Extra 03 -Bajo el agua fría de invierno también hay corazones cálidosII-Censura
Extra 03 Censurado:
Esa mañana despertaron como un día cualquiera. De hecho, era un día más, no tenían nada en mente. El reino acuático era lo más pacífico que pudiera haber, y como era día de recolección de alimentos para algunos grupos, el sitio se sentía más desolado de lo normal.
—¿Por qué no fuiste? —murmuró un joven demonio que dormía entre sus brazos.
Ze Ming lo acercó más a él y abrazó sin abrir sus ojos, como si el joven Fu XiaoBei fuera una almohada de la que se aferraba.
—Porque aquí es más cómodo... —le susurró al oído—. Merezco un descanso.
Fu XiaoBei no contestó, apretó sus manos y devolvió el abrazo. Ze Ming era su líder, y su pareja. Llevaban esa relación por ya varios años, y no importaba el tiempo que pasara, él seguía amándolo como el primer día.
No fue sencillo al inicio, pues el primero en enamorarse fue él, era un demonio acuático más que seguía las órdenes de su líder. No tenía idea del momento en el que le comenzó a gustar tanto, dado que Ze Ming era, ante todos, muy respetable y serio. Bueno, cuando entraba en confianza era un idiota bromista, no medía lo que decía y era muy pegajoso; no obstante, no dejaba de ser alguien a quien admirar.
De todos modos y sin explicarse cómo, Ze Ming un día lo tomó del brazo y lo encerró en su habitación. "Siempre estás mirando con ojos lastimeros a tu líder, Fu XiaoBei, ¿qué pretendes?". Eso hizo que todo en su mente se alocara, su líder se había percatado de que lo miraba a escondidas. Quizás hasta se había enterado de que era él quien preparaba alimentos dulces extras en sus comidas, o que le dejaba regalos, muy simples, como caracoles de mar mágicos y tesoros que se podían encontrar por ahí; todo de manera anónima.
Esa vez, Fu XiaoBei sacó el valor desde quién sabe dónde. Estaba acorralado en la pared por su líder, el demonio que amaba y deseaba, ¿qué importaba ser castigado? "Ya que el líder me pregunta y sabe sobre mí, no me importa si le da asco lo que siento". Pensó que esas palabras serían suficientes para que Ze Ming comprendiera. "¿Y eso qué significa? ¿Qué cosa debería darme asco?". Esa contestación hizo que Fu XiaoBei simplemente se declarara. "Es que me gusta, estoy dispuesto a cumplir un castigo".
Ante eso, una risa, que dejaba ver un colmillo más grande de lo normal, salió de Ze Ming. A eso le siguió un largo y profundo beso, uno tan apasionado que, al terminar, Fu XiaoBei se dio cuenta de que sus ojos estaban humedecidos y sus labios, adormecidos; era como si los besos de ese hombre fueran una clase de anestesia excitante. Así comenzaron una relación formal, y aunque no tenía idea de cómo Ze Ming también se había enamorado, solo le importaba que lo hacía; y así pasaron los años siguientes.
Todavía acostados en la cama, Fu XiaoBei elevó su cara y besó una de las pálidas mejillas del demonio, muy cerca de donde comenzaban algunas hermosas escamas.
—Iré por algo de comer, ¿quieres algo en particular?
—No quiero nada en especial —contestó el líder con un beso en la frente del joven.
Tras esa respuesta, Fu XiaoBei se levantó y dirigió hacia la cocina. Mientras tanto, Ze Ming se levantó a lavar su cara y boca. Después, sin vestirse en absoluto con ropas para salir, esperó a que el joven llegara con alimento.
Ambos desayunaron juntos y pasaron un día juntos, recorrieron los rincones y ayudaron a quienes traían las provisiones desde el exterior del mar. Dentro de todo, había sido un día tranquilo y lleno de actividades.
Esa noche, al terminar la cena, la pareja se dispuso a descansar. Sin embargo, Fu XiaoBei se percató de que su líder no regresaba a la cama, y tampoco había sonidos cerca. ¿Lo habrían llamado para algo a estas horas?
Esperó y esperó a su regreso, mas no volvió. Como estaba quizás un poco asustado, con todo eso de los problemas en el mundo humano, algo en su interior le decía que debía salir en su búsqueda. Tomó una prenda para exteriores y salió de la habitación. En los pasillos, preguntó por él, pero nadie había visto a Ze Ming desde hacía buen rato. Esa era la respuesta hasta que al fin alguien le dijo que lo vio dirigirse al pabellón prohibido por el líder. ¿Qué iría a hacer a ese pabellón? Era un espacio rodeado por una fuente de agua y un enorme jardín. Ese sitio era como una habitación privada, donde solía recluirse por algunos días para meditar, algo que, rara ocasión, pasaba. Además, solía avisar de ser el caso.
