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Capítulo 20: Una pelea difícil

El cuerpo exhausto de Yusuke yacía en el suelo, inerte y sin fuerzas. Mientras apretaba los dientes, una pequeña cantidad de sangre goteaba de la comisura de sus labios, tiñéndole parte de la piel pálida del rostro.

–¿Vencieron a Yusuke? –Preguntó Botan temblorosamente mientras Kazuma temblaba de ira y preocupación mientras Himemiya solo miraba a Yusuke con una mirada insoportable.

–Todo termino. –Dijo Kazemaru con aire de suficiencia. Shorin parecía sorprendido mientras Genkai mantenía una expresión de piedra, sin mostrar ningún rastro de emociones.

El detective espiritual masculino abrió un ojo a la fuerza para mirar a su oponente que estaba parado frente a él con sus labios curvados en una sonrisa arrogante.

–Urameshi Yusuke... ¿Acaso eso es todo? –Dijo Kibano riéndose entre dientes. Koenma del Mundo Espiritual y sus ogros observaron intensamente toda la pelea. Yusuke luchó para ponerse de pie nuevamente.

Los ojos de Yusuke brillaron de furia y se limpió la sangre del borde de la boca –No. Aún no ha terminado. –Gruñó Yusuke al adulto cuya sonrisa se ensanchó ante el imprudente chico punk.

–Oh, vaya. Me sorprende que tengas buenos reflejos y un cuerpo fuerte. Por ahora no acerté en ningún punto vital. –Dijo Kibano en tono burlón mientras Yusuke volvía adoptar su postura de combate– Pero estas mal herido. Siento como se debilita tu poder de ataque.

–Yusuke no puede atacar. –Gritó Botan.

–¡Vamos, Urameshi! ¡Tú puedes! –Le gritó Kuwabara mientras cerraba la mano formando un puño.

–Realmente es sorprendente. –La declaración de Genkai ganó la atención de los presentes.

–¿Cómo? –Preguntó Botan.

Genkai se volvió hacia ellos –Si lo arrinconan y se encuentra en peligro, su poder espiritual crece.

~

–«¡Rayos! ¡Si lo percibo después deque me ataque, no podré escapar de él!» –Yusuke giro de izquierda a derecha para buscar a Kibano– «¿Hay alguna forma de saber dónde está?»

De repente, algo le llamó la atención. Una pequeña esfera que brillaba. Entrecerró los ojos para ver mejor.

Era el cigarrillo de Genkai. Yusuke también lo notó y pronto las mentes de los dos se sincronizaron. Los dos jadearon en silencio ante la idea que sus mentes albergaban en ese preciso momento.

–«¡Lo tengo!» –Pensó Yusuke mientras miraba la dirección del cigarrillo. Cuando su mano logró recogerlo mientras miraba la oscuridad, Kibano reapareció y le envió otro gran puñetazo a Yusuke.

–No puedes verme. Y por el estado que te encuentras, ¡creo que sería mejor que perdieras lo antes posible! ¡Es lo mejor para ti! –Dijo Kibano mientras su puño hacía contacto con la mejilla del matón.

Yusuke casi perdió el equilibrio, pero se recuperó rápidamente y, en un movimiento rápido, logró bloquear el brazo de Kibano con su propio codo.

–¡Te tengo! –Afirmó Yusuke con severidad.

–¡¿Qué?! ¡No puede ser! –Exclamó Kibano, ligeramente sorprendido por lo fuerte que era el agarre del adolescente.

Yusuke sonrío mientras su mano libre comenzaba a moverse hacia su cinturón, colocando el cigarrillo en él sin que nadie más lo notara. Todos excepto Himemiya, quien dejó que un pequeño atisbo de sonrisa burlona se abriera paso hasta sus labios –Al dejarte cortar la carne, yo podré cortarte el hueso.

–¡Sí! ¡Urameshi! ¡Acábalo! –Gritó Kuwabara emocionado, al ver cómo su amigo finalmente lograba tomar el control.

Sin embargo la presunción de Kibano permanencio intacta –Fue una buena idea. –Admitió Kibano– Pero yo soy el amo de la batalla. Y puedo vencerte fácilmente.

–¿Eh? –Yusuke entonces sintió su fuerte agarre en su muñeca.

–¡Aquí vamos! ¡Voy a acabar contigo! ¡Zan Tō Senpū Geki! –Antes de que pudiera parpadear, Kibano agarró el brazo de Yusuke antes de tirar de él y del peso del chico por encima de su cabeza antes de girar al adolescente como lo hace un vaquero con su lazo.

