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Capítulo 26 - Recuerdo bajo el agua III



Xiang Shen dejó el balde sobre una mesa, agarró un tarro más pequeño y pasó algo del líquido para utilizarlo con más comodidad.

—Siéntate y quítate la ropa superior, te ayudaré a limpiar eso.

—Yo puedo hacerlo, no quiero molestar más al maestro.

—¿Cómo vas a molestar? Las personas heridas no deberían ser una molestia, ¿acaso has visto cómo estás? No puedes hacerlo solo, vamos, no hay nada qué ocultarme.

Xin Yuan agachó la cabeza sin insistir más. No quería que su maestro preguntara sobre el tema y que la verdad saliera a la luz. Todo le dolía horrores, no podía explicar de manera adecuada lo que sucedió, e incluso le avergonzaba mostrarse así. No se defendió por la única razón de no provocar problemas, pero que lo vieran destruido y derrotado era terrible. Era humillante hasta los huesos, ¿habría sido mejor defenderse? Xin Yuan negó con la cabeza. «No le ocasionaré más problemas al maestro, no devolveré los golpes hacia ellos nunca más».

A juzgar por la forma de mirar el cuerpo del joven, Xiang Shen, aparte de ayudar a su discípulo a limpiar las heridas, quería verlo bien de cerca. Si lo examinaba, deduciría qué sucedió, podía identificar a la perfección las heridas producidas por caídas y las que no. Xin Yuan se quitó las prendas superiores, dejando ver la pálida piel de su espalda y pecho. Estaba repleto de heridas y moretones, más de lo que Xiang Shen se imaginaba.

El maestro suspiró, descubriendo la verdad en el instante. Tal y como sospechaba, esas no eran heridas de una caída, había sido golpeado en puntos específicos reiteradas veces. Además, las marcas de los zapatos se podían notar en parte de la ropa, se podía notar a simple vista que la idea de los agresores era invalidarlo por completo. Costillas, estómago, riñones y cara, puntos muy dolorosos y precisos. Al analizar las manos de su discípulo, notó que no les faltaba piel ni tenían moretones. ¿No se había defendido? ¿Cómo era eso posible?

—Ha sido una gran caída. —Xiang Shen exhaló—. Debes andar con mucho cuidado en las noches. Estas heridas son terribles, es como si te hubiera atacado un tigre.

—No volverá a pasar.

El mayor escurrió el trapo con agua y limpió cada zona, lo curó y vendó con especial cuidado y delicadeza. ¿Cómo podía hacer para que lo dejaran de molestar?

Pasado un corto rato, le entregó ropas nuevas, las que tenía puestas ya no podían utilizarse. También le explicó sobre las medicinas, había algunas que debería volver a utilizar con regularidad hasta que se sanara por completo.

—Ten —dijo, entregando las prendas—. ¿Sabes?, quería decirte una cosa, Xin Yuan.

Xin Yuan tomó las ropas con sus manos y las presionó en su pecho. Era como si le aterrara escuchar lo que le diría, ¿era un regaño? ¿Pensaría él que se metió en una pelea cuando en realidad no golpeó a nadie? Tragó saliva con miedo de las palabras que diría su maestro.

—Quiero que tengas presente que puedes contarme lo que sea. Este maestro jamás se irá de tu lado. Somos un equipo, los equipos funcionan con la confianza y el trabajo en conjunto. Cada vez que te sientas agobiado, o que te pase cualquier otra cosa, puedes decírmelo, ¿está bien?

Los ojos negros y morados de Xin Yuan se llenaron de lágrimas. No podía hablar a causa de que su garganta se apretaba y ardía. Sus labios temblaron, su nuez de adán subió y bajó sin dejarlo expresarse como era debido. Al final, asintió con la cabeza baja y las manos bien apretadas en su ropa. Podía confiar en esta persona, no importaban los engaños de los demás, no importaba lo que dijeran de él. Siempre y cuando su maestro creyera en él y apoyara, no necesitaba nada más. Ni insultos ni desaprobaciones ajenas podían hacerle daño.

