconsejo.
- Pff - mofo - por favor, soy el mejor protegiendo cosas y personas. Sera como ano cogido.
- Es pan comido, marica - lo corrigió - y abstente a ese tipo de comentarios frente de tus patrones he.
- Como sea - accedió sin mucha atención.
Acto seguido, llegaron a una gran y elegante mansión, era enorme la morada. tanto que Blitzø se froto los ojos un par de veces para verificar que lo que estaba delante de el era cierto.
- ¿Sorprendido? - pregunto el más grande al chico.
- ¿Esto es una casa? Párese más un palacio o algo así - dijo aun en asombro, pegando su rostro en el cristal de la ventana.
- Recuerda, Blitzo; obediencia a toda costa, sin olvidar el respeto - le recito.
- Haa sii, la "o" es muda ahora - le informo su nombre ahora modificado.
- Ok ¿Blitzø...? - el otro asintió por lo dicho.
Las rejas que protegían la gran y privilegiada casa, se abrían de par en par, dejando entrar el auto que se acercaban más a la mansión. Una vez que el carro freno, vieron como una chica de baja estatura salia para da la casa. Blitzø salio del coche para abrirle la puerta a su compañero de asiento, quien de inmediato saco su pie pegado a la puerta para salir, estando Blitzø siempre detrás de el.
- Espérame un momento - dijo el más viejo a Blitzø, quien no dijo nada y solo seguía de pie junto al carro negro, al pasar un par de segundos hablando con la chica de antes quien se trataba de la sirvienta de la casa, le hizo una seña su entrenador que se acercara - entrare yo primero, cuando diga tu nombre, entras y te paras firme como siempre - Blitzø asintió - por cierto, ten esto - le entrego un estuche de lentes negros.
- ¿Y esto como para que? - pregunto con el objeto en sus manos.
- Un regalo de mi parte, sera mejor que lo uses si quieres que te tomen más en serio - El de cabello negro no le dio más importancia que solo se dispuso en abrir el estuche para lentes y contemplarlos y agradecerle por tan buen gesto
El hombre al pasar por la grande puerta reluciente se encontró con la familia. Stolas quien era dueño, jefe y señor de todo, era alguien muy alto, de cabello azul oscuro apagado, delgado y de piel pálida. Su esposa era rubia, con la misma complexión y altura que su marido - Muy buenos días, mis señores, me presento, soy Erick y es un privilegio por fin conocerlos- se reverencio cortesmente.
- Bienvenido a nuestro hogar, señor - respondió muy tranquilo y alegre el padre de familia.
- Es un honor estar aquí con ustedes, y de por fin presentar les y proponer les a uno de nuestros mejores hombres de nuestra academia, un buen protector y muy peligroso cuando se lo requiere. ¡les presento a Blitzø Imp!
Y con ese llamado el susodicho abrió la puerta como lo dijo su superior, recto, serio y como todo buen guardaespaldas que se respeta traía con sigo los lentes oscuros puestos.
La pareja quedo callada por un par de segundos, hasta que inesperadamente las risas de la rubia resonaron por toda la vivienda, dejando a más de uno desconcertado.
- ¡Jajaja! ¿En serio creen que ese enano nos protegerá de algo! - seguía con su burla - ¡En lo único que nos puede ayudar es en lustrarnos los zapatos, jajaja!
Blitzø bajo ligeramente sus nuevos lentes oscuros, mostrando sus ojos con un gesto de indiferencia de ceja alzada por el comentario de la señora era como un "¿En serio" Yo no soy el enano aquí, más bien ustedes son los postes andantes"
Stolas le dio una mirada matadora a su esposa, para el era algo de muy mala educación ese comportamiento inmaduro, pero no le dio más importancia y le devolvió la mirada al chico de test morena que lo traía muy atento hacia el.
- No lo subestime, mi señora. Ese chico es capaz de hacer cosas extraordinarias - lo presentaba con orgullo, mientras que el de Blitzø se elevaba ante tales palabras - con mucho gusto puede demostrárselos aquí y ahora, si les gusta sera todo suyo, sino ni modo - propuso Erick y los Goetia aceptaron.
[...]
