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Capítulo 24 - Recuerdo bajo el agua I

—Bueno, bueno, me alegro que hayas despertado al fin —festejó el demonio, con algo de sarcasmo en su tono.

—¿C-cómo es que vienes así como así? ¿Acaso no habíamos peleado...? ¿D-dónde estoy?

—Deja el pasado atrás, eso no importa ya. Y sobre dónde estás, ¿por qué preguntas cosas que ya sabes?

—Yo... Quería estar seguro —contestó Xiang Shen, avergonzado.

Ze Ming rascó su larga cabellera azul, le incomodaba un poco estar junto a él, y, al mismo tiempo, no quería irse de la habitación.

—¿Y bien? ¿Quién te hizo ese corte en el pecho? —preguntó el demonio—. Fue complicado terminar de curarte.

—Oh... Es difícil de explicar. Fui yo mismo, fue sin intención, obvio. Estaba siendo engañado con alucinaciones por el demonio Wu He, el líder de viento.

—¿Wu He? ¿Por qué él querría hacerte daño?

—No lo sé, me atacó en cuanto entré al bosque.

—Eso es raro, muy raro... No lo he visto en años, no sé qué planes tendrá en mente, aunque tampoco me interesa —aclaró Ze Ming.

—¿Y cómo es que me salvaste? Si estoy aquí es porque me has salvado.

—Pues no, no he sido yo. Digamos que apareciste en la orilla desde la absoluta nada, con esta energía dentro de ti, ¿qué te sucedió? ¿Hiciste un pacto demoníaco? Tienes una semilla de posesión dentro de tu cuerpo, eso no es nada normal en alguien de tu nivel de cultivo.

Xiang Shen bajó la mirada, no contestó. Ze Ming insistió:

—Si estás aquí es porque tienes energía demoníaca en tu interior. Los humanos no pueden ingresar a mi territorio, tendrían dificultades para entrar en cualquier territorio demonio en realidad, pero aquí es imposible. A pesar de que sea una molestia que quieras quitar de tu interior, es gracias a esa semilla que estás aquí con vida —declaró, señalando con el dedo a Xiang Shen—. Es una semilla muy fuerte, ¿dónde o quién te la puso? Qué miedo.

—No tengo idea, esta cosa apareció luego de que me desmayara en una posada. Al poco tiempo me encontré con ese demonio creador de niebla. No sé qué ha sucedido en absoluto. Puede que Xin Yuan lo sepa, el problema es que... no lo he vuelto a ver.

—¿Ese Xin Yuan? ¿Él intentó acaso poseerte? ¿Por eso tienes esa semilla?

—No creo que sea de él, no es Xin Yuan quien busca hacerme daño —afirmó, bajando el tono de las últimas palabras.

Ze Ming se cruzó de brazos y bufó, sonando un tanto enfadado. Era evidente, Xin Yuan no le caía del todo bien, y menos después del incidente en el pueblo pesquero. Aun así, no tenía pensado, ni tenía las ganas, de cambiar la manera de ver las cosas de otra persona.

—Es difícil ayudarte si no tengo más información. Al menos esa herida sanará pronto. —El demonio acuático se puso de pie, su largo cabello azul y larga cola como la de una sirena, que salió de la nada, se iluminaron con la luz, haciéndolo brillar—. Apenas se oyen cosas sobre él, no me agrada del todo, mas no pienso que sea el culpable. Hace bien su trabajo como líder, y consiguió su puesto hace ya un largo tiempo, solo recuerda que, a veces, la persona más cercana a ti es la más peligrosa.

—¿A qué quieres llegar contándome esto?

—No soy nadie para cambiar tu forma de ver las cosas, lo que digo es que no siempre debes confiar en tus "amigos". No te alteres, es un consejo. Ten cuidado, eso es todo.

Xiang Shen sonrió, claro que Ze Ming opinaría mal de Xin Yuan. Era un buen consejo el que le acababa de dar, pero él ya conocía demasiado a su discípulo; hasta que él no se lo dijera, no iba a culparlo de nada.

—Entiendo... —contestó Xiang Shen—. Lo tomaré en cuenta.

—¿Sabes? —agregó el demonio, sonriente, colocando su mano cerca de la boca, como susurrando un secreto y sin darse cuenta de que estaba exponiendo su parte chismosa—. Por un tiempo corrió el rumor de que estaba recolectando los fragmentos del alma de su maestro. Ese hombre invencible, ¿cómo se llamaba...? ¡Xiang Shen! Eso es, decían que quería traerlo a la vida, y que buscaría contenedores para eso. Que asesinaría a pueblos completos para conseguirlo si era necesario.

