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Capítulo 07 - Bestia parásito, el demonio previene

Xiang Shen no pronunció ninguna palabra, aunque casi lo hace por la repentina aparición, pudo detener su lengua a tiempo. Su corazón dio un vuelco al darse cuenta de que este joven podría no ser su ex discípulo, y es que Xin Yuan jamás demostró ser un demonio. ¿Habría sido poseído su cuerpo? Quería preguntar demasiadas cosas, pero era inútil. Además de tener trabada la lengua y las palabras, decir su identidad o preguntar sobre asuntos personales lo podían dejar mal parado.

Todo se veía normal en el hombre, su piel pálida y joven, su cabello negro, la mirada afilada, amable y carialegre. Todo se veía natural, a excepción de esa energía. Xiang Shen prestó más atención y se atrevió a analizar las venas espirituales del cuerpo ajeno, ya que estaba siendo tomado por el otro, no era mala idea y tampoco sería sospechoso.

«Como pensé, por sus meridianos solo circula energía demoníaca, su núcleo y nivel de cultivo ahora es muy elevado, quién sabe cuanto y qué tipo de entrenamiento ha realizado para llegar a este nivel, asumo que ha sido... algo muy difícil y repleto de obstáculos. Lo mejor será ocultar mi identidad hasta que averigüe qué ha pasado con él».

—¿Uh? —sonrió Xin Yuan—. Veo que te has dado cuenta de mi energía, ¿es por eso que no dices nada? ¿Me temes?

Xiang Shen bajó su mentón, sin dejar de fijar su mirada en la otra persona.

—¿Qué buscas? —preguntó, casi atragantándose con su propia saliva—. ¿Tienes algo que ver con esto? ¿Por qué no sueltas mi cintura y mano para hablar?

—Voy en busca de una bestia que pasó por aquí. Creo que está cazando, y por lo que veo... —Analizó el cielo y los laterales de la ciudad—. La barrera que protegía la ciudad se consumió hace largo rato. Supongo que los soldados están ocupados en otros asuntos, no vendrán hasta que esa bestia haya matado a unos cuantos.

—Así que vienes a ayudar... —observó—. ¿Había una barrera protegiendo esta ciudad?

—¿No lo sabías? Hace ya tiempo que hay una, algunos dicen que es un dios quien la crea, otros dicen que es Xiang Feng. Sea lo que sea, ha desaparecido. ¿Y tú qué haces? ¿No se supone que no deben hacer magia los habitantes de este lugar?

—No es asunto tuyo... Si me disculpas, tengo que ir tras eso. Puedes irte a casa, los asuntos humanos no deberían mezclarse con los de los demonios.

—Oh... Lo siento, no me iré. —Sonrió el demonio—. No solo vengo en busca de esa cosa. En realidad, estoy buscando al compañero de esto —expresó con sus comisuras elevadas hacia arriba, mostrando con sus manos un objeto muy similar al que llevaba Xiang Shen—. Es un artefacto de recuerdos, veo que tienes uno ahí escondido, ¿ves cómo reaccionan? Hace mucho que estaba buscando a su compañero, y mira qué sorpresa, me ha servido dar la vuelta y visitar la montaña Xiang.

—¿Q-qué q-quieres? ¿Pretendes robármelo?

—Por supuesto que no —dijo tras una carcajada. El "abrazo" que sostenía la cadera de Xiang Shen se presionó más contra él—. Podemos llegar a un trato sin necesidad de pelearnos por él.

Intentando no parecer sorprendido, Xiang Shen aclaró su voz y retrocedió dos pasos con la intención de aflojar el agarre.

—Entiendo —contestó—. Suelta mi cadera. Estás muy pegado a mí y debo ir a derrotar a ese monstruo.

—Deja que te ayude, también es asunto mío.

Xiang Shen sintió que era liberado del agarre y aprovechó para observar más en detalle a ese joven; más que mirarlo, era más como si lo juzgara.

—¿Nos conocemos? ¿Quién eres? ¿Qué edad tienes? ¿Por qué quieres ir tras esa cosa?

—No nos conocemos, y sobre lo demás... ¿Es relevante para ti?

