Capítulo 1: Heridas y nuevos comienzos
Himemiya vio un rostro familiar, una sonrisa que le encantó ver.
Y, sin embargo, esa sonrisa estaba manchada de sangre, lo podía notar incluso desde lejos.
Sin decir una palabra, comenzó a correr, a través de todas las espinas y arbustos tratando de ocultarlo, hasta que, por fin, lo encontró.
Jadeo, su aliento cristalizó en el aire helado.
Simplemente estaba allí tumbado, sin moverse, sin respirar, pero aún así, una sonrisa compasiva estaba grabada en su rostro manchado de sangre.
Se desplomó sobre sus rodillas, llorando –¡L-Lo siento...! P-Por favor... ¡vuelve a mí...! ¡Por favor!
Extendió su mano, queriendo entrelazar mis dedos con los suyos, queriendo sentir su calidez una vez más.
Por desgracia, comenzó a disiparse en cenizas tan pronto como sus dedos lo tocaron...
~
–¡Minna! –Se despertó con un grito ahogado y gritó involuntariamente después de la increíble sorpresa de despertarse en la enfermería. Miró a su alrededor como si estuviera completamente pérdida. Una habitación bastante decente –«¿Dónde estoy?»
Ella se levantó de la cama. Tiene que tomarse un momento para hacer un balance de todo su cuerpo.
–Ay. –Sólo entonces notó los vendajes y los moretones por todo el cuerpo. Doloroso, pero no lo suficiente como para rivalizar con las pérdidas.
Ella salió por la puerta y vio a los demás esperando que Himemiya despertara y ve a los demás vendados y curados con caras largas por sus perdidas y lo único que puede hacer es parpadear estúpidamente mientras le dicen que ha estado fuera durante una semana...
Los demás explican lo sucedido después de que perdio y de como Yuichiro no dejaba decir atender a todos junto a sus hermanos zorros. Himemiya supuso que era de esperarse y para mantenerlo ocupado le pidieron ayudar a los más heridos o de gravedad de muerte, ya que al ser un mitad ángel sus habilidades curativas sobrepasaban a los curanderos o en este caso, su clan zorro.
Himemiya sonríe para sí misma. Finalmente lo entiende, pero todavía tiene preguntas.
–Una semana entera fuera... eso significa... ¿Qué paso con la guerra? –Preguntó Himemiya, todavía sintiéndose desconcertado por dentro.
–Ya termino. –Dijo Kuronue.
Lástima que Himemiya grito –¡¿Qué?! –antes de que pueda detenerse. El rostro de Kuronue es una máscara de agradable sorpresa mientras que la de Yuichiro es de humillación por la idiotez de su madre y los demás se ríen hasta quedar roncos mientras comienzan a salir de la habitación.
–¡Hime, cálmate! ¡Por favor! No estás en condiciones de ponerte ansiosa por nada. –Hizo una pausa y luego suspiró aliviada– Me alegro mucho de que hayas despertado.
–Ya veo. ¿Ustedes están bien?
–Sí, gracias a ti. Ellos volvieron al Makai después de la explosión del lugar.
–Entiendo, es todo lo que necesito oír.
–Haha, ¿estás bien? –Yue se puso delante de su madre– Haha...
Al ver que el rostro de Himemiya carecía incluso de una pizca de vitalidad, decidió cambiar de tema –¿Necesitas quedarte más tiempo? Puedes quedarte hasta que tus condiciones mejoren, no hay problema...
–No, muchas gracias por cuidarme y tratar mis heridas. Pero debería prepararme para la coronación.
~
2 meses después
Las últimas noticias decían que la reina vampiro, Izanami había muerto en batalla. Su funeral fue hermoso, llegaron muchos a dar sus condolencias y respeto a Himemiya, la princesa de los ladrones y protegida de Izanami, y quien ahora sería coronada como la nueva reina del reino de Infershia. Los rumores eran negativos y otros pos en particular. Nadie estaba muy seguro de cómo funcionaria, pero estaban dispuestos a seguirla lealmente como lo fue ella con ellos y más la pandilla. Sería amada y querida por todos al convertirse en la reina. Y al mismo tiempo, todos sus enemigos del pasado la querían muerta. Lógicamente, eso significaba que Himemiya comandaria a muchas personas que querían matarla a la primera oportunidad.
