Capítulo 22 (Esa forma de ser, es lo que más me enamora de ti, Blitzy)
Continuación:
— Auch, auch, auch, auch — la razón de mi quejadera constante era debido a una cierta niña que no paraba de tocar mi diminuta cortada en mi frente, que era cubierta por una parva curia fina — si sabes que eso me duele ¿Verdad? — le pregunte algo sarcástico, en tanto hablaba conducía a la primaria de la chiquita y ella permanecía a mi lado.
— Lo se, pero es divertido verte quejarte — se reía Via en medio de su respuesta.
Su padre y ella se parecen más de lo que cualquiera podría penar, además de su aspecto físico, a los dos les encantaba joderme la existencia en ocasiones. Llegamos a la escuela de Octavia, que ahora por motivos de seguridad me bajaba con ella hasta la puerta de su salón para dejarla y asegurarme de que estaba bien.
Mi trabajo todavía no termina hay, ahora con la llegada de Max a la familia, mi lista de oficios se le sumo una cosa más, lo cual era pasearlo cada mañana después de dejar a Via en su escuela.
No era algo para nada difícil, y eso era lo que me enojaba. Soy un arma, un agente, un soldado. Alguien que te puede matar con una simple cuchara, que ha pasado por mucho para intentar alcanzar lo que quiere ¿Paseando un estúpido perro? Si fuera un caballo mi animo seria otro, pero no era así. Con correa en mano, sujetando con firmeza al perrito para que no escapara a donde le de la gana, le daba paso normal a nuestra caminata, al rededor de la mansión.
No se crean. Recorrer toda esta mansión tomaba un trayecto más largo de lo que cualquiera pensaría; caminaba y veía con un poco de aburrimiento como el perro seguía su paso y se detenía para hacer sus necesidades.
— Si vas a cagar, hazlo en un lugar que no camine tan seguido — le advertí.
Después de tirar sus desechos en el pasto, prosiguió a caminar, y yo siguiéndole, cuando el vibrante sonido de mi teléfono sonó en mi bolsillo, lo tome y vi que era un número desconocido, dude si en atender o no, pero me decidí en hacerlo.
— Espero que sea algo más interesante que ver cagar al perro de Via — comente demás, atendí la llamada y...— ¿Hola? — la voz de la otra línea fue algo que me dejo sin aliento.
— Hola, señor Blitzø, tiempo que no se de uno de mis mejores reclusos — hablo mi antiguo jefe. Ese mismo viejo que hizo mi vida un infierno en la correccional, no obstante...le agradezco por ponerme mano dura. No por nada estoy donde estoy.
— Hola, jefe — lo salude alegre — si, ha pasado algo de tiempo.
— ¿Cómo le ha ido con los Goetia? — me interrogo curioso.
— Pues todo bien, son una familia un tanto...— pensé la frase apropiada para definirlos — particular...— era lo que mejor me podía expresar de ellos — aunque siento que deberían de pagarme más — comente sonriente.
— Ja ¿Y eso a que se debe? — se escucho su risa — ¿Qué es lo que haces específicamente? — me interrogo curioso.
— Pues además de proteger a todos en esta casa, soy niñero de la hija de mi jefe, paseador de su perro y chofer — sin mencionar ser el esclavo sexual de mi patrón claro...ese es el costo más grande.
— Ya veo, no preguntare cuanto ganas porque no es de mi interés, pero, quiero creer que estás haciendo un excelente trabajo, señor Blitzø — me hablo autoritario como siempre.
— Pfff por supuesto que lo hago, tal vez no fue de mi agrado el estar en este puesto, pero lo que me propongo hacer, lo hago — le hable confiado — de hecho, quería agradecerle por ponerme en mi ciudad natal, señor.
— Sabia que te gustaría, tómalo como un regalo de lastima por no estar con los sicarios, pero, hey, solo espera 10 meses más, es todo.
— Lo dice como si fuera nada — le argumente con fastidio.
