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Capítulo 49 (¡BANG!)

Continuación:


Un gruñido salió de la boca del joven hombre, dándole la bienvenida a un nuevo día, y como entrada fue muy mal recibida una enorme e insoportable migraña, obligándose a cerrar los ojos de vuelta por el terrible malestar. Otro siseo en queja salió de su boca, sobándose el puente de la parís con horror para también masajear su entrecejo. Sentía por un momento que la cabeza le explotaría.

Lo primero en ver fue a un Blitzø ya arreglado, sentado a un lado suyo con las piernas cruzadas y una taza de café que le propinaba un buen y largo sorbo.

—Al fin despiertas, cachondo durmiente — se burló el menor de los dos, arrojándole una arrogante mirada.

Stolas le sonríe a pesar del horrible dolor en su cabeza.

—Buenos días para ti también, querido~ — hablo con la voz más ronca y soñolienta que tenía, estirándose en la cama, sentado para soltar un resoplido por sentir aquella puntada que tanto se metía con sus ojos —Ah~ — gimió del dolor, frotando sus ojos para apaciguar aquella incomodidad.

Definitivamente no fue una muy buena idea beber y, aunque él lo supiera, estaba tan metida en su deprimidamente cabeza que no volvió a considerar las consecuencias que tendría el día de hoy.

—Supuse que tendrías una resaca — hablo relajado el guardaespaldas —así que les dije al servicio a la habitación que te trajera tu desayudo, un café triple, junto con una aspirina; eso aliviara la presión de tu jodida mente — dijo mostrándole la charola que tenía a su lado. Se había enfocado tanto en Blitzø que no se había percatado de la misma.

—Ow, gracias, Blitzy — sonríe el hombre con cansancio, tomándose la pastilla con un vaso de agua, prosiguiendo a beber un sorbo de la caliente bebida suya, y como si de un acto de magia se diera, su visión se estaba restaurando y la punzada en su cabeza se aliviaba de apoco, eso sí que le sintió mejor.

—Sera mejor que se arregle. Su inauguración de su TAN amado secreto al fin será revelado y estoy que exploto por saber que carajos es lo que tanto ocultas — dijo el guardia parándose de la silla frente a su jefe.

—Bueno~...con la enorme dosis de relajación que me diste anoche es más que evidente que hoy será un día maravilloso — sonio mirando al joven, alzando un poco su cabeza al estar todavía sentado en la cama.

—Ya sabía que dirías algo así — rodo los ojos reprimiendo una carcajada, sin despegarse de este —Ya saca tu caliente culo de la cama y arréglate. Te espera la prensa y a mí los fans locos que te quieran sacar fotos...sin pagar — se puso los lentes con orgullo.

Provocando que casi Stolas se ahogara con su café, vaya que Blitzø podía hacerle reír como si fuera la cosa más fácil de todo el mundo.

—Dentro de un rato vendrán Linda y Via. Las mande a buscar hace un par de horas como me pidió ayer — notifico el chico.

—Oh, cierto, gracias, querido — dijo levantándose de su cómoda cama y salir directo al baño a arreglarse.

Mientras Blitzø esperaba que su jefe se terminara de alistar se postro en la cama para seguir una charla con Linda.



¿Están listas las dos? La limo llegara aproximadamente en unos minutos.



Sí. La señorita Octavia esta hermosísima, y muy emocionada de ver a su padre en este evento.



Es bueno saberlo. Tu también arréglate, mujer. Luego de mi turno saldremos a encontrar perras calientes o batos con el autoestima baja LOL.



😂



Bloqueo su celular, curveando sus labios con una expresión sincera de alegría, pasaron un par de minutos en los que al fin Stolas salió con una bata de baño puesta, teniendo una toalla en su cabeza mientras usaba sus manos para secarse su cabellera, acercándose el gabetero en busca de su ropa. Blitzø quien estaba en el otro extremo de la habitación lo miro con detenimiento, detallando lo humana de su espalda, y su cabello también, dejándo caer por su frente aquellos mechones delgados de color azulados.