—E-está bien —tartamudeó con un gran esfuerzo—. Gracias, maestro...

Xiang Shen dio suaves palmaditas en la cabeza de su discípulo y sonrió en respuesta. Terminó la mayor parte del trabajo que quedaba por hacer en muy poco tiempo, por lo que, luego de comer juntos, corroboró que el joven estuviera dormido y salió de la gran casa de madera.

En medio de la noche, con la luna alumbrando los senderos rodeados de bambú, la paz reinaba. Caminó en dirección segura, ni rápido ni lento, como si soliera mostrarse ante esa naturaleza cada día para relajarse, como si ese viento fresco que acariciaba su rostro fuera un modo de conectarse con el mundo. La cuestión es que no estaba en sus planes meditar o disfrutar de la noche, Xiang Shen pensaba hacer algo más, algo que nunca se imaginó que haría. Estaba tranquilo por fuera, por dentro era como un mar de agua hirviendo, toda su sangre quemaba sus venas, ferviente de emociones de todo tipo.

Fue montaña abajo hasta que se encontró con la cabaña de los discípulos de los demás maestros del palacio. Entró en ella como si de su casa se tratara, con un silencio en sus pasos que cualquiera lo confundiría con un animal cazando. Todo estaba silencioso gracias a que estaban ya durmiendo, apenas se escuchaban las respiraciones y algunos ronquidos por aquí y por allá. No era lo que se esperaba, mas, de igual forma, haría lo que tenía en mente.

En la oscuridad se generó una pequeña luz circular, era un hechizo simple que proporcionaba la luz necesaria para ver los alrededores. Con ella se aseguró de que estuvieran todos, se colocó en la puerta y liberó una terrorífica energía espiritual que los presionó contra sus colchones. Como era evidente, despertaron por el susto y la tremenda fuerza de ese poder, era como tener rocas gigantes aplastando sus espaldas y pechos, peor que una pesadilla.

La luz que Xiang Shen creó ya se había apagado, no podían ver quién era el que ocasionaba esa situación, lo que acrecentaba el terror. Se asustaron tanto que no se animaron siquiera a gritar, gimieron como cachorritos en peligro. Sin importar que suplicaran, la voz de Xiang Shen se escuchó como un eco en sus cabezas.

—Esta es mi advertencia —dijo él—. No toleraré que algo así se repita en mis tierras. La violencia debe ser usada contra el enemigo, no contra los nuestros. Es una aberración lo que hicieron esta noche y serán castigados como es debido. Quien vuelva a poner un dedo sobre mi discípulo no necesitará excusas para irse del reino Xiang, romperé cada cosa que este reino le haya dado, incluyendo el núcleo espiritual que aquí les hemos enseñado a formar. Me encargaré personalmente de eso si es necesario, ¿ha quedado claro?

La mayoría entendía a lo que se refería el príncipe, si bien no todos los discípulos golpearon a Xin Yuan esa tarde, en otras ocasiones sí que lo hicieron. Los que no ya estaban advertidos para la próxima vez que se les ocurriera. Ya nadie se animaría a tocarlo.

—Su alteza... —dijo una voz temblorosa, casi como un gemido—. Estamos arrepentidos de lo que hicimos, por favor, perdónenos. Prometemos que no volverá a pasar, rogamos que no nos eche de aquí, rogamos que no destruya nuestros núcleos.

Xiang Shen no contestó. El acto cobarde de golpear sin cansancio a un joven que no se defendía lo hacía entrar en cólera, no iba a permitir que eso se repitiera. Si lo hacían, ya estaban al tanto de las consecuencias. Emanó más energía amenazante, como si fuera una despedida de advertencia, y, en un parpadeo, Xiang Shen se esfumó, como si jamás hubiese estado ahí. Todo quedó en silencio, como cuando dormían. Los jóvenes contuvieron su aliento por si algo regresaba, pero, gracias a los cielos, nada más sucedió. Charlaron entre ellos un rato sin animarse a mencionar a Xin Yuan por miedo a que el viento y las paredes tuvieran oídos. De algo podían dar certeza, quien se atreviera a meterse con el discípulo del príncipe estaría condenado.