—¿D-decían eso? —Xiang Shen estaba impactado. Esos rumores, ¿por qué se habían creado en primer lugar?—. ¿Por qué dirían algo así?

—Son rumores baratos que tienen sentido en pocas partes de la historia. ¿Te acuerdas del caos y las epidemias de hace tiempo? Cuando Xiang Shen murió, todo eso se detuvo. Sin embargo, mientras reconstruían el palacio Xiang, ocurrió un accidente que terminó con varias vidas. Nadie sabe qué fue, y se presume que fue Xin Yuan vengándose. La persona que mató al heredero original del reino fue el hermano menor, entonces, ¿cómo podía Xin Yuan quedarse quieto y permitirle gobernar tan fácil?

—Son rumores.

—Lo son, pero es la persona indicada para hacer algo así. Dicen que las construcciones iban a la perfección y de repente pasó eso. En fin, la gente es supersticiosa hasta cuando cae nieve, no se puede creer en todo. Por cierto, ¿sabes cómo murió Xin Yuan después de todo eso?

Los hombros de Xiang Shen hicieron un tic. No importaba cuántas veces le dijeran, el decir "Xin Yuan murió" lo hacía temblar. Xin Yuan había muerto, y, a diferencia de él, su alma se convirtió en un fantasma, que, al final, se convirtió en un demonio. No era una transición fácil, ya que casi todos los fantasmas viajan al inframundo o piden ayuda para ser enviados allí, ¿qué cosa sujetaba tan fuerte a Xin Yuan en el mundo humano?

—No sé cómo murió, nunca quise preguntarle.

—Él no murió a causa de una de las enfermedades que hubo previo a la muerte del maestro. Dicen que fue infestado cuando él murió, que fue un acto intencional desde los cielos. Su energía era muy débil como para realizar cualquier tarea. Antes de morir, fue a asesinar al hermano de Xiang Shen, y, al no conseguirlo, le quedó escapar sin vengarse. Murió en soledad, nadie sabe en dónde, por eso nadie pudo evitar que se transformara en un fantasma rencoroso, y, claro, luego en un demonio.

Shen bajó la mirada y apretó las sábanas con sus manos. Había tanto de Xin Yuan que no sabía, tanto que se perdió. Lo conocía en el pasado, ¿y ahora? Era obvio que atravesar tantas dificultades haría que mucho cambiase, debió haber conseguido bastante, y perdido más.

—Tengo que encontrarlo.

—¿Por qué?

—Quiero decirle algo y preguntarle cosas. Quiero saber por qué, al fin y al cabo..., es mi amigo.

—¿Ese tipo puede tener amigos?

Xiang Shen no contestó, juntó sus cejas, disconforme.

—Incluso alguien como él y yo tenemos amigos.

—Bien, está bien. —Se rio—. No diré más nada, devolveré mi favor, te cuidaré hasta que te hayas recuperado y te ayudaré a salir.

El demonio acuático notó el rostro decaído frente a él. No había razones para seguir cavando en la herida, todos podían tener sus problemas, y no era para nada de su interés inmiscuirse.

—No te ves del todo bien, ¿aún duele tu cabeza? ¿Sientes algo raro en la herida?

Xiang Shen no se sentía mareado por la herida, sino por la conversación sobre Xin Yuan. Tocar el tema de sus últimos tres años de vida era como clavarle cien agujas en el corazón, apenas rememoraba cosas, como los cuidados que su discípulo le daba. Por supuesto que esa charla no le sentaría bien. Aun así, asintió, bastante incómodo.

—Estoy un poco mareado, ¿hay algo más de Xin Yuan que puedas contarme?

El demonio negó con la cabeza.

—Nada, Xin Yuan no es muy conocido. Ya sabes, no es de hacer amigos.

Las esquinas de los labios de Xiang Shen se curvaron hacia abajo.

—Entiendo...

—Si no es él quien te puso la semilla, no tenemos por qué hablar de él. —Ze Ming cambió de tema—. Traeré algo para que comas, debemos tener algo que no sea venenoso para los humanos.

—G-gracias... Está bien.

«¡¿Qué me vas a traer?!». Xiang Shen estaba nervioso por eso. No se imaginaba qué clase de comida conseguirían debajo del agua estos seres, quizás una cabeza de pescado cruda, algunos huesos y patas de un animal que sufrió un ahogamiento horrible. O tal vez algas y gusanos, aún moviéndose, servidos en un plato, ¿sería eso? «¡Qué miedo!».

