Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Capítulo 38 - Muchas preguntas para hacer, un viejo odio sale a flote

No supo qué decir. Su cabeza dolía cada vez que rememoraba cosas, sobre todo cuando intentaba hacerlo con sus últimos tres años de vida. Para su agrado, el dolor fue pasajero, recordar a Rong Rui no era la gran cosa.

Ahora restaba preguntarse por qué ese hombre sabía quién era. ¿De qué modo pudo haberse dado cuenta? «Por supuesto, mi hermano estaba junto a él, tienen que estar trabajando juntos. Vaya, vaya, mi hermanito tiene amigos muy interesantes». Xiang Shen quería hacer muchas preguntas, pero no podía verse alterado.

—No necesito que me digas nada. Sé que eres tú, ya me lo han dicho. Wu He fue quien te reconoció y encontró, luego te encerró. Mi dios, Bao Ming, ya lo ha comprobado, y Xiang Feng ha formulado el plan de encerrarte hasta la muerte de Nangong Ju.

—¿Por qué no me asesinaron? Me tenían a mí y a Xin Yuan sin defensas, ¿son acaso idiotas?

—¡Tú! Maldito imbécil, ¡si no te he matado es porque Xiang Feng quiere hacerlo y a su estúpida manera! Además, Bao Ming todavía no arregla algunos asuntos en los cielos.

«¡Lo ha dicho, el dios Bao Ming! Entonces es cierto, Xiang Feng es parte del juego de los dioses. Y, encima, el demonio de viento está trabajando con ellos. Dioses y demonios en equipo con los humanos, ¿qué pretenden?», reflexionó Xiang Shen.

—Rong Rui, nunca pensé que me odiaras tanto por salvarte el trasero.

—¡Maldito seas! ¡Arruinaste mi vida y reputación!

Xiang Shen curvó sus cejas, indignado.

—Fuiste tú el que se metió en frente de esa criatura. No me culpes, yo hice mi trabajo, protegí a un compañero en peligro.

—Ah, ¿sí? Eso es lo que tú crees. ¡Pero me alegra que te acuerdes! —exclamó, pisando el suelo—. Desde ese día, no pude caminar tranquilo por el palacio, mi padre me exigió más y más. Los soldados y demás cultivadores no me aceptaban, todo porque no era tan bueno y respetable como el niño Xiang. Mi nivel de cultivo no importaba, ¡todos me odiaban! ¡Todo por tu culpa! ¡Porque te gustó alardear de tus habilidades!

—Eso no pasó en ningún momento. Yo tenía ordenes de permanecer al margen, no dije nada en tu contra ni en mi defensa. ¿Por qué no lo aceptas y dejas de ver cosas donde no las hay?

—Claro. —Rio con sarcasmo—. Después de todo, no fuiste tú el castigado hasta las quebraduras, con latigazos y demás.

«No tiene ni sentido estar hablando de esto, ¿qué puedo cambiar yo? ¡Imbécil!». Xiang Shen contuvo el aire en su pecho y suspiró para mantener la compostura.

—Si quieres arreglar esto con palabras, estoy dispuesto a escucharte. Sin embargo, si tú modo de resolver estos asuntos es a través de la fuerza, me defenderé.

Xin Yuan se quedó atento a cualquier movimiento, aún no había pronunciado ni una palabra, como si hubiera vuelto a ser un fantasma casi invisible.

El ambiente quedó tenso por un rato, en completo silencio. Los soldados apuntaban con lanzas, mientras que Rong Rui seguía de pie, derecho y con los brazos cruzados, con sus gestos decía "nadie es más fuerte que yo".

—No tenemos nada que arreglar—corrigió Rong Rui—. Es mejor que primero arregles las cosas con tu querido hermano, yo puedo encargarme después.

Perfecto. Su idea inicial había sido esa, ver a su hermano y hacerle preguntas era lo que quería desde que despertaron en el palacio. Que él viniera por sí solo era bueno, o quizás no. Aparte de estar rodeados de soldados, sus energías seguían muy bajas; la ilusión de Wu He se encargó de dejarlos al límite, no era su mejor momento.

Sentía miedo, más que antes incluso. Vería a su asesino, quien le había hecho tanto daño, quien cortó cada parte de su ser. Ahora que tenía la certeza de que él era Xiang Shen y que escapó una vez más de sus garras, ¿cómo reaccionaría?

—Llévame con él —solicitó, confiado, aunque su cuerpo comenzaba a temblar.

Rong Rui ordenó a un soldado que los encadenara, y Xin Yuan, al ver las largas cadenas espirituales frente a su maestro, no lo dudó y se interpuso entre ambos.

