Capítulo 15 (Blitzy)
continuación:
Un maldito dolor de cabeza se hizo presente en mi, no tenía ni la menor idea de que hora era, ni siquiera escuche mi alarma; así de pesado habrá sido mi sueño. Tenía que levantarme, pero estaba tan favorable durmiendo, tanto que no recuerdo lo cómoda que era mi cama...y espaciosa, eso se me hizo más extraño. Abrí lentamente mis parpados con forme me acostumbraba a la oscuridad de la habitación, y en esa precisa coyuntura, me había dado cuanta que algo estaba terriblemente mal, mi habitación no era para nada enorme, y fijar mi mirada a las paredes y al techo bastante espaciosos me hacía sentir perdido, tampoco mi cuarto tenía una gran decoración, y estoy en uno que la elegancia se gritaba por todo el espacio.
Decidido a saber que carajo pasaba, me senté en mi cama. Mierda de verdad que esta cama nunca antes la había recordado tan cómoda. Me frote mis ojos con mis puños, expulsando un vibrante bostezo para rascar mi cabeza y tener las ideas más claras.
Sentí un bulto de mi lado con mi mano, ocasionando que volteara mi cara para fijarme bien que carajo era, pero de todo lo que pude imaginar valió mierda al ver como era mi jefe durmiendo placenteramente, volví a girar mi cabeza despreocupado hasta que al fin mi cerebro pudo procesar el momento, y mi sentido común pudo prenderse.
Solté un quejido del susto y asombro, tapando mi boca para no ser escuchado por este, mis ojos no podían creer lo que presenciaba
¡¿Qué mierda fue lo que hicimos anoche?!
La pregunta era más que obvia, pero intentaba negarme, hasta que mire debajo de las sabanas mi desnudes y la suya...
"Tranquilo, Blitzø. Tal vez solo nos quitamos la ropa y tuvimos una guerra de almohadas y por eso es que me quede adormir en el cuarto de mi jefe...¡¿A quién engaño?! ¡Estoy todo pegajoso de sudor y otros fluidos que no quiero nombrar!"
Tenía que salir rápido de ese lugar, al intentar moverme con cuidado, una incomodidad dolorosa se mostró en mis caderas ¡Maldición me dolían demasiado! Y no hablemos de mi trasero...
Como pude me bajé con total lentitud de su cama. Busque difícilmente mi ropa gracias a que el cuarto se encontraba en total oscuridad, y ni de chiste encendería las luces. Encontré primero mi camisa blanca de vestir, me la coloque apenas la tome, así poco a poco fui vistiéndome, no estaba de lo más presentable, pero al menos tenía todas mis pertenencias y me cubría como pude, tome mis zapatos negros con mi mano derecha, para salir en medias con la finalidad de hacer el menor ruido posible, con cada jadeo de miedo que daba podía oler mi asqueroso aliento alcohol. En un espejo que estaba en el cuarto pude verme y sip, pareciera un vagabundo de lo mal que me vestí, mi corbata muy mal amarrada, mi camisa desabotonada de la parte de mi pecho, todo estando un poco arrugado, mi cabello estaba despeinado y echado hacia adelante, tapando mi frente por ello.
No perdí más tiempo y abrí con sumo cuidado la puerta, rechino un poco, pero pude abrirla sin despertar a Stolas, cerré la puerta para echarme a correr a mi dormitorio, no sabía que hora era, provocando que mirara mi reloj de muñeca.
- ¡¿Maldición las 6:25am?! ¡Me levante tardísimo! ¡¿Pues a qué hora nos dormimos?! - me pregunte a mi mismo aun corriendo a mi cuarto, y fue ahí donde un doloroso flashback se reflejó en mis recuerdos de la noche anterior.
~...~
Los dos hombres estando bajo los efectos del alcohol, no pensaban con exactitud las consecuencias de lo que podría pasar después, pero ya empezando su acto íntimo no pudieron parar.
