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Capítulo 18: Inicia la búsqueda

Una vez cerrado el primer caso, los gemelos Urameshi volvieron a una rutina más o menos normal. Himemiya ya no toleraba que Yusuke se saltara la escuela, pero a regañadientes se abstenía de protestar por las frecuentes faltas a clase. Botan le estaba dando a Yusuke su nueva misión mientras Himemiya dormía silenciosamente en la azotea usando a Botan y la nueva misión como excusa.

–¡¿Qué?! –Yusuke levantó una mano, su expresión de sorpresa reflejaba una mezcla de incredulidad y molestia– ¿Infiltración?

Botan se sentó con un aire tranquilo y respondió, sus ojos brillando con complicidad –¡Sí! Tu siguiente misión es infiltrarte para hacer la investigación. –Explicó, haciendo una pausa dramática– Aunque estoy segura de que ya lo sabías, ¿verdad, Himemiya-chan?

Himemiya, que había estado disfrutando de una siesta silenciosa en la azotea, entreabrió los ojos y esbozó una sonrisa perezosa antes de responder –Claro que sí. A diferencia del genio de aquí, yo realmente presté atención en quinto año.

–¡Estoy aquí, maldita sea! –Yusuke lo fulminó con la mirada y soltó un bufido– De todos modos, espero que no tenga que ir al Reikai.

Botan esbozó una sonrisa –No. –Su tono se volvió más serio– Alguien conocido de Koenma-sama, llamado Genkai, busca un candidato para ser su discípulo. Así que irán con ella y se inscribirán para el puesto.

–Primero explícame quién es Genkai. –Yusuke cruzó los brazos, intentando sonar desinteresado, pero una chispa de curiosidad brillaba en sus ojos.

–He oído que ella es la mejor entrenadora del mundo. –Botan miró a Himemiya, notando cómo su atención se agudizaba con esa afirmación– Hace mucho que no tiene un aprendiz. Pero creo que presiente que su fin está cerca, y por eso quiere dejar su técnica secreta a alguien digno. –Botan bajó la voz un poco, el peso de las palabras cayendo con gravedad en el ambiente.

Yusuke frunció el ceño, tratando de asimilar lo que implicaba.

–Hay muchos que se mueren por aprender la técnica perfecta de Genkai. La técnica es tan poderosa que puede dañar la vida de muchos, pero si Yusuke la domina, podría usarla para proteger a otros y volverse invencible. –Koenma había dicho con una seriedad que Botan ahora transmitía con precisión.

–Eso fue lo que me dijo. –Botan asintió, recordando las palabras de su superior.

Yusuke dejó escapar un suspiro, rascándose la cabeza mientras una sombra de preocupación se dibujaba en su rostro –Ustedes quieren que me asegure de que una técnica tan poderosa no caiga en manos de la persona equivocada, ¿no es así?

Botan sonrío de nuevo, esta vez con una mezcla de aliento y certeza –Sí, exactamente. Además, me dijo algo más.

Botan dudó. Por curiosidad, Himemiya se conectó a la mente de Botan. Estaba recordando las palabras exactas de Koenma...

–Será una buena oportunidad para que Yusuke se entrene. No es un hombre que trabaje bien por su cuenta. Tienen que obligarlo a trabajar. Y en cuanto a Himemiya, es difícil de localizar hasta que ella así lo desee. –Recordó Koenma, con una media sonrisa.

–Ay, perdón. Mejor lo dejamos así. –Murmuró Botan.

–¿Qué? –Yusuke había oído. Himemiya reprimió una sonrisa.

–Tienes que entender que esta misión es muy peligrosa. –Dijo rápidamente Botan– Recibí información de que una aparición con el nombre de Rando también está buscando obtener la técnica de Genkai.

–¿Rando? –Preguntó Yusuke con expresión inexpresiva.

–¿Por qué tengo la sensación de una fatalidad inminente? –Gruñó Himemiya.

–Así es. Cuando Rando domina la técnica de alguien, la mejora con su propio estilo y la utiliza con humanos. Si la técnica de la maestra Genkai recae en manos de Rando, el número de muertos ascenderá. –Explicó Botan.

–Ya veo. –Yusuke parecía notablemente tranquilo– Eso sería una crisis para la humanidad.

–Una catástrofe. –Instó Botan.

–Pero también estoy pensando que es importante que yo tome unas vacaciones muy largas. –Dijo Yusuke pensativamente.

La mandíbula de Himemiya prácticamente tocó el suelo. Botan parecía estar a punto de gritar, y lo hizo –¿La vida humana es tan importante como unas vacaciones? –Gritó con el rostro rojo.

–¡Pues ambos son muy importantes para mí! Además, ¿no puede hacerlo Hime? Ella es lo suficientemente fuerte. –Gritó Yusuke, recostándose contra la pared y con las manos en los bolsillos.

Botan gruñó –¡Himemiya-chan no es del todo poderosa, sus poderes quedaron limitados después de que salvo a la raza humana y eso también es para que te vuelvas más fuerte!

–Tch.

Himemiya dio dos pasos hacia Yusuke.

¡SMACK!

–¡Ay! ¿Por qué demonios hiciste eso, maldito mocoso? –Siseó Yusuke mientras se agarraba la cabeza.

–¡¿Qué te crees?! –Gritó Himemiya– ¿En serio vas a poner a todos en riesgo para que tu perezoso trasero pueda quedarse en la cama todo el fin de semana jugando videojuegos? ¡¿Has perdido la cabeza?!

–Himemiya-chan. –Dijo Botan en un tono mucho más tranquilo. Caminó de un lado a otro por la azotea y le dirigió a Himemiya una mirada conspiradora– Ah... –Sonrío– Casi lo olvido. Si tienes éxito en la misión, recibirás un premio especial...

–¿Un premio especial? –Yusuke sonaba menos interesado que nunca.

Botan, con un gesto elegante, sacó un boleto rojo y amarillo brillante –¡Es un boleto para el Torneo Mundial de Batalla en el Domo de Tokio!

Yusuke se puso de pie de un salto, casi salivando de emoción –¿Qué estamos esperando? ¡Voy a hacerlo! –y bajó corriendo las escaleras.

Himemiya se volvió hacia Botan –Eso fue brillante.

–Los chicos no son demasiado complicados, Himemiya-chan. –Le guiñó el ojo Botan– Eso ya lo he aprendido.

–¿Y me lo dices a mí? Soy madre de un chico y la mitad de mi familia son chicos.

–Es verdad. ¿Vendrás también? No te estamos pidiendo que compitas por ser el aprendiz, pero estoy segura de que a la maestra Genkai le encantaría conocerte a ti y a tu largo trabajo con las negociaciones para un mundo igualitario para todos.

–Solo intenta mantenerme alejada. –Declaró Himemiya– No conozco esta técnica, pero si puedo ayudar en algo, quiero estar allí.