—Nadie va a encadenarnos. Si quieren que vayamos, de esta manera es más que suficiente. Xiang Shen quiere hablar con su hermano, por lo que no escapará.

—Sigues siendo el mismo perro guardián, ¿no es así? Solo que ahora eres un gusano que se atreve a probar la dulzura de su amo. Qué atrevido y asqueroso —se burló—. Está bien, no te preocupes. Vayamos así, no necesito cadenas.

Los soldados comprendieron y dejaron las cadenas a un lado. No obstante, sus expresiones demostraban que querían ver sufrir a la Grulla Negra; ante sus ojos, era un demonio que había regresado. Por alguna razón, nadie dudaba que ese hombre fuera Xiang Shen, quizás porque querían desquitarse con alguien. Él era el culpable de las muertes de muchísimas personas, el presunto heredero que ocasionó desastres, incendios y epidemias. Para los que no sabían nada de la verdad, Xiang Shen no era más que una basura, un asesino sin piedad que merecía mil muertes dolorosas.

Xiang Shen sonrió con sarcasmo, sabía que la gente lo odiaba, cualquiera que supiera su identidad lo haría, era lo lógico. Casi cualquier habitante de Xiang, e incluso de otros reinos, perdió a un ser querido en esos últimos tres años de su vida. En todos esos desastres y masacres, era imposible que por lo menos el 75% de esos soldados no hubiera perdido a un familiar o a un amigo por su culpa. ¿Qué podía hacer? ¿Gritar la verdad? No, eso no serviría en absoluto. Nadie creería que los dioses jugaban con ellos, que maldijeron a Nangong Ju, y, en consecuencia, ese dios demonio trató de poseer su cuerpo para prolongar su vida algunos años más. Nadie creería que quebró su alma para nunca regresar, y que volvió a la vida gracias al demonio más poderoso de todos los tiempos. Aun para él, era una locura.

Durante todo el recorrido que hicieron para dirigirse a donde se encontraba Xiang Feng fueron rodeados por soldados, en ningún momento la guardia bajó, ni se desviaron las miradas; el aura asesina no hizo más que incrementarse. Por fin llegaron a una puerta, y, antes de abrirla, Rong Rui miró a Xiang Shen con una sonrisa malvada.

—Prepárate.

La puerta se abrió y reveló el interior: sobre una silla decorada, y notablemente cómoda, estaba Xiang Feng. El susodicho conversaba con alguien que estaba de pie a su lado, un muchacho joven, de unos quince o dieciséis años; su cabello era negro carbón con hilos dorados, y sus ojos, claros y llamativos. Aquel chico iba vestido elegante, con las ropas tradicionales de la realeza Xiang, su semblante era serio, sin ninguna expresión. Era muy similar a su hermano, demasiado...

«¿Qué demonios? ¿Es su hijo?», se cuestionó Xiang Shen. Había algo que no encajaba, ese joven tenía al menos quince años, y de ser así, ¿no tendría que conocer a su sobrino? Las sumas no le cuadraban. «¿Será que es así de grande y tiene menos de lo que aparenta? ¿De dónde demonios ha salido ese muchacho?». Xiang Shen se limitó a observar.

Las luces de las velas y antorchas parpadeaban en toda la sala, dando una iluminación perfecta. El aroma a incienso era moderado y agradable, y Xiang Feng mostraba lo contrario con su expresión.

—Así que llegaste. —Comenzó a abanicarse con el abanico que tanto le gustaba llevar encima—. Quién hubiera pensado que te tuve en mis manos y te fuiste tan fácil.

—Xiang Feng... —intentó llamar, como si hiciera años que no lo viera. Su nuez de adán subió y bajó con un gran trago, el cual, gracias a los cielos, no se escuchó—. ¿Qué quieres de mí? ¿Por qué haces esto?

—Aquella vez, estaba seguro de que no quedaba nada de ti, ni una mísera gota de esperanza, y aun así volviste. —Ignoró las preguntas—. Tuve que haber asesinado a ese tipo justo frente a tus ojos, para que así no hubiera posibilidades de que siquiera se convirtiera en un fantasma. —Señaló a Xin Yuan con su abanico—. Quién diría que el perro recolectaría tu alma, asqueroso obsesivo muerto de hambre.

—Desagradable... —comentó Xin Yuan, sin una pizca de miedo—. Eres tan desagradable.

—¿Desagradable? Creo que te estás equivocando, si piensas en tus actos, te darás cuenta quién es el desagradable. Ustedes... —comenzó a alzar la voz—. ¡Solo debían morir y pagar por sus pecados!

—¡Perdiste la cabeza! —intervino Xiang Shen—. ¡Sabes muy bien qué fue lo que sucedió! No vas a engañarme con lo de la venganza de nuestros padres, ya sé que sabes lo que me ocurría.

Xiang Feng hizo sonar su lengua y miró al joven que tenía al lado. Él miraba desde atrás como un simple espectador, no tenía demasiadas expresiones en su rostro y se mantenía calmo; la única diferencia fue que, por un pequeño instante, pestañeó más rápido de lo normal, como si algo en su interior hubiera sido tocado. Enseguida, el rey desvió la mirada del joven y le dirigió la palabra a Rong Rui.

—Has sido de ayuda, el trato está casi terminado. Pronto te recompensaré como es debido. Vete.

Xiang Shen volteó para mirar al rey de Rong, pero de inmediato volvió su cabeza hacia su hermano. Rong Rui no le contestó a Xiang Feng, se retiró en silencio por la puerta y desapareció, siendo seguido por sus soldados justo por detrás.

—Hermano, hay mucho que quiero preguntarte. ¿Estás dispuesto a responder sin la necesidad de recurrir a la violencia? —Xiang Shen estaba ya harto de todo.

—Preguntas... Creo que ya sabes lo que necesitas, te traje aquí para matarte, a ti y a esa basura de perro que tienes.

—¿Acaso piensas que no vamos a defendernos? ¿Es que pretendes que me quede para que me destroces?

Xiang Feng sonrió con malicia y volvió a mirar al joven que estaba justo a su derecha.

—Llévalos, iré después de hablar con Bao Ming —ordenó, con un movimiento de abanico—. Luego regresa, quiero darte algunas pautas más. Si llegan a hacer algo indebido, ya sabes.

Ese muchacho se reverenció con sumo respeto hacia el rey y, acto seguido, observó con sus ojos claros hacia Xiang Shen y Xin Yuan.

—Por favor, Xiang Shen, Xin Yuan, sigan a este príncipe. Los guiará hasta su celda.

—¿Celda? ¿Qué mierda pretendes diciendo cosas sin sentido? —Xiang Shen desenvainó su espada—. Eso no sucederá, si no estás dispuesto a hablar, tendré que sacarte la verdad.

—Qué aburrido... —suspiró el rey.

Cerró el abanico tan fuerte que dio la impresión de ser un chasquido y, en consecuencia, comenzó a brillar un círculo de color dorado en el suelo. Xiang Shen sintió que sus piernas se debilitaban y que sus brazos le pesaban toneladas. Preocupado, miró a Xin Yuan, quien estaba en la misma situación.

—¿Qué es esto? —preguntó con dificultad.

—Esto será momentáneo —contestó Xiang Feng, curvando una ceja—. ¿Acaso pensaste que no estaba preparado? Eres la cosa más difícil de matar, me anticipé a que escaparías del mundo ilusorio de Wu He, por eso cree trampas por todo el palacio.

—Maldito seas...

Xiang Feng suspiró.

—Hay alguien que quiere verte, espera a que lo llame. No te haremos daño por ahora —afirmó, alegre. Le dedicó a su hijo una sonrisa burlona y agregó—: Ya que las celdas no les gustan, llévalos a otra de "esas" habitaciones. —Regresó su mirada a Xiang Shen—. ¿Qué me dices, hermano mayor? ¿Así está mejor?

—¿Quién... quiere verme?

—Ya sabes quién es. Bao Ming siempre quiso hablarte cara a cara, él se encargará de que tu alma no regrese al mundo mortal.

«¡¿Destrozar mi alma?! ¿Por eso es que nos mantuvieron vivos? ¿Para que nadie pueda traerme a la vida en el futuro? ¡Malditos!».

—Si gano yo, gana él. No temas, supongo que no dolerá, y... luego podré hacer lo que quiera con tu cuerpo. Será muy divertido.

—¡¿Qué...?!

—Padre, los llevaré. —El joven no dejó que Xiang Shen terminara de hacer su pregunta.

El chiquillo se giró y los miró a ambos, seguía sin demostrar emoción alguna, mas no se podía decir lo mismo de Xiang Shen y Xin Yuan. Mientras los ataba con una soga espiritual, pudo ver los ojos de su tío, que no tenía un rostro de molestia, sino de asombro. Era como si no pudiera creer su existencia, como si tuviera que verlo y verlo hasta convencerse. «¡Realmente es mi sobrino!». Xiang Shen quería gritar.

Fin capítulo 38.

¡Y resulta que Xiang Shen es tío desde quien sabe cuanto y no lo sabía! 😱 Bueeeno, al final siempre hay secretos en las familias, no importa la confianza que haya. Ya veremos la historia completa de este chico  jiji 👀💖

¡Espero que les haya gustado el capítuloo! Muchas gracias por seguir por aquí uwu 💖💖

¡Recuerden seguirme en mis otras redes!

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro