Capítulo 21: ¡Randō aparece! La derrota de Kuwabara
–El segundo encuentro de la semifinal es entre Shorin y Kuwabara. –Dijo con severidad la anciana de cabello rosa grisáceo a los dos concursantes restantes que estaban a punto de pelear. Kuwabara sonrío ampliamente mientras Shorin caminaba con confianza hacia el campo.
–Nunca imagine que Shorin podría ser la terrible aparición Rando. –Dijo Botan a Urameshi y a Su Santidad.
–No lo parece. Y además, se ve débil. No puedo creerlo. –Dijo Yusuke en voz alta mientras miraba con los ojos entrecerrados al joven del que están hablando.
–Si ese niño es Rando... La vida de Kuwabara-kun está en peligro. –Botan se quedó en silencio con un pequeño dejo de miedo en su tono.
Yusuke asintió –¡Oye, Kuwabara! ¡Espera! –Gritó, captando la atención de Kazuma.
–¿Qué sucede? –Preguntó Kuwabara.
Yusuke corrió para alcanzar al adolescente más alto antes de que pudiera llegar a su lado del campo.
–No necesito tus palabras de aliento. –Respondió Kuwabara a Yusuke, quien agarró al matón por el cuello azul.
Yusuke bajó la voz y habló rápidamente –Él es muy fuerte. Podría ser Rando. ¡No lo hagas! Renuncia al torneo. Podrías terminar muerto. Esto es muy peligroso.
Kuwabara se apartó –¡¿Qué estás diciendo, tonto?! ¡No me interesa quién sea! –Kuwabara presionó su dedo sobre la punta de la nariz de Yusuke, clavándoselo en el resto de su cara– ¡Te ves mal, amigo! Ganaste tu batalla por pura suerte. ¡Cállate y observa! Después de él, iré por ti. Eres un débil.
–¿Me dijiste débil? –Espetó Yusuke.
–Y fuera de mi camino. –Gritó Kuwabara furioso– Ya te tocará tu turno. ¡No te metas!
–Como quieras. –Afirmó Yusuke– Adelante, y que te maten. –Se río entre dientes y se puso más fuerte, poniéndose cara a cara con Kuwabara.
–¡No! ¡Tú deberías comprarte un seguro de vida, estúpido! –Gritó Kuwabara.
–¡Ay, muchachos! –Botan se puso frente a Himemiya. La niña más pequeña miró por encima del hombro de Yusuke, frunciendo el ceño a los chicos– ¡No es momento de discutir! –Los regañó Botan mientras Himemiya bostezaba aburrida, eso era lo habitual.
–¿Puedo iniciar mi pelea contigo? –Preguntó cortésmente atravesó el ruido que hacían Kuwabara y Yusuke. Himemiya se giró para verlo, con el puño en la palma, listo para pelear.
–¡Claro! –Respondió Kuwabara.
–Últimas palabras famosas. –Murmuró Himemiya, derrotada.
–¡Comiencen! –Ordenó Genkai.
–¡El primero en atacar será quien gane! –Gritó Kazuma. Cuando él y el chico se acercaron lo suficiente, Kuwabara atacó a Shorin. Avanzó rápidamente y asestó un golpe sólido en la mandíbula de Shorin. Su energía crepitó cuando su puño hizo contacto y sus tres amigos se quedaron mirando con los ojos muy abiertos mientras Shorin caía hacia atrás, gimiendo.
–¿Pero cómo…? –La pregunta atónita de Yusuke expresó los pensamientos de Himemiya y Botan.
Shorin se sentó y presionó una mano en el lugar donde Kuwabara lo había golpeado –Me dolió. Qué buen golpe. Tal vez debí revisar bien los datos.
–Oye, eso fue solo un calentamiento. ¿Te encuentras bien? –Preguntó Kuwabara mientras se frotaba la cabeza torpemente mientras Shorin se ponía de pie. Himemiya dio un paso atrás y sintió que el poder comenzaba a surgir del pequeño monje.
–Ahora vamos a pelear en serio. –Le aseguró Shorin con una mirada vacía antes de correr a toda velocidad y comenzar a atacar a Kazuma con patadas y puñetazos. Sin embargo, Kuwabara esquivó fácilmente los golpes del chico y luego le lanzó un puñetazo directo a la cabeza a Shorin, haciéndolo reír a carcajadas divertido.
–En la diferencia de poderes es evidente, ¿no lo crees? –Preguntó en tono de broma, como si todo esto fuera un juego de niños. Himemiya pudo ver que la expresión de sorpresa en el rostro de Yusuke y Botan era prácticamente igual a la de ella.
