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Capítulo 14 (No quiero estar solo)

Continuación:


Les juro por mi caballito, Tinta, que estaba a punto de explotar por el parloteo de la hija de mi patrón con forme la llevaba a la escuela a ella y a Stolas.

- ¡Vamos a comer tanta azúcar que los dientes se nos caerán, y veremos muchas películas de terror que no podremos dormir en semanas! - lo decía con total euforia y alegría la pequeña Via - ¡Estoy muy contenta por mi pijamada de hoy!

La señorita, Octavia ha estado planeando por tres semanas esa dichosa reunión con sus amigas, sin contar un par de días que paso rogándole a su padre para que la dejara ir, era tanta la insistencia que tuve que ayudarla en eso, pero lo hice para callarla, no porque usara su típico "Como tu jefa, necesito que me ayudes..."

- ¿Cariño estás segura de ir a esa pijamada? - cuestiono Stolas a Octavia.

El muy zángano se ha vuelto demasiado sobre protector después del incidente de su hija y yo en el puente, pero ya sintiéndose más tranquilo al saber que el sujeto estaba tras las rejas.

- ¡Por supuesto, papá, nada en el mundo me hará cambiar de opinión! - dijo segura.

Demonios esta niña si que saco el carácter de su madre y de su padre...no se si eso sea una buena combinación.

Al llegar a la escuela de Octavia, se despidió de nosotros y se bajo.

- ¿Tiene alguna cosa que hacer jefe? - pregunte arrancando el carro.

- No en realidad, solo llévanos a casa, por favor - me pidió con algo de aflicción.

- Como ordene-

En todo el camino no dijo nada, eso me puso más atento a el. Stolas es de esas personas que siempre tiene algo que decir o de que hablar, y su silencio ya se estaba volviendo intrigantemente raro.

- Señor...con todo respeto, no tiene que preocuparse por su hija, ella estará bien en su pijamada de esta noche - intente reconfortarlo.

- Lo sé, hable con los padres de la hogareña y la seguridad está más que calificada, los guardias son unos profesionales, pero con solo estar en la escuela ya siento que me hace falta y ahora estar toda una noche fuera de casa me pesa más~ - me respondió con ya notoria pesadumbre.

- Jefe, tiene que aprender a dejar ir a su hija poco a poco - le aconseje - ella algún día será una adolescente y querrá salir más, así que si yo fuera usted, ya tendría que asimilar eso-

- Ha~ - suspiro - gracias, Blitzø...pero...sin ella me siento tan solo~ - miro por la ventana de forma deprimida.

Se lo que es la soledad...ese oscuro manto que te arropa y apenas llegas a este mundo...

No le respondí nada, tal parece que nada lo hará cambiar de al parecer, lo importante era saber que Via tendrá su noche de niñas y que este padre, poco a poco aprenda como a dejarla ir.

- Lo siento...debes pensar que soy un mal padre - volvió hablar mi jefe aun en melancolía.

- No es un mal padre, he conocido peores...al menos usted no se quiere alejar de su hija, el mío literalmente me hecho de la casa - lo dije como si fuera nada, sin demostrar que enserio me dolía.

- ¿Verdad? Como lo siento-

- No se preocupe, ya paso, pero a veces le agradezco por eso, si no lo fuera hecho, no me hubiera convertido tan fuerte como ahora - sonreí un poco.

- Y tu y yo no nos fuéramos conocido~- volvió su tono de siempre.

- También - le di la palabra.

[...]

Narradora:

Todo transcurro con total tranquilidad, Se hizo de noche y Blitzø llevo a Octavia a la gran mansión en donde se quedaría a dormir juntos con sus otras pequeñas amigas.

- Maldición ¿Todos sus amiguitos son ricos? ~- pensó el pelinegro después de aprender la lección de nunca decir malas palabras frente a Octavia.

- ¡Siii, será la mejor noche de todas! - celebro la pequeña en la parte trasera del carro.

- ¿Te doy un consejo? Nunca te duermas de primera si no quieres que te pinten la cara - la asesoró sonriente.

- ¡Jajajaja! Gracias por la información-

En la mansión Goetia:

La "pareja" estando ubicados en la oficina del señor ya irritado por el comportamiento de su esposa.

- Ya no quiero pelear más del tema, Stella - hablo fastidiado el hombre.

- ¡Tampoco es que me agrade discutir de estos temas contigo, Stolas, pero ya me estoy cansando de toda esta mierda!

- Si no querías, me fueras dejado acompañar a Blitzø para llevar a Octavia a la casa de su amiga - le respondió sin ánimos el peliazul.

- ¡¿Si quieras me estas prestando atención?! - chillo alterada - ¡Es justamente de el quien me quejo!

- Blitzø es un buen empleado, Stella - lo defendió frunciendo el seño - no entiendo tu terrible rencor hacia el-

- ¡Los demás guardaespaldas de mis amigas son más intimidantes que ese enano! - se justificó - ¡Dijiste que contratarías a el mejor de ese reformatorio!