— A no ser que te agrade esa familia y te quedes.
— ¡JA! He escuchado y dicho malos chiste, jefe, pero ese es el más loco de todos — respondió entre carcajadas — Nhaa, apenas cumpla con mi jornada de tiempo me iré a la mierda de aquí — y habla caminando con Max a mi lado, acercándonos lentamente a la puerta principal de la mansión.
— Bueno, se ve que estas muy confiado, muchacho, me alegra saber al menos lo decididos que estas — sonreí ante su palabras — Bueno fue un gusto saber algo de ti, señor Blitzø, pero debo volver a mis deberes, así que lo dejo para que usted siga con los suyos, pórtese bien — colgó la llamada, tome eso como un "Adiós"
— Ash, ese viejo nunca cambia — sonreí guardando mi teléfono de vuelta en mi bolsillo. Note a Max poniendo su atención en la puerta abierta de la casa — ¿Qué pasa chico? — le pregunte como si me fuera a responder, mi duda fue contestada apenas la larga y delgada figura de mi jefe se asomo a la puerta. Ese perro había desarrollado una especia de cariño intenso hacia su amo, provocando que saliera corriendo a el, feliz y ladrante, la fuerza fue tal que duplico lo que normalmente un cachorro debería de tener — ¡Max, para! — le ordene en vano, siendo casi arrastrado con la correa aun en mi mano, Stolas poso su mirada en nosotros con sorpresa, y más fue la mía apenas llegamos a su lado, pero no todo acabo hay; como si el perro estuviera en contra mía, empezó a dar vueltas a nuestro alrededor, aun lleno de euforia y contento, sin parar de ladrar, el canido aun poseía su correa de paseo, amarrada en mi mano, esto provoco un gran amarre al rededor de las piernas de Stolas y las mías, pegándonos de tal forma que no existiera palabra alguna del "espacio personal" entre nosotros...lo peor de todo era que el maldito perro se acostó en la parte trasera de los pies de Stolas, aprisionándonos por completo.
— Hola, Blitzy~— me hablo con la misma melosidad de costumbre, pegando su cara a la mía, la sonrisa de ese idiota era una clara señal de que disfrutaba del momento.
Yo no le respondí, de mi boca salían gruñidos de frustración mientras intentaba ejercer fuerza para despegarme del ojos de rubí.
— ¡Ugh, Max levántate! — le ordene, el orejón solo bostezo como si me demostrara lo poco que le importaba mi orden — ¡Max, perro malo, perro malo! — seguía peleando con el perruno animal.
El peliazul, se rio suavemente, le hizo mucha gracias mi ridícula discusión con el perro.
— Hasta Max esta de acuerdo en que nosotros estemos juntos~ — me susurro a la cara.
— ¡Aggh cállese! — le pedí con molestia sin detener mi esfuerzo en querer salir corriendo — que alguien me mate — susurre fingiendo agonía, que sinceramente si estaba sintiendo.
Narradora:
Algo lejos de la mansión Goetia, se localizaba la esposa del propietario de todo. Una Stella muy molesta en un teléfono publico era clara su imagen.
— ¡Menudo asaltadores son! — insulto con rabia y en grito — ¡¿Como demonios se dejaron ganar de un enano de pacotilla?!
— Ese "enano" lastimo a mi compañero — le contesto con desagrado la misma chica de la noche anterior de la pelea en medio de su robo.
— ¡¿Como siquiera fue que se dejaron herir en primer lugar?! — grito aun más fuerte — ¡Y ordene un ataque cuando yo no estuviera, inútiles!
— No nos aviso que era bueno en combate cuerpo a cuerpo...¡Ni en armas! ¡Y tampoco especifico lo ultimo! — le discutió la chica.
Era justo, la señora de cabello rubio claro no les informo de ese detalle a los ladrones contratados, el hecho era más simple de lo que creían...solo no quiera admitir o hablar lo muy bien peleador que es el pelinegro, le era algo muy humillante el solo pensarlo.
