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Capítulo 45 (Cumpleaños)

Continuación.


Una noche como esta había llegado al mundo cierta niñita de cabello azul oscuro. Este día, se convertía el sexto año de vida de Octavia. En pocas palabras, era su cumpleaños.

—Buenas noches, bienvenidos. Buenas noches, bienvenidos — repetía una y otra vez al ver pasar a grandes y pequeñas familias de variadas cantidades de integrantes.

Todos tenían algo en común, eran una gran bola de ricachones presumidos. Después de varias horas de estar parado en la entrada, dándole a todos la "Bienvenida" al cumpleaños de Via, exhale con cansancio por esto, y ya se lo que me dirán.

¿Qué demonios fue lo que me paso cuando caí de aquel árbol hace un par de días? Pues si bien sigo vivo, no todo fue de lo mejor después de lo ocurrido. Retrocedamos un poco.

~...~

—¡Blitzø~! — escuché casi en la alejania —¡Blitzø! ¡¿Te encuentras bien?! — sentí el suelo pastoso en mis manos y en mi nuca, un dolor pulsante me dió en mi espina dorsal. Abrí los ojos con algo de confusión —¡Hazme una seña para saber si estás bien! — volvió a gritar. Yo con todo el esfuerzo acumulado levante mi mano, lo más alto que podía, estando aún en mi posición horizontal. Sacándole mi dedo del medio con una débil sonrisa. El hizo un gracioso puchero —Sip, estás excelente — respondió para después reírse y, yo con él.

Al intentar levantar mi pelvis, un sutil crujido se escuchó de esta.

—Ah~...carajo — me quejé en un gimoteo. Esa caída no le sentirá para nada bien a mi espalda. Volví a cerrar mis ojos, sintiendo una sombra que me ocultaba del sol, haciendo que los abriera de golpe, enfrentando me con la dulce mirada y sonrisa de Octavia, observándome ella de pié y yo en el pasto.

—Bup — soltó tocado me la nariz con su dedo índice —Te encontré, ejeje — ...que mierda de partida me di —Ahora ayúdame a encontrar a mí papi — me pidió contenta. Señalé hacía arriba, apuntando en todo Stolas. Ella alza la mirada —¡Papi! — vocifero alegre al descubrirlo —¡Te encontré, te encontré!.

—Felicidades, mi amor...ahora...¿Como me bajo de aquí? — es necesario mencionar el tono atemorizado de ese larguirucho atrapado en las ramas.

—Aaahh~ aquí vamos de nuevo...

~...~

Y eso fue todo...

Todavia cargo con el pulsante dolor en mi espalda, no con la misma intensidad, pero no puedo evitar gruñir todas las mañana apenas me estiro al escuchar un crujido entre mis huesos, pero no tenia tiempo de quejarme apenas me anunciaron los pocos días en los que se llegaba el cumpleaños de Via.

El sonido estruendoso de la música infantil, era una extraña mezcla de sentimientos. Me empalagaba el solo escuchar sus ridículas melodías y sus letras estúpidamente cursis. No obstante...era una buena dosis de los recuerdos del pasado.

Trabajar en un circo te hacía escuchar las miles de canciones para niños una y otra y otra vez.

Creí que no llegarían más invitados; que equivocado estaba.

A pocos metros de la entrada se estaciono otra limosina más, una de las tantas que estaban estacionadas en el jardín delantero.

Saque mi celular para darle aviso a mi jefe de quien se trataba, con solo ver las ventanas ligeramente claras se me era posible distinguir a la asquerosa persona dentro con su manada de ricachones.

—Stolas...el ave volvió al nido para comerse los huevos. Repito. El ave volvió al nido para comerse los huevos — hable en clave —¡No! Ahhg, Stolas — refunfuñe al recibir su estúpida respuesta —¡El ave es Stella y los huevos....! ¡NO, carajo, no puedes comerte los míos! — me frote los ojos de frustración. ¡¿Qué este pendejo no puede dejar de pensar en coger en algún momento?! —¿Sabes que? ¡Ala mierda ya están apunto de acercarse a mi! — le colgué. Ya mirando atentamente a la familia que se acercaba.