El hecho de que ya haya caído la noche, parecía no importarle a la servidumbre del castillo, quien se esforzaba por poder terminar los preparativos para la boda que se realizaría al día siguiente.
Las costureras habían trabajado sin parar desde que se anunció la fecha en la coronación de la protegida de Izanami. Horas ocupadas midiendo cada uno su propio traje para poder terminar con los detalles.
En la habitación de Himemiya, la dueña se hallaba sentada frente a la hermosa mujer probándose su hermoso vestido de coronación el cual dejaba lucir el hermoso cuerpo que tenía la joven, la anciana costurera que hizo el elegante vestido, miraba de forma detallada que el vestido le quedase perfecto a Himemiya, al ver que la pelinegra con tinte rojo se veía perfecta en el, le entregó una bella caja de madera para guardarlo junto con las joyas que se pondría.
La anciana le devolvió la sonrisa, para luego alejarse y hacer una reverencia ante Kuronue, que entró en la habitación de Himemiya, él les dijo a todas las damas de compañía que los dejarán solos y así fue.
–¿Estás lista? –Le pregunta mientras se pone a su lado en el espejo.
–Si te digo que si, te mentiría. –Confesó la chica.
–¿Qué te preocupa?
–Se supone que este día iba a ser más feliz, más alegre, ¿me entiendes? –Le responde mientras comienza a caminar de una lado a otro– ¿Qué pasa si no sirvo para reina? ¿O si no cumplo con las expectativas de Izanami o del reino? ¿O si me tropiezo con el vestido? Pueden pasar tantas cosas.
Ante el nervio de su hermana/cuñada, la quimera río.
–¡No es para dar risa, esto es muy serio!
–Serás una reina estupenda. Ser una verdadera reina no implica asistir a bailes y usar hermosos vestidos, ser una verdadera reina es querer lo mejor para su pueblo, demostrar que puedes con lo que amenace a tu gente. Y eso es lo que haz echo desde cuidaste a Yoko desde que lo encontraste, hasta en la batalla lo demostraste.
–¿Tú crees que pueda hacer esto bien? –Le pregunto sentándose en la esquina de la cama.
–No lo creo... Estoy seguro, pero debes tranquilizarte, Chihaya, Yue, Aquamarine, Shirayuki, la bandilla y yo estaremos junto a ti en todo momento. En especial Yue y de forma espectral Kurama y Izanami-sama. No serás mala reina, no te caerás, porque estoy seguro que ni Yue ni yo te dejaremos. Estoy muy orgulloso de ser llamado tu "hermano".
–Gracias, ahorra estoy mucho más tranquila.
–Fantástico, ahorra es momento de irnos. Debemos asistir a una coronación.
La chica empieza a caminar al lado de Kuronue y se ve por última vez al espejo su vestido en capaz de plumas color rosa claro y rojo oscuro con escote en forma de corazón, un broche en su pecho unido con dos telas rodeando sus brazos y un par de guantes de ópera a juego que cubren la mayor parte de sus manos y brazos, la gargantilla de oro que adorna alrededor de su cuello e unida a una capa con hombreras en los hombros debajo de la fina delgada cadena dorada de la cual pendía el rubí incrustado sobre una base de oro que era apenas más grande que dicha piedra que le paso Kuronue para estar siempre juntos y se dice –Estoy lista para ser reina.
Se abren las puertas de su habitación y tanto Kuronue como Himemiya salen con la cabeza en alto, hacen el recorrido que la chica ya se había aprendido de memoria, cuando ya está en el frente de las puertas ve a su hijo vestido muy hermoso, cuando ambos llegan a su lado los tres se sonríen. La ceremonia de coronación se llevó a cabo en el palacio, desde afuera los súbditos pudieron ver el nacimiento de un nuevo reino y una nueva Reina y príncipe.
Himemiya respira hondo mientras que Yue se pone firme, pero por dentro esta brincando de la emoción por este día cuando escuchan las trompetas y como las puertas se empiezan a abrir revelando un camino de soldados de diferentes Yokais y vampiros con las espadas en alto para recibir a su reina y príncipe, al lado izquierdo de los tronos se apreciaba a la Reina de Benwick y sus dos hijos que la miraban orgullosos hacia su amiga y familiar, cuando empezó a caminar derecho hacia los tronos.