— ¡Uyygg, váyanse al carajo, encontrare a otros ladrones más sofisticados que ustedes! — colgó la llamada de un solo golpe, finalizando por fin el trato con aquellas personas.
Lo único que quería eran los papeles de propiedad de la empresa de su marido, no tenia ni la menor idea de donde podrán estar y la desesperación llego a tal punto en contratar a personas que hagan el trabajo por ella, pero se mantendrá al margen después de su fracasado plan...por ahora.
Narra Blitzo:
Ya siendo la tarde se nos fue notificada nuestras presencia en la sala de estar de la mansión, no lo hicimos esperar más parar ir todo el personal de la mansión con la familia ya presente.
— Presentes, se que hemos pasado ayer por una situación un poco difícil ayer, pero es de sumar importancia que sepan esto — hizo una leve pausa mirándonos atento — mañana en la noche daré una pequeña fiesta con el fin de poder intentar llegar a un acuerdo con unos informáticos. Su trabajo como normalmente suele ser, seria ayudarnos en los labores de esa fiesta...dicho esto, no será así — Linda, Verosika y yo abrimos nuestros ojos de la impresión — hablamos algunos asesores y yo, y vendrán con la única condición de traer a su personal de un país extranjero, a lo cual accedí, eso significa que tendrán la noche libre mañana apenas comience la celebración — explico su pensado — claro que, tendrán que estar al pendiente si necesitamos algo de ustedes...de igual forma se le será pagado la noche de mañana ¿Alguna pregunta? — nos cuestiono nuestras posibles dudas en nuestra cabeza. Yo tenia una.
Levante mi mano, expresando mi desconcierto.
— ¿Si Blitzø? — sonrió sutilmente al verme. Fruncí un poco el ceño.
— ¿En donde nos quedaremos los tres entonces para estar al pendiente de algo, pero sin molestar a nadie? — le cuestione mi interrogante.
— Ustedes se quedaran en su cuarto de descanso — me hablo fríamente Stella.
Ya me lo esperaba, asentí para ya tener todo muy bien en claro.
Linda volvió con el aseo de la casa, dejándonos a Verosika y a mi al mismo cuarto en el que baño y me visto.
— ¿Crees que vengan muchos millonarios apuestos a esta fiesta de mañana? — me pregunto Verosika sentándonos en las sillas del cuarto, era clara las intenciones de esa rubia.
— Si tanto te quieres coger a un "apuesto" millonario hay está Stolas — hable con sarcasmo y burla, se que yo era el "encargado" de hacerlo, pero si soy sincero, me vale una mierda si coge con otra persona o no.
— Ni de chiste, su mujer está desquiciada, y no estoy lo suficientemente desesperada como para arriesgarme de esa manera — me expuso su explicación.
Tal parece que yo si estoy lo suficientemente loco como para acostarme con Stolas.
— Mmggr, sabia decisión — acomode mis manos detrás de mi cabeza estando todavia sentado, simulando un soporte en mi torre — creí que pensabas por tu panocha — cerré mis ojos con una sonrisa, inclinándome solo un poco en mi asiento.
— Por favor, los hombres son los que suelen pensar más con sus penes, y más cuando son cortos — me señalo, dándome a entender algo.
— ¿Qué me estas queriendo decir, zorra? — abrí mis ojos para después entrecerrarla en forma de amenaza.
— Admítelo, Blitzo, a juzgar por tu tamaño no creo que llegues ni a los cinco centímetros — sonrió burlesca.
— Solo soy un par de centímetros más bajo que tu y como una vez me dijiste, Vero..."No me hagas meterte a ese baño, y hacer que te tragues tus palabras" — no se como pero lo ultimo me salió un tanto seductor.
— Bien — se levanto sin pensarlo más.
— ¿Que? ¿En serio? — me pare recto ante su respuesta.