Yusuke miró a Botan –Oye, Botan, tal vez ese chico no sea Rando. O tal vez el rumor sobre Randou no sea cierto. No es nada fuerte. O tal vez Rando haya sido vencido en otra batalla. –Yusuke se rascó la cabeza mientras hablaba.
–No estés tan seguro. –Murmuró Himemiya con tristeza. Del mismo modo, Genkai tenía una expresión impasible.
–Oye, Shorin, ¿eso es todo? –Preguntó mientras Shorin se ponía de pie.
–Ahora voy a usar mi golpe mortal. –Respondió el joven con una especie de locura en sus ojos. Colocó sus piernas antes de mover sus manos. Una pequeña chispa eléctrica parpadeando entre esas palmas. De repente, una especie de energía espiritual roja comenzó a inundar todo su cuerpo.
–¡El alma en el cuerpo de Shorin se está transformando! –Dijo Botan.
Rayos de energía se arremolinaron alrededor del brazo extendido de Shorin y formaron una bola de fuego en su mano.
–¡¿Eso es fuego?! –Preguntó Kuwabara alarmado.
Los ojos de Genkai se abrieron un poco –¡Esa técnica es...!
–¡Kasho Happa-Ken! –Gritó Shorin mientras saltaba en el aire y lanzaba esas bolas de fuego directamente a Kuwabara, quien apenas logró esquivarlas, pero el dobladillo de su chaqueta se incendió. Himemiya se acercó a donde estaba Genkai mientras Kuwabara bailaba a su alrededor, abanicándose.
–¡Esta caliente! ¡Fuego! ¡Fuego!
–Se está asustando con el fuego... Kuwabara, ¿acaso le tienes miedo? ¡Defiéndete! –Yusuke apretó el puño, intentando no mostrar su preocupación por el chico que rápidamente se estaba convirtiendo en su mejor amigo.
–¡Cállate! –La molestia de Kuwabara fue ahogada por Shorin, que estaba preparando su siguiente ataque. Dos bolas de fuego más se formaron en las manos de Shorin– Con que sacaste tu herramienta voladora, ¿verdad? ¡Pues yo también! –Amenazó Kazuma mientras sacaba esa pieza de madera de antes e invocaba su arma espiritual– ¡Ochiai-ryu: Shu-i Da-sha Ken! –Se pone en posición de bateo como si estuviera en un partido de béisbol. Shorin lanzó su primera bola de fuego hacia Kuwabara. Con un gruñido, blandió su espada espiritual exactamente como un bate de béisbol. Todos dejaron escapar un jadeo colectivo cuando la bola de fuego se encontró con el bate, la fuerza del golpe de Kuwabara lo envió de regreso a Shorin. Lo golpeó sólidamente en el estómago, enviándolo a volar. Rebotó un par de veces en el suelo, rodando sobre sí mismo.
–¡Cielos! Le regresó la bola de fuego. –Los ojos de Yusuke estaban muy abiertos mientras miraba la pelea frente a él.
El chico se agarró el estómago mientras se escuchaba el sonido de chisporroteo y ardor desde el lugar donde su propio ataque lo golpeó.
–¡Tu bola es más lenta que los 120 km/h! ¡Los que lanza la máquina de bateo! –La confianza de Kuwabara aumentó poco a poco al ver la postura encorvada de Shorin.
–La fuerza de Kuwabara se incrementa mientras pelea. ¡Esa es buena señal! ¡Existe la posibilidad de que se anote una victoria! –Sonrío Yusuke– ¡Confío en que pueda vencer a Rando! –Comentó Yusuke y, por lo que pudo decir, parece tener confianza en la victoria de su amigo.
–¡Sí, yo también confío en él! –Botan miró a Yusuke y a Kuwabara, sin saber muy bien si Kuwabara realmente podría lograrlo.
–No estés tan seguro de eso, Yusuke. –Le dijo Himemiya con calma aunque por una vez me sentí preocupado por el bienestar de Kazuma en mi interior.
–Oh, Dios, ¿por una vez puedes decir algo positivo? –Se quejó Yusuke enojado. Himemiya se volvió hacia él con ojos duros mientras apretaba los dientes.
–¡Si no me crees, entonces mira a Shorin! –Le ordenó en un tono bajo y severo– Está claro que la pelea aún no ha terminado. Y tengo un mal presentimiento sobre el resultado final de esto. –Luego dejo escapar un pequeño suspiro antes de volver a concentrarme en el combate. Shorin gruñó mientras se levantaba del suelo.