Después de unas cuantas vueltas, Yusuke fue arrojado lejos, rodando por el aire como si tuviera dentro de un tornado. Todos excepto Himemiya jadearon de sorpresa ante la vista y las voces Cuando aterrizó, su cuerpo siguió girando mientras rebotaba hacia arriba y hacia abajo. Para colmo de males, la espada de Yusuke golpeó la pared bocabajo. El impacto hizo que el chico tosiera sangre antes de golpear el suelo una vez más.

–Cuando se aleja del enemigo, no puede ver, peros si se queda cerca de él, lo derribará. No puede hacer nada. –Dijo Kuwabara preocupado.

–La única forma en que Yusuke pueda ganar, es usando el Reigan. Pero solo puede usarlo una vez, y necesita ver a su contrincante. –Dijo Botan mientras entrelazaba los dedos de cada mano que sostenía sobre su corazón.

–¡Muchacho! –Exclamó Genkai con un tono fuerte– No podrá salir de este peligro, a menos que tengas la suficiente agallas. ¡Vamos! ¡Pelea!

–¡Vamos! ¡Levántate, Urameshi! –Gritó Kuwabara– ¡Pensé que eras más fuerte!

~

Kibano se quedó mirando con regocijo el cuerpo inerte de Yusuke.

–¿Estás listo para rendirte? –Dijo Kibano con suavidad– Yusuke, ¿no te dije que podía anular mis sentidos a voluntad y obtener más información, incluyendo la de mis enemigos?

Mientras hacía eso, Yusuke le lanzó una mirada fulminante.

–Mientras sigas confiando en tus sentidos, tú nunca podrás derrotarme.

–No me hagas reír. Voy hacer el ganador. –Dijo Yusuke con tanta ira. Se sujetaba el brazo izquierdo, tambaleándose, haciendo una mueca de dolor– La próxima vez que intentes atacarme, te voy a matar.

Kibano no pudo evitar reírse levemente de sus amenazas –¡Deja de alardear! ¡Ya diste lo mejor de ti! Debes estar satisfecho, ¿no crees? –Preguntó el hombre del casco, con un tono algo aburrido.

–¿Por qué te detienes? –Preguntó Yusuke antes de cambiar su rostro a una sonrisa– ¿Tienes miedo? En ese caso, empezaré a atacarte.

–Tonto. –Kibano dejó de jugar 'bien' con el joven adolescente– ¿Tanto deseas morir? –Golpeó la placa de la oreja de nuevo en su lugar antes de levantar su puño derecho y hacer que todo su brazo se hiciera más grande y más fuerte como en su ataque anterior– ¡Prepárate! –Exclamó Kibano antes de saltar de nuevo bajo las oscuras mantas de las sombras.

Yusuke miró a su alrededor alarmado.

–¡No sé qué cartas tengas que jugar, pero nada es efectivo a menos que me localices! ¡No sabes dónde estoy! –El hombre siguió burlándose con confianza mientras se preparaba para su último golpe.

Mientras tanto, Yusuke levantó su mano derecha y preparó su Bala Espiritual para disparar.

–¿Hacia donde miras? ¡Aquí estoy! –Dijo Kibano en voz alta– ¡Toma esto! –Saltó al aire, dispuesto a terminar su trabajo de una vez por todas.

–Se acabó. –Dijo Himemiya en voz alta, sin ninguna emoción en su voz.

–¡Urameshi! –Gritó Kuwabara.

–¡Yusuke! –Gritó Botan preocupada.

Kibano estaba a punto de golpear al muchacho.

Yusuke se giró hacia el lado donde estaba Kibano –Conozco tus trucos. –Le apuntó con el dedo que sostenía la pistola al hombre, tomándolo completamente por sorpresa– ¡Reigan! –La energía espiritual azul explotó de su dedo.

La bala de energía impactó el casco, partiéndolo en pedazos y golpeando en la frente hasta el punto de romper la superficie de la piel.

Finalmente, el cuerpo de Kibano cayó con un ruido sordo y su cabeza comenzó a dar vueltas, con su casco hecho pedazos detrás de él.

–¡Sí, sí! –Exclamó Kuwabara felizmente, lanzando un puño al aire mientras Botan reía de alegría.

Los concursantes restantes quedaron boquiabiertos mientras Himemiya cerraba los ojos y bajaba un poco la cabeza.

