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Capítulo 34 (Solo déjame solo)

Continuación:


El fracaso es algo que a muchos nos asusta, ver como por algo que luchamos se nos cae en picada es algo que nunca quisiéramos ver, con todo esto igual podemos decir que perder aquella motivación de seguir adelante es peor aún...y eso esta apunto de experimentar nuestro personaje.

La total penumbra en el cielo, con la frialdad de la noche, hacia que el camino lluvioso diera más pelea. Cada gota mojada golpeaba de forma severa el rostro de Blitzø; pero este le restaba importancia, ya nada le importaba en ese momento.

Su respiración agitada, forzada hacia que  mantuviera la mandíbula tensa. Se pasaba la manga de su traje por sus húmedos ojos, haciendo que su vista le costara visualizar su orientación.

Pedaleaba con fuerza, llegando hacer incluso un tanto peligroso por lo majado del asfalto, y lo escaso que podía ver. Millones de recuerdos llenos de nostalgia que en sus tiempos fueron de alegría, se estaban convirtiendo en dolorosas pulsadas al corazón.



~...~



—¡Y lo lograron! - anunciaba contento el presentador. Los niños concluyeron su espectáculo sin problema alguno, dieron sus piruetas, saltos y columpiadas como debieron hacerlas. Ambos infantes respiraban de formas agitadas, levantando sus brazos en una pose de finalización, se miraron a sus caras, sellando su momento en un cálido abrazo. Lo consiguieron, tendrían una pequeña sonrisa de su padre, una considerable paga de su jefe, y una oleada de aplausos y felicidades por parte de su fans.

Tiempos de oro eran aquellos~



~...~



 En medio de su trance nostálgico, cruzo una esquina con brusquedad, provocando que se volteara con todo y bicicleta; la lluvia no lo ayudaba en lo absoluto. Pegando su cara en el frió suelo de concreto, levanto su cabeza, con un pequeño raspón en una de sus cienes, casi llegando hacer en la ceja izquierda, pero no le importo, tomo su vehículo improvisado para seguir con su ruta. Todo propósito de aquella noche era llegar de una buena vez a su destino.

De su llaga salia una delgada linea de sangre, derramándose más rápido por su mejilla gracias a la lluvia. Jadeo del cansancio, solo para seguir pedaleando, hasta que por fin dio con el lugar que quería. Un panteón. No era para nada privado o fino, por ello sus rejas estaban siempre abiertas las 24 horas del día. Las abrió para entras rápidamente con la bici, se detuvo en cierta parte cuando se topo con las múltiples tumbas del lugar.

Su respiración le volvía a fallar, las ganas insaciables de querer llorar lo abrazaban, el frío de su estomago lo congelaba, y la baja temperatura de su cuerpo lo hacia deprimirse aún más. Con escalofríos se adentro al lugar, mirando sepultura por sepultura, guiándose por la fecha que supuestamente había pasado todo, la desesperación le volvía a ganar, corriendo un poco más para darse prisa, en medio de su tortura, se tropezoso con un sepulcro, enganchándose de su ropa una rosa en buen estado, se la quito de la bota de su pantalón, para levantarse y seguir con su búsqueda, eso si, por alguna razón, se quedo con la rosa. Tenia la necesidad de tener algo en las manos, un claro síntoma de una gran ansiedad.

Murmuraba las fechas que veía, estaba tan cerca, tanto que por un momento vio esperanza de que todo haya siendo una muy mala broma de ese bufón, pero esa pequeña chispa de esperanza se evaporo al instante, con solo ver como en una de las tantas tumbas estaba la clara descripción escrita y visual...de su padre.

Si ya estaba lo suficientemente mal, esto fue como echarle limón a cada herida de su cuerpo, y a sus ojos. No podía creer lo que veía, no quería, imploraba que solo fuera un mal sueño, uno en el que no podía despertar, pero no fue así.

Todo su ser se enfrió, más de lo que ya estaba, acercándose lentamente, negaba con su cabeza, no quería creerlo, su labio comenzó a temblar inconscientemente, entre cerro su mirada con aire de desgarro.