–Rayos. –Se limpió el costado de la boca y sonrió con sorna cuando su plan se puso en práctica– ¡Regresó el golpe en lugar de evadir la bola! ¡Es una maravillosa forma defensiva y ofensiva a la vez!
–¡Ja! ¡No creeré tus halagos! ¡No dejaré de pelear hasta que te rindas! –Kuwabara le devolvió la sonrisa a Shorin y colocó su espada sobre su hombro. Los ojos de Himemiya se abrieron cuando se dio cuenta de que la confianza de Kuwabara había hecho que bajara la guardia.
–Veamos, ¿qué te parece esto...? –Shorin juntó las manos, dejando los índices hacia arriba y tocando cada punta. Sus piernas también estaban en posición y pronto comenzó a cantar en voz alta; las antiguas palabras arremolinaban una energía en el aire.
–¿Pero qué estás haciendo? –Preguntó Kazuma con el ceño fruncido– ¿Estás rezando? ¿Acaso ya no piensas pelear? –Kuwabara apretó los dientes mientras Shorin sonreía y continuaba cantando. Los ojos de Genkai se abrieron de par en par cuando se dio cuenta de que reconocía las palabras del canto que Shorin estaba recitando en ese momento.
–¡Ese hechizo! Y el Kashō Happa-Ken, esa combinación... Sí, así es. –Himemiya, Yusuke y Botan miraron hacia abajo mientras Genkai comenzaba a expresar sus pensamientos en voz alta– ¡Hace tiempo un famoso profeta y un guerrero pasaron la mitad de sus vidas perfeccionando sus habilidades! Son una técnica secreta.
–¿Qué? ¿La técnica secreta? –La voz de Yusuke se quebró con el pánico
–Ambos fueron asesinados por una aparición. –Espetó Genkai, con un tono seco que dejaba poco margen para la discusión– Y tengo entendido que robaron sus manuscritos. E incluso escuche que esa misma aparición intento robarse los manuscritos del templo Von Phoenix pero fracaso por su Omanshi anterior antes que su nieta se volviera su sucesora.
Himemiya y Yusuke intercambiaron una mirada.
–Entonces, es cierto. ¡Shorin es Rando! –Gritó Yusuke.
Observaron cómo Shorin seguía cantando y sus ojos adquirían un tono rojo. Los ojos de Akemi iban y venían de Shorin a Kuwabara. Sus ojos se estaban poniendo cada vez más rojos a medida que una especie de energía amarilla comenzaba a salir de ellos.
–Si no vienes, entonces... ¡Yo iré! –Gritó Kazuma antes de correr hacia él con su espada espiritual, con la intención de atravesar con su espada a Shorin cuando el pequeño monje sonrió y la última palabra de su cántico salió de sus labios.
–¡Reducción!
Himemiya sintió que los ojos se le iban a salir de las órbitas porque se abrieron de par en par. Observó cómo el cuerpo de Kuwabara se hacía cada vez más pequeño. Su cuerpo se encogió hasta que tuvo el tamaño de una muñeca pequeña.
Shorin gritó, impulsando ambos pies hacia adelante para intentar pisar a Kuwabara. Se inclinó para levantarlo del suelo, con una sonrisa sádica extendiéndose por su rostro. Observaron conmocionados cómo Shorin apretaba el puño, apretando a Kuwabara, y el sonido de sus huesos saliendo de su lugar y crujiendo se extendió por el campo hasta llegar a sus oídos.
–Sí, eso es. Yo no crecí, tú te encogiste, enano. –Dijo Rando con una sonrisa maliciosa mientras la locura se reflejaba en sus ojos– ¿Qué tal? –Le preguntó al pequeño humano mientras su agarre comenzaba a apretarlo, crujiendo los huesos con fuerza mientras Kazuma gritaba de agonía.
–Así nunca podrá ganar. –Yusuke apretó los dientes y la preocupación le hizo un nudo en el estómago. Sabía que Kuwabara no iba a salir de esto ileso. Dudaba que Kuwabara saliera con vida de esto– ¡Kuwabara, no seas tonto! ¡Deja de pelear y ríndete!