~

El cielo se teñía de un rojo ardiente cuando Himemiya cruzó la puerta principal de INFINITY, la empresa que lideraba como su poderosa y enigmática CEO. Era también la reina del cuarto reino del Makai, Infershia, y aunque el Ningenkai había sido su hogar durante muchos años, su corazón seguía latiendo con la fuerza de un mundo forjado en sombras y fuego. Después de un largo día en reuniones interminables y estrategias que marcaban el destino de dos mundos, se permitió un respiro al volver a casa.

Cruzó la majestuosa entrada del templo Luna Azul, un lugar que combinaba la serena belleza del Ningenkai con la poderosa presencia del Makai. Al final del sendero de piedra, se alzaba la puerta principal, esculpida con grabados antiguos que narraban la historia de la familia. Abrió la puerta de un empujón suave, sonriendo ligeramente al percibir el aroma familiar de las galletas de chocolate recién horneadas. Ese simple olor le recordaba que, por muy imponente que fuera su trono en Infershia o cuán decisivas fueran sus decisiones empresariales, la calidez del hogar era insustituible –¡Estoy en casa! –Anunció con un tono firme pero suave, cerrando la puerta tras de sí con un susurro a su espalda.

–Bienvenida, Hime. –La voz de Kuronue resonó desde la sala contigua– Shirayuki y Aqua están terminando sus tareas, y Chihaya está revisando unos documentos de la Alianza del Este.

Himemiya dejó su bolso de diseño en la mesa del vestíbulo, un gesto que indicaba que el día había terminado para ella. Avanzó hacia la cocina, donde una figura de cabellos oscuros y ojos serenos estaba colocando las galletas recién sacadas del horno en una bandeja.

–Madre, ¿te habrás excedido otra vez con el chocolate? –La voz de Yuichiro, su hijo mitad zorro y mitad dios, se hizo eco de la burla cálida que inundaba la cocina.

–Nunca hay demasiado chocolate, querido. –Respondía Himemiya, dejando escapar una risa elegante que solo reservaba para su familia. La harina salpicaba las mangas de su vestido de trabajo, un contraste que hacía que su imagen de reina indomable se suavizara ante la vista de los suyos.

–¡Tía Himi, Aqua dice que yo comí la mayor cantidad de galletas la última vez, pero fue él! –Exclamó Shirayuki desde la sala, asomando solo la cabeza con un brillo juguetón en sus ojos.

–Nadie contará galletas hoy, ni las discutirá. –Intervino Chihaya con una sonrisa mientras entraba al cuarto, un brazo en torno a Kuronue. Vestía una túna sencilla que no restaba a su elegante porte– Hemos tenido suficiente contabilidad en la oficina.

Himemiya miró a su familia, una mezcla de deidades, realeza y niños con risas sinceras. Por un momento, Infershia y el Ningenkai no eran mundos opuestos, sino uno solo, atado por hilos de amor y chocolate.

Mientras disfrutaban de la calidez del hogar, Himemiya recordó que tenía un asunto importante que atender. Se volvió hacia Kuronue y Chihaya, quienes la miraban con curiosidad.

–Mañana me reuniré con Yusuke al torneo de selección de Genkai. –Explicó Himemiya, su voz impregnada de una seriedad que captó la atención de los presentes– Hay rumores de que Rando, el demonio que ha hecho temblar a más de un reino del Makai, podría aparecer para intentar arrebatar la técnica.

Kuronue asintió, el brillo de interés en sus ojos se encendió al escuchar el nombre. Rando, un monstruo conocido en el Makai por su habilidad de robar técnicas y su crueldad, no era un oponente que debieran subestimar.

–Rando... Ese ser no conoce límites. –Dijo Kuronue, en un tono que hizo que Shirayuki y Aqua, que hasta entonces habían estado riendo, guardaran silencio– Si va a estar ahí, Yusuke necesitará todo el apoyo posible. ¿Planeas enfrentarte a él si se presenta? –Preguntó Kuronue, su voz grave mostrando la preocupación de un hermano protector.

–Eso dependerá de la situación. –Respondió Himemiya, con una leve sonrisa que no alcanzó sus ojos– Yusuke es descendiente de Raizen-san. Por lo tanto, es más fuerte de lo que aparenta, pero si las cosas se complican, haré lo necesario para asegurar que esa técnica no caiga en manos equivocadas.

Chihaya miró a Himemiya con una sonrisa sabia y alentadora –Confío en que lo manejarás bien. Pero, por favor, ten cuidado. La reputación de Rando lo precede.

Yuichiro, que había estado escuchando en silencio mientras mordía su galleta, levantó la vista, sus ojos dorados con rosa degradado en la parte superior del iris rasgado brillaron con curiosidad.

–Madre, ¿por qué es tan importante la técnica de Genkai? –Preguntó, rompiendo el silencio tenso de la sala.

Himemiya se acercó y posó una mano en el hombro de su hijo.

–Porque en manos correctas, puede proteger mundos. En las equivocadas... podría ser la chispa que incendie una guerra entre reinos. Y nosotros debemos evitarlo a toda costa.

El sonido de pasos ligeros irrumpió en la conversación. Shirayuki y Aqua se acercaron, sus expresiones de inquietud reflejaban que habían estado escuchando más de lo que se esperaba.

–¿Tía Hime, podremos ir contigo alguna vez a ver un torneo? –Preguntó Aqua con la esperanza chispeando en sus ojos.

Himemiya sonrío, esta vez con una calidez real que disipó un poco la seriedad del ambiente.

–Cuando crezcan un poco más, tal vez. –Respondió, acariciando la cabeza de Aqua– Pero por ahora, es mejor que se mantengan a salvo aquí, donde la única batalla que deben enfrentar es quién se come la última galleta.

Las risas se filtraron por la sala, aligerando el ambiente. Pero en lo profundo del corazón de Himemiya, la preocupación seguía latente. Mañana, la competencia podría cambiarlo todo, y solo el destino sabría si el Ningenkai saldría indemne de la presencia de Rando.

~

A la medianoche, Himemiya se despertó sobresaltada en medio de la oscuridad de su habitación. Su respiración era irregular, y la fina capa de sudor que perlaba su frente brillaba tenuemente bajo la luz pálida de la luna que se filtraba por las cortinas apenas iluminaba la estancia, proyectando sombras danzantes en las paredes que tenía colgado su uniforme escolar. Un dolor punzante en la cabeza la hizo llevarse la mano a la sien, mientras una oleada de imágenes difusas golpeaba su mente.

Se sentó en la cama y se llevó las manos al rostro, tratando de calmar los latidos frenéticos de su corazón. Cerró los ojos y, por un momento, los fragmentos de imágenes se arremolinaron en su mente: una gran batalla bajo un cielo teñido de fuego, el rugido de Vaatu, el conquistador oscuro del Meikai, resonando mientras las llamas consumían los campos de batalla. Y allí, en el centro de la destrucción, estaba ella, pero no como Himemiya, la reina de Infershia y la poderosa CEO de INFINITY. Era Lillianne, la diosa guerrera de luz y esperanza.