Xiang Shen regresó a la casa de madera, ya se había entretenido lo suficiente con los jóvenes. Se sentía nervioso, y tranquilo a la vez, por hacer algo que nunca hizo en la vida.

—Nadie te molestará de nuevo —afirmó con amabilidad.

El joven Xin Yuan empezó a entrenar junto a él siendo un niño tímido, luego muy respetuoso y obediente, y acabó transformándose en un hombre bromista, firme y amable. No sabía cuándo fue el momento exacto de ese cambio, mas era algo que le gustaba de su discípulo; transmitía confianza, tanto así que lo consideraba su mejor amigo.

«Quizás fue después de que le regalé esa espada. Aunque nuestra relación siempre fue buena, la total confianza como para llamarme por mi nombre llegó cuando él fue mayor», reflexionó, con una pequeña sonrisa.

—No recuerdo cuándo fue, pero debí haberme sorprendido mucho —se dijo, riendo en voz baja.

Estaba todavía sumergido en sus pensamientos, no se percató de que la comida casi se había enfriado en sus manos. En realidad, desde un inicio no tenía apetito, y con esas remembranzas, no hacía más que evocar la melancolía. Hubiese dado lo que fuera por regresar a esos tiempos y evitar lo ocurrido.

De repente, un golpe rítmico se escuchó desde el otro lado, sonido que lo ayudó a volver en sí.

—A-adelante...

No era otro que Ze Ming. ¿No se acababa de ir Fu XiaoBei? ¿Por qué ingresaba ahora este hombre? Más bien, la pregunta correcta sería: ¿cuánto tiempo estuvo inmerso en sus pensamientos? Dejó de pensar en el tiempo al ver el rostro ajeno, pues este tenía un semblante serio y temió que trajera malas noticias; ya estaba bastante cansado de eso. «¿Quizás hay algo que lo molesta? Espero no ser un problema... Oh no, ¡ya basta! Si son malas noticias, ¡mejor deja que me ahogue!».

—Lo siento, no quería molestar —mencionó el demonio acuático—, ¿cómo te sientes?

—Estoy mejor, aunque aún no me termino esto. —Enseñó el plato lleno de alimento.

—¿No es de tu agrado?

—No es eso, es que estaba pensando y... de repente llegaste.

—Está bien. —Lo aceptó sin darle demasiadas vueltas al asunto—. Puedes quedarte lo que necesites por esta vez. Desde el exterior no se puede sentir la energía de esta barrera, estarás a salvo. Tómate tu tiempo para mejorar.

—Gracias. Aclaro que no estaré mucho aquí, descansaré y me iré. Quiero ver a Xin Yuan.

—¿Cómo planeas ir a buscarlo? ¿Sabes dónde está? No creo que sea fácil para ti ingresar al mundo demonio —dijo tras sentarse a los pies de la cama—. Mejor dicho, no pienso que dures ni medio shichen sin ser descubierto.

—Tengo algunas ideas. Lo voy a encontrar con algo que... —Sus ojos se abrieron con una preocupación increíble y su corazón dio unos cuantos brincos desesperados. ¡El artefacto! ¿En dónde estaba? Palpó sus ropas y buscó con desespero dentro de ellas.

«¡¿Y el artefacto de recuerdos dónde está?! ¡No me jodas! No me digas que lo he perdido, ¡maldigo mi suerte!».

—Ah... Espera. —Ze Ming recordó algo. Se levantó y fue hacia una mesa con escamas que la decoraban, la cual hacía juego con la puerta y la cama—. Esto es lo que buscas, ¿cierto?

