Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Capítulo 28 - Encontrarlo.


Había transcurrido un día completo encerrado en el dominio acuático. La noche era particularmente oscura allí, y el sonido del agua rozar contra la gran burbuja que los rodeaba era tan tranquilizador que dormiría hasta a las bestias. Xiang Shen estuvo sin hacer nada por toda la mañana, no porque lo obligaran a reposar, sino porque sentía que, si salía, su cuerpo no soportaría ni sus piernas.

Ahora, estando más cómodo, con el estómago lleno y menos adolorido, pensó que ya había esperado suficiente. Sus ganas de encontrar a su exdiscípulo aumentaron de golpe, era una ansiedad que lo consumía por dentro a medida que el tiempo pasaba, sin pausa alguna. ¿Y si Xin Yuan estuviera en peligro? ¿Y si estuviera herido por quién le colocó la semilla a él? «Ya es tiempo de irme. Las medicinas demoníacas son buenas, esto no tardará en sanar», se dijo, analizando el corte que tenía vendado.

Xiang Shen no tardó en alistarse para salir. Sus ropas fueron arregladas, quién sabe por quién, o cómo, apenas se notaba el corte que se hizo. Salió por la puerta luego de dejar las cosas en orden, sin hacer ni un ruido.

—Él dijo que siguiera el camino de piedra hasta llegar al palacio, no tengo por qué perderme —musitó, con ganas de no encontrarse a nadie.

Encontró el camino de piedra sin gran dificultad, pues estaba justo después de cruzar un gran jardín que rodeaba la habitación. Caminó y observó, anonadado, era un sitio hermoso, más aún visto desde el exterior. Sus colores eran variados y brillantes, no llegaban a ser molestos para la vista, tenían una armonía fantástica entre sí. Xiang Shen se alivió al girar por el camino y mirar hacia adelante: el palacio de Ze Ming estaba justo en frente. Las palabras que el demonio le había dicho, "sigue de largo por el extenso camino, no vayas a perderte", resultaron ser una burla por lo obvio que resultaba el camino a seguir.

Tras caminar un rato, llegó al palacio. Como no había guardias custodiando la puerta, no titubeó, entró y tuvo cuidado de no tocar nada. «No hay nadie que quiera mi cabeza por aquí, ¿cierto?», se dijo, sarcástico, con suma desconfianza. No había necesidad de preocuparse, por dentro no había ningún demonio, solo un silencio tranquilizador. Xiang Shen no era de fijarse en cosas como la estética de los palacios ajenos, pero había que tener en cuenta que, en su pasado, fue un príncipe que viajó por muchos palacios y casas nobles. Al ver algo nuevo, y tan diferente al resto de decoraciones, fue como si estuviera dentro de otro mundo diferente al demoníaco, por supuesto que no pudo evitar asombrarse.

Al terminar de cruzar por un largo pasillo, Xiang Shen llegó a una puerta de escamas turquesas y rosas. No pensó en tocar, nunca creyó que eso fuera necesario, y tampoco se le ocurrió. Quizás fue por el aturdimiento de ver tantas cosas hechas con escamas gigantes, como si fueran de dragones, mas fue un error no haber tocado. Su cara se volvió como la de una piedra y quedó helado en su lugar, puesto que, al mirar al interior, se encontró con Ze Ming de pie, rodeando las caderas de Fu XiaoBei. Era como si quisiera evitar que se escapara o como si lo estuviera obligando a quedarse; su mano disponible elevaba la barbilla del joven demonio, era obvio que estaba por besarlo. «¡¿Por qué mierda no toqué la maldita puerta?!», se regañó a sí mismo.

Ze Ming hizo una especie de puchero y chasqueó la lengua, como si dijera con sus ojos "ya viniste a molestarnos". Fu XiaoBei, dentro de su color pálido y celeste, se puso de color rojo sangre y empujó al hombre que lo sostenía con todavía más fuerza; quería que la tierra lo devorara.

—Ze... Es decir, líder. Tiene visitas, deje que me vaya, ¡deje que me vaya! —suplicó, casi llorando de vergüenza.

Ze Ming hizo otro puchero y agarró más fuerte las caderas del demonio.

—No quiero, quiero abrazarte. Justo dices algo bonito y me halagas, viene este humano idiota y lo arruina... —añadió, mirando con cierto desprecio a Xiang Shen.

«¡¿Y yo qué hice?! ¡¿Cómo mierda me voy a imaginar que este tipo iba a estar en semejante posición?! No puedo tener peor suerte... No, no puedo... ¡Maldigo mi suerte!», exclamó en su interior, con ganas de gritar y de correr. Su rostro no lo demostró demasiado, pero estaba muy apenado.

—Yo... ¿Debería retirarme? —intentó mencionar con calma—. No quisiera molestar.

—Si, vete por uno o dos shichen. O mejor aún, yo iré a verte cuando termine aquí —contestó de inmediato el demonio mayor.

—¡No! —replicó Fu XiaoBei, intentando liberarse del abrazo y dando más empujones—. No diga idioteces, ¿no tiene vergüenza? ¿Qué le pasa? ¡Atienda al invitado!