Blitzø sin haberse dado cuenta se muerde el labio inferior, no existía algún pensamiento de morbo por más increíble que fuera. No. Lo estudiaba y detallaba como si fuera la primera vez en años que no lo veía, analizando lo rosado de sus labios y sus ojos rojizos como un par de rubís, apenas se dio cuenta de que ya tenía los pantalones puestos, dejándose ver a la perfección su delgada figura, pasando una camisa por sus brazos, hay acomodándola en lo estrecho de sus hombros, abotonándola con cuidado, posteriormente pasando por sus hombros y su fina cintura el chaleco que conservaba para sus reuniones.

Cada maldito movimiento era tan embriagante, tanto que...algo pasaba, Blitzø sintió por un instante que dejaba de respirar, advirtiendo todo su cuerpo el fuerte latido de su corazón, golpeándole tan fuerte en el pecho que reprimió un gemido, ahogándolo por lo extraño del momento, se pasó la mano por la cara, sintiendo la misma caliente.

¿Cómo era posible que sintiera todo esto, sin estar relacionado con lo sexual?

—Blitzy ¿Te sientes bien, cielo? — sus preguntas internas fueron rápidamente calladas al ver el rostro sereno y algo preocupado de Stolas, notando como este todavía tenía su camisa a medio desabrochar, dejando a posos centímetros sus caras al haberse acercado mucho a este.

—Yo...— pensó un momento Blitzø lo que diría, pero francamente no se le ocurria que debía de decir o mentir —Yo...creo que...— trago el nudo que se formaba en su garganta —...debería salir a tomar algo de aire ¿Ok? — hablo semejándose a un permiso, uno que claramente se le fue concedido, haciendo que Stolas sin ningún problema asintiera y lo jara salir por lo que buscaba.

Frunció el ceño, confundido el joven empresario, se preguntaba que tendría su amado, pero se lo dijo antes y lo seguirá haciendo, le daría su espacio siempre.

En otro pensar, Blitzø respira profundo, ese golpeteo en su pecho, esos nervios, la sudoración, las mariposas en su estómago, TODO, lo estaban aterrando. Con cada día, hora, minuto o incluso segundo que pasaba no paraba de aumentar aquellos síntomas que ya semanas atrás amenazaban por cubrirlo, pensando lo bien...¿De verdad solo eran unas semanas?

Ese cosquilleo siempre estuvo hay en él, desde el primer día que los ojos de Stolas y los suyos se encontraron, recordándose siempre que estaba en una misión y era el largarse lo antes posible de ese asqueroso trabajo que ni siquiera quería, pero eso paso a otro plano más bajo cuando ese ricachón no solo lo estaban queriendo para satisfacerse. Recordó aquellos momentos en los que supo por debajo su calentura por el bien de su persona: Aquel día que lo defendió de Stella cuando creyó que no había protegido lo suficiente a Via, cuando lo busco casi a ciegas en aquel cementerio junto con los restos de su padre, para luego cobrar un favor para solo él y su amor hacia los caballos para hacerlo sentir mejor, alejarse y hacerle dar cuenta (por accidente) que si sentía su ausencia. Se había acostumbrado tanto a él que cuando no estaba a su lado, empezaba a sentirse...extraño.

Ese sentimiento ni siquiera llego hacer así de fuerte con sus mejores amigos, algo en Stolas debía de hacer para que su persona lo sintiera. Claro que...con Millie y Moxxie no ha cogido (todavía) pero no cree que sea por eso. Se ha cogido a otros seres sin sentir ni una pizca de afecto hacia ellos, ni de ellos a él (o bueno, si unos que otros se enamoraron de su polla pero que rápidamente viendo el desinterés del moreno tan solo se alejaban) pero ya ni sabía si era por su convivencia forzada, o porque de verdad Stolas no desistió.

Estaba tan confundido. Se estrujo el cabello entre sus dedos estresado, soltando una larga respiración, metiéndose al baño de caballeros, se mojó la cara, secándosela luego con el papel que colgaba para ese uso.