Sus dedos se crisparon al recordar la batalla titánica. El sonido de las espadas chocando, las súplicas de sus compañeros dioses y seres en la Tierra resonando a su alrededor. Entre esos recuerdos, una figura destacaba: Vladimir Kuran, el último rey Kuran. Recordó la intensidad de su mirada carmesí, la promesa de eternidad en sus ojos y la devoción que compartían antes de que la guerra los separara.

–Lillianne. –Susurró en la penumbra, probando la palabra en sus labios. El nombre resonó como una melodía antigua, perdida y hallada al mismo tiempo. El amor que una vez compartió con Vladimir se alzaba como una llama olvidada, ardiendo en su pecho. Juntos habían soñado con un mundo en paz, uno donde su linaje, compuesto por sus hijos de sangre divina y vampírica, pudiera crecer sin miedo. Sin embargo, la guerra lo había arrasado todo.

Los recuerdos la golpearon con más fuerza. Vio a sus hijos, los tres mayores y la última pequeña, de piel pálida y ojos que reflejaban la dualidad de sus herencias. Vio cómo uno de ellos, Haruka y Rido, blandían una espada mientras intentaba defenderse de las hordas de Vaatu, la tercera mayor, Juuri, curaba y sanaba a los heridos; y la más joven, Izanami, lloraba entre los escombros al ser protegida por los guerreros restantes. La desesperación la invadió cuando la imagen de su caída final apareció ante ella: un golpe traicionero que terminó con su vida en la cúspide de la batalla. Y, en su último aliento, el grito de Vladimir, cuya furia resonó en el vacío antes de que él también desapareciera en el flujo del tiempo.

Himemiya abrió los ojos, jadeando. Aunque los recuerdos volvían en forma de destellos, la claridad aún era esquiva. Sin embargo, la sensación de pérdida y el amor por los que una vez estuvieron a su lado eran reales y profundos. Sus manos temblaron al recordar que Lillianne había existido, que ella misma había liderado batallas en épocas donde las deidades y los seres inmortales marcaban el destino de los reinos.

Se quitó la manta del cuerpo, deslizó las piernas, cubiertas por el suave tejido de su nemaki, hasta el borde de la cama. Se levantó despacio, dejando que sus músculos se desperezaran con un estiramiento lento y cuidadoso.

Con movimientos silenciosos, se abrió paso en la penumbra de la habitación hasta llegar al armario. Abrió la puerta corrediza y reveló un espacio repleto de vestimentas de todo tipo: desde conjuntos modernos y atuendos de invierno, hasta exquisitos kimonos y elegantes yukatas. Allí también se encontraban sus majestuosos vestidos de reina de Infershia, adornados con bordados y joyas que evocaban la gloria y el poder de su linaje.

Himemiya recorrió con la yema de los dedos las telas, permitiéndose un momento de nostalgia mientras las suaves texturas y los brillantes bordados traían a su memoria retazos de su pasado. Al tocar uno de los vestidos de Infershia, un destello fugaz se encendió en su mente: un campo de batalla cubierto de cenizas y la figura de un guerrero de mirada feroz, Kuran-sama, su amante y aliado en otra vida.

La imagen se desvaneció tan rápido como había aparecido, dejándola con un latido acelerado y una sensación de pérdida profunda. Se llevó la mano al pecho, tratando de controlar la respiración. Estos fragmentos de recuerdos se hacían cada vez más frecuentes, recordándole que había más en su historia de lo que la consciencia le permitía recordar.

En silencio, Himemiya cerró la puerta del armario y se dirigió hacia la ventana. La luna llena bañaba la habitación con una luz plateada, iluminando sus rasgos con un brillo etéreo. Allí, bajo la calma aparente del cielo nocturno, volvió a sentir el eco de antiguas batallas, momentos de amor y sacrificio como la diosa Lillianne, que había luchado hace 3,000 años contra el despiadado Vaatu. Había sido una guerra sin cuartel, y en ella había perdido todo, incluso la vida que compartía con Vladimir y sus hijos.

Una lágrima silenciosa rodó por su mejilla, cargada con el peso de milenios de historia y pérdida. Sin embargo, sabía que no podía permitirse flaquear. Giró su mirada hacia la luna, como si esperara respuestas que solo el tiempo podría revelarle.

~

La luz del amanecer se colaba a través de los paneles de papel del templo, tiñendo todo con un resplandor dorado. Himemiya se encontraba de pie frente al espejo de su habitación, ajustando cuidadosamente el
vestido corto y ajustado en la parte superior, en la falda del vestido tiene un diseño floral en la parte baja, lo que añade un aire de delicadeza y feminidad al conjunto. Los detalles de hojas y flores resaltan en un tono más suave, complementando la faja y otros detalles del atuendo ató el obi de color naranja de manera firme pero delicada, asegurándose de que todo estuviera en su lugar. Las mangas largas y de color negro contrastan con el vestido y parecen funcionar como guantes o accesorios que cubren los brazos parcialmente. Se puso un par de medias largas y blancas que llegaban hasta los muslos, adornadas con un delicado diseño floral cerca de las rodillas, lo que continúa con el motivo floral del vestido y un par de zapatos de plataforma en color rojo oscuro con un diseño simple y elegante. Se giró y fue a su tocador, tomó su cepillo y se lo pasó por el cabello para luego recogerselo en dos coletas largas que caen a ambos lados.

La puerta corrediza se abrió suavemente, revelando la silueta de Kuronue, quien apoyaba una mano en el marco, su expresión despreocupada traicionada por la intensidad de su mirada. Sus alas negras, parcialmente extendidas, reflejaban la luz matutina.

–¿Lista para el desafío, Himemiya? –Preguntó con una sonrisa ladeada. La familiar chispa de camaradería y desafío en su voz le recordó las innumerables veces que habían luchado codo a codo.

–Lo estoy, Kuro-niichan. –Respondió ella, una determinación inquebrantable reflejada en sus ojos. Sujetó con fuerza a Moonlight que llevaba en la cintura.

Desde el pasillo, Yuichiro asomó la cabeza, sus ojos brillantes como los de su padre y su cabello dorado enmarcando un rostro de inocente expectación.

–¡Mamá! ¿Podré ir contigo hoy? –Preguntó con un entusiasmo que desbordaba. El corazón de Himemiya se llenó de ternura al ver a su hijo, pero una sombra de preocupación también se asomó.

–No esta vez, pequeño. –Dijo ella, caminando hacia él y agachándose para colocar una mano sobre su hombro– Hoy es un viaje peligroso, pero prometo volver con buenas noticias.

Yuichiro asintió con un puchero, pero la confianza en sus ojos reflejaba lo mucho que admiraba a su madre. Kuronue soltó una risa ligera y revolvió el cabello del niño con afecto.

–Tu madre es más fuerte de lo que imaginas. –Comentó Kuronue, guiñándole un ojo a Yuichiro antes de mirar a Himemiya con un gesto que decía "Vamos, el tiempo corre".

Con un último vistazo al altar, Himemiya enderezó su postura y avanzó hacia la salida, dejando que la brisa matutina acariciara su rostro.

~

De todas las cosas que Himemiya nunca pensó que presenciaría, ver a Yusuke caminando por el bosque definitivamente estaba en el primer lugar de la lista. Incluso después de luchar contra demonios, encontrarse con artefactos encantados y recibir órdenes de un niño pequeño, algunas cosas aún lograron sorprenderla. Lo que no la sorprendió fue la pequeña rabieta que estaba teniendo.

–Mira. –Himemiya señaló hacia una enorme escalera de piedra– Creo que ese es el camino hacia la casa de Genkai.

Yusuke gimió –¿Ahora tenemos que subir todas esas escaleras para encontrarnos con una vieja bruja?

Himemiya río entre dientes –Eso parece.

–Hombre, esto es una tontería. –Se quejó Yusuke– ¿Por qué me convenció a hacer esto en fin de semana?

–Awww, vamos Yusuke. Estar aquí en la naturaleza es agradable, ¿no crees?

–Habla por ti, Hime. No disfruto que me ataquen los mosquitos. –Replicó Yusuke, espantando a dichos insectos.

–Se llama repelente de insectos, Yusuke. Y te lo ofrecí antes de irnos.

Yusuke dejó caer su bolso de golpe –¡Está bien! ¡Dámelo ahora, por favor!

Himemiya puso los ojos en blanco y buscó el bote en su mochila. Cuando se lo entregó a Yusuke, vio las picaduras de mosquito en sus brazos –Sabes, Yusuke, odio decirlo, de verdad, pero hay que decirlo. Te lo dije...

–¿Sabías que 'Te lo dije' tiene como amigo? ¡Su nombre es 'cierra la boca'! –Espetó Yusuke.

Himemiya levantó las manos en señal de rendición –Está bien. –Se sentó y tomó un sorbo de su botella de agua.

–Estúpida Botan, haciéndome decir que sí de esa manera. –Continuó Yusuke despotricando en voz baja.

–Uh, detective espiritual, nuevo caso, el destino de la humanidad en juego, tu maldito trabajo, ¿alguna de estas cosas te suena familiar? –Resopló Himemiya.

Yusuke abrió la boca por un segundo, pero decidió dejar el tema, al menos por ahora. Le arrojó la bolsa a Himemiya –Vamos, ya casi llegamos.

~

Los dos no hablaron mientras subían las escaleras. Himemiya mantuvo la mirada fija al frente, decidida a evitar el único tema que no quería discutir en absoluto.

–Creo que esa es la casa. –Dijo finalmente Yusuke. Tenía razón. En lo más alto había una finca de aspecto tradicional, exactamente el tipo de lugar en el que viviría un antiguo amo. La atmósfera que emanaba de la casa hizo que Sakura se estremeciera, aunque no sabía por qué.

–Siento un poder espiritual muy fuerte. –Comentó Yusuke.

–Me alegro de no ser la única– –Himemiya logró esbozar una pequeña sonrisa que Yusuke le devolvió.

–Bueno. –Suspiró– Si no quedo entre los elegidos, podremos volver a casa y descansar.

Una vez en su destino, se sorprendieron al ver a una gran multitud frente a la otra entrada. Había adultos, como monje soldados y artistas marciales profesionales. Gente corriente, como hombres de negocio jóvenes adolescentes, como buenos estudiantes y delincuentes, todos por igual. Sin embargo, no había ninguna mujer entre ellos, lo que sorprendió un poco a Himemiya.

Los dos observaron a su alrededor la colorida variedad de asistentes –Oh, vaya. Hay mucha gente. ¿Qué? ¿Todos quieren ser aprendices de Genkai? –Le susurró Yusuke a Himemiya. Ella se río.

–¿Urameshi? –Yusuke miró a su alrededor al oír su nombre. El dulce tono de voz del hablante le sonaba terriblemente familiar...

Con los ojos muy abiertos, Yusuke giro hacia la izquierda y, efectivamente, vio la persona que lo llamó por su nombre.

–¿Kuwabara? –Yusuke llamó sin comprender a su compañero de clase, quien parecía igualmente desconcertado.

Kuwabara corrió hacia ellos –¿Puedes decirme qué está haciendo aquí?

–Más bien, tú, ¿qué estás diciendo aquí? –Dijo Yusuke con énfasis.

–Bueno. –Kuwabara se cruzó de brazos en señal de desafío– Siento que últimamente mi poder espiritual aumentado.

Yusuke escuchó con una generosa dosis de escepticismo, pero Himemiya mantuvo una expresión muy seria.

–Veo cosas extrañas y experimentado situaciones muy raras. Además, me enteré que Genkai revelará el secreto y por eso estoy aquí. Pero ¿qué hacen todas estas personas?

Yusuke lo miro mientras se le hundían los hombros –Yo que voy a saber. Tal vez Genkai convocó a una reunión y por eso hay mucha gente.

De repente, Kuwabara presionó su dedo índice sobre la nariz de Yusuke –¡Ay! Qué ignorante eres, Urameshi. ¡Genkai es un genio en el uso de la técnica reikohadou! ¡Cuando haga uso de esa técnica, me enseñará a deshacerme de estos síntomas!

Fue el discurso más largo que los dos habían escuchado jamás de boca de Kuwabara. Yusuke prácticamente había renunciado a seguirlo en ese momento.

–Ah... Reikohadou... Claro. Sí como no. Claro, claro. –Dijo condescendientemente y retrocedió.

Kuwabara lo agarró inmediatamente por el cuello de su chaqueta con bastante agresividad –¡No finjas que no sabes de esto, cuando no sabes nada! –Kuwabara lo bajó y se dio la vuelta, murmurando furiosamente para sí mismo.

Yusuke puso los ojos en blanco –Ahora entiendes por qué odie entrar a su cuerpo.

–Bueno... Él no es mala persona, solo que se deja llevar demasiado por las cosas. –Una gota de sudor bajaba por su sien. Su voz atrajo la atención del chico y ahora estaban poniendo esos ojos saltones como si ella fuera la única belleza en todo el mundo.

–Oye, ¿quién es tu nueva amiga, Urameshi? –Preguntó Kuwabara con curiosidad mientras sus ojos escudriñaban sus rasgos, pareciendo estar en trance.

–Entonces, hagámoslo oficial. Himemiya, este es... –Comenzó, pero Kazuma se aclaró la garganta ruidosamente, interrumpiéndome para mi total disgusto.

