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04 - La chica de mechón gris.

— ¿No le vamos a contar a Momo? — Minho preguntó de repente cuando estaban en la mesa.

Se la habían pasado burlándose de Momo por su desafortunado encuentro con el director, ya que nadie quería estar cerca de ese hombre. Y también empezaron a burlarse de Jeongyeon, Jihyo y Nayeon, recordando la vez que se metieron en problemas por también estar encerradas en el baño.

Solo que ahora había llegado la una de la tarde, y con eso la hora oficial de su almuerzo. En aquella mesa, sin ninguno de los blancos por ahí, Minho había preguntado y Momo no entendió a qué se refería.

— ¿Sobre qué? — Momo preguntó y de repente todos callaron para ver a Minho de una mala forma.

— Cállate, Minho — Yeji fue quien lo calló, aunque ya era innecesario e inútil, pues Momo estaba intrigada.

— ¿Qué? Es algo que le implica desde ahora, es parte de el Aula de los Fenomenos, ¿no? — Minho se defendió, con Hyunjin a su lado dándole la razón.

— Sí, pero es nueva. No creo que la vinculen — Shuhua comentó, negando y siendo molestaba por Tzuyu.

— Pero quiero saber — Momo pidió, sonriendo — ¿A qué se refieren? — preguntó, dejando de lado la torta que se había comprado para almorzar por segunda vez.

— Esto nos incomoda más que de lo que nos molesta — Chaeyoung comentó, rascando su nueva con una mueca nerviosa.

— La Clase Roja es sospechosa de múltiples asesinatos — Rosé lo dijo directamente, pegando una mordida gustosa a el pan dulce que tenía.

Momo no pudo evitar alzar las cejas y abrió mucho los ojos, impresionada por lo que sus oídos acaban de escuchar y que no podían creer.

— ¡Roseanne! — los demás rápidamente le reclamaron por decirlo como si fuera lo más ligero del mundo, como si no importara. Momo frunció el ceño, pensando.

— ¿Qué? Es verdad — Rose peleó, sin tomarles importancia a sus compañeros, siguiendo con su comida.

Tzuyu suspiró mientras dirigía su mirada a Momo que parecía muy pensativa con la vista fija en la mesa.

— Solo somos sospechosos porque es un ataque hacia religiosos — Tzuyu aclaró, siendo sus palabras confirmadas por los demás.

— Un día vino un detective con el director, entonces en el interrogatorio hacia el director Yang, este nos presentó como la Clase Roja, donde mandaba a los alumnos "desviados del buen camino" a mejorar — Seungmin le contó, sonando bastante misterioso como para que Momo quiera saber más.

— Así que éste detective nos tomó como sospechosos, por ser homosexuales — Nayeon rodó los ojos ante tal idiotez.

— Según porque nosotros odiamos a los religiosos — Jihyo agregó, sin prestar mucha atención realmente.

— Aunque el director Yang le comentó que estamos "arreglandonos" muy bien, así que no somos los principales sospechosos — Minho habló de nuevo, alzando los hombros.

Sana se mantenía distante y callada, mirando su comida y sus manos moviéndose temblorosas en su regazo. Momo la miró un momento, confundida.

— Eso es una estupidez — Momo dijo, haciendo una mueca, mientras acercó la botella de agua a su boca para beber y quitar esa sensación de boca seca.

— ¡Lo sabemos! — Chaeyoung asintió — Solo están desesperados porque son tan inútiles que no pueden atrapar a quién sea que asesine religiosos por la cuidad — rodó los ojos, mientras los demás asentían de acuerdo.

Momo fijó su vista en la mesa, llevando su torta a su boca para acabarla. Pronto acabaría la hora del almuerzo, así que debía acabar pronto. No pudo acabarla porque le dieron un poco de nauseas, así que solo dejó las sobras y tomó un poco de agua.