Ze Ming se retiró de la habitación y todo se volvió silencioso. Esperó observando las decoraciones; en un futuro le gustaría hacer algo de turismo por lugares así de mágicos. Aunque no supiera qué tan seguro fuera su futuro, quería plantearse disfrutar después de arreglar sus asuntos. En cualquier caso, lo mejor sería no salir de allí para investigar, no sin el consentimiento del líder; si el líder tenía cola de pez, temía que algún otro pudiera tener cabeza de tiburón.

El tiempo pasó rápido. Fu XiaoBei, el joven demonio a quien vio en la zona de pescadores y quien apoyó a Ze Ming, le llevó una bandeja con comida. Había que ser sinceros, olía demasiado mal, muy muy mal.

—Señor cultivador espiritual —llamó el joven demonio acuático, con la bandeja en manos—. He traído su comida, el líder me pidió que la trajera por él.

Xiang Shen asintió. Hacía muchísimo tiempo que alguien lo llamaba así.

—Gracias. Por cierto, ¿cómo estás? La última vez que nos vimos fue algo caótico, lamento eso.

El joven se encogió de hombros, conteniendo el aire. No esperaba que un mortal lo recordara o que preguntara por su salud.

—Y-yo estoy bien. Le debo una disculpa, usted nos ayudó a escapar y detuvo a Xin Yuan. Quería disculparme por lo sucedido con Song Yu, él está encerrado en la prisión y nos ha contado lo que tenía en mente. Gracias a usted lo hemos descubierto y encerrado. Gracias por detener la pelea...

—No tienes que agradecer, hice lo que creí mejor. Me alegra que Song Yu ya no esté suelto.

—Por favor. —Fu XiaoBei le entregó la fuente con un cuenco lleno de comida—. Disfrute de la comida.

Xiang Shen quería comer solo, pues, si algo no le llegaba a gustar, podría dejarlo a un lado sin que nadie lo observara. Como no sabía qué tan malo sería ese plato, su estómago se comenzó a cerrar, como si le dijera que no quería ni siquiera intentar probar bocado. El joven demonio no tenía intenciones de irse, quizá tenía curiosidad de saber si la comida era buena o mala para él.

—Gracias —suspiró Xiang Shen, resignado—, aceptaré tú amabilidad y comeré.

Al bajar la cabeza y ver la comida, el olor a algo descompuesto impactó en su nariz y ojos. No era el típico olor a carne descompuesta, sino a frutas y verduras en un terrible mal estado. «¡Voy a llorar! ¿Qué demonios es esto?». Si bien no era una cabeza de pescado cruda ni gusanos, parecía ser un pescado, que sufrió una muerte espantosa, amarrado con una especie de algas. «Espera... ¡¿Y qué es esa cosa verde, líquida y viscosa que parece estar aún con vida?!». Xiang Shen dejó escapar una sonrisita llena de preocupación y preguntó:

—¿Esto es comestible?

El joven se sorprendió y observó el platillo. No había visto nada extraño en el interior, mas, para confirmar, se acercó más. ¿Tenía algo malo? ¿No era agradable para el humano? Luego de analizar con detenimiento, Fu XiaoBei volvió a ponerse derecho.

—Todo está en orden en el plato, ¿no le apetece?

«¡¿Cómo me va a apetecer si no tengo idea de lo que es, sin mencionar que huele fatal?! ¿Estás ciego, jovencito? ¡Esta cosa es como un viscoso gusano gigante retorciéndose en mi querido pescado torturado! ¡¿Qué es?! ¡Dime que es!». Se moría por dentro, no podía preguntar así como así. Si no lo había probado, no podía decir nada, además, su hambre necesitaba ser saciada.

Suspiró con dificultad, dio un gran trago de saliva, agarró el cuenco y una especie de utensilio con forma de cuchara de mar. Tomó un poco del viscoso caldo verde y lo bebió. Para su grata sorpresa, no era del todo malo. Su mirada se iluminó por un instante.

—Esto... no sabe nada mal —expresó, sorprendido.

Al probarlo, el olor ya no era tan desagradable, se unía muy bien con el sabor. Bueno, era eso o que, debido a que se moría de hambre, los sabores ya no importaban.

—Ah... Es un alivio. —Fu XiaoBei se alivió al escuchar eso—. Me había preocupado, pensé que al maestro cultivador no le gustaría la comida del mar.