–¿Qué? –Dijo con picardía– Aún no es tiempo de rendirse. Quiero lastimarlo un poquito más. –Shorin sonrío mientras Kuwabara luchaba por liberarse de su agarre, el pánico de Kuwabara aumentaba. Podía oír los latidos de su corazón rugiendo en sus oídos, casi ahogando los gritos de Himemiya y Yusuke. Shorin se río maniáticamente mientras agarraba ambos lados de la cabeza de Kuwabara, tirando de él y colgándolo en el aire. Lanzó al chico al aire, alegría en sus ojos mientras veía a Kuwabara entrar en pánico– Ahora vamos a empezar con tu pequeño brazo derecho. –Después de decir eso, le arrancó la manga azul a Kuwabara, empujando su pulgar hacia arriba mientras mantenía el brazo de Kuwabara inmovilizado con su dedo.
–¡KUWABARA! –Gritó Yusuke mientras una mano cubría la boca de Himemiya en un acto reflejo. Sintió que todo su cuerpo temblaba levemente mientras sus ojos se abrían más. Temblaba como una hoja mientras el demonio comenzaba lentamente a torcer el brazo derecho de Kazuma mientras el chico no podía hacer nada más que gritar de dolor por esta tortura impía.
El horrible sonido de los huesos al romperse llenó sus oídos, lo que significa que su brazo llegó a su punto de ruptura y ahora está resonando en el aire junto con los gritos y alaridos de Kuwabara.
De repente, su mano se deslizó de sus labios y cayó flácida a su costado. Su boca se abrió un poco y comenzó a temblar un poco. Sin embargo, las emociones que sentía en ese momento aterrador comenzaron a filtrarse un poco.
Su mente se quedó en blanco mientras sentía que su corazón había dejado de funcionar por un segundo... esa fue una de las cosas más horribles que he presenciado en su vida...
–Eres tan débil como un fósforo. Me pregunto qué pasaría si estrujara tu cuerpo con fuerza y con esta mano. –Dijo Shorin antes de apretar nuevamente sus manos.
Yusuke se giró para encarar a Genkai –Oiga. Esta final está definida, ¿no cree?
–Sí. –Dijo Genkai con calma antes de volverse hacia la monstruosidad– ¡Alto a la pelea! ¡Así que el ganador es Shorin!
–¡Ahora muere! –Gritó el chico, pero en lugar de soltar a Kuwabara, lo apretó aún más fuerte alrededor de las costillas de Kuwabara, risitas locas todavía escapando de sus labios.
–¡Kuwabara! ¡Oye, Shorin! ¡Suéltalo! ¡Se acabo el encuentro! ¡¿No lo ves?! –Yusuke cargó hacia adelante, dirigiéndose hacia Shorin. Shorin giró y lanzó a Kuwabara por los aires. Yusuke se detuvo en seco, viendo a su amigo volar por encima de su cabeza.
Himemiya gritó cuando Kuwabara voló hacia ella, su cuerpo se retorció en el aire y aterrizó en la hierba.
Corren hacia la dirección, pero no pudieron detectarlo. Su energía espiritual era tan débil que apenas era sensible.
–Vamos a devolverlo a su tamaño natural para ver qué le pasó. –Shorin se río mientras seguían buscando, lanzando otro cántico para devolver a Kuwabara a su tamaño normal– ¡Restauración!
Kuwabara había recuperado su tamaño original. Estaba morado y negro por todas partes, con el brazo doblado y torcido en ángulos extraños. Parecía absolutamente destrozado.
–Kuwabara... –Yusuke y Botan se acercó corriendo, seguidos por Himemiya. Podía ver a Genkai acercándose por el rabillo del ojo.
Himemiya al tocar el pecho de Kazuma, sus manos comenzaron a brillar intensamente con un color dorado.
–Esto no es bueno... –Himemiya se quedó en silencio. Por lo que se le quebró la voz, me di cuenta de que estaba haciendo todo lo posible por no llorar.
–¿Va a estar bien? –Preguntó Botan esperanzada, aunque podía ver en sus ojos que sabía que era imposible.
–Los dos brazos están fracturados en varias partes. La pierna izquierda y las costillas también. –Dijo Himemiya con tristeza en sus ojos– Incluso con mis habilidades curativas, no estoy segura de si sus heridas se curarán alguna vez.
De alguna manera, Kuwabara gira la cabeza hacia ellos –No moriré –Dijo con una voz pequeña y débil, pero aún estaba sonriendo– aunque tenga todos los huesos rotos. Urameshi. –Le dijo a Yusuke– ¿A qué hora empieza nuestra pelea? –Con esas palabras exhaladas, la cabeza de Kuwabara cayó hacia un lado, perdiendo su batalla con la conciencia y se desmayó.
–Kuwabara... Amigo... –Le dijo Yusuke con tristeza mientras acariciaba con la mano la mejilla de su amigo antes de apretar el puño y mirar con enojo a Rando, que observaba su brutal obra maestra.