Himemiya asistió levemente con la cabeza mientras Yusuke dejaba escapar un suspiro exhausto.

Kibano levantó débilmente la cabeza y miró a Yusuke con total incredulidad.

–Dime... ¿Cómo supiste dónde estaba? –Gruñó de dolor– Dime ¿cómo supiste?

–Mira tu estómago antes de quedar inconsciente. –Le dijo Yusuke.

Kinabo frunció el ceño y luego bajo la mirada para encontrar un cigarrillo, todavía brillante y sobresaliendo de su cinturón negro que Kibano llevaba alrededor de su cintura.

–¡¿Un cigarrillo?! –Preguntó Kibano débilmente, pero con enojo– ¿Supiste donde estaba gracias a esto?

–Sí. –Admite Yusuke con orgullo– Ese es el cigarrillo que tiro la anciana. Lo encontré y lo puse en tu cinturón... antes que me golpearas. Eso fue lo que usé como guía para derribarte.

Kibano miró furioso a Yusuke –No... puede ser. –Exhaló Kibano.

–Tu equipo de batalla y máscara de hierro no te sirvieron de mucho. –Con esas palabras de Yusuke, Kibano, quien parecía enfurecido, finalmente quedo inconsciente en el suelo.

–¡El ganador es Yusuke! –Dijo Genkai rotundamente.

Por fin, y con un poco de alivio, Yusuke finalmente logró regresar con sus amigos.

–Estuvo cerca. –Dijo el Tantei mientras esbozaba una sonrisa cansada.

–¿Acaso te crees muy listo? –Preguntó Kuwabara mientras metía las manos en los bolsillos.

–Siempre utilizas todo lo que esta a tu alrededor, ¿no es cierto, Yusuke? –Concluyó Botan en tono un poco jocoso.

–Pues sí. –Respondió Yusuke.

Himemiya puso los ojos en blanco –Al menos logró pensar con el cerebro por una vez en lugar de con su puño. –Dijo con su tono sin emociones.

–¡Oye, ten cuidado, chica zorra! ¡Hice lo mejor que pude! –Le espetó Yusuke.

–Tsk. –Himemiya simplemente se burló mientras miraba hacia otro lado.

Kuwabara se volvió hacia Yusuke con curiosidad –Urameshi, ¿de dónde sacaste ese espíritu bola? –Preguntó Kazuma.

–Esa es una bola hecha de espíritu. –Dijo Yusuke con orgullo– Es como la espada que usas, Kuwabara.

–Una espada para mí y un objeto volador para ti. –Dijo Kuwabara mientras colocaba sus manos en sus caderas– ¿Eso no es hacer trampa? –La pregunta dejó a Himemiya desconcertada.

Himemiya lo mira con cara seria –Si ese es el caso, entonces no nos permitirían usar armas en absoluto. –Himemiya declaró lo obvio, ganándose un asentimiento de acuerdo de Botan.

–Oh... Cierto... –Kazuma giró la cabeza mientras se frotaba la parte de atrás del cabello avergonzado, pero Botan le dio una palmadita en el brazo para calmarlo.

–Oh, no te preocupes Kuwabara-kun, solo piensa en estas armas como extensiones de ti mismo. –Aseguró la chica de cabello azul al matón– Himemiya-chan también puede hacer algo similar.

Kuwabara miró rápidamente a Sakura. –¿Hime-chan puede ejecutar un movimiento? ¿Cómo es?

Genkai aplaudió, interrumpiendo la conversación –Empezaremos las semifinales de inmediato. El primer encuentro será entre Kazemaru y Urameshi.

Yusuke miró a la mujer con enojo mientras contenía las ganas de gritar como un alma en pena.

Kazuma sonrío con entusiasmo –Ya me canse de esperar.

–¿Qué? –Gritó furioso e incrédulo el detective espiritual– ¡Estoy cansado! ¡Acabo de terminar una pelea!

–No discutas. Se decidieron los turnos a la suerte. –Respondió Genkai secamente– Ese es tu destino.

–Tienes muy mala suerte en los sorteos, ¿verdad, Urameshi? –Kuwabara también se río mientras Yusuke solo gruñó en respuesta, molesto.

–¿Vamos a volver a pelear en la oscuridad? –Exclamó Yusuke mientras lanzaba su brazo en dirección al lado más oscuro de la habitación.