—¿Qué me esta pasando? — le pregunto a su propio reflejo en un susurro —Esto no es normal...no en mi — se negaba en aceptar lo que ya por instinto sabia, bajando su cabeza en derrota y seguir y seguir moviéndola de un lado a otro sin parar —¡¿Qué mierda se supone que deba de hacer?! — se seguía preguntando cosas así mismo.

Y como si de una alucinación fuera, una pequeña versión de él hizo acto de presencia en su cabeza, parándose en su hombro derecho, todo mientras traía consigo aquella desvaría figura de sí mismo un conjunto al estilo angelical, con una toga blanca y una aurora arriba de su cabeza. Blitzø parpadeo repentinamente, sabía que su cabeza tenia uno o dos, tal vez diez tornillos flojos pero nunca supo que era la ferretería completa.

—Deberías de parar de luchar con aquel sentimiento y permitirte ser feliz — hablo esa figura fantasmagórica de él,

—¿Qué? — frunció el ceño. Definitivamente debía de dejar de ver muchas películas animadas y fantasiosas —No inventes — le reprochó a su versión angelical.

—Solo piénsalo, ya te ha demostrado y dicho lo mucho que te ama, creo que ya es hora de que le devuelvas un poco de eso, con una simple acción o con solo esa palabra que tanto él desea oír de tu boca — hablo su pequeño yo.

—Puede que tengas ra...

Y si quiera antes de que terminara su oración otra versión de sí mismo apareció en su hombro izquierdo, vistiendo un look todo oscuro y rojizo, muy a su estilo de hecho, con cuernos y cola de demonio en las respectivas partes que iban.

—No le hagas caso a ese marica — hablo refiriéndose al ángel, con una voz profunda y grave su versión demoniaca, viéndose el otro hombro con curiosidad. No recuerda haberse fumado algo antes de que comenzara el día —Tenemos a ese privilegiado en la palma de nuestra mano. Podemos decirle cualquier cosa y el sin rechistar nos la concedería, no hay porque rebajarnos a un patético sentimiento inútil si con solo tronar nuestros dedos podemos hacer que nos la chupe y que nos levante el sueldo por eso mismo — defendió su punto el Blitzø diabólico.

—¡Oye no haces más que confundirlo! — peleo su versión ángel.

—¡Y tu ablandarlo! — le siguió la pelea —¡Ya sabes las cosas que nos suceden cuando nos abrimos a otras personas y no necesariamente las piernas!

—¡Deja de sexualizar todo! — ordeno el ángel indignado.

—¡Tu deja de sexualizar todo! — seguían en su discusión como niños pequeños.

—Cállense...¡Cállense! — grito el dueño y propietario de todo este alboroto —¡Ya tome una decisión!...— hablo casi sin haberse dado cuenta, abriendo sus ojos de par a par por ser sincero consigo mismo —se lo que debo de hacer~— susurro con una ligera sonrisa en su rostro, demostrando lo anonadado que seguía sus ojos por su propia revelación, haciendo que sus ángeles y demonios descansaran en paz y se fueran de su cabeza al ya tener sus ideas claras y en orden.

Corrió hacia la habitación que compartía con su jefe, parando en el último segundo antes de poder entrar.

¡¿QUE CARAJOS SE SUPONIA QUE LE DIRIA?!

Alejo su mano del pica porte, corriendo hacia la sortea por su repentino arranque emocional, estaba a punto de cagarla según era su pensamiento, caminando de un lado a otro en círculos por no saber qué hacer.

—Ah~ — suspiro con aires de derrota. No sabía cómo expresarse, no de una manera que él quisiera o que no sea lo suficientemente vergonzosa para sus estándares.

Siguia dando circulo en el mismo lugar, parando otra vez, respirando mejor, apoyado en la media pared de la terraza, observando como la ciudad seguía su curso, las personas se acercaban para el evento, y demás organizaban lo deseado. El viento movía suavemente la melena peinada del chico, cerrando sus ojos y busca de su lado más humano (y tal vez más patético) que puede legar a experimentar.