Una pareja de decrépitos, junto con un hombre de aspecto un tanto particular, alto, de tes pálida y cabello azul claro, con unos ojos agrisados aclarados; mierda, ver a ese ser hace que mis ojos se escandilen (Agradecido con mis gafas de sol) y...obviamente la perra de Stella.

—Buenas noches. Bienvenidos — dije con toda la afición que podía dar..."casi nada"

Como el retos de los invitados, nadie dijo nada, aunque nadie me miro como si fuera el amante de Stolas, pero era clara la verdadera rabia guarda en los ojos de Stella. Apenas esos adinerados de mierda me dejaron solo comencé a reírme.

—Esta noche sera tan...interesante.

Y no solo por la fiesta de Via.

Ya para las 8:00 pm la oscuridad toco el cielo, más que asegurado para irme y no tener que esperar más nadie. Entrando en la puerta trasera, para seguir con el cuarto de descanso. Podría ir a descansar a mi cuarto, pero tendré que subir y bajar las escaleras.

Estando adentro ya me hacia la idea que la sirvienta estaba adentro, y si que lo estaba.

—Blitzø — me llamo alegre.

—¿Qué onda? Veo que te refugias de toda esa "diversión" melosa e infantil — hable simulando asco sentándome en una silla.

—JAJA, no del todo, me gustan los niños ¿Y usted no?

—Si me gustaran, ya hubiera secuestrado uno...es un chiste por si no lo entiendes — aclare.

Una risa algo nerviosa se escucho de su boca.

—Ok, ok — asintió agradada —¿Y como le ha ido con su "temita"

Suspire fuertemente.

—La verdad es...que empeora sin quererlo — hable con aflicción —No entiendo que estoy haciendo mal. Intento e intento para escapar de toda esta mierda y simplemente no logro hacerlo.

—Es porque del amor es imposible escapar — sonrió.

—No es amor — seguía negándome —No descarto que sea lepra...o un trastorno.

Ella vuelve a reír.

—¿Por que insiste de que no sea?

—Por que insistes tu?

Respondí con otra pregunta.

—Creo que...es porque nunca antes había estado tan segura de que es un enamoramiento.

Solté un bufido con un puchero.

—Lo que yo creo es...— calle, me sentía más atrapado que nunca, no sabia con que más contraatacar —....que estoy confundido — susurre derrotado.

Mi amiga me miro con lastima, posando su mano arriba de la mía.

—¿Sabe...? Es normal estar perdido en muchas circunstancias — la mire atento —pero lo importante, que si eso lo hace feliz; sea feliz — esbozo una sonrisa —Déjese ser feliz. Usted lo merece.

Abrí mis ojos de la impresión, sudando por los nervios.

—Ha-aaam — aparte mi mano lentamente para levantarme —Gracias...pero...hay tengo dudas todavía.

—Me gustaría algún día quitarles esas dudas — me miro con unos ojos que demostraban adoración, fruncí el ceño preocupado.

—Ok...— retrocedí nervioso —hablaremos después...tengo que hacer algo primero — mentí, excusándome para salir corriendo.

No quiero que malinterprete todo, y mucho menos confundirme más de lo que ya estaba. La música y los juegos se escuchaban de manera alta, tanto que me penetraba los oídos, pero no tanto como la pelea que estaban teniendo Stolas y Stella en el patio trasero.

No entendía mucho lo que pasaba entre esos dos, pero estaba más que claro que era por lo mismo de siempre. No es que me agrade verlos discutir, pero caba vez poder apreciar volver mierda a esa perra que me molestaba en despedirme... era gratificante.

La pelea llegó a las manos. Contemplando como Stella buscaba la manera de empujar a Stolas, este último juntaba todas sus fuerzas con tal de no caerse y tranquilizar aquella perra loca.

No es mi problema...pero es mi jefe quien lo están agrediendo.

—Nht, nht~ — troné mi lengua en negación —yo no seguiría haciendo eso si fuera usted — le hable con formalidad a las espaldas de Stella y casi a la vista de Stolas.

Ella sin dejar su mirada de muerte, se dio la vuelta encargándome.

—¡Largo de aquí, empleaducho de quinta! — me señaló de "salida" —¡Esto no es asunto tuyo, aunque eres el responsable de todo!