N-No~ — su voz quebradiza se ahogaba con su propia saliva y el agua que no paraba de caer en su cuerpo — P-Por favor no~ — imploro con sentimiento. Estaba dolido, estaba roto...y molesto...molesto consigo mismo.

Apretaba con mucha fuerza el tallo de la rosa llena de espinas, ocasionando que estas se clavaran en su mano izquierda, la sangre comienza a brotar, escurriéndose por sus dedos y nudillos, sentía dolor, pero no como el que sentía su corazón, volviéndose nada ante ello, casi al punto de convertirse nada. Después de tantos años de abstenerse de volverse nuevamente vulnerable, no lo pudo soportar más...se dejo caer, de forma literaria y expresiva en su pena.  

El de esmoquin solloza, solo...y a oscuras, siendo la lluvia su única compañera, haciendo que sus lagrimas se perdieran con las tormentosas gotas de agua.

Ahora su sollozó...se había convertido en un llanto de lo más pavoroso, inclinándose más abajo, arrodillado en casi una posición fetal. Temblaba, no sabia si era por el interminable frío o por su dolor, sea lo que fuese, le hacia mucho daño. Con ello arrojo la flor que cargaba en la tumba, manchado ligeramente la piedra con la linfa de su sangre de ese taño, desvaneciéndose fugazmente por el agua

No le importaba si su traje se ensuciaba por el fango, ya no le importaba nada...

En medio de su pesadumbre, una única luz en medio de la penumbra, se hizo a dar ver, alumbrando a Blitzø, quien gracias a la claridad se podía ver que estaba de espaldas a quien sea que lo alumbraba, echado en la tierra con pasto, en frente de aquella lapida de piedra con nombre y fecha tallado en ella.

Las luces no se apagaron, pero una sombra se hizo ver en medio de el alumbrado camino, era Stolas, mirando aquella escena con un gran dolor, y un enorme nudo en su garganta, traía consigo un paraguas, así protegiéndose de la lluvia, tuvo una distancia considerable entre Blitzø y su persona, todavía estaba arrodillado, sabia que estaba en un momento horrible, y no quería interponerse de una forma desagradable, pero quería ayudarlo, verlo mojarse, escucharlo sollozar, eran cosas que partían el corazón de Stolas, no lo resistió más y se acerco al chico.


Narra Blitzø:

Vi mi mano mayugada, la frialdad que sentí al verla, hizo que mi subconsciente de forma involuntaria se preocupara sin darme cuenta.

Me temía a mi mismo.

Seque mis lagrimas de un manotazo, era estúpido llorar. Ya era demasiado tarde y estar berreando como niña en pena en un puto cementerio no arreglaría nada. Sin embargo, aun no puedo dejar de sentirme jodidamente miserable, y desgraciado.

La inesperada llegada de Stolas me hizo recapacitar más, y darme cuenta que ya era hora de irme. ¿Cuanto tiempo había estado aquí?...¿Una o dos horas? No lo se. Lo único que se es que no me dejaría ver en este aspecto, tan débil e incompetente de hacer algo. Por muy afligido que este. 

Me levante del suelo mirando aún atento a la tumba de mi padre, me soné la nariz con dolor, no importaba cuantas veces decía que pararía de llorar, no podía. 

Que estúpido...

El privilegio no se atrevía en hablar ¿Quien lo haría de igual forma? Sentí que la lluvia dejo de golpearme, me fije y era claro que una sombrilla me resguardaba de la húmeda sensación, siendo este Stolas al estar más cerca de mi, este me sujeto del hombro, dando una gran inhalación para hablar.

—Blitzø...lo siento tanto — me dio sus condolencias, no me servia de mucho, mi cabeza estaba abajo, mirando mis zapatos, esperando a que me bajara la tristeza, nunca paso — Por favor, volvamos a casa — me pidió amablemente en voz baja, mi labio volvió a temblar, temía que las lagrimas se asomaban, volvía a bajar mas la cabeza, mirando atentamente el lugar donde descansaba mi papá. 