–Soy Kazuma Kuwabara. –Se presentó mientras se acercaba a Himemiya con una expresión de asombro, pero en vez de impresionar a la pobre chica, estaba asustada.

–Uuuhh... –La Santidad respiró torpemente y tranquilamente nerviosa por la repentina mirada y las manos que agarraron a sus pequeños.

–¿Cuál es tu nombre? –Preguntó Kazuma– ¿Aparte de Belleza?

Himemiya levantó una ceja, la irritación reflejada en sus ojos dorados. Antes de que pudiera decir algo, Yusuke, que había estado observando la escena con una expresión de creciente molestia, intervino rápidamente. Sin pensarlo dos veces, le propinó un ligero golpe en la cabeza a Kuwabara.

–¡Deja de actuar como un idiota! –Gruñó Yusuke, su voz cargada de fastidio– No tienes que ser tan insistente.

Kuwabara se llevó la mano al lugar donde Yusuke lo había golpeado, haciendo una mueca –¡¿Qué fue eso, Urameshi?! ¡Solo preguntaba!

–Sí, pero tu manera de preguntar es tan torpe que irritas a todos. –Replicó Yusuke, cruzándose de brazos y lanzando una mirada protectora hacia Himemiya– Dale un respiro, ¿quieres?

Himemiya, sorprendida al principio, dejó que una pequeña sonrisa asomara en sus labios. Ver a Yusuke tan dispuesto a defenderla le daba una sensación cálida, aunque ella no lo admitiera fácilmente.

–Gracias, Yusuke-san. –Murmuró, lo suficientemente bajo como para que solo él pudiera escucharlo.

–No es nada. –Respondió Yusuke, con un tono más suave, sin perder su postura desafiante hacia Kuwabara– Solo mantente lejos de los problemas, ¿sí?

–Tch, lo que digas. –Murmuró Kuwabara, dando un paso atrás con una mezcla de resignación y frustración.

–¡Shhh! –Un par de asistentes que estaban cerca fruncieron el ceño al ver al trío. El silencio se apoderó de la multitud, pero algunos continuaron murmurando con entusiasmo.

–¡Silencio, señores! ¡Genkai está aquí!

Las puertas del edificio se abrieron.

Todos se quedaron mirando la inauguración y esperando con gran expectativa a la gran maestra.

–Veo que han vendido muchos. –Dijo una voz suave. De la oscuridad surgió una figura.

Himemiya se puso de puntillas para ver y escuchó a Yusuke jadear levemente ante lo que vieron.

En la puerta había una mujer menuda, de unos tres pies de altura, con una túnica roja y un sombrero morado. Su cabello, de un rosa pálido y ralo, le caía sobre los hombros. Levantó su marchita cabeza y miró a la asamblea sin ningún atisbo de emoción. Las expresiones de asombro se pintaron en todos los rostros de los hombres cuando finalmente pudieron ver a la famosa psíquica con sus propios ojos.

–No puede ser. ¿Esa anciana es Genkai? –Murmuró Yusuke con disgusto.

Himemiya le dio un codazo en el costado –¿Estás tratando de hacerme enojar?

–Bien, ha llegado el momento de empezar este torneo. –Anunció Genkai, haciendo que toda la multitud temblara de nervios– La primera prueba será llevada acabo... –Siguió una pequeña pausa dramática, que me hizo contener un poco la respiración– por todos ustedes. –A excepción de Himemiya, toda la multitud prácticamente cayó al suelo tan pronto como esas palabras asesinas salieron de la boca de Genkai.

–¿Qué? ¿Por todos nosotros? –Se quejó Yusuke.

–Pasarán uno por uno y tomarán un papel de esta olla. –Les dijo a todos mientras señalaba el gran frasco de cerámica lleno de pequeños papeles que estaba a su lado– Vamos, no tenemos todo el día.

–«No puedo creer esto. ¡Genkai es solo una anciana!» –Yusuke gimió internamente con una rabia mal disimulada en su rostro.

Himemiya no pudo evitar reírse –No es exactamente lo que esperabas, ¿eh?

–¿Eh? Ah, cierto... lo escuchaste. –Yusuke lo ignoró.

A regañadientes, la multitud formó una fila junto con los gemelos y Kuwabara. La fila se movía lentamente y Sakura decidió probar la expansión de su mente en Kuwabara. Alguien con quien no estaba conectada todavía. Ya no necesitaba tiempo para encontrar a Yusuke gracias a toda la práctica con Botan. Conectarse con él se estaba volviendo un acto subconsciente y probablemente la mente de Botan pronto también lo estaría.

Uno por uno, los hombres que esperaban eligieron un trozo de papel. Himemiya parecía ser la única mujer en los alrededores, aparte de la propia Genkai. Finalmente, fue el turno de Yusuke y Kuwabara.

Yusuke dudó –«Vaya. Nadie podrá hacer nada al respecto si no tengo algo. En caso de ser así, podré irme a casa de inmediato.»

–¿Quieres apostar? –Murmuró Sakura para sí misma mientras Yusuke metía la mano en el frasco.

–«¡No vine aquí para ser discípulo de Genkai!» –Los pensamientos de Kuwabara confirmaron la conexión exitosa de Sakura y él siguió su ejemplo.

Los ojos de Genkai se dirigieron hacia ella
–Tú, niña, ¿no piensas tomar uno?

Himemiya se sintió un poco desconcertada por el hecho de que le hablaran así, pero tuvo la sensatez de no demostrarlo –No lo estaba planeando. Solo vine como apoyo moral. Es posible que no hubiera logrado subir las escaleras sin mí.

–¡Oye, estoy aquí mismo, maldita vampira!

Genkai resopló, con un leve atisbo de sonrisa cómplice en sus labios –¿De verdad? Bueno, quiero que elijas a uno de todos modos, srta. Incluso si estás aquí solo porque este bocazas necesita a alguien que le tome la mano. No tienes que participar en mi desafío si no quieres, pero tengo curiosidad. Prueba tu suerte.

Himemiya se encogió de hombros –Claro, ¿por qué no? –Extendió la mano y seleccionó su propio papel. Todos miraron los pequeños sobres, esperando la respuesta.

–¿Todos tienen uno? –Dijo la anciana dirigiéndose a la multitud de aspirantes, mientras caminaba hacia la barandilla de madera– Vamos, ahora habrán sus papeles. Ganan aquellos que tengan un papel rojo, eso quiere decir que han pasado la primera prueba.

Curiosos y tensos a la vez, todos comenzaron a abrirlo.

Un coro de papeles rasgados resonó en el patio.

–«¡Quiero uno blanco, uno blanco!» –Rezó Yusuke. Apretó los dientes y arrancó. Tanto su rostro como el de Kuwabara se desdibujaron.

–Es color rojo. –Tanto él como Kuwabara lo dijeron simultáneamente con un sarcasmo perfectamente combinado. Se giraron para mirarse el uno al otro.

–Pero ¿tú también sacaste ese color? –Exclamó Yusuke con incredulidad.