— No soy una gallina y penosa como tu, Blitzo — me tomo de una de las solapas de mi traje, empujándome con fuerza dentro del cuarto de baño — ahora, muestra eso que tanto presumes tener — hablo confiada, sentándose en la tapa del inodoro cerrado con las piernas cruzadas, yo arque un ceja, tragando saliva. No puedo creer que me vea en un momento así solo porque me lo dijo ella.
(...)
No me tomo más de un minuto en cerrarle la boca o mejor dicho dejarse abierta pero silenciada, el crujido de mi cremallera bajarse fue lo único que se escucho apenas los dos estábamos en el baño. Saliendo del mismo nos volvimos asentar, pero ahora con la diferencia que existía una rara y fuerte tención entre los dos.
— Te dije que te comerías tus palabras — volvió a hablar pero ahora triunfador, volviéndome a la posición de antes — pero será mejor que cierres la boca o comerás algo más que tus simples y absurda argumentos — le aconseje todavia con orgullo. No se en que momento se le hizo un gran sonrojo en la cara de Verosika, ocasionando que eventualmente se levantara sin decir todavia nada para irse a no se donde carajo — Sip, le hice tragarse sus palabras jeje — hable solo, el silencio que había reinado en toda la habitación, se esfumo al escuchar nuevamente el sonido de mi celular, lo saque y ¡Puta madre! Era Stolas, así de flojo será que le da un chingo de pereza el solo bajar para hablarme — Diga — hable sin mucho entusiasmo.
— Oh Blitzy~ necesito de tu asistencia en mi oficina, por favor — rodé los ojos con notoria vaguería.
— Ya voy — colgué la llamada para zarpar justo a donde mi jefe me indico, ya me estaba acostumbrando a todo esto.
Era como si su despacho fuera el infierno mismo, y yo como toda alma en pena camine de abajo hacia arriba, ya me acoplaba cada vez más al llegar hacia el...supongo.
No toque la puerta, solo un completo imbécil tocaría en un lugar al que fue llamado, pase sin ánimos como ya era de costumbre.
— ¿Para que me necesita, señ-...? — me callo con solo pasar un segundo en su oficina, estaba el muy bastardo escondido detrás de la puerta, esperándome, así acorralándome y cerrando la puerta con seguro en el acto, callándome también con sus labios en mi boca. Me pego más a su cuerpo contra el mío, presionándome contra la portería, sin darme tiempo si quiera hablar, intente seguirle como pude el beso, sobra decir que su forma un tanto hambriento y agresiva provocaba que me sacara todo el oxigeno que me quedaba.
Tome su rostro con mis manos, intentándolo apartar un poco para poder respirar.
— ¿Qué...mierda?~ — fue lo único que pude decir primero sin dejar mi respiración agitada.
— No hables~ — me ordeno en susurro — volviendo a chocar nuestras bocas — ¿Sabes lo difícil que es tener que verte sin poder hacer nada?
— No lo se...nunca me he culeado por alguien — fruncí el ceño con fastidio.
El me sujeto de mi cara y nuca, forzándome otra vez en besarlo, al menos me dejo tomar aire por un momento. Entre beso pasaba sus manos por mi pecho, abdomen y...mi trasero, gruñí al sentir su tacto, no se si era de molestia o excitación; para estar en paz con mi conciencia, me inclino a lo primero. Una pequeña gota de sudor bajo por mi frente, estar en este tipo de momentos me ponía muy nervioso.
— ¿Te haz enamorado alguna vez, Blitzy? — me formulo esa interrogante mi superior después de comerme a besos. Poco a poco retrocedía, haciéndome caminar con el
— Jamás — respondió sin titubear y con desinterés.
— ¿Cómo estás tan seguro? — alargo su sonrisa en medio de la pregunta. No se en que momento ya me encontraba sentado en el escritorio de Stolas.
— Porque se que me comporto como un idiota, pero no a tal grado del amor para actuar como un imbécil — enserie mi mirada y mi habla. Stolas apoyaba sus manos en la superficie de la mesa en donde me encontraba sentado, justo a lado de mi cuerpo en cada costado, me asechaba con un depredador — y se que nunca caeré en esa mierda — le afirme seguro.
— Jum~ yo siempre decía que nunca iba a contra a alguien tan hermoso que me volviera loco, pero, ¿Qué crees?...lo tengo justo frente a mi — acerco más su rostro al mío, entrecerrando su mirada llena de lujuria.
Soy escurridizo. Con solo bajar mis piernas de la superficie alta, me agache debajo de Stolas para posteriormente salir entre el medio de el y ahora encontrarme a su espalda. Liberando de una puta buen vez de ese hostigamiento.
— ¿Me mando a llamar para solo devorarme o que? — pregunte ya arto, el volvió a sonreír.
— No, te llame para informarte de algo, querido~ — busco pegarse a mi otra vez, retrocedí a paso lento para intentar evitar ese contacto, pero era difícil — mañana cuando la fiesta empiece, buscaras a un par de amigos que por desgracia se les accidento su auto ¿Podrás mi lindo guardaespaldas? — adorno su cara con una expresión recargada de ternura y excitación.
— Soy su empleado, lo que usted me pida, lo tengo que hacer — le comente como si eso lo debería de saber, y es que era así.
— ¿Y si te digo que me la chuparas aquí y ahora, lo harías? — se mordió su labio inferior.
— Como no tiene ni idea, jefe~ — le seguí un poco el juego, intentando imitar su mismo tono coqueto, su cara de sorpresa no tenia palabas, y menos su notorio sonrojo.
— ¿En serio?~ — me pregunto feliz intentando reafirmarlo.
— Claro que si — pase con la ñema de mis dedos su pecho, bajando hasta su abdomen, claramente sobresaltándolo — ¿Pero sabe una cosa, jefe? — cuestione fingiendo inocencia, así jalando su cara, forzándolo a que se agachara un poco a mi estatura, incluso un poco más abajo que yo — no ha terminado el mes, así que hasta entonces, se va a tener que aguantar~ — le hable como si fuera un niño pequeño negando le algo, para después soltarlo y salir por donde vine, me importaba un carajo si me daba el permiso o no.
Narradora:
El de cabellos azules, se acaricio asimismo su rostro, justo por donde Blitzø lo había tomado, una sonrisa amorosa se dibujo en la cara de Stolas, en medio del silencio de su despacho y el calor de su cuerpo suspiro de una forma enamorada.
— Esa forma de ser, es lo que más me enamora de ti, Blitzy — hablo para el, como si fuera una confesión hacia el nombrado de forma adorable; sin dejar de pensar en el, roso su mejilla con la mano, sin poder quitar el tono tan rojo de sus pómulos y nariz.
Se que me he estado tardando un poco pero, no se, tengo la mala costumbre de que no termino una historia para empezar con otra ¡Aahgg! soy de lo peor, pero bueno, yolo.
Quiero aclarar un cosa y es que voy a nombrar de seis en seis en cada capitulo a ciertos usuarios que quiero darles las mil gracias por todo el apoyo que me brindan cada día, si tu eres una de ellos y tu nombre no aparece, no te preocupes, en el próximo capítulo aparecerás, todos y cada uno. Ok el turno de hoy les toca a:
@Rotten_Rapunzel
@Roman620
@Thejoking205
@un-usuario-subnormal
@vale_12737
@SamyArmindaGandarill
No tengo las suficientes palabras para expresarles mi infinita gratitud y alegría a ustedes, ver sus comentarios y votos hacen que cada esfuerzo valga la pena. un millón de gracias o(≧∀≦)o
PD: Al fin, he llegado a la humilde cifra de 100 seguidores, se que para muchos es nada, pero para mi es un gran paso como escritora, y todo se lo debo a ustedes. Me gustaría tener a todos esos 100 usuarios delante de mi para darles un gran abrazo y agradecerles por darme una oportunidad en este mundo de la lectura :D
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