–No. –Respondió Genkai con su rostro de piedra– Cambiaremos el lugar de batalla para la semifinal.

Las puertas detrás del ahora pequeño grupo se abriera detrás de ellos, trayendo la luz brillante al interior y cegando a casi todos.

–Síganme. –Dijo Genkai mientras comenzaba a alejarse.

~

Los pocos que quedaron siguieron a Genkai afuera y subieron una colina empinada. Nadie estaba seguro de dónde, pero estaba claro que les esperaba un momento intenso.

–Estoy preocupado porque el día de hoy ya usé el Reigan y estoy seriamente herido. No hay peor situación para pelear que esta. –Se quejó Yusuke enojado consigo mismo.

–Sí. Y ese guerrero Kazemaru se ve idéntico a una aparición de Rando. –Les recordó Botan en un susurro.

–Tienes razón. –Se dio cuenta Yusuke– Solo quedan dos oponentes más, aparte de Kuwabara. –Los tres miraron a los dos concursantes restantes– Eso significa que Shorin o Kazemaru pueden ser Rando. –Se volvió hacia Himemiya– Oye, Hime, ¿no puedes curarme?

–No, eso sería hacer trampa.

–Tacaña.

–Estoy de acuerdo en que será difícil, pero ¿eres tan débil como para no vencerlos a pesar del estado en el que te encuentras? Morir tan PRONTO después de ser revivido, eso sería MUY COÑO, y Kei-chan estaría tan TRISTE que tal vez se consolaría en los brazos de OTRO HOMBRE. En cuanto a las entradas de primera fila para el CAMPEONATO MUNDIAL DE LUCHA, estaré más que feliz de ir en tu lugar. –Himemiya bromeó. Su ira había ido creciendo junto con el número y el tamaño de las venas visibles en su cabeza. La agarró por la cabeza.

–¿Por qué...? ¡Venceré a todos y cada uno de ellos antes de que puedas siquiera pestañear!

–Sí, sí, lo espero con ansias. Y ten cuidado por dónde pisas... –Dijo la reina con indiferencia. Bueno, al menos ahora estaba entusiasmado.

Pronto llegaron a la cima de la colina, un pantano cubierto principalmente de hierba y plantas muertas. Había algunos lugares donde hay charcas pantanosas o simplemente barro.

–Ya llegamos. –Genkai señaló el páramo que les había dejado alcanzar.

–Esto parece un basurero.

–Esto es un campo de batalla. Muchos soldados murieron aquí traficamente después de la guerra ancestral entre la Diosa legendaria y el dios de la muerte. Significa que hay muchas almas en pena merodeando esta zona.

Eran muy débiles, pero Himemiya podía ver las huellas de los caídos de hace miles de años. Estaban esparcidas por el campo en una exhibición grotesca, los gritos aún resonaban a través de los siglos.

El gemido de Kuwabara dio paso a un gemido de terror –¡Veo cosas que prefiero no estar viendo! –Kuwabara dio un paso atrás– ¡¿Por qué se me ocurrió venir aquí?! ¡Demonios!

Genkai lo ignoró –En este lugar, el poder de estas almas es mucho más fuerte. ¡Así que creo, muchachos, que es el mejor lugar para que ustedes hagan uso de sus poderes  espirituales!

Himemiya sabía que Genkai tenía razón, pero aun así se estremeció, intentando controlar su pánico lo mejor que pudo. Pero podía sentir exactamente de qué estaba hablando Genkai. Cuanto más aumentaba su pánico, más vibraba su cuerpo con el poder de su Energía Espiritual. Se sentía como la cuerda de un arco, tensada con fuerza, lista para liberar una ola de poder si alguien la soltaba.

Déjanos ayudarte.

Sííí.

Déjalo ir.

Abre los ojos Queen kyuuketsuki.

Himemiya intentó taparse los oídos y cerrar los ojos con más fuerza. Yusuke frunció el ceño y la miró. Apretó los hombros de Yusuke.

–Oye, chica zorra. No importa qué cosas aterradoras veas, estoy aquí, ¿de acuerdo?

Himemiya asintió. Solo tenía que confiar en Yusuke. Yusuke no permitiría que le pasara nada.

¿Nos sientes?

¿Sientes el poder que te estamos dando?

Eres bastante fuerte

Himemiya se dio cuenta de que alguien podía volverse loco en ese lugar. Finalmente abrió los ojos, tan lentamente como pudo. Parpadeó varias veces y respiró profundamente varias veces para concentrarse y poder controlar el pánico que la invadía.