—Tiene razón...no es de mi incumbencia, pero cabe aclarar que soy el guardaespaldas de esta familia y, sea quien sea que se meta con mi patrón, me veré en la obligación de meterle una bala en todo el cráneo — amenacé con discordia pero a su vez serenidad.

Ella gruñó de la irá, pisando el suelo con desagrado y molestia. Sabía que era una impulsiva de lo más grande...sin embargo, cualquiera con cuatro dedos de frente sabe que tengo razón.

Se fue. Las ganas de querer matarme a mi y s su marido eran más que notorias es sus ser, no obstante, me importó un carajo.

Es mierda de cada día ganar enemigos nuevos.

—¿Estas bien?—

—Si, si...eso creó — me respondió algo cabizbajo Stolas —Tan sólo...me gustaría que nos dejáramos de pelear cada vez que nos vemos. Al menos por el bien de mi muchulita.

Procesé por un instante la situación, era cierto. Discutir incluso en pleno cumpleaños de tu propia hija, era simplemente tocar bajo.

—Ya no se preocupe — le aconseje acercándome a él, sonriendo y juntando mi entrecejo —Lo importante es que, la señorita Octavia no se dio cuenta y que aparecí yo para ayudarlo como siempre — lo tranquilice a mi manera

—Je, tienes razón — él ríe —Gracias Blitzy~

Me quedó viendo apenas me agradeció, otra vez no podía dejar de ver su estúpida y candente sonrisa. Rompí de inmediato el momento.

—Ok... volveré a mi puesto, si me necesita ya sabe que hacer.

Iba ir me cómo lo dije...

—Espera...— ya me suponía algo así. Me detuvo con su voz. Me giré con mis manos en mis bolsillos —A Octavia y a mi nos encantaría que estuvieras al momento de cantar cumpleaños — me aseguró con alegría.

Sonreí por un breve momento, volviendo a enseriarme al pensar bien el ambiente. No sería para nada bien visto que un empleado como yo, se mete sin estar trabajando.

—Se lo agradezco a ambos... pero me niego, por el bien de las críticas — me chupa un huevo lo que piensen los demás...pero de vez en cuando se guardar prudencia.

—Ooh...es una pena — bajo la cabeza desanimado —Nos fuera gustado bastante tenerte ahí.

—Tu mujer no lo vería muy bien.

—Stella no mira nada bien — seguía insistiendo.

Sonreí otra vez por un cortó tiempo.

—Vaya...con su hija — le dije aconsejándole —Ella es la festejada — me di la media vuelta para irme, siguiendo custodiando la mansión.

Narradora:

Para el padre de familia no le había quedado más que suspirar con aflicción, pero era un gran aprecio de su parte, este o no a su lado. En una parte de él, sabía que era tal vez lo mejor.

Todos estaban reunidos junto con la pequeña niña celebrada, con sus padres a un lado y sus invitados al su alrededor; junto con el gran pastel muy bien decorada de un castillo. Cantando euforicamente con la típica letra de "¡Cumpleaños feliz. Te deseamos a ti...!".

Para Stolas era sumamente incómodo estar a lado de la mujer que lo ha despreciado la mayor parte de su vida...con la diferencia que ahora lo hacía abiertamente, pero lo que sea por ver a su amada hija contenta.

El joven de cabello azulado miraba atento la vela que de apoco de consumía, para luego mirar a su hija sonriente, posteriormente a los presentes. Todavía conservaba la idea de estar con Blitzø ahora mismo, y como si de un deseo o un espejismo mismo se tratase...estaba ahí, no específicamente junto con los demás, solo que estaba en el fondo, recargandose en una pared con una mirada serena y una sonrisa sincera, no se notaba del todo su presencia por la poca luz del ambiente, sin embargo, Stolas identificaría a su amado guardaespaldas en cualquier entorno. Una sonrisa acoplada con sumo cariño y fugor abarcó el rostro del hombre, con un rubor cálido que incremento apenas Blitzø se dio cuenta de su estadía, que con solo guiñiarle uno de sus ojos era más que claro que lo había encendido mucho más.

Aunque todos le dieran la espalda a Blitzø, agradecía que a él único que le importaba de su presencia era ese privilegiado.