En salón de los tronos estaban adornadas para sus sumos monarcas. Cuando estuvieron al frente, fueron a ubicarse al frente de su trono. Los dos chicos vieron al frente notando la felicidad en el rostro de su pueblo. Cuando estuvieron listo, el empezó a hablar.
Kuronue se retiro para que el anciano papa Mason se acerca a Himemiya y Yue, y empieza a hablar.
Unos adultos y mayores Nori y Akiko se acercaron con dos cojines grandes de terciopelo rojo y lo ponen en el suelo, enfrente de ellos, Yuichiro y Himemiya apenas ven los cojines se arrodillan sobre ellos, para finamente quedar arrodillados delante de Mason.
–¡Ahora todos aquí hemos sido testigos del nacimiento de una nueva era! Himemiya, Yōko Yuichiro, los grandes dioses han sonreído sobre usted y su cachorro, han decidido su futuro como líderes de una nación poderosa... Desde el cielo, la anterior Reina Izanami les corona con el título de Hijos de la Noche, representantes de Horus en la tierra y príncipes del país de Benwick. Les presento a su príncipe Yoko Yuichiro Himemiya-Kurama, alteza del país de Infershia del Makai.
–Alteza. –Nori se acerca junto a Akiko con una corona de oro en un cojín rojo con dorado.
–Por favor. –Pidio Yuichiro amablemente al viejo amigo de sus padres.
Nori toma la corona para dejarla sobre la cabeza del nuevo príncipe, apenas la corona está en su cabeza, él se levanta y el cojín donde estaba arrodillado es retirado.
–Soberana absoluta por nacimiento, derecho y conquista, Señora de Cair Paravel, emperatriz de las Islas Solitarias, princesa de Benwick, Jefa de la más noble Orden del Liones. Ahora les presento a su Reina: Himemiya von Phoenix de Kurama, Suma Monarca de Infershia del Makai.
Nori se acercó a su señora y amiga junto a Akiko que llevaba una corona dorada con gemas rojas, con delicadeza retira la corona que antes portaba Himemiya y la coloca sobre el cojín para tomar su nueva corona de reina y ponerla sobre su cabeza para mirarla con orgullo.
Cuando la corona estuvo en su lugar, Nori se alejó y dejó que Himemiya se levantara para mirar al frente, mientras Akiko retiraba el cojín del suelo.
Todos se inclinan ante sus nuevos monarcas, mostrando su respeto. Yue y Himemiya se dan la vuelta, mirando sus tronos, ambos suben los escalones, una vez que están al frente de su trono se voltean y, con delicadeza y gracias, se sientan. Apenas ellos se sientan, todos se levantan de la reverencia.
–Una vez reina o príncipe de Infershia, siempre serán reina o futuro rey, que su sabiduría nos guíe hasta que las estrellas caigan de los cielos. –Dice, viéndolos con orgullo.
–¡Larga vida al príncipe Yoko, futuro rey de Infershia! ¡Larga vida a la reina Himemiya! ¡Qué viva el príncipe Yuichiro y Su Majestad, Himemiya! ¡Qué vivan sus majestades de Infershia! –Gritaban los gobernantes de Tourin, Alaric, Benwick, Yokais y los vampiros con júbilo por sus nuevos gobernantes.
Todos estaban felices por sus nuevos gobernantes, al momento de acabar la ceremonia, comenzó la gran celebración por sus nuevos gobernantes, que dura horas, bailaban, bebían y cantaban todos están felices, esperando el momento de felicitar y conversar con la nueva reina y nuevo príncipe. Luego de unas horas de celebración, Himemiya salió al balcón a tomar aire, no estaba de humor para fiestas o celebraciones.
Salió al balcón del gran castillo, la brisa del mar agitaba levemente sus cabellos y refrescaba su rostro, observo el agua chocar contra las rocas del pequeño acantilado, se apoyó con cuidado en la barandilla para verlo mejor.
–También la extraño. –Dijo alguien a sus espaldas. Ella no necesito saber quien era, ya que la voz era de Kuronue– Pero también debemos recordar su sacrificio como un gran honor para nosotros.
–Lo sé. –Dijo en un tono compresivo y triste– Será extraño no tenerla cerca. –Se voltea y le da una pequeña sonrisa– Ella vive en mi corazón, –Se lleva una mano al pecho– y eso es más que suficiente para mí.
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