Capítulo 27 - Bajo la tierra en llamas
Desde el punto de vista de Xin Yuan:
Xin Yuan había conseguido desestabilizar e ingresar en el portal al demonio. El dios nunca se esperó que Xin Yuan lograra abrirlo de nuevo, es más, ni se imaginó que pudiera suceder. Una cosa era indiscutible, ahora ambos estaban en el mundo demonio, uno frente a otro, con el entrecejo fruncido y preparados para combatir.
El lugar era de tierra rojiza, el cielo, del mismo color. Las nubes allí dispersas eran negras o grises, similar a cuando está nublado o a punto de llover. El clima, a diferencia del mundo humano, era muy frio. No se sabía de dónde provenía la luz, algo en ese mundo los iluminaba y calentaba, como si hubiera un sol invisible. Había demasiados árboles secos en la zona, ruinas de lo que fue una enorme casa, con mucha vegetación que consumía sus restos. Era sabido que el mundo demonio era un espejo casi perfecto del mundo humano, por ende, esas ruinas representaban a la posada en la que se encontraban, pero del otro lado, es decir, vista desde el mundo demonio.
—¿No sientes ni un poco de vergüenza? —preguntó Nangong Ju—. Tirando de las ropas del ser más poderoso del mundo demonio como si fuera un saco de basura, ¿no te parece irrespetuoso?
—¿Por qué estás de vuelta detrás de su vida? No debías estar allí en primer lugar —reprochó, sin darle importancia a la interrogante del otro—. ¿Por qué otra vez tiene que ser él? ¿No fue suficiente con arruinar su vida en el pasado?
—Ah... En su vida anterior dices. Él pudo escoger el camino de poco sufrimiento, y decidió pelear por ese cuerpo y hacer las cosas difíciles. No me culpes del todo a mí. Ya te lo dije, él y su hermano arruinaron todo, cada uno por su lado por razones diferentes.
—¡Su hermano lo asesinó por tu culpa! —espetó Xin Yuan—. Él y ese dios Bao Ming... ¡Porque hiciste todas esas atrocidades utilizando su cuerpo!
—Claro, eso piensas tú. Me culpas a mí a pesar de que yo no hice nada. Bao Ming y ese principito iban a hacerles la vida imposible de todos modos —canturreó, limpiándose una oreja con el meñique—. Espero que no me culpes porque se haya ido de ese asqueroso escondite. Sabías que él escapó de la cueva por su propia voluntad, ¿no? Yo estaba bloqueado en ese momento, no lo podía controlar ni ver lo que pasaba.
—Él habrá hecho lo que sea, mas la culpa sigue siendo tuya. Si no te hubieras entrometido en nuestras vidas... Tú... Tú tienes la culpa.
Xin Yuan estaba furioso, las venas de sus manos resaltaban, su voz era grave y angustiada. Tenía tanto para decirle, tanto para reprochar y reclamar.
—Llega un punto en nuestras vidas en las que nos aburrimos de cualquier cosa —se excusó el mayor—. He vivido durante más de mil años y requiero de un cambio de cuerpo cada cierto tiempo. No me culpes por querer sobrevivir.
—¡¿Por qué?! ¡Un dios no necesita hacer algo así! —Nada de lo que dijera el demonio iba a servir contra lo que le hizo a su maestro.
La expresión del demonio se oscureció, liberó energía espiritual sumamente intimidante y lo miró fijo.
—¿Tú qué sabes? —cuestionó, en un tono frio y distante.
—¡Eres un dios, no necesitas algo como eso!
—Los dioses demonios podemos recibir maldiciones de otros dioses, ¿no lo sabías? —dijo, serio.
—¿Maldición?
—Se llama aburrimiento —contestó, jocoso.
Se estaba burlando de Xin Yuan, y no solo de él, sino también de su maestro, de la vida de su maestro para variar. Xin Yuan no necesitaba gastar energías en responder a esa burla, era obvio que quería hacerlo perder el control. El cuerpo de Xiang Shen era un juguete que deseaba, estaba encaprichado con él y lo pensaba conseguir. Era por eso que no sería fácil detenerlo.
—Hay otra maldición de la cual sufro —añadió, con palabras que no sonaban bromistas. Eso era, sin dudas, ira—. Los dioses tienen un juego, uno muy aburrido. Bueno, siendo sincero, la idea era interesante, por eso intenté unirme a él. Deseaba beneficios y creí que podría hacerlo más interesante... ¿Quieres saber qué me hicieron? —Hizo un breve silencio y negó con la cabeza—. Juntos, me impusieron una maldición. Por eso es que necesito cambiar de cuerpo, estoy condenado a desgastar y degenerar el cuerpo en el que me hospede. No me es útil cualquier cuerpo, soy un dios demonio, necesito uno fuerte que pueda soportarlo.
