Extra 04 - Castigo de los dioses, buscando el puesto principal.
Guang Zhi fue quien dio la idea de desterrar a Bao Ming en el momento justo. En ese crítico instante, cuando Xiang Shen luchaba contra Xiang Feng, el favorito del susodicho, no podía hacer más que mirar. A decir verdad, quería volver a unirse al juego, dado que Xiang Shen había regresado a la vida. Sin embargo, las cosas no estaban para nada bien, y lo sabía. Bao Ming había hecho trampas para conseguir lo que quería, aprovechándose de que él era el único creador del juego que seguía dentro del mismo.
Al final, no fue necesario hacer nada. Xiang Shen, Xin Yuan, Xiang BaiYue y Ying YongSi se encargaron de matar a Xiang Feng y a sus ayudantes, por lo que solo debía esperar a que Yuanghe lo debilitara. Guang Zhi era un "amigo" de ese demonio exlíder de tierra, era algo así como una amistad que se formó por los diferentes encuentros casuales de sus vidas; de tanto en tanto, podían compartir una taza de té en ciertos lugares. Por ende, conocía el poder de Yuanghe, y es que más de una vez lo retó a duelos. Ese demonio era un fanático de las luchas y de demostrar su poder, pero, claro, contra Guang Zhi, no podía hacer mucho.
Ahora, viendo que todo se salía de control, y de que Nangong Ju había aparecido, lo mejor que pudo hacer fue aprovechar que Bao Ming estaba debilitado: convenció a cada uno de los dioses para desterrarlo. Esa, al menos para él, fue la mejor acción que realizó desde hacía mucho tiempo. Además, fue como un modo de devolverle un favor a Xiang Shen.
Ese joven casi inmortal había sido su favorito. Gracias a que él y Bing Yao lo ingresaron al juego, sufrió mucho, pasó por situaciones terribles e incluso murió de la peor manera. Esa ayuda, ese pequeño grano de tierra era algo que sintió como venganza hacia Bao Ming, y como recompensa a Xiang Shen.
Ya no se inmiscuiría en juegos así, ya no haría lazos con humanos, no volvería a hacer lo que un dios corrupto haría, seguiría el camino justo. Tenía planeado acabar con estos juegos, su nueva meta era que los dioses hicieran su trabajo y que dejaran a los humanos en paz, que dejaran de arruinarle la vida a los favoritos de otros. Por lo tanto, si los humanos se enfrentaban a problemas o guerras, que sobrepasaran esas dificultades con sus propios méritos y poderes, no con la ayuda de un mejor o peor dios. Ese nunca había sido su trabajo después de todo, sino el de ayudar a los que lo necesitaban con un corazón justo y noble. ¿Cómo era que se les había olvidado ese detalle tan importante?
Xiang Shen le había enseñado que, porque el camino fuera difícil, no lo hacía imposible de atravesar, y él también quería intentarlo. Tomaría el primer puesto de dios y traería paz, sin importar lo largo y tedioso que fuera el camino para llegar, lo conseguiría.
Fin extra 04.
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