No quería alejarme de él, por muy idiota que fuese, no quería dejarlo, pero estoy malditamente tonto, ya estaba muerto, no es como si me dijera "Estoy tan orgullo de ti, hijo" o un "Te quiero Blitzo" ...¡Mala idea, mala idea! Pensar en eso ocasiono que mis mejilla se volviera a mojar con mis lagrimas, que seque de inmediato apenas empezaron a caer, no dejaría que ese puto mano blanda me viera de esta forma, ni él, ni nadie.

Asentí en su orden, alejándonos de la lapida, no pude evitar mirar atrás, por encima de mis hombros, susurre un "Adiós"

Maldita sea papá~...¿Por que tu? ¡Por que ahora?...No pudiste esperarme.

¡Todo lo que quería era verte, que tu me vieras, que me dijeras lo orgullo que pudiste a ver estado de mi, que no fui una causa perdida como siempre lo decías, que podía darles una mejor vida a ti y a Barbie...

¡Barbie!

¡¿Qué mierda haré?! No puedo buscar en todos los lugares de rehabilitación para encontrarla, todo era una mierda y...¡NO!

¡NO VOLVERÉ A LLORAR MALDICIÓN! 

Peleaba sin descanso en mi cabeza, tan fuerte y atento que no me fije cuando llegamos al auto, el me abrió la puerta para sentarme adelante.

—No — me negué serio — mojare el asiento — dije refiriéndome a lo horriblemente empapado que estaba.

— Blitzø, no le hagas caso a eso y sube — me relajaba cierta parte de su voz, pero no del todo como para tranquilizarme.

—¿Que clase de persona dejaría que sus asientos se arruinen por un simple empleado?

—¿Que clase de persona seria lo bastante cruel como para hacerte caminar de vuelta? — me peleo todavía sereno —por favor, Blitzy, entra al auto ya. Es solo agua — intento convencerme , no lo hizo del todo, pero no me toco de otra más que hacer caso. Él me cerro la puerta, mientra esperaba a que metiera la bicicleta de Via en el maletero, me mire la mano en mal estado, sangraba, pero pregunten me si siquiera me importo un poco.

Stolas volvió, entrando en el auto apenas metió la bici de Octavia, oculte mi herida, posando las palmas de mis manos en mis rodillas.

Apenas entro Stolas, quedamos en un silencio pesadamente incomodo, sentía su mirada hacia mi, mientras yo solo me encontraba cabizbajo. Parpadeando lentamente por la depresión.

—Blitzø...— y aquí empieza todo —se que la utilidad de esta frase es totalmente nula y majadera en esta situación pero...mis más sinceras condolencias — me hablo tomandome del hombro con delicadeza. Yo no respondí al momento, tenia todavía el temor de darle la cara, y que se diera cuenta de lo débil y llorón que puedo llegar hacer, así tomando la iniciativa otra vez de volver a hablar —esta bien si no estas listo para hablar de eso, solo...quiero lo mejor para ti — acerco con peligro y gentileza su mano a la mía, abrí mis ojos con asombro, atrayendo mi mano centímetros más cerca de mi, evitando su agarre, era mi mano lesionada después de todo y si ese privilegiado me la ve, se volvería loco...muy tarde —¡Oh Blitzø tu mano! — chillo al ver la pequeñas manchas de color carmín en el contorno de la misma ¡MIERDA! Así tomandomela para descubrir mis verdaderas heridas causadas por aquella rosa —¡¿Que te paso...y tu frente también! — ¡MALTIDA SEA!...se dio cuenta de la otra también. 

Alzo más mi cara, obligándome a verlo, voltee de inmediato mi rostro.

—Estoy bien — conteste con amargura —Solo...me caí es todo — me limite a explicar cierta parte de la verdad. Esto era una verdadera tortura, no soy alguien de hablar de lo que siento y menos si son de dolor, mucho menos si se tata de Stolas.

Prefería un millón de veces abrirles las piernas que mis sentimientos.

Lo escuche suspirar.

—Cuando lleguemos te curare.

—No — me interpuse —No necesito a nadie...yo solo puedo hacerlo.

Volví a escuchar otro suspiro de su parte.

—Blitzy, por favor...