- ¡Es el mejor, tu misma lo escuchaste de Erikc, he incluso nos los demostró cuando llego a esta casa o cuando salvo a Via! - alzo un poco más la voz.

- Si fuera protegido a Octavia de verdad, no se lo hubieran llevado en primer lugar-

- El no es Dios para saber lo que pasara en cualquier momento - le contradijo.

- El no creo en Dios, estúpido. Es un maldito ateo incluso, que ejemplo le puede dar nuestra hija, solo mira sus papeles.

- El no se mete en nuestra religión-

-¡AGGHH YA ME ARTASTE! - grito desesperada - ¡No sé porque te complace tanto tenerlo aquí!

- ¡Y no entiendo tu incomprensible rabia hacia el! - vocifero un poco más fuerte.

- ¡¿Sabes qué?! ¡Al carajo, yo me largo! - dijo saliendo de la oficina - ¡Vuelvo mañana! - le aviso para dar un portazo he irse.

Justo al salir Stella, llegaba Blitzø después de dejar a Octavia en su fiesta de noche.

Narra Blitzø:

- ¡Quítate! - fue todo lo que escuche al ser empujado por la fastidiosa de Stella.

Caí de trasero con mis manos en la superficie.

- ¡Auch! - solté con rencor.

Literalmente no puedo pararme en cualquier parte de la casa sin que ella o me mire mal, me empuje o insulte...me recuerda tanto a mi antiguo jefe de la infancia.

Entre a la casa para ir a donde Stolas, pero no estaba en su oficina, arquee una ceja dudosa ¿Dónde rayos estará? Me pose en su aposento, la puerta estaba entre abierta, dándome una clara vista de un Stolas con un gesto de suma tristeza, con una botella de vino en una mesita frente a el sentado en un mini sofá con una copa en la mano tomándola, me miro apenas abrí un poco más la puerta.

- Lo siento, solo venia avisarle que ya deje a su hija en la pijamada, pero veo que está ocupado así que...yo mejor me voy - dije algo incómodo para caminar lento y alejarme.

- No~ - me detuvo con su orden - por favor quédate...no quiero estar solo~- me hizo una seña con la mano que podía pasar en su dormitorio.

No estaba seguro si hacerle caso o no, pero ese vino se veía deleitable y tenía mucho tiempo que no bebo, por ello no desaprovecharé esa oportunidad, e incluso es mi jefe, era claro que tuve que hacerle caso de igual manera.

Entre a su cuarto con algo de pena, aunque ya estuviera en esta casa por un mes y medio, nunca antes me vi en la necesidad de entrar en esta parte. Me senté justo a lado en donde el estaba, observando cómo se acercaba a mi con otra copa en su mano, poniéndola en la mesa para llenarla.

- ¿Tuvo otra discusión con la señora Stella? - pregunte solo para romper el incomodo silencio.

- Siii, ya ni siquiera me molesto como antes, se ha vuelto algo tan habitual en nosotros - me respondió dándome la copa llena de la bebida rojiza para empezar los dos a consumirla.

- Me la encontré en la entrada, mi trasero no está muy feliz de hecho - tomé un sorbo del vino tras decir mi encuentro con algo de broma.

El rio y yo también, se me hacía más fácil verlo feliz que triste.

- Perdona por eso, ella es tan, ha~- suspiro en medio de su explicación.

- Siii, ni yo sé lo que sea ella - volví a tomar - pero algo si es seguro y es el hecho de que me odia - tome otra vez más, estaba muy bueno - pero que importa, un integrante más a la lista de personas que quieren acabar conmigo, no es para tanto - mofe para volver a tomar.

- Ja, eres tan carismático, Blitzø~ - tomo de su copa algo rápido.

Terminamos nuestras copas y Stolas volvió a servirnos. Retomamos nuestra bebida de golpe, esa mierda estaba tan buena que no me preocupe por un momento el grado de licor que conservaba.

(...)

¡Carajo! Maldigo mi yo de hace media hora por no haber parado de tomar...pero no me culpo. como dije antes, esta mierda estaba tan buena que incluso el distinguido de mi jefe ya hablaba tan bobamente que me hacía tanta gracia.

Su sonrojo de la borrachera era tan notable por su piel pálida, su ropaje estaba algo desecho, tirando su saco azul, para quedar solo en su chaleco rojo y su camisa blanca. Yo aún permanecía intacto en apariencia, pero en conciencia estaba absolutamente jodido, el calor irrumpió mi armadura esquelética, afloje un poco el nudo de mi corbata, sentía que me estaba ahogando.

- ¿Tomas de está mamada cada vez que te sientes solo? - le pregunte con confianza. El alcohol provocó una exorbita cantidad de endorfinas a mi cerebro, produciéndome una gran cantidad de bienestar, no una buena combinación si estamos hablando de mi a lado de mi jefe.

- No tanto...como dije antes, mi muchulita me quita la soledad cuando pasamos tiempo de caridad de padre e hija, pero ahora con *hip* estos problemas con mi esposa y demás amenazas por ella si no cumplo sus caprichos... – bebió de su copa – me hizo un gran vacío y miedo en mi interior que intente llenar con esto – señalo la botella, que por cierto ya estaba vacía.

- Pude notarlo...*hip* debería encontrarse alguien, jefe...alguien con quien chingar para que calme su soledad – tome la última gota de mi copa,

- Jum~...al menos me acompañaste aquí hoy, Blitzø~- se sentó un poco más cerca de mi, en ese instante gracias a la borrachera, no le vi nada de malo a su sumo acercamiento a mi, de hecho, su soledad me recordó a la mía, creyendo por un momento que nos teníamos el uno al otro para acompañarnos...sin duda tomé demasiado para pensar estas cosas - ¿Qué me dices de ti...Blitzø? - Pego su cara a mi hombro, estando muy cerca de mi rostro.

- ¿Yo?...lo *hip* más interesante de mi es...que trabajo para un puto millonario que resulta ser usted – el alcohol estaba tan incrustado en mi cabeza que no me dejaba comportarme de manera formal y educada como siempre lo hacía ante el, y más bien ahora solo me comporto como mi yo de verdad.

- ¿Y ese jefe tuyo es guapo? – pregunto siguiéndome el juego.

¿Querrá saber mi opinión sobre el?

- ¿Le digo la verdad jefe? – lo encare muy cerca de el, su cabeza aún seguía en mi hombro mirándome fijamente esperando mi respuesta - si...lo es - el calor incremento sorprendentemente al decir eso - si que lo es jefe, aquí entrenos...usted es muy atractivo~ – entre cerré mi vista, su aliento a licor chocaba en mi cara.

- Que grata...casualidad – la comisura de sus labios rozo con la punta de mi nariz – porque yo también opino lo mismo de ti~...- pego su frente con la mía.

La sustancia de ese vino, desecho cualquier rastro de coherencia y lógica en nuestros seres, nuestras voces eran respetables para cualquier par de ebrios en una noche de peda. Incluso de las peores de las ideas en esas circunstancias para los dos era muy buena, sin importar lo arriesgado o fatiguico que podría terminar; como brincar de un árbol, y caminar desnudo por toda la mansión...solo eran algunas de las cuales a mi se me ocurrían...ni puta idea en que estará pensando Stolas.

- Pues se lo agradezco jefe, porque tiene muy buena vista al catalogarme de esa forma~ - gire mi cuerpo para estar frente a frente ya muy cerca los dos.

- No solo me pareces alguien muy gallardo, Blitzø~- posiciono su mano en mi mentón – eres alguien muy querido y especial pera mi...

Por Satan ¿Desde cuándo este imbécil me resulto ser alguien tan atrayente con solo su tacto?

- Pues...he de decirle que...yo a usted lo odiaba por ser un maldito narcisista, ricachón de mierda, pero...tiene su lado bueno – con su mano pegada a mi quijada me hizo que me acercara a su rostro – y...yo señor~...soy alguien muy honesto cuando me emborracho~- sentía su aliento con el mío.

- Y yo soy alguien muy...pervertido cuando lo hago~- me susurro entre mi boca para después rosar sus labios con los míos.

Y como recalque antes; toda loca y mala idea que se nos ocurriera era muy válida y buena para nosotros en nuestro estado de ebriedad. Entre cada movimiento que me daba termine siguiéndole el beso, poniendo algo de intensidad de mi parte.

Hubo un momento de chispa de razonamiento en nuestro choque de bocas, separándonos lentamente volviendo a nuestras posiciones de antes.

- Lo siento...no se que me paso - se expresó apenado Stolas.

- Seee, ni siquiera yo se que me ocurrió...

Y como si esa chispa se fuera extinguido de repente para dejar en penumbra toda lógica y volver mierda nuestro hemisferio de razón en nuestros cerebros, volvimos a pegar desesperadamente nuestros tactos labiales. Stolas sin perder ni un segundo tiro la poca que sostenía, importándole nada si se rompía en mil pedazos, para quedar sentado en mis piernas e intentar devorarme la boca con la suya, ayudándose más tomándome de mi cuello, por mi parte solo me dejaba ser entre sus besos, acaricias y mordidas superficiales y relajantes.

Mierda...hace mucho que no besaba a alguien, y me estaba haciendo notar al tomar a mi propio jefe por su cintura para pegarlo más a mi. Si que ese maldito condenado besa muy bien. Sabía que esto se podría salir de control en cualquier momento...pero la maldita bebida ingerida por nosotros dos nos nublaba las ideas, dando paso al satisfactorio placer que corría por nuestros cuerpos.










Quisiera seguir escribiendo más, pero tomare un descanso por un par de días de tanto escribir, espero que les hayas gustado, comente que piensan lo que pasara el próximo cap, nos vemos pronto, cuídense, y nos vemos hasta la próxima, bye.



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