Stolas se levantó de Blitzø sin despegarse de su boca, para jalarlo de su corbata, dirigiéndolo a su cama. Se separaron por la falta de oxígeno, pero velozmente el más grande empujo al otro en la cama, posicionándose encima de este para volver atacar sus labios. Blitzø sin negar nada seguía a su jefe, no teniendo del todo con claridad, pero sin darle mucha cabeza al asunto.
Con desespero en su beso, el peliazul se deshizo de la corbata negra de su guardaespaldas, acto seguido para despojarlo de su saco negro, abriendo con fuerza los primeros botones de su camisa blanca. El jefe de todo tampoco se quedó atrás, retirándose así mismo de su propia ropa para estar sin su ropaje superior, tocando descontroladamente la hombría de Blitzø.
~...~
- ¡Grrr! - gruñe frotando mi rostro con mi brazo por recordar eso, sin duda lo habíamos hecho, pero ¡¿Por qué mierda me deje llevar?! Y lo peor de todo con mi propio jefe.
Estaba a punto de llegar al cuarto de descanso para bañarme de inmediato, pero como la vida a veces simplemente quiere joderme la existencia, me tope con la sirvienta de la casa.
- ¿Blitzø? - me miro confundida apenas me vio mi aspecto desordenado - ¿Por qué esta así y de dónde viene? -
- Y-Yoo...- tartamuda nervioso, no podía decirle que estaba en el cuarto del jefe teniendo sexo por despecho y de una gran borrachera - me...quede dormido...con ropa, si, si, me quede dormido con mi uniforme puesto porque estuve muy candado ayer - me acercaba lentamente a la puerta - yyy ahora tengo que alistarme porque ya se hizo tarde, adiós - no le di ni tiempo a que me respondiera después de cerrar con fuerza la puerta.
Suspire con miedo pero a la vez más tranquilo, me desvestí para darme un merecido baño y...¡NO MAMES! Al mirarme en el espejo sin ropa, vi como mi cuello estaba repleto de chupetones...
Otro flashback cubrió mi cabeza con fuerza. Carajo no de nuevo.
~...~
Ya los amantes de esa noche estando sin ninguna prenda encima, se besaban con más apego, las manos de Stolas acariciaban cada cicatriz del cuerpo al descubierto de Blitzø, le era fascinante, como un sueño hecho realidad, estaba tan feliz de al fin poder sentir y besar el ser que tanto ha llamado su atención, se arriesgaría de decir que le gusto como loco al primer día que sus ojos se toparon con los de el.
El beso llego a tal intensidad que Blitzø sentía que se ahogaba, Stolas lo noto y se alejó de su boca para empezar a besar y morder su cuello, el pequeño guardaespaldas exhalaba el nombre de su superior, era como si una corriente eléctrica de placer lo invadiera, y de un momento a otro ya empezó todo.
- ¡Haaa~! - resonó un gemido de la boca del peliazul, tomando de los hombros al ser que estaba dentro de el. Blitzø seguía perdido entre el licor y el placer, para nada siendo una buena mezcla si se enriendan entre empleado y jefe, pero nada tenía sentido o cordura en las mentes de ellos, nada estaba precisamente claro.
Blitzø después de tener la orden de que ya podía moverse, le tomó la palabra muy enserio para comenzar con su vaivén de su cuerpo. Progresivamente el volumen y velocidad empezó a incrementar, sacándole suspiros roncos al pelinegro con cicatrices por todo su cuerpo.
- ¡Haayy!...- seguía gimiendo sin cesar - ¡B-Blitzø hoo~! - una euforia carnal corrió por el cuerpo del patrón de la casa, ocasionado por un simple empleado de su mandato.
El nombrado mordió con fuerza su labio inferior, de vez en cuando era que gemía por su tacto. Un gruñido salió de lo más profundo del moreno, al sentir como Stolas dejaba profundos rasguños en su espalda que sin duda después le arderán.
Una vez que ya Blitzø no pudo más y dejo su esencia en su jefe, los papeles se cambiaron y ahora el de las cicatrices era el que gritaba al sentir como su jefe se adentraba en el.
- ¡AAHH MIERDA!~ - grito cerrando sus ojos y arqueando su espalda, dejando a la vista la grandes tiras rojas que Stolas había dibujado en el.
- ¿Me detengo~? - pregunto el de cabello azul al ver como el pequeño se retorcía de dolor.
- ¡No...~! - dijo casi en suplica, mordiendo la almohada delante de el para callarse un poco al volver a reaccionar a la actividad del más alto.
Maldecía y una que otra vez lo insultaba por lo grande que era y el dolor junto con el placer que le dejaba experimentar, pero Stolas muy lejos de ofenderse lo impulsaba más hacerlo, lo excitaba aún más...
Cambiaron de lugares, posiciones y papeles por toda la noche y parte de la madrugada, dejando al par muy exhaustos por el desenfrenado encuentro sexual que hace poco minutos tuvieron.
~...~
Como lo recordé...los rasguños me quemaban con el agua que pasaba por mi cuerpo en la ducha, pensando en todo lo que ocurrió y en como poder solucionar todo esto...
¿Cómo se supone que vuelva a ver a mi jefe ahora? No pedo mirarlo a la cara sin apenarme, ni siquiera puedo recordarlo sin enrojecerme...eso no era lo peor, podría enojarse y ahora si despedirme.
Salí, me seque y me vestí para empezar el día como si nada, me peine de costumbre, me lave la boca, me aplique de mi colonia para similar que mi conciencia estaba en paz, pero justo al abrir la puerta del cuarto me encontré con la última persona que quería ver...
- Blitzø~- me llamo mi jefe estando cara a cara de mi...mierda.
-¡J-Jefe! - volví a tartamudear asustado y nervioso, estaba vestido nada más por su bata de baño roja, tapando su desnudez.
- Necesito que vengas a mi oficina, ahora - hablo autoritario para darse la vuelta y subir al lugar, yo sin más remedio subí obedeciéndole.
Al entrar a dicho cuarto de negocios, no pude evitar sentirme tan apenado e incómodo estando a solas nuevamente con el.
Se sentó en su silla tras a su escritorio, no me parecía que su vestimenta era la apropiada si quiera hablar de algún tema "formal" conmigo.
- ¿Qué fue lo que paso ayer, exactamente? - me pregunto serio.
Yo estaba de pie frente a su escritorio y claro...a el.
- N-No estoy seguro, señor - jugué con mis dedos - pero lo que puedo recordar es que...usted estaba triste y solo en su cuarto, lo fui a ver para visarle que ya había llevado a su hija a su reunión, me pidió que me quedara, le hice caso, tomamos un botella de vino, empezamos hablar uno del otro y...- me calle de la pena al tener que contar lo que seguía.
- Prosigue - me ordeno, escuchándome atentamente.
- Y-Y...me beso - sentí arder mi cara, trague saliva para seguir hablando - yo...le seguí el beso, una cosa llego a la otra y...ha- suspire frustrado, frutando mi cara de la vergüenza por decir lo que seguía - y...terminamos en su cama~- lo murmure tan despacio entre dientes que casi ni se me entendió.
- Perdona, pero no te entendí ¿Puedes repetírmelo? Por favor~ - giro un poco su cara como si estuviera posicionándose mejor para escucharme.
- Que terminamos en su cama~- volví a susurrar, pero ahora solo un poco más alto.
- ¿Qué que? No te oigo~- dijo sonoramente. Podría jurar que vi una pequeña sonrisa en su cara y su voz se escuchaba algo alegre. Es como si estuviera burlándose de mi el muy bastardo.
- Terminamos en su cama - lo dije a lo bajo, pero ahora ya no en murmuro.
- ¿Terminamos en qué?~ - arqueo una ceja complaciente, el maldito ahora si sonrió.
- ¡QUE TERMINAMOS EN SU CAMA! - vocifere arto de su juego - ¡Nos acostamos! ¡Cogimos! ¡Follamos! ¡Tuvimos sexo! - le grite todos los sinónimos posibles para que lo entendiera a la perfección - ¡Yo entre en usted, y usted en mi! - estampe mis manos contra su escrito molesto frunciendo el ceño cerca de el.
Aun me sigue doliendo el culo por cierto...
- Y si fue así...- se levantó de su asiento, quedando más alto que yo, enseriándose, me asuste, este men me despedirá - ¿Por qué te fuiste entonces? ~ - me pregunto con ternura, relajando su mirada en mi, tomándome del mentón como si buscara a besarme otra vez.
Me aparte de la sorpresa apenas escuche lo que dijo...¿Si estoy oyendo bien?
- ¡¿Que?! - solté sin recelo alguno.
- ¿Cuándo volveremos hacerlo? ~- intento abrazarme pegando su cara a la mía - Hace mucho que no dormía tan a gusto...Blitzy~ - me nombro en ese particular apodo de cariño que logro ponerme totalmente nervioso.
- ¿Qué carajo está pasando? - pregunté perdido mientras el solo me abrazaba, no le correspondí el abrazo por el trance que levemente tuve. Me separe de el ya cansado de su melosidad - ¡Espere, espere! - lo frene - Lo nuestro de ayer fue simplemente un error...estábamos ebrios y solitarios - le exprese mi pensar - Olvidemos lo que paso ayer, por favor. Por el bien de ambos - retrocedí para salir de su oficina sin importarme lo que opinara el.
- ¿Y ni siquiera por un trato? ~- hablo confiado, haciendome parar.
- ¿Qué? - giré mi cara con duda - ¿Qué clase de trato? - volví a cerrar la puerta, llamando mi atención.
- Uno muy...placentero~- susurro con lujuria en su habla acercándose a mi otra vez - si me acompañas en mi soledad, y me complaces como ayer una vez cada mes~- tomo mi rostro con cuidado, mirándolo a los ojos - te daré el doble de lo que te pago...y no solo eso, puedo dar buenas referencias a los señores del reformatorio para que cuando pase tu año...puedas tener buenos honores cuando trabajes de lo que quieras~- susurro con delicadeza en mi oído.
Cada vello de mi se erizo...era todo lo que quiera alcanzar en este mundo, una buena calificación para salir de aquí sin ningún problema, y el dinero era tan tentable, y todo eso nada más por hacer mi trabajo y acostarme una vez al mes con mi jefe...sonaba como un trabajo de prostitución, pero solo sería con el y nada más con el...
Una parte de mi dice "¿En serio estoy pensando esto?" pero otra parte me grita "Acepta el maldito trato, imbécil"...estaba indeciso.
- ¿Qué dices entonces? - me pregunto Stolas sacándome de mis pensamientos - ¿Aceptas? ~- me ofreció su mano.
-...- Cerré brevemente mis ojos, para abrirlos y poniéndome serio, tome su mano con confianza - ¡Acepto~! - dije con determinación.
Y cuando creí que no podría ir más abajo...lo logre, me puse en la penumbra total de mi orgullo en esta casa...pero al carajo, tendré 14.000 dólares al mes, y saldré de aquí sin ningún problema. Díganme lo que quieran, pero el que no hubiera aceptado este trato sería un reverendo estúpido. Y al menos Stolas también podría zacear mi apetito sexual que debes en cuando tengo que calmar con mi mano en el baño.
- Que bien~- sonrió contento.
- Ahora... ¿No tengo que firmar una especia de contrato o algo así? - interrogue apartando mi mano de el.
- Mmgm~ tengo algo mejor en mente~ - dijo lascivo mordiéndose el labio.
- ¿A si? ¿Y cuál es? - pregunte para esperar su respuesta...creo que me arrepentiré de preguntar eso con solo notar la mirada llena de picardía de Stolas acercándose más a mi - Ho mierda - susurre con nervios.
Ok...no importa cuantas veces yo diga que me tomare un descanso, siempre termino escribiendo porque me da la gana...soy un desastre jajajaja.
Ok...no importa cuantas veces yo diga que me tomare un descanso, siempre termino escribiendo porque me da la gana...soy un desastre jajajaja.
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