—¡No! — volví a negarme interrumpirlo. Exhale profundamente, buscando de alguna parte paciencia por toda esta mierda —Stolas...—solté casi con una voz quebrada —si en serio quieres ayudarme...por favor...solo déjame solo — fue inevitable para mi poder soltar un sollozo, uno que ahogue con mi mano buena, cerré mis ojos con fuerza, volviendo a bajar mi cabeza.

Lo siguiente que percibí fue escuchar su cuerpo moverse en el colchón del asiento, con la intención de acomodarse y poder arrancar para irnos de una puta vez.

—Esta bien. Si es lo que quieres, respetare tu decisión — fue todo lo que dijo antes de poner andar el carro.

En todo el amino nadie cruzo palabra alguna. Mejor. Recargaba mi cabeza con el vidrio de la ventana, apreciando con depresión la lluvia que no tenia intenciones de parar pronto. Que curioso.

"La lluvia siempre sabe cuando caer"

Una vez que llegamos a la mansión, estaciono el coche en el jardín principal, con esto, tenia el querer bajarme de inmediato para encerrarme por toda la noche, sin embargo, el seguro no se abría todavía, algo que cierta persona lo dejaba cerrado aposta.

—Señor...abra la puerta — pedí lo más respetuoso posible, estando todavía con la cabeza abajo y mi voz decaidamente gruesa.

—Blitzø...

—Stolas...abre la PUTA puerta!! — empezaba a sonar un poco más amenazador, tome valor y lo mire directo a los ojos.


Narradora:

Apenas el pelinegro subió su rostro, Stolas pudo contemplar su verdadera cara de dolor.

De sus ojos rojos se demostraba la irritación de gran cantidad, demostrando el largo tiempo que se estuvo desahogando sin que nadie lo observara, además del cansancio y la tristeza, también era visible la cortada que tenia al costado de su frente, dejando ver una linea de sangre derramada y más escurrida por lo empapado que se encontraba.

—Blitzø, ya se que te dije que te daría tu espacio...pero escúchame antes de eso, por favor — imploro el peliazul a su empleado, este bajo la cabeza rindiéndose —quiero que te tomes el día libre mañana, te sentara bien poder descansar después de todo esto — acaricio con cuidado su cabeza, tomando su cabello revuelto y mojado.

—No — se negó de una vez —Los guardaespaldas no descansamos, que pasa si sucediera algo.

—Todo estará bien, Blitzy. Te lo ordeno, por favor...si cambias de al parecer y...necesitas a alguien que te escuche, sabes que puedes contar conmigo — hablo con cariño el elegante hombre de negocios, estando ambos aún adentro del carro, acariciando gentilmente su mejilla con apego, sintiendo la mojada y fría piel de Blitzø.

Este ultimo reprimió un temblor por parte de su labio, las ganas de llorar querían invadirlo, amarrando cada sentimiento amargo que fuera corromper sus ojos con aquel fluido de tristeza. Stolas supo que era un momento agitado para Blitzø, dejando abrir el seguro de la puerta ya teniendo todo resuelto.

Ambos se bajan, estando uno a lado del otro compartiendo el paraguas, Blitzø levanta su mirada a la vivienda, dándose cuenta de la presencia de las chicas. Esperándolos ansiosas para satisfacer cualquier duda de lo que horas atrás acaba de pasar. Blitzø freno en seco, haciendo que Stolas también lo hiciera.

—¿Qué pasa? — pregunto sin entender el motivo de su parada.

—N-No...quiero entrar...al menos no por ahí — se refería a la puerta principal, sabiendo ya las millones de preguntas que le harían al pobre chico, y era más que claro que no estaba para eso.

—Esta bien — Stolas entendió —pero llévate el paraguas — se lo extendió afreciendoselo.

—No — negó él — ya estoy mojado de todas maneras, y...sigo siendo su guardaespaldas, y no seria uno bueno si permito que mi jefe se mojara. Estaré bien — forzó una sonrisa aparentemente sincera, sin despedirse de su mirada de pena y cansada. Él si que enterneció el corazón del más alto, quería abrazarlo con todas sus fuerzas y no separarse de él, y menos estando así de vulnerable, pero no seria de su agrado, teniendo que aguantar a su lado cariñoso y solo dejarlo ir, y así fue.

Apenas Stolas asintió para dar permiso a su retirada, corrió con gran velocidad a la entrada trasera, tomando devuelta su camino a la entrada principal.

No duro ni cinco segundos adentro cuando ya todas sus empleadas y su hija comenzaron a cuestionarlo con un millón de preguntas. Él tampoco estaba del mejor humor para aguantarse todo eso, se sentía fatal sabiendo como estaba su Blitzy, pero no podía hacer nada, nadie más que Blitzø podía.

—¡¿Que fue lo que paso?! — pregunto Verosika.

—¡¿Donde esta Blitzø?! — interrogo Linda.

—¿Él esta bien? — hablo ahora su niña pequeña.

Stolas solo se limito a suspirar, tomar a su hija en brazos y hablar.

—Todo esta bien, Blitzø esta aquí, en dado caso de que lo vean, déjenlo tranquilo por favor — aclaro serio.

—¡¿Pero donde carajos es-...?!

Antes de que pudiera terminar su pregunta la maestra de canto, se escucho una puerta cerrarse, seguido de pisadas que corrían a toda velocidad hacia un determinado lugar, esto llamo la atención de todos, provocando que las dos mujeres se levantara de golpe al corredor, viendo por una milésima de segundo al pelinegro quien se encerró en el cuarto de descanso.

—¿Blitzø? — pregunto en un susurro la pelimarron.

—¡Abre ya esa puta puerta de una vez enano! — exigía con ira la chica de curvas pronunciadas, tocando de forma agresiva la puerta.

Blitzø muy lejos de hacerle caso, solo miraba desde adentro con desde el ruido provocado por ella, no respondía a nada, no articulaba palabra alguna, solo se sacaba la ropa mojada para evitarse un resfriado.


—¡Alto! — se escucho la autoritaria voz de Stolas — Blitzø no esta para responder sus preguntas, así que hagan el favor de retirar a sus cuartos y dejarlo descansar, ya tuvo suficiente por el día de hoy — ordeno. No teniendo de otra que tener que irse a regañadientes a sus dormitorios.

—¿Blitzø esta bien papi? — Pregunto Octavia siendo cagada por este.

— Si — le contesto inseguro — él solo esta...cansado — mintió — pero ya tendremos tiempo mañana para hablar de eso, ahora es hora de dormir — sentencio cargando a la niña a su dormitorio.

En cuanto al guardia...

Estaba en la ducha, todavía cabizbajo, sintiendo como el agua de la regadera caía en su cuerpo, teniendo una mano apoyada a la pared frente a él. Volvió a temblar, todo lo que había retenido, todas las lagrimas que tenia que tragarse en medio de Stolas y el resto, las dejo caer, sollozando, intentando callar para evitar que alguien lo escuchara, la sangre junto con la suciedad caía al piso con el agua, teniendo como música de fondo el alarido desgarrador del chico.

Salio, se seco, trato sus cortadas para después cubrirlas, y se vistió con su pijama, pensado dos veces antes de abrir la puerta, estando seguro de que no había nadie al otro lado de la misma esperando respuesta, así fue. Corrió a su cuarto, tumbándose en la cama, no pudo comprimir otro sollozo, terminando de llorar a lagrima viva, abrazando a su fiel amigo, Tinta, agarrando con su mano vendada el broche que su hermana le regalo, teniendo la trágica idea de no saber si cumpliría con su promesa de volverla a encontrar. Teniendo ese ultimo pensamiento hacia que las lagrimas y el lamento del chico se duplicara por si mismo.










Es más que obvio que ya todos vimos el trailer de la segunda temporada a lo cual me ha dejado sin palabras, aunque tengo una pregunta para ustedes.

¿Que opinan de Blitzø con cabello?

¿Le queda?

¿O no le queda?

A mi en lo personal, me gusto muchísimo, es más, se asemeja muy bien a la cabellera de este Blitzø versión humano XD



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