—¿Qué mierda estás diciendo? —Xin Yuan dio un paso hacia atrás. Sus ojos bien abiertos lo observaban de arriba a abajo como si fuera un bicho raro. ¿Cómo iba a creer este disparate? Los dioses no podían tener un juego que involucrara humanos, y no maldecirían a un demonio por querer unirse, ¿cierto? A Xin Yuan se le erizó la piel de solo pensarlo.
—Este cuerpo que ves... —Dirigió sus ojos rasgados y rojos hacia Xin Yuan—. Tiene quinientos años, fue de un joven como tu maestro, un casi inmortal, y no pudo contra mí. Era, como pasó con Xiang Shen, el favorito de los dioses. Debe ser por eso que ellos me odian tanto, tomé la vida de su favorito hace quinientos años, sin saberlo, por supuesto. Y cuando fui a unirme, seguían furiosos a pesar del tiempo transcurrido. Por eso me maldijeron. ¿Por qué mejor no vas y los culpas a ellos? Si me quitan la maldición, puedo considerar dejar en paz a tu maestro. —Le sonrió.
—¿Esperas que te crea? ¿En serio?
—No dije que tuvieras que creerme. Por lo menos, ya sabes que los dioses, a los que tanto se les reza, tienen parte de la culpa. Tal vez pienses que eso de las apuestas es un juego inocente o que no llega a demasiado, que solo Bao Ming se sobrepasó al aliarse con Xiang Feng, mas no es así. Ellos ponen esas estúpidas pruebas a los humanos, alteran sus destinos y los usan como juguetes. Tú y tu maestro fueron buenos candidatos, eso es todo.
—Eso es...
—Si lo piensas bien —interrumpió el demonio mayor—, les arruinamos parte del juego a los dioses. Al mismo tiempo, tú, Xiang Shen y Xiang Feng consiguieron arruinar el mío. Después, Xiang Feng les arruinó la vida a ustedes dos. Es decir, hay una persona que sí logró su cometido. —Se rio con sarcasmo—. En parte.
—¿Quién es ese? ¿Xiang Feng?
—Muy bien. —Felicitó al haber escuchado la pregunta—. Piensa. Los dioses que votaban a Xiang Shen en el juego de apuestas salieron perdiendo por culpa de su muerte, yo quedé sin un cuerpo, tú quedaste sin un maestro y moriste. Por otro lado, Xiang Feng consiguió títulos, un reino, el amor de su gente, se sacó de encima a la Grulla Dorada y a su perro fiel.
—¿De dónde sacaste esa mierda? —inquirió, sabiendo que no era imposible que algo así hubiese sucedido. No quería creerlo, ¿podía ser que sus vidas hubieran sido así de terribles por culpa de un montón de dioses corruptos y un demonio ansioso por seguir viviendo?
—Tengo amigos en el cielo, ¿sabías? Bueno, conocidos es la palabra —respondió el dios.
—No me interesan tus sucios amigos. Aunque eso no sea mentira, sigues teniendo la mayor parte de culpa de la muerte de mi maestro —refutó Xin Yuan.
—No lo discuto ni lo niego. Lo que quería era hacerte saber que tu vida y la de tu maestro no fueron más que parte de un juego. —Se rio con ganas—. Como sea, dejemos eso de lado y hablemos de que es tu culpa que yo no tenga un nuevo cuerpo, ¿piensas que no tomaré venganza de eso? —El tono de su voz cambió de golpe—. ¡¿Crees que dejaré que tú y Xiang Shen tengan una vida feliz y tranquila?! —Todo ese rato había estado conteniendo su rabia por él.
Xin Yuan percibió la amenazante aura que iba con intenciones asesinas y dio un paso hacia atrás, como si eso lo ayudara a defenderse. No podía ganar una pelea contra él, pero podía escapar. Su prioridad era destruir la semilla que se le colocó a su maestro y esconderlo en un lugar en el que nadie más pudiera llegar. Tenía que decirle el riesgo que corría y contarle la verdad de las cosas, ya no había tiempo de viajar y esperar a que remembrara con el artefacto. «Si no rememoras... Tendré que hacerte recordar, tienes que saber lo que está pasando o correrás peligro», pensó, entristecido.
Tuvo la idea de retirarse sin que el dios se percatara de la acción, y, en cuanto sus pies hicieron un ligero movimiento en dirección contraria, el demonio mayor lo igualó. El desgraciado quedó justo a su costado con un pequeño salto, eso fue tan terrorífico que a Xin Yuan se le erizó la piel; en su respiración podía sentir la muerte. Si no utilizaba todo su poder, no habría chances de escapar. No dijo nada y apretó sus labios, el enemigo, de igual modo, se quedó callado. Xin Yuan dejó todo el cuidado que sentía y golpeó el suelo con sus pies para impulsarse tan lejos como pudo. Nangong Ju lo persiguió desde cerca, incluso si saltaba entre los árboles.
Pasaron un buen rato así, no iba lograr escapar sin una ayuda de igual o mayor poder al dios. No obstante, algo extraño ocurrió con el hombre que lo perseguía. De la nada, frenó, cayó al suelo y vomitó una enorme bocanada de sangre. Rabió, no se entendía lo que decía, seguro era algún hechizo.
Xin Yuan no iba a esperar a que algo más pasara, corrió hacia fuera del mundo demonio a través de un portal para volver a la posada en donde dejó a su exmaestro. Para su sorpresa, Xiang Shen ya no estaba allí, así como tampoco se encontraba su espada.
—No me jodan... ¿Hacia dónde fue?
Si Xiang Shen no estaba allí, significaba que podría estar en cualquier parte, con esa semilla creciendo dentro de él y con quién sabe qué estado de salud. Casi entra en desesperación por las dudas que atormentaban su cabeza, pues no podía permitir que el dios demonio lo encontrara, todo acabaría si lo hacía. De inmediato, su semblante cambió a uno más calmado, todavía tenía una manera de encontrarlo. Su estado de ánimo era tan desordenado que casi olvida ese objeto que llevaba sobre él. Sacó el artefacto de recuerdos que le había dejado su maestro antes de morir, eso lo guiaría.
—Hacia el bosque...
Corrió por encima de los techos sin esperar más nada, y, mientras lo hacía, se percató de que algo fuera de lo común sucedía con el objeto. Conseguía percibir la presencia de Xiang Shen, como siempre, pero de a momentos se cortaba y reaparecía la conexión. ¿Estaría muy herido? ¿Quizás desechó el objeto o lo rompió?
—No, eso no puede ser.
Ingresó en el bosque tan rápido como pudo, buscó por largo rato hasta encontrarse con una espesa y desagradable niebla. Conocía qué era eso, en el pasado vio con sus propios ojos al demonio líder de los vientos. Sabía que, en cuanto tocara la niebla, entraría en una ilusión o en una dimensión paralela. No había de otra, la energía de Xiang Shen lo guiaba hacia ahí.
—¿Por qué Wu He estaría aquí? La energía es amenazante, esto no está bien —dijo, preocupado.
Caminó por la espesa niebla sin ser descubierto, por lo que consiguió atravesarla, encontrándose con Xiang Shen en el centro de la ilusión. Estaba de espaldas, algo doblado hacia adelante, como si le doliera el estómago o algo así. Lo que más le sorprendió fue que, frente a él, se hallaba otro Xin Yuan. Ese doble tenía una risa macabra tallada en la cara.
—¡Xiang Shen! —gritó, sin ser escuchado. Al acercarse, notó que estaba sobre un enorme charco de sangre—. ¡Xiang Shen! ¿Qué sucedió? —Se movió con rapidez y atacó a esa ilusión, mas esta se evaporaba como niebla cada vez que sus ataques lo tocaban—. ¿Por qué no puedo cortarlo?
—Eso es porque no eres parte de la ilusión, líder de tierra. Xin Yuan. ¿Qué haces aquí? —Se asomó una voz que se escuchaba como un eco, escondido entre las sombras de la niebla.
Xin Yuan adivinó todo al instante. Debía terminar con el creador de esa niebla si quería tratar a Xiang Shen, por lo tanto, analizó el entorno y adivinó. Más veloz que una flecha, creó una espada de energía espiritual, atravesó la espesa niebla y, sin previo aviso, apuñaló a un demonio que se escondía por detrás. Incrédulo, y con las pupilas encogidas, el demonio rugió del dolor.
—¡Tú! ¡Maldito seas! ¿Qué mierda te pasa? —preguntó el enemigo de cabello largo y platinado—. Sabes que es el contenedor de Nangong Ju, ¿no? ¿Acaso estás de su lado?
—Él no es un contenedor —resopló—. Quitaré lo que tenga en su interior, así que aléjate. ¿Qué mierda crees que haces atacándolo de esa forma tan estúpida? ¿Uh?
Wu He todavía no se lograba ver bien por la neblina, aprovechó su oportunidad y quitó la espada de su cuerpo para escapar. No quería entender lo que el líder de los demonios terrestres decía, y no le importaba mucho.