El cuerpo de Kazemaru comenzó a brillar con un azul brillante –Sí, Genkai. Entiendo a qué se refiere. Siento que mi poder se fortalece más y más.

Himemiya miró a Yusuke y vio que su aura brillaba tenuemente. Podía ver que todavía le quedaba energía espiritual, pero no tanta como Kazemaru. Ciertamente no lo suficiente para vencer a quien fuera en quien se escondía Rando.

–¿Cómo te sientes tú? –Botan se volvió preocupado hacia Yusuke.

–¡No tiene caso! –Admitió– Mi poder está volviendo, sí, pero no es suficiente para poder usar el Reigan.

El detective y la Santidad se miraron a los ojos y Himemiya pudo notar que estaban pensando lo mismo mientras Yusuke caminaba para pararse frente a Kazemaru.

–¡Que inicie el primer encuentro de la semifinal! ¡Comiencen! –Anunció Genkai.

–Siento lastima por ti. –Dijo Kazemaru con fingida pena– Has tenido dos combates seguidos. ¡No podrás conmigo!

–¡¿Qué?! –Yusuke miró fijamente a su oponente calvo.

–Sin embargo, cosas como la suerte y la vida son elementos inevitables para el encuentro. Cuando el poder de tu alma se fortalezca, podrás tener algo de suerte.

Himemiya se puso en cuclillas y se arrodilló junto a Genkai. Estudió a la pequeña mujer con el rabillo del ojo. Era tan pequeña que le llegaba a la cadera a Yusuke. El cabello rosado ondulado le rozaba los hombros y sus cansados ​​ojos castaños se asomaban en un rostro envejecido. Himemiya podía decir que esta mujer había visto y vivido mucho en su vida. Pero el aura que emanaba de ella era la de una actitud de no aceptar tonterías. Se miraron a los ojos por un momento.

–¿Por qué no tú?

Himemiya desvió la mirada hacia la pelea de Yusuke. Se encogió de hombros mientras mantenía la mirada fija en su hermano y Kazemaru, que se miraban uno a otro.

–No tengo ansias de poder. Quiero mejorar por mí misma. No quiero el poder de nadie más cuando apenas entiendo el mío.

–Hmm. Entonces Koenma eligió a este tonto en tu lugar.

Himemiya asintió –Puede que sea un tonto, pero es fuerte y testarudo. No se rendirá fácilmente.

–¿Y lo harías?

–No. Pero como dije, mi deseo es hacerme lo suficientemente fuerte para proteger a quienes me importan. No me rendiré, pero no tengo ningún deseo de ganar más de lo que necesito. Quiero hacer crecer lo que ya tengo. Yusuke merece la misma oportunidad. Necesita orientación.

Genkai estudió a la chica de cerca. Podía ver la voluntad inquebrantable en sus ojos mientras observaba a su amigo pelear. La feroz protección y el vínculo que fluía a través de ambos era fuerte. Lo que fuera que involucrara a Yusuke involucraba a Himemiya. Formaban un equipo fuerte, pero aun así eran dos individuos que podían valerse por sí mismos. La energía espiritual de Himemiya superaba con creces la de Yusuke, pero Genkai podía decir que la chica decía lo que decía. No tenía nada en ella que estuviera hambrienta de poder.

Himemiya jadeó cuando Kazemaru finalmente saltó, sus puños atraparon a Yusuke una y otra vez, apenas disminuyendo la velocidad o deteniéndose. Ella casi no podía seguir la velocidad a la que iba. Su último movimiento colocó una patada directamente bajo la barbilla de Yusuke y envió al chico a volar. Ella se tensó, manteniendo los puños apretados.

–Me sorprende saber que alguien más de mí pueda proyectar su alma. –Kazemaru cruzó los brazos sobre el pecho, sonriendo mientras miraba a Yusuke, tirado en el suelo– Tal parece que ya no tienes energía para más. –Kazemaru avanzó tranquilamente hacia Yusuke, con una sonrisa burlona en su rostro.

–¡Solo tengo el poder para dar un golpe de contraataque! ¡Es mi única oportunidad! –Yusuke se puso de rodillas y se levantó para enfrentar a Kazemaru nuevamente.

–Solo tengo que usar mis manos para vencerte... –Kazemaru se lanzó hacia adelante, rápido como un rayo, y acertó cada golpe que lanzó en dirección a Yusuke.