— Bueno — Sana habló de repente — La cosa es que seguramente te vincularán, al ser ahora estudiante de la Clase Roja, pero no te alteres mucho, no tienen pruebas. Solo son acusaciones homofóbicas — rodó los ojos, sonriendo ahora más animada, muy a diferencia de su actitud distante de antes.

— Nada nuevo — Momo dijo, bufando.

— Exacto.

[ . . . ]

Había llegado la hora de salida. De hecho, ya había pasado esa hora. Momo se fijó en su celular qué tan tarde era. Las cuatro con veinte minutos. Suspiró, buscando con la mirada a su padre que se suponía, iba a recogerla.

Dedujo que lo olvidó, así que soltó otro suspiro y quiso tomar camino a casa.

No era tan largo, podía ir caminando. De hecho, el primer día se había ido sola a pie, pero su padre en la mañana le había asegurado que iría a recogerla.

— ¿Qué? ¿Me estabas esperando, Momori? — una voz burlesca vino detrás de Momo, así que se dió la vuelta para ver la sonrisa más bonita que alguna vez se haya encontrado. Sonrió por el apodo repentino.

— Dahyun — la de mechón gris sonrió, acercándose a ella — Creí que ya no había nadie — comentó. No había visto a nadie salir desde hace unos diez minutos.

— Me pidieron ayudar con algunas cosas y no tenía nada más qué hacer — Dahyun informó, alzando los hombros de manera despreocupada, para después pararse a su lado.

— Bueno. Igual, vamos, ya que estamos — Momo le hizo un gesto, para tomar rumbo a el vecindario donde ambas vivían.

— ¿Esperabas a alguien? — Dahyun preguntó curiosa, nadie esperaba tanto afuera del colegio.

— Mi padre dijo que iba a recogerme, pero ya le di la oportunidad por veinte minutos, así que preferiría irme caminando — Momo explicó, rodando los ojos a la par que hacía una mueca con los labios.

— Yo a los cinco minutos ya me hubiera ido — Dahyun bufó, riendo.

— Quería ser compasiva — Momo negó divertida, alanzo los hombros para restarle importancia.

— Que ser tan compasivo. ¿Me ayudarías con mi tarea? — Dahyun aprovechó rápidamente, y Momo solo pudo reír por su descaro que iba en serio.

— No. Tengo suerte que el maestro Felix no se ha dado cuenta que esta semana si debía dejar deberes — recordó un momento. Sana se lo había comentado. No les dejó tarea ni el día anterior, ni hoy, así que a rezar porque así siga.

— Mejor. No tienes nada qué hacer, y me ayudas — Dahyun ideó, chasqueando los dedos.

— O te ponen un cero en calificación — Momo se burló, bufando para luego quitarse la insignia roja de su uniforme, echandola a su mochila. Siempre hacía eso después, para que así su madre pudiera lavar su uniforme sin que se perdiera.

— ¿Tan mala eres?

— No. En mi pueblo fui una de las mejores estudiantes — y realmente lo fue. No era alguien que perdiera el tiempo en clases, mayormente siempre prestaba atención y hacía anotaciones lo más rápido que podía, para después tomarse descansos cortos.

Sus notas eran bastante buenas. Por eso todos la consideraban la chica buena en el pueblo, lo era en todo. Bonita, femenina, inteligente, divertida. Momo no era alguien demasiado humilde, ella lo sabía y se enorgullecía.

— ¿Tan distraída eres que no notas que solo te quiero convencer de ir a mi casa? — Dahyun se cansó de insistir, preguntandolo y Momo frunció el ceño.

— ¿Para qué quieres que vaya a tu casa? — preguntó, haciendo a Dahyun rodar los ojos.

— Para colorear — dijo sarcásticamente, y Momo notó su tono, pero le gustó la idea aún si no era en serio.

— Me gusta colorear — no por nada sus padres le regalaban algunos libros de colorear cuando era más menor. Mientras crecía, dejaron de regalarlos, pero a Momo le seguían gustando.

— No hablaba en serio, pero podríamos colorear... — Dahyun murmuró, pensando — ¿Vendrás? — preguntó. Si era para colorear, lo aceptaría por ahora.

Pero no podía decirle directamente a Momo: 'Hey, te he visto a veces por el vecindario y me atraes un montón. ¿Quieres venir a follar a mi casa ahora que está sola?'.

— Claro. Te envío un mensaje — Momo aceptó gustosa. Siempre dormía en las tardes y pensaba que no sería le excepción, pero sería bueno hacer una amiga que viva cerca.

— No tienes cómo contactarme — Dahyun dió con el hecho. El pensamiento de Momo rechazandola indirectamente la inundó, pero Momo le sonrió.

— Sana te debe tener en las cuentas que sigue — Momo podía asegurar que Sana seguía a todo el mundo, y mucho más si es alguien cercana como Dahyun.

— Mh, eso es cierto — Dahyun asintió, un poco más tranquila — Oye, ¿ya te han hablado sobre el asesino serial? — alzó las cejas, sabiendo bien que ese tema de la Clase Roja debería estar en la mente de Momo desde el primer día.

— Justamente de eso me hablaron hoy — pero eso sorprendió a Dahyun, pues era un tema bastante serio como para no serle comentado desde antes.

— ¿Qué opinas de eso? — le preguntó, y pudo ver a Momo mirar al cielo por un momento, pensando.

— Es... una estupidez que los encuentren sospechosos. Incluso Sana parecía afectada por solo ser una sospechosa de tales actos — recordó a Sana estando callada, muy raro, ya que realmente Sana NUNCA se calla.

— Solo llevas aquí una semana. ¿Cómo estás tan segura de que no lo son? — Dahyun retó, sus ojos viéndola como un juego, pero Momo solo volvió a sonreír con confianza.

— No hay pruebas, ¿o sí? — alzó una ceja, ahora ella jugando.

— Punto a tu favor — Dahyun alzó ambas manos, rindiéndose rápido y riendo.

— No es que ya les confíe mi vida como amigos, pero los voy conociendo — Momo alzó los hombros, despreocupada del asunto. Ella no creía que aquel salón con personas que solo la hicieron sentir cómoda, hicieran algo como asesinar.

— ¿Son agradables para ti? — Dahyun preguntó, viéndola de frente, ya que se había puesto frente a ella y caminaba hacia atrás, sabiendo todo el recorrido a su casa de memoria.

— Sí, bastante — Momo pensó en sus compañeros. Ni siquiera estando tanto tiempo en aquel pueblo se sintió tan cómoda, le gustaba allí.

— Yo no he podido interactuar con muchos de ellos. ¿Cómo son? — Dahyun preguntó. Tal vez solo conocía más a Sana y Yuna, junto a algunas más solo por encima.

— Bueno. Quitándole los repentinos pellizcos, Sana es bastante divertida. El que esté a mi lado la vuelve más cercana a mí, hablamos más — Momo rió. No le hacían gracia los pellizcos, le dolían, pero le hacía gracia como reaccionaba Sana después.

— Mmh. Lo bueno es que no me tocó lo de pellizcos — Dahyun no recuerda, y si lo haría, seguramente le hubiera devolvió algo peor — ¿Se los devuelves? — preguntó.

— Le pego en la mano cada que sucede, pero se hace la dramática — Momo recuerda bien como Sana gritaba "adolorida", acusándola de agresión. Lo bueno es que el maestro Lee conocía bien cómo era Sana, y entendía la situación — Nayeon y Jihyo son como un pack, se apoyan entre sí aún si ni siquiera entienden del todo — pensó un momento — Es parecido a Jeongyeon y Nayeon, pelean entre sí en todo momento, aún si no entienden por qué — rió junto a Dahyun — Las tres son como la Santísima Trinidad, aunque Jeongyeon está al otro lado del aula.

— Se rezan — Dahyun murmuró, juntando sus manos y cerrando los ojos.