–Siempre he querido usar esta técnica con alguien. –Observó con interés el cuerpo destrozado de Kuwabara– Y no espere que se me presentará la oportunidad tan rápido. Porque se requiere tiempo para decir el hechizo. –Las cabezas de Himemiya y Yusuke se levantaron de golpe cuando Shorin se acercó, sus palabras encendieron su ira diez veces más– Durante ese tiempo, no puedo conectarme en otras cosas, ya que esta técnica no es realmente efectiva para usos prácticos. –Yusuke tembló por el esfuerzo de no saltar hacia adelante y acabar con Shorin en ese momento. La Santidad apretó los dedos de Yusuke, asintiendo con la cabeza en silencio. Yusuke iba a acabar con Rando aunque eso fuera lo último que hiciera– Por otra parte, Reikohadou, el espíritu de la luz oculante puede acabar a mis enemigos sin mucho esfuerzo. –Rando colocó un dedo sobre su cabeza, todavía disfrazado de Shorin. Sonrío, volviéndose hacia la maestra– Los humanos son muy débiles, ¿verdad?
Los ojos de Genkai se entrecerraron un poco mientras miraba al chico –Si no fallas, así será. –Respondió Genkai con un tono áspero en su voz.
Los ojos de Rando brillaron –¡Lo sabía! Ya quisiera dominar su técnica secreta lo más pronto posible. –Dijo con entusiasmo.
Yusuke se movió rápidamente, le dio un último apretón a la mano de Himemiya antes de levantarse del suelo –¡Oye! –Apretó los puños y el fuego brilló en sus ojos– Espera un poco. ¿Quieres dominar la técnica? Eso será después de pelear conmigo.
Himemiya dejó que su energía espiritual comenzara a filtrarse, como un río lento pero implacable. El aire alrededor de ella pareció oscurecerse, y el sonido de hojas agitándose llenó el espacio.
Himemiya alzó la mirada lentamente, sus ojos rojos fulminándolo con un odio silencioso.
–¡Ambos! –Dijo al fin, su voz baja pero cortante– ¡Este encuentro será dos contra uno!
Yusuke jadeó, junto con Botan.
Rando río con desprecio, pero un ligero escalofrío recorrió su espalda al sentir el aura de Himemiya intensificarse –«Esta mujer... no es como los demás. Su energía espiritual es bastante impresionante.»
Himemiya, con el rostro decidido, mantenía su postura firme, las manos apoyadas en las caderas y los ojos fijos en Yusuke. Este, por su parte, parecía a punto de estallar, con las cejas fruncidas y la mandíbula apretada.
–¡¿Qué acabas de decir?! –Espetó Yusuke, dando un paso hacia ella, su voz cargada de incredulidad y enfado.
Himemiya no retrocedió. En cambio, alzó la barbilla con un toque desafiante, sus labios curvándose en una pequeña sonrisa que mezclaba confianza y provocación.
–¡Ya me escuchaste, Yusuke! –Replicó con firmeza, sus palabras resonando como un desafío irrefutable– Si Shorin quiere obtener las técnicas de Genkai, tendrá que pelear con ambos.
Yusuke apretó los puños, luchando por contener su irritación. Podía sentir cómo la sangre le hervía.
–«¿Ambos?» –Pensó, repitiendo la palabra en su mente– «¿Por qué demonios tendría que compartir esta pelea?» ¡Esto es ridículo! –Exclamó, su voz llena de frustración mientras se giraba hacia Genkai, buscando apoyo– ¡Diga algo, vieja!
Genkai, quien había estado observando la escena en silencio, cruzó los brazos sobre el pecho y soltó un ligero suspiro. Su expresión era imperturbable, pero en sus ojos brillaba un destello de aprobación hacia la determinación de Himemiya.
–Su Santidad tiene razón. –Dijo finalmente, con ese tono calmado que parecía capaz de calmar incluso las tormentas más feroces– Shorin necesita enfrentarse a un verdadero desafío si quiere aprender de mí. Una pelea contra ambos será un examen más que justo.
Las palabras de Genkai golpearon a Yusuke como un balde de agua fría. Abrió la boca para protestar, pero al encontrarse con la mirada inquebrantable de Genkai, su energía pareció disiparse momentáneamente.
Himemiya aprovechó el momento, su expresión suavizándose ligeramente mientras daba un paso hacia Yusuke.