Xiang Shen hizo un tic con sus hombros y cejas. ¿Qué problema tenía? ¿Por qué el misterio? Claro que era importante, tanto por interés personal, como si recién se hubieran conocido. Ignoró el comentario y se dio la vuelta para saltar dos techos más con dos lánguidos saltos. Justo por detrás, como era de esperarse, Xin Yuan siguió su paso como si nada.

—Puedo defenderme, no necesito ayuda. Espera por aquí si es que quieres que hablemos sobre el artefacto.

—Sabes muy bien que eres la presa, ¿cierto? Es peligroso que te deje solo —refutó, sonriendo sarcásticamente—. Ven conmigo.

Xin Yuan jaló de su brazo sin hacer mucha presión. Tal acto repentino hizo que cada parte de Xiang Shen se erizara, como si lo hubiera tocado algo congelado, y Xin Yuan estaba tibio como cualquier persona. Ambos, saltando por los pocos techos que faltaban para llegar al enemigo, llegaron al callejón. La bestia debía estar dentro de uno de esos cuerpos putrefactos, que a lo lejos se veían como personas normales.

—¡Deja mi brazo! —se quejó Xiang Shen, sin ser muy rudo en sus movimientos, y bajó la voz—. Puedo caminar. Y sí, sé que soy una carnada. No soy un niño, tengo bastante experiencia, aunque no lo parezca.

—Está bien, lo siento. Lo siento mucho —contestó, sin una pizca de remordimiento.

No había tiempo para molestarse por la actitud del demonio, la multitud de alrededor de docena de personas, que se podía ver con claridad, tomó forma de niebla y se evaporó en un abrir y cerrar de ojos. El olor que se soltó desde esas partículas que formaban la niebla quemaba los ojos de Xiang Shen y no le permitía respirar bien.

—Cuando te muevas, atacará —previno Xin Yuan—. Ten cuidado. Podrá ser una bestia inútil, pero no pareces estar a tu 100%.

—No estés indagando en mi energía —se quejó—. Es más fácil que correr detrás de ella, me alegro de que esté aquí esperándome.

—Bien —contestó el demonio, encogiéndose de hombros—. Entonces, como dije antes, déjame ayudarte —ofreció otra vez el hombre de cabello negro.

—No, no necesitas ponerte en peligro.

—¿Así sin más me rechazas? Puedo ser de ayuda, no tardarás ni un pestañeo en derrotarlo si trabajas conmigo.

—No, gracias. Sé que me pedirás algo a cambio, no eres el primer demonio que veo.

Xin Yuan dejó salir un suspiro, resignado.

—De acuerdo, no te ayudaré. Pero déjame aclarar que no pensé en pedir nada a cambio.

Xiang Shen sacó apenas la lengua, quería decirle "sí, claro, mira cómo te creo". En realidad, en su interior, su corazón daba unos saltos que nunca esperó sentir. «Si te veo en el camino, no podré pelear, ¡estoy haciendo mi mejor esfuerzo por no llorar! No sabes lo difícil que es tenerte aquí, ¿cómo es que estás frente a mí tan casual? ¿Y qué mierda con esa actitud de autosuficiencia y prepotente?».

Deseaba saber si ese hombre era de verdad su discípulo. Quería preguntar muchas cosas, y la situación se lo impedía. «Si pudiera recordar más de los últimos años, esto sería más fácil», reflexionó, agobiado.

—¡Cuidado! —gritó Xin Yuan, poniendo en alerta al humano.

El grito no fue de broma. De la nada, la niebla, como si fuera arena movediza, hizo que sus pies comenzaran a introducirse en el suelo. Al mismo tiempo, una especie de gusano mostró su desagradable forma, se veían sus dientes con espuma y la saliva le escurría. Eran unos quince chi de esa babosa horripilante, con cara de gusano, alargada y arrugada, demasiado resbalosa y repugnante.

Xiang Shen se impulsó para salir de esa "niebla arenosa". No iba a decir que no le costó, se negaba a demostrarlo. Sonriente, murmuró:

—Buen chico, sal y muestra tu carita.