Blitzø Imp supo cuando irse... apenas terminara terminara el canto de la festejada, volviendo de nueva cuenta la entrada de afuera.

Como toda fiesta común el pastel simboliza un sinónimo de "¡Chao, larguense de mi casa!" Así que no era de extrañarse en cuánto unas que otras familias de retiraban, eso contando con la de Stella, viendo cómo está ya tenía prisa de irse.

—¡Adiós abuelos, adiós tío Andrealphus, adiós mamá! — se despedía la pequeña cumpleañera de sus familiares, volteandose para irse a jugar con sus amigas.

Toda la calma volvió, dejando al guardaespaldas en medio del frío de la noche, solo y tranquilo. Dicha tranquilidad se le interpuso en medio algo al tener que llevar a su respectiva casa a una familia pequeña. Blitzø apeló a la orden, solo le tomaría un momento tener que avisarle a su jefe y luego llevarlos. Llamo desde su celular, pero no contestaba.

Fue raro.

Algo se acumulaba en la espalda del pelinegro, no teniendo muy claro si era pereza o todo el dolor por la caída de hace unos días. Sea lo que fuera, tenía que trabajar e irle a avisar a su jefe en persona su salida.

Se exprimía el cerebro con formé se acercaba a la oficina de su patrón, que por guía de Octavia quien le afirmó que subió hace rato con la mamá de unas de sus amigas. Eso le pareció un tanto descabellado, pero paro en meditarlo por más tiempo.

Justo a dos pies de distancia de su persona y la puerta que disponía a tocar, escuchó un vocablo no perteneciente de Stolas, provocando que detuviera su mano de la entrada.

Oh señor Stolas. Me parece que su proyecto podrá beneficiarlo tanto a usted como a la fundación que está ayudando — hablo una mujer...muy alegre.

Le agradezco su apoyo, señora Nortys. Es algo arriesgado y nuevo para mi...pero confío que hará felices a unos cuantos — ahora quién hablaba era Stolas.

Blitzø arqueo una ceja, pegando su oído a la portería de madera, escuchando más atento la conversación, pues nunca había mencionado antes ese misterioso proyecto.

—Hablando de "felicidades". No hace falta ser un genio para saber que las cosas andan mal entre usted y Stella — argumentó la mujer. Eso le interesó aún más al husmeador.

—Oh...si...en realidad...preferiría no hablar eso — hablo acomodando una pequeña pila de papeles en su escritorio.

—Ohu, no quería incomodarlo — se acercó a las espaldas de Stolas  —solo quería asegurarle que tiene mi absoluta confianza, y más si lo puedo ayudar si es que se divorcia — ahora la mujer sonaba un poco más liberal que antes. Blitzø frunce el ceño, dudoso y disgustado —Tengo...~— frotó deliberadamente con su dedo índice el dedo anular de la mano izquierda del dueño de la casa...justo dónde se encontraba su anillo de compromiso de oro —...muy buenos abogados~ — hablo todavía más coqueta, ya estando de frente y a pocos centímetros de hombre de tes pálida.

Este empezó a sudar frío, ya se estaba sintiendo un tanto incómodo por la acercania entré la madre de la amiga de su hija y él.

Blitzø estaba que hervía del fastidió.

"¡Oh claro. Folla con cualquier cosa o puta en tu pinche oficina, pero no hoy que hay muchos niños corriendo por cualquier rincón de la casa!" — pensó furico. Estaba a poco de abrir la puerta sin importarle una mierda si estaba ocupado su jefe...o si estaba cogiendo también...

Antes de poder siquiera tocar el picaporte, pensó por un instante lo que estaba apunto de cometer.

—¡¿Por qué mierda debería de importarme?! — susurró de una forma agresiva para el mismo. A no ser que esté en peligro no debería de entrometerse...y definitivamente no lo estaba y si ese es el caso...¿Por qué le comían los ce-?...—¡No! — dijo ya un poco más duro, tapándose la boca, implorando de que no lo hayan escuchando —No es verdad~ — susurró casi suplicando —yo no...ggrrrr — gruñía entrelazando sus dedos en su cabello, liberando el estrés para sentir la mejor ventilación posible en su cuero cabelludo...no estaba sirviendo de mucho. Se mordía fuertemente el labio, ansioso y dudoso de lo que debía hacer.