—¡Gracias al cielo! —Liberó un largo suspiro de alivio—. Esto es muy importante para mí, esto me ayudará a encontrarlo. —Abrazó en su pecho el objeto sin importarle lo que el demonio pensara. Era más valioso que cualquier otra cosa, ese objeto tenía sus últimos años con Xin Yuan, no podía perderlos.

—¿Cómo es que eso te ayudará a buscarlo?

—Él tiene un artefacto que ha sido hecho por la misma persona, fue creado con la finalidad de encontrarse el uno con el otro, se atraen sin error. Lo que debo hacer es seguirlo y me llevará a él. Xin Yuan lleva el suyo siempre.

—¿Eso no es peligroso? Como te he mencionado, es probable que Xin Yuan no esté en el mundo humano. Si eso te guía a él, estarás en peligro.

—Tal vez lo sea, pero conozco métodos para viajar al mundo demonio y no soy un principiante. Sé cómo cuidarme.

—Eres más testarudo y listo de lo que aparentas. —Ze Ming rio con ganas—. ¿Qué edad tienes? No te ves muy mayor.

—Ah... Estoy en mis veinticinco, soy mayor de lo que parece. Además, entreno mi cultivo y artes marciales. Supongo que ya sabes lo que eso significa.

—Sí, sí, entiendo. Buscas la inmortalidad entrenando, eso no es muy diferente a nosotros los demonios.

—Exacto. —Se rio tontamente, rascando su cabello suelto—. El punto es que sé cómo encontrarlo, lo único que debo saber es dónde buscar.

Antes de poder decir algo más, una repentina tos atacó a Xiang Shen. Nunca en la vida sintió semejante punzada en su pecho, ¿por qué tan de repente lo atacaba ese terrible dolor? Ze Ming se puso de pie de inmediato, movió sus manos como si estuviera indeciso de si tocarlo o no para estabilizarlo. Incluso alguien sabio como él estaba alterado por lo inesperado que fue.

Sin dejar tiempo a muchas más reacciones, Xiang Shen escupió una cantidad considerable de sangre. Él no lo percibió, mas, desde su interior, salía una especie de energía demoníaca que no detectó antes. Ze Ming, que sí que había detectado dicha energía, tuvo que sujetar al joven con firmeza para que no cayera de la cama.

—Recuéstate, déjame ver algo —mencionó con preocupación, ayudando a que se acomodara. La tos continuaba, daba la impresión de querer expulsar un fantasma que lo poseía, lo que en parte era cierto—. ¿Quién ha colocado esto? Es muy insistente.

El demonio levantó sus manos hacia el pecho del joven. Ya sabía que tenía una semilla de posesión que lo buscaba devorar, pero no se percató de que alguien colocó una energía que la quebraba de a poco. La cosa es que la semilla se negaba a salir, así que ambas fuerzas luchaban entre sí.

—Xiang Shen, es bueno que hayas confiado en él. —Sonrió, mostrando sus filosos dientes y sudando en frio—. Ha colocado una barrera en la semilla, es... increíble. Detesto admitirlo. Esto es de un nivel excepcional. —Se quedó maravillado y aterrorizado.

—¿Qué...? —El humano no dejaba de toser—. ¿Q-qué quieres decir con barrera?

—Xin Yuan colocó parte de su energía espiritual dentro de ti para que luche contra esta semilla. Es increíble ver cómo luchan sin parar. No lo notas desde el exterior, pero, en tu interior, hay una batalla constante, una pelea que no tiene descanso.

—¿Cómo sabes que fue él? ¿Cómo que están luchando dentro de mí? —preguntó, casi en shock, dejando de toser—. ¿Cómo es que no me he dado cuenta?

—Vamos despacio. —Ze Ming asintió—. No hay dudas de que fue él. Primero, ¿quién más si no? Segundo, ese nivel espiritual no es de cualquiera. Sobre lo demás, cuando dije que hay una pelea constante, me refiero a que esa energía intenta romper la semilla, y, como ella no cede, es normal que tengas estos episodios de dolor intenso. En algunos días, quizás un mes, esa semilla desaparecerá, mas no puedo garantizar que no sea doloroso.