Con total confianza levantó sus manos, bien estiradas, y dirigió un ataque de color rojo que hizo efecto de inmediato. Hirió a la criatura en la cara, no obstante, la viscosidad del cuerpo resultó ser un recubierto de saliva olorosa; esta salpicó en todas direcciones como fuegos artificiales, tocando la piel de Xiang Shen y ocasionando quemaduras.

—Maldita sea, ¿ácido? —Miró las partes afectadas de sus brazos.

Ya no solo tenía la quemadura por intentar tocar la espada negra, sino que otras más por diferentes partes de sus brazos y piernas.

La bestia rugió, observando con detenimiento al joven. Estaba inmóvil, jadeaba por el dolor ocasionado por el ataque; era como si esperara el momento justo en el que su alimento se descuidara.

Xiang Shen frotó sus quemaduras. Además de arder, picaban horrible. «¡Que nadie salga de su casa, por favor! Si ese desgraciado explota, quemará a más de uno». Xin Yuan se colocó a su lado sin decir una palabra. Su semblante era tranquilo y no liberaba nada de energía amenazante, eso que ocasionó que Xiang Shen chasqueara la lengua. ¿Por qué Xin Yuan aparecía a su costado sin siquiera tener las intenciones de atacar?

—Vine porque esa saliva es la que paraliza a las presas. —Xin Yuan respondió como si leyera su mente—. Continuará quemando tu brazo y, en cualquier instante, quedará inutilizable. Date prisa y cura ese veneno, cualquier hechizo servirá, no es fuerte.

—¿Desde cuándo pueden hacer eso estos parásitos?

—Han evolucionado con el paso de los años, estuvieron mucho tiempo sueltos, sin tener control alguno. Es más, la mayoría de las bestias ha mejorado en su cultivo, devorando gente y creciendo sin parar, ¿no estudiaste eso? —se burló.

Las cejas de Xiang Shen se contrajeron, ¿cómo se suponía que iba a saber algo así?

La bestia expulsó más líquido desde su piel. En respuesta, ambos hombres crearon una barrera circular a su alrededor, la cual se fusionó en una enorme barrera, impenetrable para las gotas que caían con violencia. Xiang Shen inyectó sus ojos en Xin Yuan, sus labios dudaron y temblaron.

—Dije que no necesitaba ayuda —musitó.

—No te estoy ayudando. Esa era mi presa, lo sigue siendo. Por otro lado, el artefacto que tienes me importa mucho, no puedo permitir que ese maldito lo derrita.

—Haz lo que quieras —Xiang Shen chasqueó la lengua.

«Artefacto, ¿eso es lo que te importa? ¡No voy a dártelo!».

El líquido dejó de caer luego de transcurrido un corto tiempo. Xin Yuan, con una espada negra, y Xiang Shen, con magia, arremetieron un golpe fatal contra la criatura, logrando que muriese y desintegrara por completo. «Oh... Fue más sencillo de lo que pensé, tampoco han evolucionado tanto, creí que sería más complicado», meditó Xiang Shen.

Sorprendido, observó sus manos, como si no considerara que fuera poseedor de ese poder. ¿Quizás su energía regresó a él de repente? De inmediato, sintió un hormigueo de felicidad, eso sí que era una buena noticia. Sus labios no pudieron evitar elevarse más y más, hasta que recordó que Xin Yuan lo ayudó.

—¿Cómo debería llamarte? —preguntó Xin Yuan, enfundando su espada en un veloz movimiento.

—No necesitas llamarme de ninguna manera. Me voy de este lugar.

—¿Te vas? ¿Cuál es la razón? ¿Aquí no es dónde vives?

—¿Eso es relevante para ti? —contestó, con intención de devolver las palabras del otro. No obstante, el demonio no lo tomó para mal, sino que rio genuinamente.

—Eres vengativo. ¿No recuerdas que tienes algo que me interesa?

—No te lo voy a dar, que te quede bien claro. Eso sí, puedo escuchar lo que tengas para decirme.

—Yo sé dónde desbloquearlos, y si se hace juntos, será mucho más efectivo y rápido. Ya que no me lo vas a dar, te propongo que vengas y me ayudes con eso.

—No, gracias, buscaré por mi cuenta... ¿Es por esto que apareciste frente a mí? ¿O quieres poseer mi cuerpo?