Debatía sus posibles conclusiones.

*"Entró y le disparó a la perra con la excusa de que confundió la situación pensando que estaba matando a Stolas"

*"Me voy y nunca más volveré a coger con ese malparido en su despacho"

Ambos eran buenas ideas para él...pero le llamaban muchísimo más la primera.

Soltó un gran bufido de frustración, de todos los aprietos psicologícos o sentimentales, este era uno de los peores.

Estrujó más su cabeza para pensar mejor, y dio con el clavo. Sonriendo maqueavelicamente ante la idea que se le acaba de ocurrir.

La pista era que: Vio con suma precisión a cada familia e intrigante que entraba y salía de la morada...y este chico astuto supo muy bien que ninguna mujer vino sola, y ya sabía a que pequeñita preguntarle quién podría ser su acompañante.

(...)

—Haamm...señora Nortys, usted está muy...— inclinaba su cuerpo en retroceso para evitar algún contacto más incómodo —c-cerca — balbuceó ya un tanto aterrado.

*SPAAM*

El estruendoso sonido de la puerta siento estrellada con la pared se escuchó hasta en el corredor.

—¡¿Nora otra vez?! — gritó decepcionado un hombre de mediana edad.

—¡Aayy querido ¿Q-Que haces aquí?! — preguntó con una gran sorpresa la señora.

—¡Eso te lo pregunto a ti, mujer — la señaló —¡Me prometiste que no volverías hacer esta mierda! — añadió saliendo y pisoteando de la furia.

—¡Espera, amor, no es lo que parece! — corrió persiguiendo a su marido, quién ya tenía las intenciones de irse. Dejando atrás así a Stolas; que no terminaba de estimular muy bien todo lo que acaba de pasar... agregando que no lo había comprendido del todo.

En otra esquina no muy alejada de donde pasaba todo aquel drama familiar, sonreía un Blitzø satisfecho por su obra.

—Y una vez más, Blitzø salvá el día — hablo ególatra en tercera persona —Aunque...no puedo dejar de pensar que algo se me olvida — murmuró sobándose el mentón, pensando.

...

—¿Por qué rayos tarda tanto ese muchacho? — se quejó el padre de familia. Quiénes todavía esperaban la asistencia de un chófer.

10:00 pm

La oscuridad nocturna conservaba su bajá temperatura. Manteniendo siempre la guardia alta, sin importar el silencio pasiguador del ambiente, con un palo de paleta metida entre su boca, disfrutando del verdadero dulce que mantenía en su boca cerrada.

—Creí que alguien rudo y duro como tu se la pasaría fumando a mitad de la noche...— vio como se aproximaba Stolas hacia él, con un baso y un plato consigo —...no comiendo una chupeta — habló sonriendo hacia su guardia .

Blitzø se sacó la paleta de la boca para poder hablar.

—Octavia me la regaló — contesto —Dijo que era mi paga por hacer un buen trabajo...y espero que este bromeando — hablo serio, pero con un cierto aire de ironía.

Ambos ríen.

—Te traje pastel y refrescos. Debes de estar cansado por todas estas horas que has estado de pie; descansá un poco — le dispuso del manjar ya mencionado, así aceptándolo gustoso. Ya tenía hambre.

—Gracias — agradeció sacándose el caramelo empaletado de la boca, dejándolo a un costado del plato para tomar el tenedor y comer del pastel. Estaba muy bueno.

No supieron como había pasado, pero ya ambos estaban caminando al rededor de la mansión, era grande, demasiada, así que el solo dar una vuelta tomaba una gran cantidad de tiempo, y mucho más si solo era una caminata lenta con una plática de lo más trivial o absurda, todo hasta que termino su comida.

—Donde está mi- — el chico busco con sus ojos su paleta que anteriormente se estaba comiendo; todo para ver como Stolas ya se la estaba chupando de hace rato.

—Lo siento~ — se la saco de la boca —¿La quieres devuelta, Blitzy?~ — era necesario mencionar el enorme grado de salivación de la misma.

—Olvidalo. Quédatela — hablo con desagradó y fastidio. Alegremente volvió a consumirla con deleite.