Kuwabara se volvió hacia Himemiya –¿Por qué no intentas ayudarlo o algo?

Himemiya le dirigió una mirada mordaz –Mira, te garantizo que odio verlo siendo golpeado más que tú, pero ¿qué puedo hacer exactamente desde aquí?

–¡¿No puedes leer la mente del otro tipo o algo así?!

Himemiya apretó los dientes –No funciona así. Cuando es la mente de un perfecto desconocido no puedo conectarme. Todavía no, de todos modos. Y aunque pudiera, Yusuke está completamente agotado, ¡así que no veo qué bien haría de cualquier manera!

En ese momento, la atención de Kuwabara se desvió cuando Yusuke salió volando –¡Lo esta golpeado sin piedad!

El ninja le asestó un gancho de derecha a Yusuke, que salió volando y se deslizó hacia el barro.

–¡Si no tiene el poder para escapar de él, mucho menos para contraatacar! –Gritó Kuwabara. Yusuke se sentó, pero al mismo tiempo Kazemaru se preparó para otro golpe.

Yusuke miró hacia arriba y vio a Kazemaru corriendo hacia él. Justo antes de que el puño del ninja se encontrara con su rostro, Yusuke se agachó para ponerse fuera de su alcance. Kazemaru se sorprendió momentáneamente y luego intentó dar su propio golpe. Kazemaru logró inclinarse en una voltereta hacia atrás porque apenas pudo esquivar el puño, lo que provocó que Yusuke solo cortara la punta de la nariz del hombre mayor.

–¡¿Evadió mi golpe?! –Se quejó Yusuke, pero de repente, un corte sangrante apareció en la mejilla de fieltro del chico ninja.

–¿Qué pasa? –Exclamó Kazemaru sorprendido mientras veía su propia sangre derramarse en el aire y, por la expresión del rostro de Genkai, eso significaba algo para la anciana.

–¡Cerca! –Gritó Kuwabara mientras chasqueaba los dedos.

Himemiya dejo que el borde de su labio se curvara un poco en una pequeña sonrisa burlona –«Así que finalmente tuvo la fuerza para hacer algo. Ya era hora.»

–Veo que todavía te queda mucho poder. –Dijo Kazemaru mientras se ponía de pie y se limpiaba la sangre– Entonces no puedo acercarme. ¡Entonces voy a usar mi técnica secreta! –El ninja sacó dos pares de estrellas arrojadizas en cada mano.

–¡¿Qué?! ¿Shuriken? –Exhaló Yusuke.

Asintió Kazemaru –¡Tsk! ¿Crees que puedas escapar de estas shurikens? –Saltó en el aire, arrojando los cuatro cuchillos directamente a Yusuke.

–¡No creas que me vencerás tan fácilmente! –Gruñó Yusuke– No importa lo destrozado que este... ¡...porque es imposible que me alcances con eso! –Yusuke se inclinó hacia un lado y por poco no alcanza las espadas. Himemiya mantuvo sus ojos pegados a las estrellas arrojadizas. No había oído el impacto de las estrellas al caer al suelo y no le gustaba el aspecto de esas cosas, especialmente considerando la sonrisa petulante de Kazemaru.

Sin embargo, cuando se volvió hacia el guardaespaldas, este se quedó allí, todavía con una mirada de suficiencia en su rostro.

–¿Qué te pasa? ¡¿Eso es todo?! ¡Te ves muy tranquilo con los brazos cruzados! ¡Vamos! ¡Haz algo! –Exclamó Yusuke, sin gustarle la expresión de Kazemaro.

Kazemaru sonrío –No he terminado. –Respondió con confianza.

–¿Qué...? –Exclamó Yusuke. Fue entonces cuando noté que esas estrellas regresaban como bumeranes.

–¡Yusuke! ¡Detrás de ti! –Gritó Himemiya.

Yusuke miró hacia atrás y vio esos objetos afilados con sus propios ojos.

–¡Oh, no! –Yusuke rodó por la hierba y esquivó los cuchillos por segunda vez– ¿Qué es esto? ¡Se dirigen hacia mí como si tuvieran vida propia! –Concluyó Yusuke mientras esas estrellas volvían a dirigirse hacia él.

–Las shurikens responden a tu Reiki. –Sonrío Kazemaru– Por lo tanto... ¡no dejarán de perseguirte hasta que te alcancen, y acaben contigo!

Las shurikens comenzaron a acercarse, pero cada vez que lo hacían, Yusuke apenas lograba esquivarlas todo tipo de maniobras para evadirlas. Se levantó del suelo y miró a su alrededor en busca de algo. Fue entonces cuando vio uno de los árboles muertos. Rápidamente corrió hacia el más cercano y se quedó allí hasta que esas shurikens estuvieron lo suficientemente cerca. Justo cuando esas armas voladoras casi lo alcanzaron, Yusuke saltó a tiempo, haciendo que se atascaran en el tronco del árbol.

¡Bam!

Las tres shurikens explotaron en cuanto la tercera las golpeó, y el impacto hizo que Yusuke volviera a caer al suelo. Sin embargo, eso no fue todo, esas estrellas ninja sobrevivieron a la explosión en una sola pieza y salieron volando del humo como si nada les hubiera pasado.

–¡Estas shurikens contienen la dinamita para reaccionar ante cualquier contacto! –Mencionó el ninja sonriendo todavía– Aunque pudieras evitar las estrellas, ¡no podrás evitar el daño causado por la explosión! ¿Se te acabaron las ideas? –La risa fuerte de Kazemaru resonó en los oídos de Himemiya mientras veía a Yusuke ponerse de pie con dificultad.

–¡Yusuke! –Botan sonó al borde de las lágrimas.

–¿Qué demonios va a hacer ahora? –Preguntó Kuwabara.

–No creo que pueda.

Kuwabara agarró el hombro de Himemiya ante sus palabras.

–¿De verdad va a perder este chico? –Dijo de repente Genkai.

–¡No seas ridícula, baaba! –Kuwabara empujó a Himemiya mientras le gritaba a Genkai.

–Si recibo otra explosión, no podré levantarme. –Murmuró ante la situación– «¿Qué no tengo posibilidades de ganar este encuentro? Si él fuera Rando... ¡No puedo perder con él! ¡Eso nunca!»

Con un grito, Yusuke comenzó a correr hacia el grupo mientras los shurikens una vez más se dirigían directamente hacia él.

–¿Por qué vienes hacia nosotros, idiota? –Kuwabara se asustó mientras yo me preparaba por si algo pasaba.

–¡No me malinterpreten! –Gritó Yusuke, captando toda mi atención– Ahora quedarán... ¡en sus manos! –Sonrío Yusuke y se lanzó contra Kazemaru.

Kuwabara se volvió hacia Himemiya, completamente desconcertado –¿Qué está haciendo? ¿Por qué Urameshi corre en dirección a Kazemaru?

–¡No lo sé! ¡Yusuke! –Gritó Botan alarmada.

–Probablemente se dio cuenta de que no puede vencer a Kazemaru, ¡y piensa llevárselo a la muerte con él! –Asintió Genkai con sabiduría.

–¡¿Qué dice?! –Preguntó Kuwabara– ¡Urameshi, tonto! ¡Detente! ¡No pierdas la cabeza!

–Ten cuidado.

Kazemaru prepara su técnica contra Yusuke, que seguía corriendo con esos shurikens no muy lejos detrás.

Kazemaru miró divertido la figura de Yusuke que se acercaba –Creo que esta listo para una muerte honorable. Ha olvidado que tengo un cañón de alma. –Se inclinó ligeramente hacia un lado y comenzó a cargar su energía espiritual en una masa púrpura.

–¡No moriré solo! ¡Te llevaré conmigo al viaje de la muerte! –Yusuke corrió hacia adelante sin miedo.

–¡Tonto! ¡Toma esto! –Kazemaru preparó su ataque.

Lo que sucedió a continuación desafió las expectativas de todos. Kazemaru gritó en estado de shock, liberando la energía que había acumulado, haciendo estallar en pedazos las estrellas arrojadizas que habían estado siguiendo a Yusuke. La fuerza arrojó a Kazemaru hacia atrás, la explosión hizo que todos se protegieran los ojos, excepto Genkai y Himemiya.

El cuerpo de Kazemaru aterrizó con un ruido sordo. Himemiya recorrió el campo con la mirada, tratando de encontrar a Yusuke. Corrió hacia el lugar donde lo había visto desaparecer, seguida por Botan y Kuwabara.

–¡Urameshi desapareció! –Dijo Kuwabara.

–¡Yusuke! –Botan agarró el hombro de Himemiya mientras gritaba por Yusuke– ¡¿Dónde estás?!

Himemiya escaneo cada centímetro del área pero no encontré rastro de Yusuke.