—Stolas...~ — lo dijo a modo de llamado, sabiendo que estaba solo, pero que pronto no sería así —lo nuestro...sucedió tan de repente, y...solo me gusto...no, no, no, no. Muy cursi — lo descarto, queriendo volver a empezar —No sé qué mierda tienes,...pero lo tienes y- — se volvió a interrumpir —¡Aaah! — se reprochó, volviendo a fregar sus manos en sus ojos —Esto es inútil...— se desanimó —¡Me rindo, mierda, me rindo! — grito a todo pulmón —¡Al carajo los poemas e indirectas rebuscadas, tan solo le diré a ese hijo de puta lo mucho que lo amo! — dijo de mala gana, acercándose a la puerta con enojo, sin haberse dado cuenta de que ya lo pronuncio, había dicho aquellas y esperadas palabras que siempre se atascaban en su garganta, negándose en salir —Lo dije~ —hablo en un susurro sin poder creerlo —¡Lo dije! — vocifero contento, casi con lágrimas en sus ojos, tal parece que si es capaz de amar —¡Oh por Satan, de verdad lo dije! — se regocijo, quería llorar —¡¿Acuchaste eso universo?! ¡Amo a Stolas de Ars Goetia, lo dije antes, lo volví a decir, y ahora se lo diré en todo su amanerado culo! — le grito al cielo en forma de presunción, demostrándole como pudo avanzar ahora, dejando atrás aquellos miedos que por años lo han perseguido.

Bajo como loco las escaleras, no quiso perder tiempo en el ascensor, tenía tanta energía que podía correr un maratón completo y no cansarse. Estaba tan eufórico de alegría y liberación, que prácticamente saltaba de una escalera abajo a otra.

Algo que no esperaba ver en su camino era a sus mejores amigos.

—¡¿Blitzø?! — dijo Mox, sorprendido de verlo bajar como loco.

—¡Chicos! — los saludos dándoles un fuerte abrazo —¡Buenos días! ¿Listos para nuestro trabajo de hoy? — pegunto con una notoria sonrisa de oreja a oreja.

—Oh ho ho. Alguien amaneció de un buen humor — hablo con algo juguetona Millie.

—Y no tienes idea de cuánto — le respondió el más alto de ellos.

—Luego hablaremos de tu alegría resaltante, ahora estábamos apunto de buscarte, faltan 20 minutos para la presentación — recordó el chico albino.

"!Oh mierda, la presentación, casi se le olvida por completo!"

—Maldición, es cierto. Díganme como nos repartiremos — pregunto acercándose a ellos a modo estratégico.

Los tres entrelazan sus brazos sobre ellos, unos a lados de otros con la intención de decir su plan lo más discreto posible.

—Ok, tu estarás a lado de Stolas, después de todo tu eres su guardaespaldas personal, Millie y yo estaremos en la entrada principal, nos encargaremos de que todo salga organizado, en el así que la entrada es prácticamente libre, pero solo los invitados especiales son los que estarán adelante, habrá un par de guardias más en la parte trasera para que nadie pueda colarse, dicho eso nos dieron unos intercomunicadores — mostró el joven a sus compañeros, serán activados apenas el discurso de tu jefe sea empezado, como somos de alto rango nosotros tres tendremos estos para comunicarnos entre si al mismo tiempo — explico entregándole uno a su novia y otro a su amigo —eso sería todo, claro que a la primera señal de peligro debemos estar alerta, nada debe de salir mal — hablo con exagerada preocupación.

—Pff por favor Moxxie, son solo eventos de caridad. No creo que un psicópata terrorista o lo que sea quiera perder su tiempo en esta clase de colaboraciones diminutas, como teniendo de ejemplo el atentado de la torres gemelas, nadie se molestaría tanto en armar un alboroto teniendo esta reducida cantidad de importancia para el resto — minimizo Blitzø.

—Aun así debemos de estar alerta, Blitzø — advirtió, rompiendo los tres su círculo de charla.

—Moxxie tiene razón, debemos estar al pendiente de todo — defendió a su novia.

—Está bien, está bien — estaba lo suficientemente feliz como para discutir con ellos —Ahora si me disculpan, iré a ver cómo se va preparando mi jefe para su presentación — dijo dándose la media vuelta, con una sonrisa incitadora y un tono un tanto insinuante, ajustándose la corbata en su camino ya algo más relajado.

Esto les pareció algo extraño a sus compañeros, pero todo en él era raro, por ello no quisieron darle más vueltas al asunto, y solo seguir con su plan y esperar.

En el otro lado del hotel hacia las afueras ya hacia un Stolas fastidiado como enojado con su mujer en el teléfono.

—¡¿COMO QUE OCTAVIA VA HA ESTAR EN TU EVENTO SIN SIQUIERA ANTES CONSULTARMELO?! — grito con evidente enojo y desesperación la fémina.

—¡No es para tanto, Stella! — dijo con el ceño fruncido y con una clara mueca de enojo —Solo será un par de horas y si tanto la quieres con poco gusto la dejare contigo luego, solo si ella quiere — aclaro.

—¡NO SE TRATA DE ESO, CABRON! — seguía insistiendo.

—Stella, no tengo el tiempo, ni las ganas de hoy pelear contigo, dentro de un par de minutos salgo, y no tendré una arruga de estrés por ti, hablamos después — colgó la llamada.

La mujer entre la desesperación y al importancia le entro el sentimiento de la preocupación, no era seguro que su hija estuviera ahí sabiendo lo que se avecindaba. Puede que el arrepentimiento florecía en su conciencia, pero fue pápidamente abatido con la furia que cada vez le consumía su marido, golpeando las paredes de su casa con más y más rabia.

Si algo le pasaba a su hija no tendría por qué sentirse culpable, esta con su padre y su guardaespaldas después de todo, ellos serían los culpables, se decía eso una y otra vez auto-convenciéndose.

...

—¡Papiii! — corrió hacia el hombre todo elegante la chiquita de cabellos azules oscuros.

—¡Oh, mi hermoso rayito de sol! —se agacho el hombre para cargar a su hija y darle un enorme abrazo —Te extrañe tanto — dijo con una enorme sonrisa.

—Jaja, solo fueron dos días — aclaro la pequeña con una carcajada.

—Pues para mí fue una eternidad — exagero su expresión dramática, colocando su mano en su frente como si sufriera, sonriendo ambos por su reencuentro.

—Buen día, señor Stolas — saludo Linda alcanzándolos, pues Octavia la había dejado un par de pasos atrás luego de ver a su padre y correr hacia él.

—Buen día para usted también, Linda — saludo Stolas con una sonrisa —Se ven ambas tan preciosas — alago el hombre con entusiasmo.

—Aja, Linda dijo que era un evento muy especial.

—Y lo es — aseguro Stolas —No quisiera alejarme de ustedes otra vez, pero pronto empezara la apertura de debo de estar en el escenario para dar la bienvenida y explicar mi visión— aclaro dándole a su hija a Linda, despidiéndose de ambas para verlas después y asegurarse de que las dos tengas los mejores asientos.

—¡Adiós papi! — se alejó con su manita la pequeña mientras era cargada por la dulce mujer, haciendo que Stolas se despidiera también con su adorable sonrisa. No sabía porque igual lo hacía, la vera después de su discurso igual, pero solo lo hizo por mero instinto.

Algo raro en verdad.

Para cuando ya no pudo ver a su hija más, se dio la media vuelta y respirar con la tranquilidad que no encontraba. No era la primera vez que hablaba en público, pero hoy era un evento tan importante que definitivamente todo debía de estar bien. Se acomodó el cabello, peinándolo hacia atrás, tomando de su saco un papel con todo lo que debía de decir, dando círculos en su propio cuadro, mirando de reojo como ya el estadio se llenaba cada vez más, todo a la espera de su salida, la falta de presencia de alguien lo estaba desesperando.

—¡Stolas! — llamo un cansado Blitzø llegando a su lado.