—¿Sabes por qué sabe mejor?

—No quiero saber.

Tanto él como él otro sabían perfectamente que era porque ya tenía el ADN del guardia.

Todas sus pláticas rondaban hacía él festejo, los niños que quedaban seguían jugando, en tanto los adultos conversaban y pasaban el rato entre ellos.

—¿Por qué no está adentro con los demás? Ya me entrego el pastel — le cuestionó Blitzø. Sin parar de caminar ambos con despacio.

—Me aburrí y, me parecía más interesante estar a tu lado — contesto seguro, masticando de forma pasiva el chicle que había quedado de su piruleta.

Blitzø ya se esperaba una respuesta así, necesitaba algo de "autoestima" después del loco evento que pasó en la oficina.

—Mmhh~ aunque fuera así, debería entrar. Usted es el anfitrión y no debería desaparecer así como así.

—Solo si tú entrás también.

—Estoy-

—Ya no tienes que seguir trabajando — lo interrumpió. Mirándolo con cariño sobando su mentón —Fuera sido un mejor cumpleaños para mi nena hermosa si fueras estado ahí... pero, esa es nuestro acuerdo.

"No te meterás en mis deberes y, me dejaras trabajar como de costumbre" — fueron las palabras del chico de mechón blanco en su contrato verbal.

Blitzø alzó levemente los extremos de sus labios, sonriendo con calidez.

—Aun así... agradezco mucho la fuerza de voluntad que tuviste en todo el día — habló sonriente, con un tono ligeramente decadente.

Stolas jadeo a sus adentros, sonriendo enamoradamente con su cara ruborizada.

—Pero ah~— jadea —no estoy seguro de aguantarlo por mucho más tiempo...— habló uniendo pocos espacios entré el otro —...pero no quiero decepcionarte~

—Siempre lo haces de igual forma — habló con más confianza Blitzø, apoyando el también entré su acercamiento del uno del otro.

Ya venían aguantando está tención sexual desde hace varios días, pero ya no resistieron la gran carga y química que sus ojos desprendían apenas se miraban, y mucho más si estaban a cualquier grado de romper cada regla del espacio personal. Juntaron sus labios de una forma nunca antes hecha. Delicada. Síii, ese era la palabra, pero también recargaba el deseó, cariño (y muy clara parte de Stolas)...amor. De apoco se empezaba a intensificar el beso, sujetando Blitzø de la cintura a su jefe como en el pecho, y este otro del rostro y cadera del más bajo.

Una chispa de las neuronas de Blitzø se encendió, recordándole que no debería de hacer eso...no debería estar sintiendo eso...pero lo hacía, por mucho que peleara en su interior, siempre salía perdiendo la batalla e incluido la guerra su cerebro por obra del corazón. Odiaba y amaba sentirse así... pero ya era tarde, sentía que cada vez se reconocía menos, buscaba la respuesta a todo su calvario y, lo encontró...era el mismo ser con el que amaba besar cada vez que podía...

¡¿AMAR?!...¿Amar?... amar~

Era inútil retenerlo por más tiempo...cayó. Cayó derechito a lo que por tanto tiempo se sentía en desacuerdo...no lo ha dicho desde que tiene usó de razón, no lo dirá por las circunstancias, y duda, por mucho que lo haga...sin embargo...desde lo más profundo de su oscuro, retorcido, psicópata, y pequeño corazón...había un espacio blando, lindo, que solo ese adinerado pudo encontrar, y adueñarse de ese territorio como diera lugar.

La intencidad de su beso, con la pasión y el afecto persistían. Provocando que ambos suspirase una que otra vez. La necesidad del oxígeno era necesaria pero era mucho más el tenerse cerca él uno del otro.

Las habilidosas manos de Stolas terminaron a parar en el cuello de Blitzø, queriendo unirse todavía más ambos. Estaban seguros de que podían pasar todo la noche así...pero algo pasó.

El estrellante sonido de un vidrio quebrándose se escuchó en la atmósfera. Sacándo abruptamente a los dos amantes de su momento de amor apasional profundo.

Sus bocas tronaron al separarse, buscando con sus ojos el causante del ruido.

De todas los invitados que pudieron ser...no estaban para nada tranquilos al ver como era Linda, con una expresión más que sorpresiva y asombrada en su cara, en el piso muy cerca de sus pies estaba una taza quebrada, probablemente momentos antes de verlos la sujetaba, pero tal parece que su cerebro se desconecto ante el momento apasional entre su compañero de trabajo y si jefe.

—Oh mierda~...



Teaser Trailer (Capítulos 45 - 50)


Todo estaba calmado. Algo muy raro, así como nada interesante en el resto de la semana. Sin mencionar algunas cosas de gran calibre que han ocurrido.

—Mi hija te ama — sonrió tiernamente. Todo sin despegar su frente a la de él —claro que...no tanto como yo~

—Siento mucho que...nos vieras de ese modo — comenzó hablar el guardia. Un poco apenado como incómodo.

—¡Este era el evento perfecto que esperaba! — also la voz de la emoción la mujer de vestido blanco —preparate hijo de puta. Tu y tu guardaespaldas no se lo verán venir.

—Enhorabueba, señor Blitzø — habló con carisma su superior.

—¿Por qué lo dice? — lo cuestiono el joven.

—Pude hablar con un amigo que me debe un favor, no se lo he cobrado aún porque quiero saber tu opinión.

—Lo escuchó.

—Puedo darte otro certificado para tu exilio — hablo alegra el señor —¿Que dices? ¿Te irás al fin de la mansión Goetia?

Blitzø tragó saliva. Estaba emocionado...y nervioso a la vez.

—¿Aló?...ohh señora Goetia, que bueno volver a saber de usted — habló una voz en medio de una oscuridad de su cabaña, con un tono ranchero y tranquilo. Su transmisor habló y él respondió —No se preocupe madame~ — sonrió seguro — el plan será todo un éxito ¿Podría darme más datos de los blancos?

—¡Linda espera! — gritó implorante el guardia, sin obtener respuesta o petición hecha por la chica.

El sicario encargado escupió su vodkat.

—¡¿Que?! — exclamó con asombro —¡¿Me repito el nombre de su guardaespaldas?! — escuchó atentamente, ensanchando más su sonrisa con cada palabra que formulaba su clienta, relamiéndose sus escalofriantes dientes de la emoción, sonriendo con más maldad.

Ya podía oler la venganza~

—Siento que nunca te entiendo, Stolas — comentó el pelinegro con serenidad, posando una de sus manos en una de las mejillas del otro —incluso creo que nunca voy a entenderte — jadeo, moviendo sutilmente sus dedos en el rostro del joven de ojos rojos intenso — ¿Y sabes algo?...ni me importa — sonrió de lado. Dejando de acariciar el cachete de su patrón, haciendo que este aprovechará el momento. Emocionado y muy sentimental, tomó a su guardia entre sus manos por su nuca con deseo, besándolo casi sin dejarlo tiempo de respirar.

—¿Interrumpo algo? — preguntó su jefe al captarse de que su recluso estaba algo..."distraído"...y jadeante.

—¿Que estás haciendo conmigo, Stolas? — interrogó desde las alturas a la nada. Perdido y derrotado por su malestar sentimental, que cada día que pasaba empeoraba más...sin embargo...aunque no lo aceptará...lo curaba internamente, y él lo sabía. Pensando seriamente en aceptar todo esto, para así  de una vez por todas...ser libre y dejar sus miedos e inseguridades en el pasado.

—¡~Gime para mí perra~!





















Los saludos de hoy son para:

@ArriettyKiryuu

@Idaiiewnsdin

@Jushilda1907

No estoy segura si los nombres se ven, en dado caso, con solo presionar uno de los espacios aparecerá la cuenta del nombre automáticamente.

Les confieso que tenía listo este capítulo hace ya mucho tiempo, pero tenía unos problemas tanto personales como tecnológicos, pero bueno, cabe decir que este es uno de los capítulos más largos, 4596 palabras para ser exacto.

En fin, no tengo más que aclarar, solo cuídense, sean felices y, deseen me suerte para esta semana, porque dentro de unos días iré a la casa de mi padre para confrontarlo ᕙ(⇀‸↼‶)ᕗ fuerza~

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