–¡Oye! ¡Urameshi! ¡¿Dónde estás?! –Gritó Kuwabara con un ligero dejo de fastidio en su voz.

–¡Yusuke! ¿Dónde estás? –Llamo Botan.

No hay respuesta.

Kuwabara se volvió hacia Botan –Oye, Urameshi, ¿tiene dominada la técnica de desvanecerse en el aire?

–No creo que la conozca.

–Entonces, eso significa que tal vez se volvió invisible.

Botan negó con la cabeza.

Himemiya se giró hacia la fuente del sonido mientras este aumentaba de volumen y se hacía más fuerte. Se giró cuando vio una mano que sobresalía del fango.

–Lo encontré, idiota. ¡Ayúdame a sacarlo! –Gritó Himemiya desde el suelo. Ambos se agachan, se tumban boca abajo y se agachan para agarrar a Yusuke por debajo de los brazos. Lo sacaron a rastras, Himemiya aprovechó el momento en que casi se le cayó encima para hacer palanca y darle un puñetazo en el esternón. Yusuke empezó a toser fuerte porque su ropa estaba mojada y cubierta de tierra mientras se arrodillaba sobre sus manos y rodillas.

–¿Estas loco? ¿Cómo se te ocurre ocultarte en un lugar así? –Kuwabara le dio una palmada en la espalda a Yusuke, lo que le hizo toser más agua sucia.

–¡No me ocultaba! –Logró decir Yusuke mientras seguía tosiendo– ¡Me... resbalé!

Botan soltó una carcajada e hizo todo lo posible por detenerse, pero su risa se convirtió en histérica.

–Por eso te dije que tuvieras cuidado por donde pisas. –Dijo Himemiya.

–¡¿Dijiste que te resbalaste?! Quieres decir que no lo planeaste, ¿eh? –Preguntó Kuwabara incrédulo.

–¿Qué quieres decir? –Preguntó Yusuke irritado.

En silencio, Himemiya señaló con el dedo por encima del hombro al ninja caído, que todavía estaba tendido en el suelo. Yusuke miró a Kazemaru, tendido en el suelo, con la ropa chamuscada y el cuerpo retorciéndose

Yusuke parpadeó –¿De casualidad gané el torneo? –Yusuke se inclinó hacia delante, sorprendiendo a Himemiya al abrazarla.

–Kazemaru parece haber perdido la coordinación para usar el cañón de alma espiritual después de ver que Yusuke desapareciera. Así que esta fue una victoria literalmente accidentada. Urameshi Yusuke fuiste el único con suerte. –Genkai sonrío mientras estudiaba a la reina y al chico. Realmente dependían el uno del otro para fortalecerse.

–¡E-Es increíble! –Escupió Kazemaru con amargura, pero tan pronto como las palabras salieron de su boca, se desmayó.

–Dilo otra vez... –Admitió Yusuke a regañadientes.

–¡Eres un tipo con mucha suerte, Yusuke Urameshi! –Señaló Kuwabara amablemente.

–Así parece. –Yusuke se limpiaba un poco de suciedad de la mejilla izquierda.

–¡El ganador es Urameshi! –Declaró Genkai.

Yusuke agarró la chaqueta que había dejado caer antes y la envolvió con fuerza alrededor de Himemiya.

–Antes de irnos, tus hermanos me ordenaron que te cuidara.

–Con anijan lo entiendo, pero Chihaya rara vez lo dice.

–Ni me lo recuerdes. Tienes una familia bastante rara. –Dijo mientras Himemiya lo ayudaba a ponerse de pie.

–Tal parece que Kazemaru no era la aparición Rando. –Botan se inclinó sobre ellos y bajó la voz para que nadie más pudiera oírlos– No siento esa atmósfera fantasmal alrededor de él.

–Entonces sólo queda... –Yusuke miró al chico modesto que miraba al vacío con una sonrisa benévola. Himemiya tuvo que admitir que era inteligente. Esconderse en una forma más pequeña y reprimir su energía le había permitido a Rando ascender en la clasificación sin pasar desapercibido.

–¿Shorin es Rando? –Botan apretó los labios con firmeza.

–¡Bien! ¡Empezamos el segundo encuentro de la semifinal! Será Kuwabara contra Shorin. –Anunció Genkai.

Un viento sopló a su alrededor, haciendo que Himemiya temblara. Shorin deslizó sus ojos hacia ella y ella lo fulminó con la mirada.

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