—No, no es eso. Es que no estoy acostumbrado a este tipo de texturas y... olores.

Fu XiaoBei apretó sus labios, nervioso, dispuesto a preguntar algo más ahora que el ambiente no era tan tenso.

—Usted no tenía eso dentro, ¿cierto? Es decir... Siento una semilla dentro suya, ¿por qué razón hizo un contrato? Es probable que...

Xiang Shen casi se atragantó con el caldo. ¿Era tan visible para los demonios que todos preguntaban por ello?

—¿Señor? —preguntó el demonio, preocupado por la fuerte y repentina tos que lo sacudía.

—¡Estoy bien, estoy muy bien! —tosió de nuevo—. ¿Qué ibas a decir?

—Que es posible que esa semilla sea para poseer su cuerpo. No me diga que fue ese Xin Yuan. No lo conozco y no quiero hablar mal de él, pero es muy sospechoso.

Xiang Shen sonrió en respuesta. Obvio, dicho gesto iba con ironía.

«Mi querido discípulo, ¿por qué nadie tiene confianza en ti? ¿Qué has hecho con tu vida mientras no estaba contigo?». Ojalá pudiera preguntarle eso.

—No fue él —le contestó, tomando otra cucharada del líquido viscoso—. Estoy seguro. Lo conozco bien, no voy a creer que haya sido él hasta hablarle en persona.

—Entiendo, eso es excelente. Una confianza y amistad así es muy valiosa —dijo Fu XiaoBei, muy conforme.

—Sí... Por cierto, he visto que tienes una relación buena con tu líder. Eso es un gran logro, no parece ser muy simpático con cualquiera.

—Ah... —Tosió como para quitarle importancia—. No nos llevamos mal... ¿Por qué lo mencionas?

—Desobedeciste a su orden, y aún estás trabajando aquí, en un puesto alto. Bueno, eso es una conjetura mía —agregó, con una risa algo torpe—. Lo que digo es que no creo que deje que cualquiera venga a cuidar a su huésped.

—El líder nos apoya en todo. Su corazón es bondadoso a pesar de que no lo demuestre. A veces es terco y rudo, pero también es muy amable, sensible y gracioso. Aunque yo le haya desobedecido aquella vez, él no me echaría por eso.

El joven se veía orgulloso del ser que los dirigía y cuidaba. Esta clase de relación cercana y respetuosa era algo que Xiang Shen añoraba, por lo que escuchar eso le trajo recuerdos. Se acordó de cuando Xin Yuan le hacía bromas, o hasta cuando ofrecía un hombro para llorar.

—Así es como debería ser. —Xiang Shen sonrió, melancólico .

—Sí, también lo creo. Por favor, disfrute su comida, me retiraré para que coma a gusto.

Asintiendo y saludando con la mano, Xiang Shen se despidió del muchacho que se retiraba por la puerta de escamas.

—Solíamos ser así... —Atesoró el pasado—. Siempre atento, apegado a mí, amable..., y un tonto que intentaba ser gracioso.

Sin quererlo, volvió a sus remembranzas nostálgicas. Se sentía como haber vuelto varios años atrás, cuando el pequeño Xin Yuan se le pegaba todo el tiempo y casi que no dormía si no era en la misma habitación.

Recordó un día muy especial para ambos. El líder de la montaña Xiang, es decir, su padre, iría a ver los progresos de su hijo y de su discípulo. Xiang Shen estaba emocionado al respecto. De joven, tenía la imagen de su padre como alguien justo, respetable, a quien admirar y seguir sus ejemplos. Que él quisiera ver sus avances era un verdadero orgullo. Para ese entonces, habían transcurrido algunos años desde que Xiang Shen y Xin Yuan se convirtieron en maestro y discípulo. Era el momento de demostrarle a su padre lo que podían hacer juntos, a cuánto habían llegado en esos largos años de entrenamiento. Derrotar bestias y demonios por el reino no era suficiente para demostrar su valía, así que debían hacer algo especial para sorprenderlo.

Fin capítulo 24.



Holiis, ¿Cómo están? :3

Por fin conoceremos mejor a Ze Ming y a Fu Xiao Bei, al menos un poco jaja. También llegaron más recuerditos sobre el pasado :3 (amo estos capis, creo que ya lo había dicho jsjsjs los disfruto mucho). Espero que también lo hayan disfrutado, les mando un abrazote gigante, ¡nos vemos el viernes que viene por aquí con más historia~! 💖💖💖

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