—Oh, aquí estas — dijo calmándose un poco —De verdad ya me estaba poniendo algo ansioso sin ti, hay mucha gente y tengo algo de nervios y- — comenzaba a estresarse ya algo, todo hasta que escucho las palabras del más chico.

—Stolas...estarás bien — le aseguro con una sonrisa — todo estará incluso mejor porque yo...yo...— buscaba el momento adecuado pare decirle y creyó que este lo era, pero comenzaba a arrepentirse —.Y-Yo...debo de decirte algo — aclaro con la mano en su cuello, queriendo liberar tensión.

Los ojos de Stolas comenzaron a brillar de la emoción, no quería hacerse ilusiones por pensamiento precipitados, pero era tan inevitable caer en ello. Esperando pacientemente de que su acompañante escupiera lo que quería decirle.

—Stolas yo...yo — empezaba a sudar—Bueno tu...antes que nada, no sé qué carajos se supone que seamos, y yo definitivamente no soy el mejor para aclarar esto, y mucho menos en tu camino hacia el divorcio pero, quiero que sepas que esto que estoy a punto de decir...no lo vengo teniendo de la noche a la mañana, pero vaya que ya no se me pudo guardar más así que...yo...— respiro profundamente, teniendo la mirada ansiosa y atenta de su jefe —Stolas...yo t-te....

El silencio en su boca se volvió a formar apenas escucharon en los parlantes como le daban la bienvenida a Stolas hacia el escenario, haciende saber que ya debía de salir.

—Oh, termina lo que quieras decirme, nene. Lo de afuera puede esperar un poco — insistió el chico de tés pálida, entusiasmado en su interior por lo que estaba a punto de escuchar por parte del amor de su vida.

—Yo...— volvió a callarse, hablando su ceño con algo de inseguridad al tener el tiempo en su contra ahora —Mejor después de tu presentación — prefirió el guardaespaldas, sonriendo con algo de nervios.

Stolas contrae sus pupilas inconscientemente con algo de temor.

—N-No importa, de verdad, amor. Prefiero ponerte a ti de primero, en ser-

Blitzø rápidamente toma la cara del casi alterado y aterrado hombre, acercándolo a él para ponerse de puntillas de darle un castro y tierno beso de labios cerrados, tranquilizándose tanto él como a Stolas.

—No cambiare de pensar después de esto, tonto~ — susurro entre sus labios, teniendo ambos todavía el temor de ser visto pero ¿Eso importaba ahora? —Te lo aseguro — prometió con una sonrisa sincera.

El Goetia teniendo su sonrojo como sus pulsaciones a millón, no pudo evitar casi derramar una lagrimada la felicidad, devolviéndole la sonrisa para asentir con seguridad y caminar a lo que le esperaba, haciendo que Blitzø se colocara sus anteojos oscuros y saliera a su lado.

Recibiendo por parte de todo el público un caluroso aplauso, saludando a todos, teniendo a unos escalones abajo a Blitzø quien antes de compartirse un par de miradas de manera disimulada, carraspeo su garganta para proseguir con su discurso.

—Buenos días, damas y caballeros. Niños y, niñas. Sean bienvenidos a lo que verán por primera vez en mucho tiempo. La verdadera ventana a un mundo de descubrimiento, abierto para todo el público — paro para tomar algo de aire y escuchar la emociones de algunos. Para el guardaespaldas de tés morena le fue inevitable sonreír, escuchar su voz segura y perfecta le hacía cada vez asegurar todavía más y más por la decisión que cavaba de tomar.

"Todo bien hasta los momentos. Cambio" —Dijo Moxxie en su intercomunicador que tenía en la oreja.

—No tienes porque avisarnos cada cinco minutos nuestro estado, pito chico...Cambio — sonrió al final.

"¡Deja de llamarme así" — alzo la voz en el auricular, casi dejando sordos a Blitzø y a Millie.

"Amor ya relájate, es solo una broma" — lo tranquilizo Millie.

"Ya, trabajar, gente" — ordeno el pelinegro, haciéndolos entender que ahora no era momento de peleas, eso y que quería seguir escuchando el discurso de Stolas.

—Muchas de las cátedras de hoy en día gracias a sus instalaciones se ven forzadas a subir día con día sus salarios, así como los precios de las inscripciones de los mismo ¿Pero que me dirían si les informo que puedo dejar al público libre la entrada de los infantes con solo el precio de la promesa de una mejor protección hacia el medio ambiente mediante a colaboraciones como la limpieza de parques y playas? — propuso el joven, ocasionando un monto de mormullos de auténtico interés a los demás. Incluyendo a Blitzø, esos tipos de escuelas cuestan una fortuna el nada más entrar, con solo tener un puesto asegurado por el simple hecho de ayudar de en vez en cuando a la limpieza de las áreas verdes era prácticamente un regalo, sino fuera porque estaba tan metido en su trabajo ahora felicitaría mucho a este, lo haría después de igual forma.

Apenas Stolas revelaría las imágenes de la construcción por medio de una enorme pantalla para que el día de mañana sea abierta de manera oficial, fue hay algo no salió como correspondía.

Una luz diminuta pero rojiza hizo llamar la atención de Blitzø, quien fue escasos segundos apuntado por ello en los ojos, segándolo por unos segundos, quitándose los lentes oscuros para aclararse los ojos y mirar a su entorno quién demonios traía consigo un puntero laser, pero eso era algo ridículo, la intensidad debía de ser demasiada, sin perder tiempo alguno poso su mirada en Stolas, a pesar de la claridad del día pudo distinguir aquella línea rojiza al volverse a poner sus lentes, detallando con horror lo que se trataba.

—¡STOLAS! — grito con todo lo que tenía, dejando a sus compañeros privados por el enorme vociferación dada por el joven, alarmándose ambos por lo ocurrido.

Todo pasaba muy rápido, corriendo hacia su jefe para intentar sacarlo de aquel camino mortal, tan solo consiguiendo algo no muy bien recibido.

El ¡BANG! hizo eco en todo el estadio libre, ocasionando que la multitud entrara en pánico, haciendo ya en el piso a Stolas y a Blitzø...ambos ya con unas evidentes heridas provocadas por la misma bala.

Blitzø respiro hondo, despertando de aquel golpe dado, sintiendo en su mejilla izquierda el infernal ardor que le provoco el proyectil impactado hacia ellos, brotando del mismo la sangre de la perfecta raja hecha, pero poco tardo ese dolor al ver como su trabajo fue en vano al verificar a su costado a un Stolas tan pálido como el papel, agonizando en su estado, con los ojos cerrados por el intolerable dolor que sentía, percibiendo como en su elegante vestimenta se empapaba de a poco de su lesión profunda.

Alterando más al joven chico quien ya no sabía qué hacer, si ayudar a Stolas en ese estado, o buscar a su hija y a Linda para ponerlas a salvo mediante este atentado.

Otro disparo se oyó, alarmando a todos en el lugar, pero era gracias a Millie y Moxxie quienes estaban atacando a lo que al parecer era el responsable de todo esto.

Blitzø no se estaba enterando de nada, tan solo aguantaba las enormes ganas de llorar y presionar contra la herida de Stolas quien no paraba de sollozar por su condición, haciendo que llamara a los paramédicos tan alterado como estaba para que se dieran prisa. Era arriesgado traer a más civiles a la escena pero como le valía si era la vida de su jefe quien corría peligro.

Esto definitivamente no lo vio venir...











Que comience el verdadero dolor...




Saludos y un abrazos muy muy fuerte a:

kanao_tsuyuri_akz

SaraQuintana609

pan_78

mofflesan

CamilaLazaroJimenez

Sasuke677w7

Zifen2007


Gracias por contar voto  con votos. Los adoro muchísimo yyy quiero decir que las palabras super tiernas o como Blitzø dijo "Cursis" fueron ideas del usuario: idklim . Gracias por tu apoyo y colaboración :D


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