—Mmm... Bueno... —Fingió reflexionar—. ¿Eso crees?

—No importa lo que crea, gracias por ayudarme con esa cosa. —Señaló el polvo brillante que quedaba de la criatura—. Me voy.

—Bueno, no pensaba obligarte. Aun así, te tendré vigilado. —Xin Yuan mostró una sonrisa bastante sombría, esa expresión no era ni de alguien amigable ni de un ladrón.

—No quiero que me sigas. ¿Te gusta molestar a la gente? —cuestionó—. No, no contestes. Me retiro.

Esa actitud hizo reír a Xin Yuan, que no lo siguió. Cruzó sus manos y elevó sus hombros, como si con eso le permitiera retirarse.

—Como quieras... —Sonrió sin ser escuchado—. Voy a perseguirte un poco.

La noche era oscura, la luna y las estrellas alumbraban la tierra desolada de los bosques, guiando a Xiang Shen por el sendero sinuoso rodeado de malezas. Los alrededores boscosos generaban imágenes mentirosas y figuras tenebrosas; nada que no estuviera acostumbrado a ver. Había, de hecho, cosas más preocupantes que las siluetas imaginarias, y es que su estómago llevaba ya medio shichen rugiendo, molestando a sus oídos.

—¿Qué maldita mierda fue esa? ¿Qué se cree siendo "gracioso" con un desconocido? —se preguntó, enfurruñado—. Bueno... Él siempre ha sido así, no sé de qué me sorprendo... ¡Niño tonto! No puede ser mi Xin Yuan, ¡él era respetuoso! —exclamó.

Sus sentimientos eran de frustración y, al mismo tiempo, se sentía tan feliz que no podía evitar querer llorar. ¿Por cuánto pasó su discípulo después de su muerte? Incluso para ser ahora un demonio, seguro fue un camino largo.

—Aunque seas uno de ellos, rezo porque seas tú y no un imitador. Por favor, que no te hayan poseído.

Pronto, la realidad golpeó su cuerpo otra vez. No tenía cómo llenar su estómago, sus tripas estaban vacías. Luego de haber luchado con su energía espiritual, de haberse encontrado con una persona que creía muerta, casi largarse a llorar y haber pasado nervios de niveles galácticos con su hermano, ¿quién no estaría cansado? ¿Hace cuánto haría que ese cuerpo no comía algo?

Xiang Shen buscó brevemente sin tener éxito algún árbol frutal. No había nada, nada que pudiera alimentarlo, nada con lo que llenar su triste hambre ruidosa y gruñona. Peor era que la noche no ayudara en su visión, pues no quería volver a encontrarse con un lugar prohibido de su hermano.

Agotado, decidió sentarse para descansar, dormir haría que el hambre se le olvidara al menos por un rato. Antes de que pudiera llegar a la raíz de un árbol, que le parecía más cómoda que el resto, cayó desmayado, sin una pizca de fuerzas para levantarse o reaccionar por el golpe. No llegó a soñar nada, y es que no lograba percibir más que una voz lejana, como si lo llamaran con un susurro dulce y cariñoso. No le haría caso, prefería dormir y ahorrar energías que seguir una voz imaginaria que nada podría aportar.

Quién sabe cuánto pasó dormido. En el momento que sus ojos se abrieron de nuevo, muy cerca de él, vio una sombra alejarse por encima. ¿Alguien lo estaba mirando? ¿Por qué sus labios picaban? Su vista aún estaba borrosa, no identificaba sus alrededores, pero su cuerpo se sentía mucho mejor.

—¿Qué...? ¿Quién...?

—Oh... Despertaste —contestó la evidente voz de Xin Yuan—. Te di un caramelo con vitaminas y algo de energía. Creí que serviría para que durmieras mejor, lamento haberte despertado.

Fin capítulo 07.

Woliiisss, aquí el fin del capítulo 07 :3

La relación de estos dos es un poco complicada a causa de las inseguridades, pero veremos como se desarrolla luego. ¿Accederá Xiāng Shén a viajar juntos? Ambos tienen artefactos de recuerdos y debe haber una razón por la que desbloquearlos juntos es mejor 👀💖💖💖

¡En fin, no diré más jsjsjjs, espero les haya gustadoo!


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