Xin Yuan intentó detener al demonio con sus manos, pero por culpa de la niebla, que se volvió más espesa, y porque Xiang Shen perdía demasiada sangre, no pudo seguirlo. Se quejó e insultó en voz alta, dirigiéndose hacia el malherido. Llevó al joven hacia un árbol y allí lo recostó sobre su regazo. Enseguida, comenzó a pasar su energía demoníaca con la intención de curarlo, era mucho más rápido de esa manera. Además, así podía ver qué cosa hizo Nangong Ju con el cuerpo. «Es una semilla... Mierda, en serio puso una con semejantes raíces por crecer», se quejó.
—Si quiere poseerte, tendrá que pasar por encima de mí. —Colocó parte de su poder espiritual en dicha semilla, con la intención de que la destruyera de a poco—. Es muy poderosa... Maldita sea... Esto tardará meses, ¿cómo voy a ocultarte por tanto tiempo?
No importaba nada más en ese momento, quería ver su rostro sonriente de nuevo, enfurruñado también servía, solo quería verlo con salud. Si tenía que usar toda su energía, muriendo para sanarlo y liberarlo de esa maldición, lo haría. Xin Yuan lo acomodó sobre sus piernas, lo abrazó, envió oleadas de energía hacia él y, después, colocó medicina en la herida.
La tenue luz que los rodeaba se hizo más débil. No obstante, Xin Yuan prefería quedarse allí que buscar otro lugar, no había tiempo para eso. Por suerte, no tuvo que esperar mucho más, pues, al cabo de medio shichen, lo más crítico ya había pasado. Corroboró que nada más estuviera complicando la salud de su exmaestro y suspiró de alivio. «No hay fracturas ni daños graves en otros sitios u órganos. Ahora es cuestión de esperar... ¿Hacia dónde puedo llevarte?».
Si bien su vida ya no corría peligro, perdió demasiada sangre. Eso era un problema grave, ya que no importaba cuánta energía le pasara, si era muy tarde, era muy tarde; no podía generar sangre de la nada y pasársela. Aparte, luego necesitaría comer, beber agua y descansar. Debía encontrar un sitio seguro, pero, ¿dónde? Si lo dejaba solo, era igual que dejarlo morir, y quedarse con él podía ser igual o peor de peligroso. «No puedo quedarme contigo... Lo siento».
Abrazó a Xiang Shen con ternura y lo presionó contra él. No quería dejarlo, temía demasiado por su vida y futuro. Justo en ese momento, hubo señales de movimiento, cosa que lo sobresaltó. Su compañero despertó, respiraba con algo de dificultad, mas su color regresó a la normalidad, lo que era algo bueno. Quiso hacer una pregunta, y antes de poder hacerla, Xiang Shen comenzó a hablar incoherencias. Por lo visto, pensaba que Xin Yuan era la ilusión de Wu He. Eso, por un lado, era conveniente, podría separarse de él con más facilidad; y, por el otro, quería decirle "soy el real"
Gracias a la conversación con su "yo" falso, Xiang Shen confesó que había recobrado parte de su memoria. Pese a que no recordara sus últimos años de vida por completo, esto era una enorme bofetada de felicidad para Xin Yuan. No importaba si se lo ocultó, la felicidad era tanta que podría largarse a llorar. Los recuerdos del pasado junto a su maestro, y la emoción de saber que él siempre supo quién era, invadieron su corazón, calentándolo como nunca. Su corazón iba tan rápido que quería salir disparado, su cuerpo estaba paralizado, no sabía qué hacer ante las confesiones que Xiang Shen le hacía. Él amaba a esa persona, no podía evitar amarlo, necesitaba estar junto a él, necesitaba protegerlo. Aunque, a decir verdad, quería disculparse, había tanto de lo que se arrepentía y de lo que quería contar. Lamentablemente, nada de eso pudo ser dicho, las palabras no salieron de su boca.
Xin Yuan se acercó y lo besó en la mejilla, pensando en no ir más lejos, pero, en vista de que el otro lo abrazaba con más fuerza y lo aceptaba, no pudo evitar continuar.
Cuanto todo terminó, centró su corazón y mente. El hombre de cabello negro caminó hasta salir del bosque, dejando a su exmaestro en manos de los demonios acuáticos, confiando en que Ze Ming actuaría bien.
Fin capítulo 27.
Woliis, ¿cómo están? 💖
Bueno, desde el lado de Xin Yuan las cosas también fueron movidas😳 Pero al menos ya sabemos con certeza de que ese no era para nada un espejismo jsjsj, ¡espero hayan disfrutado el capítulo! :3 💖
¡Muchas gracias por seguir por aquí, nos vemos el viernes que vienee!💖
¡Recuerda seguirme por mis otras redes!
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