–¡¿También ganaste?! –Protestó Kuwabara.

Himemiya agitó su propio papel rojo –¡Mira, yo también uno rojo!

Los chicos la miraron con los ojos desorbitados –¿CÓMO? –Casi gritó Yusuke.

Himemiya sonrío –¿Cuáles son las probabilidades? Tuvimos un gran comienzo, ¿eh?

–Quiénes ganaron, seguidme. Los que perdieron, largo. –Dijo sin rodeos, con los brazos cruzados tras la espalda, como de costumbre, y dándose la vuelta.

Parece que la nieta mocosa de Rosella e hija de Caroline se ha vuelto un poco más fuerte en los últimos años. Pero su aura espiritual no es la misma, esta distinta. Me pregunto por qué será...

–¡Un momento! –Gritó una voz profunda ganándose la atención de Genkai.

Dos figuras gigantescas, presumiblemente las que habían perdido, se cernían sobre el cuerpo en miniatura de Genkai.

–¿Eh? –Preguntó la maestra confundida.

–¡Nosotros somos famosos por nuestros poderes espirituales en el área de Kyushu! –Gruñó uno de ellos.

–Venimos hasta aquí desde muy lejos y ¿qué es lo que encontramos? –Añadió el otro– ¡Queremos una explicación!

–Si no puede darnos una explicación, pelearemos. No importa lo fuerte que sea. –Los demás candidatos expulsados ​​murmuraron que estaban de acuerdo, pero muchos también estaban preocupados por el Maestro. ¿Cómo podría una anciana enfrentarse a esos matones impresionantes? Le exigían una razón y la amenazaban.

Genkai miró con calma a los dos perdedores sin rastro de miedo –¡Son tan entrometidos! ¿Acaso no entienden nada? Lo único que estoy haciendo es salvarlos de una derrota mayor. Tienen que entenderlo y retirarse. –Los reprendió con desprecio.

Los gigantes no se mostraron nada divertidos –¡¿Qué está diciendo?!

–¿Tiene poder espiritual? Ni siquiera supieron cuáles eran los papeles marcados –Resopló Genkai– No me hagan reír. ¡Váyanse a casa y dejen de molestarme! ¡Váyanse ahora!

El gigante número uno apretó los puños –¡Anciana, a dañado nuestra fama! –Ambos se lanzaron hacia Genkai.

–¡JA! –Los ojos estrechos de Genkai comenzaron a brillar mientras su cabello comenzó a flotar hacia arriba. Luego apareció una luz cegadora, dejando escapar el ki suficiente para enviarlos directamente hacia atrás, atravesando el patio y entrando en la puerta de entrada.

–¿Qué...? ¿Qué fue eso? –Jadeó Kuwabara.

–«Derrotó a esos peleadores gigantes...» –Pensó Yusuke en estado de shock. Se volvió hacia la anciana psíquica– «A esto se refiere cuando hablan del Reikohadou.»

Todos los demás se quedaron en silencio, a excepción de Himemiya, que estaba normal.

–Cielos. Mi técnica se está debilitando. Si lo hubiera hecho en otro tiempo, esos peleadores hubieran temblado y cerrado la boca solo con mi brillo. –Soltó una pequeña risa– Creo que estoy envejeciendo. –Y con eso comenzó a alejarse– Caminen. –Gritó, llamando la atención de todos.

Kuwabara se quedó un poco atrás para ver si Sakura se había recuperado lo suficiente. Yusuke mantuvo sus ojos en Genkai. Estaba sonriendo con determinación, una mirada que Sakura conocía bien.

«Que poder. Ahora entiendo porque quieren que su técnica quede en buenas manos. Ah, me olvidaba, tengo que ver si Rando está entre la multitud. ¡Va a ser muy fácil! ¡Solo tengo que usar mi yokikei!»

–«Es bueno saber que no ha olvidado por qué vinimos aquí.» –Pensó Himemiya con aprobación.

Yusuke se quitó la manga y giró la perilla de la brújula. Esta empezó a pitar frenéticamente y la flecha giró descontroladamente en todas direcciones. Ambos se quedaron mirando con asombro. Entonces, con una bocanada de humo, todo el artefacto explotó.

–No, se ha roto. ¡¿Por qué?! –Grito Yusuke débilmente.

–¿Qué estás haciendo, Urameshi? –Comentó Kuwabara.

Yusuke miró a Himemiya, quien asintió. Ambos lo sabían.

–«El poder es demasiado fuerte para que lo detecte el yokikei.» –Yusuke le informó a Sakura a través de sus pensamientos– «No hay duda. Rando está aquí.»

~

Yusuke se quedó boquiabierto –Vaya, ¿pero qué es esto?

–Esto parece un centro de juegos. –Dijo Kuwabara sin mucha convicción.

La sala a la que Genkai había llevado a los concursantes parecía más una mezcla entre un casino y una sala de juegos de la vieja escuela que un centro de entrenamiento. Había todo tipo de máquinas y un escenario para el karaoke. Genkai ocupó su lugar en una especie de pequeña jaula de metal suspendida del techo, muy por encima de las distintas consolas.

–La segunda prueba se realizara jugando en esta sala de juegos.

–Maestro. –Una voz tímida llamó la atención de todos– Quisiera hacerle una pregunta. ¿Cómo algo así, puede llevarla a elegir a un discípulo? preguntó un chico con ropa de combate azul y cabeza rapada mientras salía de la multitud.

Himemiya no podía ver al que hablaba, pero Genkai sonrío –No son juegos ordinarios, estas máquinas miden la fuerza de su poder espiritual. –Señaló con la mano uno de los juegos– Mediré su habilidad con el juego Janken. –Luego señaló una máquina con una almohada para golpear– El poder de su destrucción de su espíritu con el juego de golpeo. –Señaló el karaoke– Y la cantidad de poder con el karaoke. Las otras máquinas son para mi diversión. Si no pasan dos de tres juegos, se van a casa de inmediato. –Agregó con severidad.

–¡Maestra, permítame ser el primero! –Exclamó un hombre mientras se acercaba a uno de los juegos de boxeo– Confío mucho en mi poder de golpe. –Se jactó, lo que me hizo darme mentalmente una palmada en la frente. Con un fuerte golpe, golpeó el pequeño saco de boxeo.

~BAM~

La pantalla mostró "18p", lo que hizo que todos, excepto Himemiya, se rieran del resultado, mientras el hombre se quedó boquiabierto de la sorpresa –¡Esto es imposible! ¡No lo puedo creer, he practicado durante mucho tiempo este golpe!

–No sabes nada, ¿verdad, tonto? –Señaló Genkai con severidad– Nunca subirás tu puntaje, a menos que tu poder espiritual esté en sintió con tu poder actual.

Humillado, el hombre se fue rápidamente a probarlo otro juego y Kuwabara tomó su lugar.