—No tienes que ser formal si estamos solos... Déjame seguir. Además, a él no le importa, no pasa nada.

—¡Sí le importa! ¡No estamos solos! —gruñó, bloqueando la boca de Ze Ming, que se acercaba hacia la suya.

Xiang Shen hizo un tic con su sonrisa, no se animó a decir nada de lo que pensaba. «¡Fu XiaoBei sí que es un joven con cabeza! ¡¿Quién dijo que no me importa, maldito Ze Ming?! ¡¿Acaso piensan que no es incómodo estar hablando cuando están así de pegados y a punto de besarse?!».

—Yo... —Xiang Shen carraspeó—. Venía por un favor. No planeo molestar mucho... S-si debo esperar, lo haré...

—¿Qué sucede? ¿Duele algo? —Ze Ming se preocupó .

—Um... No es eso. ¿Podría abrir la barrera por mí? Ya me siento en condiciones de salir.

El semblante del demonio se volvió algo sombrío, ¿ya se sentía bien? No, eso no era posible, podía ser que se sintiera mejor, mas no podía estar curado al 100%. Entendía su ansiedad por salir a buscar a Xin Yuan, y, en consecuencia, tenía ganas de ayudarlo.

—Ya te sientes bien, dices. —Suspiró y, sabiendo que sería, en vano preguntó—: ¿No quieres descansar un poco más?

—Estoy seguro de mi decisión, quiero buscarlo cuanto antes. Tú lo dijiste, quien puso esta semilla dentro de mí puede estar tras él.

Su voz era tan firme y confiada que Ze Ming no pudo evitar sonreír.

—Me caes bien. Si no fuera un riesgo para mi territorio, abriría un portal para que fueras directo a nuestro mundo. Lástima no puedo hacer eso, pero puedo enviarte al mundo humano sin contratiempos. Sígueme, voy a ayudarte con eso.

Xiang Shen lo siguió a un ritmo acelerado, solo ahí pudo apreciar una puerta que había detrás de la enorme silla del líder. Al atravesarla, siguieron por un largo pasillo rocoso, el cual lo hizo recordar a la cueva donde fueron aprisionados por Song Yu, el demonio que fue encarcelado por matar a la humana Liang MeiYin. De seguro este era el camino oculto a la salida.

—¿Ayudarme les traerá en problemas en el futuro? —preguntó, dolido y preocupado—. Quiero decir, si es verdad lo que decías... Ze Ming, si el enemigo que quiere poseerme y es tan fuerte que hasta Xin Yuan debe huir, ¿esto está bien?

Fu XiaoBei volteó, como si esa respuesta se la debiera dar él y no su líder.

—Usted salvó y perdonó nuestras vidas, incluso la de Song Yu. Lo mínimo que podemos hacer es ayudarlo, aunque alguien lo descubriera más adelante, nosotros tenemos nuestras propias reglas. Esa, de hecho, es la principal razón por la que nos desligamos casi por completo al mundo demonio central, nosotros no seguimos las órdenes de nadie.

—Yo... —Xiang Shen no sabía que contestar sin sonar extraño. Tragó saliva y reflexionó con la cabeza gacha, era como si hubiera dicho algo ofensivo, luego percibió un aura de lealtad y apoyo—. Está bien, se los agradezco.

Poco después, la conversación se tornó amena. Compartieron algunos datos sobre su mundo, como, por ejemplo, que, si llegaba a tocar la burbuja que los rodeaba, sería como si tocara una gran manta de gelatina; y si quería atravesarla, la sensación sería muy similar. Al poco tiempo de contar ese detalle, Ze Ming llegó a cierta parte del pasillo, frenó e inyectó su mirada en Xiang Shen.

—Cuando salgas, no digas nada de este lugar. No nos menciones, no digas mi nombre ni el de Fu XiaoBei.

—No lo haré, tienes mi palabra.

—Te lo agradezco, confío en ti. Puedes irte.

Ze Ming elevó su mano derecha, las escamas de sus brazos brillaron con una belleza inigualable y la luz trajo consigo una burbuja. Cuando el demonio apretó su puño y lo sacudió, la burbuja se agrandó a un tamaño considerable. No era redondeada como la que los protegía en el territorio, o como casi cualquier burbuja, esta tenía forma de túnel, como si hubieran tomado una burbuja redonda y la hubiesen estirado por varios de distancia. Así, se creó un camino por el que Xiang Shen podría caminar y respirar hasta la superficie.

El joven dio varios pasos para ingresar en el pasillo burbuja, y, antes de terminar de salir, Ze Ming le dijo algunas palabras entre susurros. Él escuchó con claridad, sus ojos se quedaron bien abiertos y su cara se puso tan colorada que la sintió arder. "Fue él quien te dejó conmigo, él fue quien me pidió que te cuidara, así que agradécele cuando lo veas", fue lo que dijo.