Ze Ming mojó y escurrió un paño, el cual estaba junto a la cama, que luego entregó a Xiang Shen.

—Límpiate. Y toma un baño cuando me vaya.

—Espera... ¿Cuándo colocó esa energía dentro de mí? ¿Hay manera de saberlo?

Xiang Shen sintió una repentina ola de temor, no por la semilla, sino por el momento en el que Xin Yuan lo hizo. Esa semilla fue colocada cuando despertó de la perdida de conciencia en la posada, después de eso no se había cruzado con Xin Yuan, ¿verdad?

—No tengo modo de saberlo —respondió Ze Ming—, de lo que estoy seguro es que fue posterior a la colocación de la semilla. Como sea, ¿no estás feliz? Lo único que debes hacer es esperar para que desaparezca —dijo tras darle unas palmaditas en los hombros—. Si yo fuera tú, dejaría para más tarde las preguntas que tienes para Xin Yuan. Primero dejaría que desapareciera la semilla y después iría al mundo demonio. Puede que Xin Yuan no esté junto a ti porque quizá el dueño de la semilla lo esté buscando.

Xiang Shen quería reír por no llorar. ¿Xin Yuan tuvo algún tipo de contacto con él y no se dio cuenta? «Mierda, ese espejismo... Por favor, dime que no era real, dime que era una ilusión. Dioses, ayúdenme por favor, ¿sí?». Su mente era un alboroto de ideas, vergüenza, miedo e incertidumbre, estaba cansado de ser el que no sabía nada, el que vivía engañado. Ahora que sabía ese detalle, deseaba verlo aún más para salir de dudas, ¿y si el Xin Yuan que besó no fue uno falso? Si era él... «¡No! No pienses en eso, no te hagas ideas, ¿cómo él podría dejar que...? ¡No! No me haría algo así». Se cubrió la cara con las manos y contuvo sus ganas de gritar, intentando, por sobre todo, que Ze Ming no lo notara.

—¿Xiang Shen? ¿Todavía duele? —consultó el demonio.

—Yo... creo que voy a bañarme y descansar otro rato. Mi pecho está doliendo.

Esa no era una excusa para que Ze Ming se fuera, la tos realmente le ocasionó un fuerte dolor en el pecho, por lo que quería descansar, dormir un rato y despejarme. Necesitaba ordenar sus sentimientos e ideas, muchas cosas pasaron en un corto período de tiempo.

—Está bien. Solo te diré algo. Mi intención no es asustarte, sino advertirte. Me temo que tu enemigo no es alguien que debas subestimar, y es posible que Xin Yuan sepa quién es. Ten mucho cuidado en donde metes tus narices, el mundo demonio no es como el humano.

—Ze Ming, gracias —contestó con sinceridad—, sé que lo dices para ayudarme, pero no puedo dejarlo solo.

Tras esta respuesta, Ze Ming no tomó la comida ni el paño con sangre. Le sonrió y salió por la puerta sin mirar ni por un momento hacia atrás. «Es un buen tipo, creí que sería mucho más arrogante y desagradable, mas se preocupa por los demás. Aun si no me conoce y soy humano, me ha aconsejado bien desde que llegué. Espero que su liderazgo sea largo y próspero».

Fin capítulo 26.


Holiiis, disculpen que ayer no pude subir el capi *shoro TuT

Pero bueno, espero que hayan disfrutado esta última parte de los recuerdos, ya vamos viendo un poco mejor como los protagonistas  fueron construyendo su relación :3 💞

¡Por ciertoo, estamos cerquita de la mitad de la novela! Se me ha pasado volando el tiempo la verdad 😱 ¡Muchísimas gracias por seguir por aquí! 💞

¡Recuerda seguirme por mis otras redes!

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