–Sé que no estás de acuerdo, Yusuke. –Dijo, su tono ahora más conciliador, aunque aún firme– Pero esta no es solo tu pelea. También quiero demostrar lo que puedo hacer.
Yusuke bufó, cruzando los brazos sobre el pecho. Había algo en su postura que sugería que estaba considerando sus palabras, aunque no lo admitiría fácilmente.
–«¿Por qué siempre tiene que ser tan testaruda?» –Pensó, sintiendo una mezcla de frustración y admiración por la determinación de Himemiya.
–Hmpf, como si me importara. –Gruñó finalmente, desviando la mirada– Pero si te metes en mi camino, no esperes que te cubra las espaldas.
Himemiya esbozó una pequeña sonrisa, sabiendo que, a su manera, Yusuke había cedido.
–No lo necesito. –Respondió con un toque de picardía en la voz, antes de volverse hacia Genkai– Entonces, maestra, ¿cuándo comenzamos?
Genkai asintió lentamente, una sonrisa apenas perceptible curvando sus labios.
–Ahora mismo. –Anunció, dando un paso hacia adelante– ¡El duelo final es entre Shorin, Yusuke y Jeanne!
Mientras Himemiya y Yusuke tomaban sus posiciones, ambos intercambiaron una última mirada. Aunque la tensión aún era palpable, también había un entendimiento tácito entre ellos. Ambos sabían que, al final, estaban del mismo lado, incluso si sus caminos hacia la victoria eran diferentes.
Rando adoptó una postura de combate y Yusuke permaneció de pie mirándolo fijamente. Himemiya pudo ver que Yusuke había recuperado una cantidad significativa de energía espiritual y su cuerpo adquirió un brillo verde sobrenatural.
–¡Ja! Es el espíritu que busca venganza. Ya veo. Esta creciendo. ¡Sorprendente! –Dijo con esa sonrisa estúpida en su rostro, haciendo a Himemiya gruñir de ira.
Los ojos de Yusuke ardían de pasión y furia. Se enfrentó a Rando, todavía disfrazado de Shorin, sin rastro alguno de miedo Una especie de energía violeta rodeando su cuerpo, pero no me importa en absoluto.
–¡¿Cómo te atreves a lastimar a Kuwabara?! –Yusuke gritó furiosamente al demonio mientras corría hacia él, finalmente dejando salir su ira en un grito. Sintió que la energía se acumulaba en él, su puño brillaba de un azul brillante. Antes de que pudiera golpear, Himemiya se materializó a su lado, su presencia imponente. Con un movimiento rápido, su energía oscura rodeó su brazo, creando una ráfaga de poder que detuvo el ataque de Rando.
–No eres bienvenido aquí, demonio. –Dijo Himemiya, su voz fría y controlada, pero con una fuerza palpable en cada palabra.
Yusuke, agradecido por su apoyo, asintió. Sin embargo, su ira seguía siendo palpable, y no iba a permitir que Rando se saliera con la suya.
Yusuke se paró frente a él –¡Voy a corregir tu naturaleza retorcida!
El puño de Yusuke chocó con la mejilla de Rando, enviando al demonio disfrazado de niño a volar, cayendo sobre sí mismo.
Himemiya, con su energía manifestándose como una sombra protectora a su alrededor, se adelantó para mantener a Rando cautivo mientras Yusuke se preparaba para el siguiente ataque.
–¡¡No solo por nosotros, –Dijo Himemiya, mirando a Yusuke con determinación. Su mirada se desvió hacia el demonio caído– sino también por las noventa y nueve víctimas!!
Shorin se puso de pie. Ya no sonreía, pero Yusuke fue más rápido que él. Yusuke se lanzó hacia adelante nuevamente, sus puños brillando de verde y azul mientras conectaba con Rando. El demonio respiró entrecortadamente, su cuerpo prestado se debilitaba con cada golpe.
–Es increíble... Decía que su poder espiritual era de 155 y 536... ¡pero creo que es más de 200 y superior en la práctica! –Shorin presionó una mano sobre su rostro golpeado.
Antes de que pudiera recuperarse, Himemiya apareció a su lado, su energía oscura emanando con fuerza mientras avanzaba sin mostrar signos de agotamiento. Con un movimiento fluido, alzó su mano y lanzó una descarga de energía negra, creando un torbellino que rodeó a Rando, dejando al demonio sin aliento y vulnerable. La mirada fija de Himemiya en Rando reflejaba su dominio total del campo de batalla.
Yusuke, notando la presencia de Himemiya, aprovechó la oportunidad. El golpe que había lanzado antes fue solo el comienzo. Con una furia renovada, se preparó para atacar de nuevo. El siguiente golpe aterrizó con una fuerza devastadora, enviando a Rando volando hacia atrás con un impacto brutal.
Himemiya no perdió tiempo. Con rapidez, se colocó a su lado, creando un campo de energía que contenía a Rando mientras Yusuke se preparaba para su siguiente movimiento.
Ambos, como un solo frente unido, se lanzaron a la ofensiva, su fuerza combinada creando una tormenta de energía que parecía invencible. Rando, ahora sin la fuerza para defenderse, comprendió que su derrota era inminente.
–¡Vamos! ¡Levántate! –Escupió Yusuke antes de continuar con su amenaza– ¡No dejaré que te liberes tan fácilmente!
Rando se puso rápidamente de pie, se irguió y se preparó para otro encantamiento. Yusuke y Himemiya atacaron de nuevo.
–¡Zanku Reppu-Jin! –Rando había saltado hacia arriba, y el aire giraba a su alrededor.
–¿Qué? –Yusuke y Himemiya se detuvieron en seco.
Todavía suspendido en el aire, Shorin le sonrío a Yusuke –¡Es una técnica llamada Zanku Reppu-Jin!
–¿Zanku Reppu-Jin? –Preguntó Yusuke.
–Cuando se crea un vacío en el aire, el cuerpo humano trata de mantener el equilibrio y eso genera unas navajas que cortan la piel del enemigo. –Himemiya miró a Genkai con sorpresa.
–Así es, Jeanne, Yusuke. Ahora usaré esta navaja de aire para acabar con vosotros dos. –Rando se río y desató su primer tornado, los discos de aire girando hacia Yusuke y Himemiya. Ambos intentaron esquivarlos, pero la velocidad y fuerza del ataque los sorprendió. Yusuke recibió la peor parte en sus hombros; la energía lo empujó hacia atrás con una fuerza abrumadora. Sintió como si su estómago girara sobre sí mismo, sus músculos tensándose y desgarrándose por las costuras. Apretó los dientes mientras caía pesadamente al suelo, fluyendo con la fuerza de los discos para minimizar el impacto. Con gran esfuerzo, luchó por ponerse de pie sobre sus codos, entrecerrando los ojos hacia su oponente.
Himemiya, quien había intentado contrarrestar el ataque con una barrera de energía, no logró bloquearlo completamente. Los discos cortaron a través de su defensa, impactándola en el costado y en las piernas. La fuerza la lanzó hacia atrás, rodando por el suelo antes de detenerse, respirando con dificultad. La sangre manchaba las mangas de su traje, pero sus ojos permanecían fijos en Rando, llenos de una furia contenida.
–Ay. –Gritó Yusuke mientras se enderezaba, pero más por ira que por dolor.
–Tsk... Ese ataque fue más fuerte de lo que esperaba. –Dijo Himemiya, empujándose con esfuerzo para levantarse, apoyándose en una rodilla. Su energía comenzó a concentrarse alrededor de ella, envolviéndola como una capa protectora mientras evaluaba su próximo movimiento.
–¡Hime! –Exclamó Yusuke, jadeando. Su mirada se cruzó con la de ella, y aunque ambos estaban heridos, ninguno parecía dispuesto a rendirse.
–No te preocupes por mí. –Respondió Himemiya, su tono firme a pesar del dolor– Concéntrate en derribarlo. No voy a dejar que un idiota como este gane.
Juntos, a pesar de las heridas, se pusieron de pie. Su determinación brillaba más fuerte que nunca, enfrentándose al tornado de energía de Rando como una fuerza imparable.
–Vaya. ¡No cayeron, pero van a morir con el siguiente ataque! ¡Zanku Reppu-Jin! –Rando saltó de nuevo al aire, mientras el violento ataque giraba a su alrededor
–¡Os van a cortar en pedazos! –Grito Genkai.
–¡Yusuke, Himemiya-chan, no! –Grito Botan.
–¡Ahora morirán! –Gritó Shorin a Yusuke y Himemiya, mientras el aire crujía y chispeaba violentamente contra Yusuke y Himemiya.
Gritando de furia, Yusuke y Himemiya se lanzaron al aire y atravesaron el tornado que había creado Shorin. Su aura verde y dorada les proporcionó cierta protección contra el dolor, pero no fue suficiente para bloquearlo por completos, ya que las púas cortaban su piel, lastimándolos. Pronto llegaron al corazón del tornado y se enfrentaron al yokai. Sus manos se cruzaron en forma de "X" alrededor de su cuello. Pero no se dieron por vencidos. Inyectaron energía espiritual en su brazo, las muñecas presionando contra su cuello y su cara sostenida en su lugar entre los dorsos de sus manos. Ambos gruñeron por la fuerza del golpe, Yusuke apuntó hacia abajo, arrojando a Shorin del cielo al suelo del pantano. Shorin estaba en el suelo.
Yusuke se puso de pie, respirando con dificultad y cansado –Arrepiéntete de lo que hiciste en el otro mundo. –Se estremeció, casi cayendo al suelo cuando Botan saltó a su lado con emoción.
–¡Vaya! ¡Fabuloso! ¡Vencieron a Shorin de un solo golpe! –Botan levantó los brazos al aire, feliz de que la pelea hubiera terminado.
–Bueno, tuve que usar todo mi poder. –Dijo Yusuke sonriendo y se agachó para alborotar el cabello de Himemiya. Ella apartó su mano de un golpe y entrecerró los ojos.
–Ahora Kuwabara podrá descansar en paz.
Kuwabara gimió desde donde estaba, el dolor inundó su cuerpo mientras luchaba por mantenerse despierto mientras él luchaba por pronunciar sus palabras –Aún no estoy muerto. No me maten, por favor... –Su frase se apagó cuando quedo inconsciente. Himemiya y Genkai se miraron a los ojos y ella pudo ver que la maestra estaba sintiendo exactamente lo mismo que ella. Sus ojos se posaron de nuevo en Yusuke y casi saltó cuando él se movió hacia Genkai. Él la apartó, tratando de mantenerse firme sobre sus pies por su cuenta.
–Pobrecito. A penas puede mantenerse despierto. –Botan se cansó de intentar alcanzarlo, pero él también la ignoró.
–Estoy bien. –Dijo sonriendo, poniendo todo el estilo y actitud que pudo. Se acercó a Genkai con una sonrisa relajada en el rostro– ¿Viste eso, abuela?
Himemiya negó con la cabeza –No lo celebraría todavía.
–¿Qué quieres decir, Hime? –Yusuke la miró perplejo.
Genkai cerró el puño a su costado, entrecerrando los ojos y mirando al chico que tenía frente a ella –¡Quiere decir que el encuentro no ha terminado! –Dijo con fiereza.
–¿Pero que...? –Murmuró Yusuke.
–Si váis a pelear contra Rando... ¡Entonces, el torneo a penas comienza! –Dijo Genkai, haciéndola mirarla un poco desconcertados.
La sorpresa que se dibujó en su rostro alimentó la preocupación que Genkai estaba empezando a sentir –¿Qué quiere... decir?
Una voz grave y profunda comenzó a reír sádicamente. Yusuke y Himemiya miraron rápidamente a su alrededor.
–No sé cuándo fue la última vez que peleé con un humano transformado en Rando. –Dijo la voz real de Rando– Pero me sorprende más que no tenga que tener esta batalla con la maestra del poder espiritual. Con Genkai. Sino con un humano y una PuraSangre inexpertos. –Mientras hablaba, el cuerpo desapareció en el suelo– Ya quiero empezar el encuentro. –Continuó Rando– Me pregunto cómo voy a torturarlos.
El suelo tembló y empezó a aparecer grietas bajo sus pies en el suelo, cuando el cuerpo de Shorin se hundió en la tierra y se desgarró. Incluso debajo de ellos dos. Poco a poco se fue abriendo. Una risa maníaca y malvada surgió del suelo. Un rayo de luz cegadora salió disparado de dicho agujero, y del abismo surgió una criatura aterradora con su verdadera energía demoníaca brillando a su alrededor. Ojos escarlata destellantes, una sonrisa despiadada. Cabello largo y suelto, y rojo, piel pálida como el alabastro con venas de araña moradas y marcas azules en forma de araña que comenzaban en su frente y bajaban por sus mejillas.
–¿Qué demonios es eso? –Yusuke dio un paso atrás, un poco más cerca de Himemiya para asegurarse de que ella estaría a salvo. Ella agarró el brazo de Yusuke. Él extendió la mano hacia atrás y la empujó suavemente hacia Botan. Su mirada lo decía todo.
–Soy Rando, a quien estabas buscando. –Respondió la monstruosa criatura mientras reía maniáticamente, sus ojos rojos encendidos por la diversión.
–«El poder del alma que lo rodea es extraordinario.» –Yusuke apretó la mandíbula.
–Finalmente has aparecido. –Comento Himemiya, después de buscarlo por mucho antes que el Reikai.
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