Xiang Shen no pudo evitar darse la vuelta para mirar a Ze Ming, sin importarle que su cara estuviera roja. No podía creerlo. La sonrisa victoriosa de Ze Ming era genuina, él decía la verdad, y con eso, una enorme duda se resolvía. «¡¿Quiere decir que lo besé a él?! ¿¡Él y yo nos besamos de esa manera tan...!? Mierda, mierda, mierda, ¡él sabe que lo recuerdo, sabe quién soy! ¡Mierda!». Su rostro era un dibujo de terror, ansiedad y vergüenza, ¿en serio besó profundamente a su exdiscípulo? ¿A aquel joven que se crio junto a él? Ahora que iba en su búsqueda, ¿cómo lo miraría? «No puede ser, tienen que estar bromeando... ¡Ze Ming, desarma esta burbuja, deja que me ahogue! ¡Por favor!», pensó en sus adentros, a punto de morir por dentro.

—Te dejaré justo donde él te dejó. Espero que lo encuentres —añadió Ze Ming, divertido, sabiendo que algo tuvo que ocurrir entre ellos dos.

Xiang Shen hizo lo posible para preguntar qué más dijo Xin Yuan cuando lo dejó a su cuidado, o si le mencionó algo sobre lo sucedido. La cuestión es que su voz ya no llegaba al otro lado de la barrera, por lo que Ze Ming no le iba a contestar. Habló y golpeó la burbuja que los dividía. Nada pudo ser dicho, un jocoso demonio acuático alejaba la alargada burbuja y saludaba con una mano, despidiéndose, muy feliz.

Lo único que pudo sentir Xiang Shen eran unas enormes ganas de esconderse bajo tierra por otros nueve años y no saber de nada ni de nadie. Pero ya no podía pensar en eso, debido a que, en ese instante, el pasillo burbuja que lo llevaba se detuvo. Debía caminar por sí hacia la salida. «¿Ya está tan cerca la superficie?». Caminó y caminó por algún rato y, con unos pasos más, el camino se desintegró. Fue como si la burbuja reventara en diferentes zonas y lo dejara de pie, muy cerca de la orilla. «Lo único que se mojaron... fueron mis pies», reflexionó, sin saber qué más hacer o decir, congelado en sus pensamientos.

—Es el mismo bosque. Es donde ese demonio me atacó con la niebla —analizó—. Xin Yuan, quiero verte y decirte muchas cosas —pensó en voz alta, rememorando lo que habían hecho—. Demonios... Si eras tú, ¿por qué no me dijiste nada? Idiota.

Subió sus manos y se tocó los labios con mucha suavidad. Parecía que picaban, como si tuviera esa sensación de adormecimiento cada vez que lo recordaba. ¿Era tan malo como suponía? ¿Que ambos se gustaran era malo? Aunque su corazón latiera a gran velocidad por él, seguía siendo su exdiscípulo. Por eso, desde que comenzó a gustarle, se culpó de las situaciones pasadas, de tenerlo atado a él. Ahora, pensar en que tal vez Xin Yuan lo correspondía provocaba que desde sus ojos nacieran lágrimas. No sabía si era felicidad, pena o tristeza, lo que sabía es que su corazón se sentía tan cálido que podía morir. Si Xin Yuan sentía lo mismo, si no aceptó el beso por lástima, si las palabras que dijo fueron ciertas, entonces, ¿cuánto tiempo esperó por él? ¿Cuánto tiempo sufrió mientras lo hacía? Cayó de rodillas, sus manos temblaron y se abrazó a sí, como si tuviera frio o dolor.

—Quiero verte... De verdad quiero verte. Aunque muera avergonzado, quiero verte.

Sus emociones eran confusas. Desde que renació, le costaba entender si Xin Yuan sospechaba de él por culpa del artefacto o no. Él ocultaba muchas cosas y no decía nada al respecto, ni de eso ni de su pasado, apenas hacía menciones de su maestro. Se había decidido alejarlo para siempre, ya no quería atarlo a él... Si las cosas eran así, si ambos se correspondían, ¿eso no significaba que podrían estar juntos sin que ninguno de los dos sufriera?

—Como antes, juntos, en equipo y llenos de promesas.

Tardó bastante en regresar a la realidad, dado que necesitó un momento para meditar y enfriar su mente. Ahora que todo aquello había ocurrido de esa manera, no iba a regresar hacia atrás y hacer de cuenta que nada pasó. Volvió a ponerse de pie, su mirada estaba decidida.

—¡Voy a encontrarte! —exclamó, sacando el artefacto desde sus solapas. Lo apretó contra su pecho, como si fuera el objeto más preciado del mundo—. ¡Espera por mí!

Fin capítulo 28.



Bueno buenooo~ 

Xiang Shen por fin puede salir en busca de su discípulo, y al parecer tenemos otra parejita >:3 jiji, ¿se lo habían esperado? Pueden contarme si ya lo habían pensado o si fue sorpresa jsjs 👀

Bueno bueno, con esto me despido por unos días uwú espero que hayan disfrutado del capi, muchísimas gracias por estar aquí, ¡nos vemoooos! 💖💖

¡Recuerda seguirme por mis otras redes!

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro