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Capítulo 35 - Prueba final, fuego y hielo atemorizan en la salida

Cuando el abrazo terminó, Xiang Shen limpió su cara. En serio había llorado bastante por culpa de ese susto, su corazón casi fue arrancado por el miedo. No quería perderlo, no podía. Observaron la habitación sin soltar sus manos, esto hasta que encontraron una puerta apenas iluminada.

—Son dos —dijo el demonio.

—¿Dos?

Xin Yuan señaló a la izquierda.

—¿Ves por aquí? Hay otra puerta justo al lado.

Xiang Shen se dio cuenta y, en efecto, era otra puerta muy poco visible.

—¿Cuál tom...?

Sus palabras fueron silenciadas por un rugido, que venía desde las habitaciones de las guillotinas. ¿Era posible que, como ninguno murió allí, algo más fue enviado? Ambos pensaron eso al simultáneo. Xiang Shen gritó y apretó con más fuerza la mano que lo sujetaba.

—¡Hay que correr!

Era extraño, ninguno sintió energía espiritual o presencia de algo, y ahora percibían intenciones asesinas que se acercaban a gran velocidad. Además, se escucharon golpes, algo rompió las guillotinas para poder cruzar. Si había algo tan fuerte como para atravesarlas, estaban en serios problemas.

No importaba la puerta que escogieran, tenía que haber algo problemático dentro, por lo tanto, Xin Yuan abrió la de la izquierda. Supuso que, como estaba más escondida que la otra, no sería tan mala. No obstante, lo que sea que venía consiguió romper los objetos y atravesar la puerta, ingresó en la sala y se golpeó contra las paredes, tirando las antorchas y todo a su paso. Era como si estuviera borracho, o como si no sintiera dolor.

—¡Es un asqueroso dragón de Wu He! ¡Corre! —exclamó Xin Yuan.

La vista del demonio se adaptaba con más facilidad a las sombras, por lo que, para ese punto, ya sus ojos se habían ajustado bastante. No fue difícil ver que una enorme serpiente con cuernos y garras se acercaba a gran velocidad. No tuvo que verificar nada, pues, en cuanto la criatura los vio, lanzó una enorme llamarada desde su boca.

—¡Cuidado! —Xin Yuan agachó a Xiang Shen a tiempo, el fogonazo pasó justo por encima de sus cabezas—. ¡Corre!

—¡¿Cómo es que hay un dragón aquí?!

—¡Ese imbécil ha colocado cuanta mierda se le ocurrió aquí dentro! ¡Solo corre, este pasillo es angosto, le costará seguirnos!

Eso era cierto, el pasillo era muy estrecho, hasta a ellos se les complicaba ir de las manos por ese corredor.

Xiang Shen percibió el movimiento del dragón por detrás, no le importaba si se golpeaba o dañaba sus escamas, su objetivo era aniquilarlos. Se vio a lo lejos cómo algo blanco y rojo se cargaba, de ser una pequeña bola, a una enorme. ¡Otra llamarada! Si la soltaba en ese pasillo, los quemaría hasta los huesos.

—Rápido, hagamos una matriz para crear un escudo —planteó Xiang Shen.

Sin chistar, Xin Yuan hizo una formación de escudo, mientras que el joven castaño unió uno propio para que se fusionaran e hicieran uno más grueso y firme.

—Es probable que lo quiebre. Si eso pasa, tírate al suelo, el impacto del quiebre del escudo y la caída dolerá, pero esquivaremos la mayor parte del fuego.

Cuando el enemigo terminó de cargar su ataque, escupió hacia ellos. Xiang Shen se sintió aliviado, pues el escudo pudo frenarlo, al menos el primer ataque.

—No parece que pueda cargar dos ataques seguidos. Corre, no desactives el escudo. —Xin Yuan apretó las manos de su pareja—. Y no te sueltes.

—No lo haré. Corre, deja de pensar tanto.

El dragón corría y derrumbaba el túnel para intentar abrirse paso, gruñía y rugía como un animal desesperado.

—¡Xin Yuan! ¿Recuerdas lo que dije de la espada?

—Sí, no caerá y no la perderé.

—Exacto, no la pierdas, la necesitaremos.

—¿Ya pensaste en algo?

—Subamos en ella, será más rápido, ¿puedes ampliar su hoja?

—Puedo hacer su hoja más grande, pero, ¿y el escudo? ¿Podemos darnos el lujo de gastar tantas energías de una sola vez? Recuerda que aquí no hay alimento ni agua para sanar, nuestra energía no se ha recuperado con normalidad tampoco.

—No importa, saldremos.

Xin Yuan asintió y colocó la espada en frente de ambos. Él subió primero, luego tiró del brazo de Xiang Shen, subiéndolo y colocándolo por delante de él.

—Perfecto. —Xiang Shen sonrió.

La velocidad que podían alcanzar con la espada era diez veces más rápida que corriendo con sus pies. Xiang Shen elevó las comisuras de sus labios, tenía mucho miedo, mas, aun así, sintió que lo lograrían.

—Eres increíble. —Xiang Shen se dio la vuelta y lo abrazó, como si tuviera miedo de caerse—. Todavía me mareo con las alturas, deja que me sujete a ti, por favor.

—Está bien. —Abrazó la cintura ajena y lo atrajo a él—. No dejaré que caigas.

El cosquilleo lo estremeció. Ese no era el lugar ni el momento para sentirse así, pero, si sumaba la adrenalina y la sensación de protección de Xin Yuan, tampoco era tan loco.

—¿Estás orgulloso de tu maestro? —preguntó de repente.

—Siempre lo estuve.

Antes de que Xin Yuan pudiera continuar, otro dragón apareció de la absoluta nada. Este venía desde el frente, era plateado, de escamas hermosas y brillantes y ojos rojos tan amenazantes como la muerte misma. Con ese nuevo obstáculo, ya no había salida ni por detrás ni por delante.

—¡¿Cómo que son dos?! —exclamó Xiang Shen.

El dragón plateado lanzó una gran ráfaga de escarcha, consiguiendo agrietar el escudo, ya caliente por el fuego.

—¡Cuando te diga, sujétame y no vayas a soltarte! ¿Entendido?

Xiang Shen no sabía qué intentaría, mas a él no se le ocurrió nada. Se limitaría a seguir las órdenes del demonio, así que asintió y lo abrazó con mucha fuerza.

En ese momento, cuando el dragón de hielo cargó un segundo ataque, el otro lo imitó. ¡Ambos dragones atacarían al mismo tiempo!

—¡Agárrate ahora! —alertó Xin Yuan.

Xiang Shen sintió que Xin Yuan saltaba de la espada y su miedo a las alturas no le permitió quedar con las piernas sin tocar nada. Es decir, se aferró como un gatito desesperado al pecho del otro, abrazando sus caderas con las piernas, y su cuello con los brazos.

El demonio volvió a saltar, esta vez, impulsándose en una de las paredes. Claro, antes de hacerlo, agarró la espada que lo perseguía por sí sola. Se impulsó una vez más en el suelo, y esquivó al dragón que iba en picada hacia ellos. De todos modos, el ataque helado logró salir de su boca.

Fin capítulo 35.


Weeenasss, capítulo cortito nuevamente jaja, perooo... ¡¡Estamos en la prueba final!! Ya casi los podemos ver salir de ese lugar tan molesto :'D Esperemos que nuestros protagonistas salgan bien de esto :''D Les falta tan poquitooo.

¡Muchas gracias por leer!

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