— Amén — Momo la copió — Minho y Hyunjin, son ¿novios? No sé. Parecen mejores amigos, pero los mejores amigos no se comen la boca cuando creen que nadie los ve — recordó la vez que solo volteó hacia atrás, y en algún momento ambos se habían movido hacia una esquina.

Nadie los había notado, así que Momo hizo como si tampoco los hubiera visto luchando entre lenguas.

— Eso yo decía con Yuna — Dahyun viró los ojos, pensando en sus tiempos de adolecente desesperada. Bueno, también era adolecente desesperada, pero con un poquito más de madurez, ¿sí?

— ¿En serio?

— Sí. Fingiamos que era mi mejor amiga en aquellos tiempo. Mis padres no entendieron lo que reforzar la amistad — negó falsamente decepcionada, pero luego soltó una risa junto a Momo.

— Mhm. Shin Yuna, no la conozco del todo pero es seria y bastante amable cuando te le acercas — Momo asentía, recordando sus pocas interacciones con la ex novia de Dahyun. Una chica alta, de cabello como comercial de shampoo, bonita, y bastante reservada.

— No es muy social — Dahyun comentó.

— Comprensible — Momo lo aceptó — Joohyun es como la musa de Jihyo, la dibuja en cada momento, aunque Chaeyoung le hace competencia, porque son las que Jihyo más le gustan de visual — Momo pensó que Sana les está haciendo competencia a ambas.

— Adivino, te dió un dibujo de ti el primer día — Dahyun la miró obvia, sabiendo aquello porque Sana también tenía algunos.

— Lo tengo enmarcado en mi habitación — Momo se lo confirmó. Más específicamente en la mesita de noche, Momo tenía un cuadro con ese dibujo. Lo excusó de su madre con que un compañero tuvo la tarea de dibujar en un club de dibujo. Ni siquiera estaba en un club de dibujo, y Momo cree que ni siquiera hay uno, pero su madre no sabe eso.

— Algún día quisiera ir verlo — Dahyun intentó de nuevo insinuar, insinuar querer ir a su habitación, pero Momo no lo entendió.

— Puedo traerlo después — ofreció.

— Encantador — Dahyun se obligó a solo suspirar, fingiendo no haberse decepcionado.

— Chaeyoung también dibuja pero es más colorido. Jihyo dibuja en lápiz o bolígrafos, y Chaeyoung usa de todo — Momo siguió hablando sobre sus compañeros y Dahyun prefirió entretenerse con eso, teniendo una idea en mente que será imposible de quitar.

— Cuando te refieres a Chaeyoung es a Son, ¿verdad? — preguntó solo por si acaso.

— Sí. La otra Chaeyoung es Rosé. A ella le gusta comer y es directa, hoy lo comprobé — Momo asintió, recordando a Rose siempre estar con algún dulce en la boca.

— Se escucha más interesante cuando tú lo cuentas — Dahyun dijo, notando que ya estaban a medio recorrido del vecindario, y todo ese tiempo estuvo hablando con la bonita chica nueva.

— ¿Sí? — Momo soltó, un poco confundida.

— Cuando Sana me lo contó, fue tan floja. Solo me dijo que era divertido y entretenido. No me dió detalles — Dahyun negó decepcionada de aquello, había esperado más detalles que la entretuvieran. Lo bueno es que ahora los tenía, y con su vecina que le atrajo desde que la vió por primera vez.

— Entonces yo te los daré — Momo aseguró.

— Genial. ¿Qué más? — Dahyun quería seguir escuchándola.

— Beomgyu, el gay más tramposo que he visto — Momo murmuró entre dientes, recordando a Choi burlándose de ella hasta por mensaje.

— ¿Y eso? — Dahyun sonrió de lado por la expresión de Momo, mostrando los dientes un poco y arrugado la nariz junto a sus cejas.