Temiendo que algo hubiese ocurrido, y que no se lo hubiera dicho para no preocuparlo, Fu XiaoBei entró allí sin tocar la puerta.
—¡¿Ze Ming?! ¡¿Estás bien?! —preguntó, muy asustado, pues las imágenes de su cabeza lo atormentaban, le mostraban las peores escenas posibles.
El pabellón estaba oscuro, desierto. ¿No estaba allí? Iluminó el salón principal con magia y lo recorrió. «Por favor que esté bien», suplicó en su interior. Como en esa área no había nadie, sus nervios aumentaban más y más con el pasar del tiempo. Decidió buscar en otro lugar y, cuando salió por la puerta principal, una mano lo capturó y cubrió su boca. Asimismo, un brazo rodeó su cintura, atreviéndose a tocar muy cerca de "esa parte". Aunque el susto fue grande, más grande fue el alivio de saber que esas manos eran las de Ze Ming.
—¿Me estabas buscando?
—Imbécil —dijo, dando un golpecito en la mano que cubría su boca.
—Lo siento, este líder tenía una cosa que hacer, y cuando regresó, ya no estaba su hombre en la cama. ¿Cómo iba a dormirme sin ti?
—¿En dónde mierda estabas? No me avisaste nada... —Como su voz se entrecortó, dejó de hablar. No quería demostrar que se preocupó hasta el punto de querer llorar.
—¿Fu XiaoBei?
Al darse cuenta de que los hombros ajenos estaban temblando, el tipo dejó todo rastro de burla y lo giró para abrazarlo de frente. Si había algo que no soportaba ver, era a ese joven con un semblante triste.
—He demorado, te he preocupado, lo siento —confesó.
—Después de ayudar a Xiang Shen en el mundo humano, tu energía no ha regresado del todo. Lo sé, utilizaste muchas habilidades que no son para estar fuera de las aguas, ¿crees que no lo sé? —dijo entre lágrimas.
—Lo siento, siento no haber dicho nada. No llores.
Los dos se quedaron en esa posición por unos instantes. Fu XiaoBei se negaba a soltarlo, mientras que Ze Ming no sabía qué decir. ¿Tan grave era salir sin avisar por un rato? No podía culpar esa preocupación, era cierto que esos días había estado más débil, pero no pensaba recluirse todavía.
—Fui por... esto... Lo hice para ti —mencionó Ze Ming luego de besar la frente del muchacho.
En sus manos delicadas tenía un pequeño bollo al vapor envuelto en una tela traslúcida, un dulce que no solía verse allí debajo. Sabía muy bien que le encantaba a Fu XiaoBei, quien no dejaba de mirar el panecillo y a su líder. ¿Por qué se molestó en traerle algo así?
—Hoy es... Ya sabes, un día especial, ¿no?
Las pupilas de Fu XiaoBei se encogieron y su rostro se tornó rojo. Era muy malo para las fechas, el único que solía acordarse de cosas como estas era Ze Ming.
—No lo... recordaba. Lo siento.
Ze Ming, jubiloso, tomó una mano ajena y dejó el dulce ahí, mostrando una linda sonrisa.
—No importa que no recuerdes el día, estoy aquí para hacerlo por ti.
Fu XiaoBei se abalanzó sobre él y besó sus fríos labios. ¿Cómo hacía? ¿Cómo podía hacer que lo amara más y más con estos detalles tan simples? Unas pocas palabras eran suficientes para calentar su corazón, era como su medicina, lo era todo. Si algo le llegara a pasar... Ni siquiera quería imaginarlo.
Su beso no era el de un inexperto, besó los labios de su mayor por un momento y presionó sin dejarlo escapar. No obstante, Ze Ming era el más fuerte de los dos, por lo que, con un movimiento lo ingresó en el pabellón, cerró la puerta y lo presionó en ella.
—¿Qué sucede? Fu XiaoBei, ¿no es atrevido que arrebates un beso de los labios de un líder?
—Vete al diablo.
—No me voy a ir a ninguna parte, ¿no te acuerdas?
Con esas palabras y una mano atrevida, Fu XiaoBei se percató de que esa noche apenas empezaba.
Fin extra 03.
Les comparto esta Ilustración que hice para esta parejita💖:
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