Con un grito de guerra lanzó adelante y con un gran golpe, obtuvo "129p" en la máquina de puñetazos.

Kazuma caminó de nuevo hacia Himemiya y Yusuke.

–¿Viste eso, Urameshi? ¿Qué te pareció mi poder? –Se jactó Kuwabara mientras sonreía como un idiota.

–Hmpf. Puede ser suerte de principiante. –Dijo Yusuke con confianza mientras tomaba también un guante de boxeo– ¡Te mostraré lo que es un verdadero golpe! –Levantó el puño y golpeó la bolsa con fuerza.

Para sorpresa de todos, obtuvo "155p".

–¿Y bien? ¿Qué te pareció eso? –El anuncio de Yusuke le ganó la mirada de desaprobación de Kazuma.

–Mira a ese chico, sacó 155 puntos. –Los elogios y el asombro de los demás solo hicieron enfurecer a Kuwabara.

–Jajaja, ¡así es!

–¡Cállate!

–¡Soy el mejor!

Los dos chicos bromeaban, pero afortunadamente Himemiya los detuvo interponiéndose entre ellos y mirándolos fijamente. Ellos cerraron la boca de inmediato. Después de eso, ella tomó un guante de boxeo y se la coloco en la mano derecha.

–Cuidado Hime, no querrás romperte una uña ahora, ¿verdad? –La broma de Yusuke hizo reír a algunos de los hombres que los rodeaban.

–«Pensaba no usar tanto de mi poder, pero ahora quiero callarle la boca.» –Pensó Himemiya.

–Oye, ¿estás seguro de que está bien? –Preguntó Kuwabara– Quiero decir que esto es más un deporte de hombres que otra cosa.

–Ese niño tiene razón. –Asintió alguien– No vine aquí para ver a una niñita llorar por haber perdido un partido.

Las cejas de Himemiya se fruncieron, pero ella no atacó como Yusuke, en lugar de eso apretó su puño derecho y luego lo levantó en alto y golpeó la pelota, conteniéndose tanto como pudo.

Todos cayeron en un silencio sepulcral mientras la pantalla mostraba los resultados finales.

La pantalla mostró "397p".

–¡Mira eso, la pequeña obtuvo 397p! –Gritó alguien.

–Hn. –Himemiya ni siquiera se molestó en mirar a los hombres, se quitó el guante y lo arrojó sobre su hombro, que fue atrapado por Yusuke.

Ella camino hacia a los siguientes juegos para probar sus habilidades junto con los chicos.

–¡¿Qué demo- CÓMO?! –Mientras Kazuma exclamaba, Yusuke miró la espalda de Himemiya con con los ojos muy abiertos como si fuera un extraterrestre o algo así.

–«Maldita sea...» –Yusuke se rascó la mejilla con el dedo rígido en cuestión de segundos– «Espera un minuto, ¿eso significa que si le hago algo, me pateara el trasero?»

Todos estaban ocupados tratando de superarse unos a otros mientras Himemiya observaba en silencio a la gente y probaba sus propios límites.

En el juego Janken, hizo un buen trabajo, pero comparado con Kuwabara y otros, fue bastante bajo, incluso si alcanzó el límite de puntuación requerido. Fue un poco desalentador, pero eso no la desanimó a intentarlo más.

Horas después de juego, el número de candidata se redujo a 20 personas en total incluida la reina.

~

Genkai presentó un bosque que parecía el escenario de una película de terror de serie B –Lo que hicieron hasta ahora es solo una prueba. La tercera etapa es la más difícil. anunció Genkai.

–Maestra Genkai, este bosque es horrible. –Dijo un tipo cualquiera con la voz temblorosa como una ramita en un día ventoso.

Pero no era el único, muchos de los participantes parecían bastante para ver el bosque.

–Parece que el bosque libera una extraña esencia. –Volvió a hablar la tímida voz de antes.

–Se llama el bosque maldito. –Asintió Genkai la sospecha del muchacho– Un lugar primitivo en donde no funciona las brújulas. Ahí habitan criaturas peligrosas y trampas naturales. Una vez que se internen en él, no podrán salir sin ninguna herida. –Señaló con una mano hacia un gran árbol que estaba muy lejos, muy lejos del área del bosque– Ese árbol gigante que ven desde aquí es la meta. Tienen dos horas para llegar y pasar la prueba.

–¿Qué? ¡Yo no puedo! ¡Mejor renuncio! ¡Me voy de aquí! –Exclamó uno de los concursantes que quedaban antes de salir corriendo como un cobarde.

–¿Quién podrá sobrevivir en el bosque sin que lo maten? ¡Yo mejor me voy!

Con gritos de miedo, dos combatientes corrieron en dirección opuesta.

Genkai se río de su reacción –Pero que cobardes son. Tienen razón en huir. Aún con un poco de poder espiritual se puede sentir la horrible atmósfera del bosque.

–Sí, claro. –Dijo solemnemente un luchador de pelo verde y cicatrices– Solo las personas que hayan tenido la práctica legítima deben intentarlo. ¡Váyanse, si no están listos! –Dijo en dirección a Yusuke y Himemiya.

Yusuke frunció el ceño –Yo lo haré Estoy listo para superar la prueba que dijo la bruja. –Exclamó con confianza, ganándose una mirada de mirada seria de parte de Himemiya.

–¡Cuando me hablen, llámenme maestra! –Le espetó Genkai.

Yusuke la ignoró y se acercó al hombre que lo había insultado –Nadie puede evitar que yo lo intente. ¿Entendieron eso? No puede! Ninguno! –Frunció el ceño cuando se le ocurrió algo. Miró la imponente figura de arriba abajo– ¿Tú no eres humano? por casualidad? –Los ojos de Himemiya se abrieron y rápidamente marchó en su dirección– ¡AY-AY-AY-AY-AY-EY, SUELTA!

Himemiya lo arrastró por la oreja. Él logró liberarse y con expresión enojada se volvió hacia suhermana. Pero en el momento en que su rostro se cruzó con el de ella, el nivel de su ira bajórápidamente al punto del pavor.

Antes de que pudiera pensar en retroceder, Himemiya lo agarró del cuello para mantenerlo en su lugar –¡Si quieres llegar vivo al bosque, será mejor que cierres la maldita boca!

Yusuke tragó saliva con fuerza y luego Himemiya lo arrojó lejos.

–Maldita sea... –Kuwabara no puedo evitar a arreglarse el cuello sintiendo calor pero frío al último tiempo.

Genkai hizo un gesto a los corredores para que se prepararan –A sus lugares. ¡Vamos a empezar! –Dijo con voz inexpresiva.

Con esto, los más valientes se posicionaron para la carrera.

Yusuke también tomó su posición y, por supuesto, Kazuma decidió estar a su lado.

–¡Si tú lo haces, yo también lo haré! –Kuwabara sonrío ampliamente.

–¡No te emociones por competir conmigo! –Se quejó Yusuke.

El guerrero ninja y el hombre de cabello verde también se pusieron en posición.

–Listos... ¡Fuera! –Gritó Genkai.

Todo salieron corriendo y de un salto lograron llegar al otro lado de aquella pequeña valla y dentro del bosque. Genkai saltó alrededor del grupo a una velocidad increíble, superando fácilmente a los demás. Himemiya esperó hasta que se perdieron de vista.

–Recuerden: los estaremos esperando. –Dijo mientras la miraba un poco sorprendido por su impresionante velocidad– Tienen que usar su poder espiritual para salir. –Con eso, salió corriendo.

Todos escuchan el ruido de las hojas de ramas de los árboles balanceadose sobre ellos. Levantaron la mirada y vierono a Himemiya, la cual volaba sobre sus cabezas, desapareciendo de la vista de los solicitantes, demasiado rápido para sus ojos. Con ojos enormes, miraron fijamente el lugar en el que estaban hace menos de un segundo. Esas dos eran como monstruos para ellos. En cuanto a Yusuke, no podía importarle menos la habilidad de rei. La forma más rápida de A a B era la línea recta. Eso lo sabía. Así que se lanzó, como un loco. En cuanto a Himemiya, seguía su camino, no se había topado con ningún demonio ni con otras criaturas de este momento. A juzgar por el sonido de los gritos a lo lejos, otro no tuvieron tanta suerte como ella. A veces escuchaban gruñidos o gemidos de animales y cosas así. Eso era todo lo que necesitaba para ganar. Suspiró. En el Makai, su guardia había estado constantemente en alto, así que ahora estaba tratando de relajarse un poco.

Himemiya se vio obligada a ignorar todo eso y siguió corriendo.

~

Genkai miró su cronómetro –Veamos, nadie a salido. Ha pasado una hora desde que empezamos esta prueba. Muy bien, veamos, ¿dónde esta el poder espiritual? –Debió haber usado algún tipo de habilidad para medir dónde estaban todos, porque sonrió– El más cercano está a 500 metros. Tal vez cinco o seis candidatos salgan en menos de una hora.

~

Finalmente, Himemiya salió del bosque y ni siquiera había sudado.

Cuando llegó, la miró impresionada.

–Hm, una hora y trece minutos. –Dijo Genkai mientras miraba su reloj de bolsillo– Bien hecho, pequeña. –Asintió débilmente.

~

Habían pasado minutos desde su llegada, pero hasta el momento nadie más había subido allí.

–Solo quedan 15 minutos. –Murmuró Genkai– Deben estar en varios aprietos. No hay problema. Más adelante ayudaré a quien no haya llegado a la meta.

La atención de Genkai se había desviado hacia la figura solitaria que emergía del bosque.

–No lo creo. –Himemiya negó con la cabeza.

–Ah, eres tú. –Le dijo Genkai a Kuwabara.

Al principio miró a su alrededor de izquierda a derecha confundido, luego sonrió ampliamente –¿Soy el primero? ¿Sí? ¿En serio?

–Técnicamente, ella te ganó. –Genkai señaló a Himemiya– Pero si solo nos fijamos en el torneo, entonces sí.

–Ouh-uh, sí, ¡gran trabajo, Himemiya-chan! –Kazuma le hizo un gesto con el pulgar hacia arriba, pero Himemiya giró la cabeza.

Al poco rato, dos personas más llegaron corriendo al lugar de la reunión. Eran el ninja y el otro luchador de pelo verde. Por la expresión de sus rostros, no estaban impresionados y estaban enojados por no ser los primeros.

–Rayos. No llegue en primer lugar. –gruñó el calvo con irritación.

–Yo creí que esto era más fácil. –Se encogió de hombros cabello verde.

Unos minutos más tarde llegaron cuatro personas más.

Himemiya vio a los nuevos miembros y, casualmente, uno de ellos resultó ser el monje nuevamente. Pero cuando llegó, la miró a los ojos y le hizo un gesto amistoso con la mano...

No respondió, pero sintió ese nudo otra vez. Tomó nota mentalmente y miró a las personas que llegaron.

Pero Yusuke no era uno de ellos.

Genkai cerró de golpe su reloj –Ya tengo a los ganadores. Son siete.

Kuwabara jadeó –Por favor, espera. Aquí falta una persona más.

–No esperaré más. –Genkai se encogió de hombros– Se acabó el tiempo.

–¡Genial! –Gimió Himemiya para sí misma– ¡Si no está muerto, tendré que escucharlo a él y a Kuwabara pelearse por  eso durante los próximos seis meses!

–¡Espere!

–¡¿Qué?! –Genkai miró hacia allí.

Todos se giraron en dirección a la fuente y, efectivamente, Yusuke se acercaba, tropezando hacia la línea de meta. Himemiya se relajó un poco cuando vio que no parecía demasiado maltratado.

–¡Urameshi! –Gritó Kuwabara cuando Yusuke se puso frente al Maestro Genkai.

–Demonios. Pensé que el camino directo sería más rápido, pero me encontré con muchas dificultades. Se quejó Yusuke.

Una mirada de sorpresa se dibujó en el rostro de Genkai –Muchacho, ¿usaste el camino directo? ¡Entonces pasaste por el territorio del murciélago más poderoso!

–¿Qué? ¿El murciélago? –Yusuke la miró sin comprender– Ah, se refiere a ese hombre. Estaba revoloteando encima de mí, pero su velocidad era la de un caracol comparado con Hiei y un debilucho comparado con Kuronue. –Una sonrisa maliciosa se dibujó en sus labios– No pudo conmigo. –Se echó a reír.

Genkai miró a Himemiya y luego a Yusuke –«¿Pero quién será este chico? ¿Y esa chica que se volvió el cuarto poder?»

–¡Estúpido!

Yusuke dejó de reír y se volvió hacia Himemiya –No hay razón para que te rías, idiota, porque te pasaste del límite de tiempo. –Después de su explicación, los ojos de Yusuke se abrieron de par en par.

–Pero... ¿Eso es verdad? –Preguntó con incredulidad.

–¡Sí, y es tu estúpida culpa! –Le gritó Kuwabara mientras lo arrastró hasta la altura de sus ojos agarrándolo del cuello.

Genkai cerró los ojos y sonrío serenamente –Bien, te dejaré pasar. Hoy es un día muy especial.

El alivio cayó sobre los hombros del trío. Yusuke y Kuwabara se abrazaron fuertemente.

–¡Sí!

–¡Lo lograste!

Justo en ese momento, los chicos se separaron y se miraron con el ceño fruncido.

–¿Qué pasa contigo, Kuwabara, eh?

–Ten cuidado, y no te me acerques. –Ambos se miraron a la cara, intercambiando miradas llenas de ácido.

Ambos chicos quedaron entre los 8 mejores. La única pregunta era: ¿cuáles serían las semifinales?

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