— Hicimos una carrera al baño, pero no hubo cuenta regresiva al partir. Él solo corrió antes que yo — ambas rieron por aquello — Él se sienta con Hyunjin, aunque parecen no ser amigos.

— ¿No?

— Todos son un grupo unido, pero hay algunos que simplemente no tienen una amistad sólida — a Dahyun le impresionó aquello, porque había visto a todo el grupo, no como un grupo de compañeros, sino como un grupo de amigos.

— Bueno. No siempre te agrada alguien — llegó a la conclusión, encogiéndose de hombros para restarle importancia.

— Yeji es bastante bromista, no puedo contar las veces que me usó de chiste sin yo saberlo — Momo se quejó un poco, moviendo sus manos en gestos aleatorios.

— Mientras no te moleste, creo que sería entretenido.

— Uhum. Me fue divertido cuando entendí — pensó un momento, recordando quien le faltaba de su grupo de clases — Tzuyu y Shuhua son amigas desde toda la vida, se sientan juntas y entraron al colegio juntas — pensó otro momento, preguntándose si debía comentarlo o no... Se decidió por sí — Siento que Tzuyu está enamorada de Nayeon. No soy ciega — entrecerró los ojos en sospecha.

— ¿Una flechada? — Dahyun preguntó, alzando ambas cejas con curiosidad.

— No es seguro, pero lo sospechó. A Tzuyu le gusta llamar su atención — Momo aseguró, recordando las veces que Chou hacía cualquier tonta cosa para hacer que Nayeon se voltee hacia ella al menos por un instante.

— ¿Y... cómo te defines tú? — Dahyun preguntó, mirando fijamente a Momo. Ella tenía una imagen de Momo muy suave. Siempre la ha visto con vestido floreado, con faldas de colores pasteles y blusas con estampado.

— ¿Yo? — Momo pensó un momento, sonriendo de lado pero luego descartando aquello — Me gusta lo dulce y rosa — eso era lo principal, lo que se le podía notar al ver su mochila e incluso funda del celular.

— Sí. Te he visto, chica fresa — Dahyun le dijo, dándole a entender las veces que la ha observado cuando salía. Momo se preguntó cuántas veces Dahyun la ha visto en el mes viviendo allí, pero luego sonrió despreocupada.

— Que halagador — dió una sonrisa casi coqueta, pero desafortunadamente Dahyun no la vió por andar mirando hacia el cielo, pensativa. Si la hubiera visto, ni hubiera desaprovechado.

— ¿Ahí acaba, no? Conté los dieciséis estudiantes, contigo incluida — Dahyun sonrió, mirando sus manos con las que había contado con dedos cada que Momo nombraba a alguien.

— ¿Sabías cuántos eran? — Momo interrogó.

— Sana me dijo que eran quince hace mucho, nadie más se ha integrado a la Clase Roja, así que contigo son dieciséis — solo hizo un pequeño cálculo, nada impresionante, pero aún así sonrió orgullosa y Momo la copió

— Igual. Creo que es lo único que puedo contar por ahora — Momo dijo, pensando un momento y es que tampoco quería dar información de sus compañeros a alguien más. Dijo lo que podía notarse fácilmente, lo no tan íntimo.

— Estoy bastante satisfecha — Dahyun afirmó, parando la caminata muy de repente y Momo la copió sin darse cuenta.

— ¿Pudiste saciarte? — Momo preguntó divertida, claramente en un modo más inocente que la mente de Dahyun, quien se sonrojó y desvió la mirada.

— ... Sí, de ese modo sí — murmuró, luego suspirando y viendo hacia la casa donde se habían detenido.

— ¿Mh?

— Llegamos a mi casa — Dahyun apuntó a la casa de al lado, y ahí Momo se dió cuenta de lo cerca que estaba también de su hogar — Espero tu mensaje — eso fue lo que dijo Dahyun para después caminar hacia la puerta de madera.

— Está bien — Momo aceptó, después de echar un rápido vistazo a la casa, para luego echarse a caminar hacia la suya.

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