- Blitzø dispara en los tres muñecos de allá... - señalo los modelos de prueba que estaba alejados de ellos - en sus brazos, piernas, cabezas, y exactamente un minutos la maquina de pelotas de por allá se activara, golpeando al muñeco que esta apuntando, antes de que pase eso lo tendrá que proteger como mejor se le haga, traerlo con cuidado ante ustedes y acabara el circuito - explico el de traje negro. La familia adinerada estaba atentos a todos los movimientos que daría el pelinegro - ¡¿Listo, Blitzø?! - pregunto el hombre, a lo que el contraria levanto el pulgar accediendo - ¡Ya! - grito anunciando el hombre, para que de una vez el joven de ojos rojos tomara un arma que reposaba en una mesa junto con una gran variedad de armas de fuego, comenzando con las más simple de todas, que era una pistola, en ella soltaba sus municiones en las extremidades necesarias en el primer muñeco, con el segundo tomo un revolver, al sacar el seguro y darle vuelta con las balas accionadas apunto y siguió disparando las cinco balas en los cinco lugares que debía, sin desperdiciar ninguna, para el ultimo sujeto de prueba opto por tomar una ametralladora, mostrando su capacidad de manejar armas cortas y largas, apuntando y atinando en los lugares correspondientes, faltaban diez segundos para llegar al minuto, soltó el arma y corrió todo lo que pudo hasta el cuarto muñeco que a diferencia de los otros tenia que protegerlo, apenas se posiciono a lado del la figura de trapo, inicio con sus manos a golpear todas las pelotas de tenis que se le era posible, tomo el trebejo con su mano izquierda, y la derecha la poso a su frente para seguir esquivando y golpeando las esféricas bolas verdes de goma peluda. Al final poder estar lejos de las bolas, corrió hacia sus altos patrones algo agitado para mostrarles como el muñeco estaba sano y salvo y cono los otros tres dejando huecos en sus cuerpos de paja y de tela vieja.
- ¡Soy suficiente para ustedes ahora? - pregunto con una voz algo agitada, el sudor era algo visible en su frente, que rápidamente limpio para ajustar su corbata negra.
Stolas más que encantado aplaudía eufórico por tan grande "espectáculo" de acción.
- ¡Hou jo, jo, jouu que maravilla! - comento feliz sin dejar de aplaudir, su esposa no podía negar que su presentación fue más que competente pero ni de chiste lo admitiría en voz alta. Ella le dio un codazo a su marido para que secase su aplaudir.
- Entonces...- hablo el superior de Blitzø - ¿Tenemos un trato? - extendió su mano al señor de cabellos azules.
Stolas miro a su mujer por algunos segundos, a lo que ella solo le dio un expresión desinteresada para marcharse del lugar sin decir nada. En eso Stolas sin esperar más tomo la mano del hombre y un "Trato echo" salio de su boca feliz por hacer el negocio.
Narra Blitzø:
Y eso era todo...
Oficialmente tengo mi trabajo como guardaespaldas a un tal Stolas, que debe de medir como dos metros el muy cabrón. Era de esperarse que este tipo de personas usaría esas típicas ropas de millonarios que te gritaban en todos los idiomas lo pobre que eres. Ver como mi entrenador y ahora mi nuevo jefe cerraban el contrato en la oficia del señor Goetia, hacia que me picara la sensación de ser un objeto, al que puede ser desechado una vez que se agoten o aburran de mi; sin embargo al escuchar la gran suma de medio millón de dolares, que era lo que valió mi compra, algo me pego más afondo, no se si era el hecho de que coste un chingon de dinero o porque esto estaba en contra de la muy conocida frase de: "No puedes ponerles precio a una persona"...¡Pero a la mierda! ¡Aparentemente soy el guardaespaldas más costoso que hay! y espero que me paguen eso mensualmente. Erick se acerco a mi a un rincón de la oficina después de terminar de firmar el contrato.
- No quiero oír ni una queja tuya - me advirtió serio.
- Yo también lo extrañare...- dije aflojando más el ambiente, a lo que el se ríe para despedirse de mi y salir en el mismo auto con el que llegue, gracias a Satan que dejo que bajara mi maleta antes de eso, sino estuviera gritando y tirando le piedras hasta que el muy bastardo frenara.
- ~Así que...¿Blitzø no?~- sonó la voz de mi nuevo jefe, sacándome de mis pensamientos. Me gire para darle la cara, sacándome mis lentes oscuros.
- Si, señor - respondí con mis manos atrás, demostrando mi "sumisión" como ya me habían explicado.
- Estoy más que seguro que fue una gran idea invertir en ti~- se levanto de su silla para acercarse más a mi.
- No se preocupe mi señor, le aseguro que no se arrepentirá - dije seguro de mi mismo.
- Lo se - me contesto con la misma serenidad - Bienvenido a la mansión Goetia, señor Blitzø~- dijo extendiéndome la mano, no lo hice esperar y se la recibí de inmediato - sera un gran...placer estar con usted~- me dijo en un tono que me erizo hasta el ultimo pelo de mi cuerpo, esa vocesita suya, relajante y parcialmente atrayente, me desesperaba.
Cálmate Blitzø, es un año. Solo un año tendrás que aguantártelo...
- Se lo aseguro - le exprese por lo antes dicho.
Bueno como podrán ver Blitzø en este universo se apellida Imp, sii "soy tan original" pero ningún apellido me sonaba para este personaje así que yo lo nombre así y listo xd
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