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((🌺))' OO4

grown up: confianza



—Ya pues, Lisa.

Jennie agarraba de mi mano como si su vida dependiera de ello, lo agitaba de arriba abajo sin cesar mientras un puchero adornaba de sus labios. Suspiré por enésima vez ante su vago berrinche en pleno centro comercial y negué. ¿Cuántas veces tenía que explicarle que no aceptaría?

—Que no Jennie, entiéndelo. No pienso ir.

Repetí una vez más a mi mejor amiga por si antes no le hubiera quedado en claro, y cuando vi su puchero de niña de cuatro años, supe que su berrinche aún no acababa hasta terminar de convencerme. Realmente era terca cuando se lo proponía y sabía que no pararía hasta llevarme a la fiesta que con tanto ahínco estaba anticipando estos últimos días.

La famosa fiesta que SungHye preparaba todos los años antes de que las clases del instituto comenzaran.

—¡Por favor! Sabes que van a ir todos y la pasaremos bien, no entiendo por qué repentinamente no tienes ganas, de hecho, eres tú la que siempre insiste los años anteriores —Jennie se cruzó de brazos infantilmente, y sus regordetes cachetes aumentan contrastando al lindo puchero que forma en su actuación por querer que acepte. Viré los ojos. Definitivamente no iba a dar su brazo a torcer y estaba empezando a odiarme por ir reconsiderando la idea.

Desde que había escuchado que mi queridísima amiga SungHye anunció su fiesta, mi respuesta había quedado en un rotundo no. Y no porque no tuviera las ganas suficientes como las tenía años atrás, sino porque prefería gastar ese tiempo al lado de WonHo. Podía llamarme una tonta enamoradiza, porque debía admitir que lo era, sin embargo, eran esos los planes que había estado reservando desde un principio y ni mi mejor amiga haría cambiarme de opinión.

—No Jennie-ah, quería pasear con WonHo ese día y pasar el rato.

Admití, con el ligero rubor acumulándose en mis mejillas. Todavía no me acostumbraba hablar de mi relación tan libremente cuando apenas cumplíamos cinco meses y quería llevar las cosas con calma, pero no podía negarle a Jennie sin tener motivo alguna y solo me quedaba confesar. Sin embargo, cuando esperé algún comentario subido de tono de su parte o sus típicos bufidos cuando las cosas no le salían como creía, nada de eso llegó.

De pronto la vi fruncir el ceño y detener todo puchero. Su pequeño cuerpo se acercó a mí como si tuviera alguna clase de fiebre y la preocupación surcó su reacción.

—¿Él no te lo dijo? —preguntó, confundida. Pero en realidad la que debería estar totalmente perdida era yo. Fruncí el ceño. 

—¿Decirme qué?

—SungHye no quería hacer la fiesta porque creyó que sería muy tarde para hacerlo ya que mañana es el comienzo de clases, pero fue WonHo quien le convenció. —y aunque quise esconder mi decepción por pensar que mi novio no me lo había comentado en lo absoluto, fracasé totalmente y la mueca en mi rostro fue inevitable. ¿Fiesta? ¿Por qué WonHo querría una fiesta? Si yo estuviera en su lugar y considerara todas las cosas que pasan en su vida, realmente que una fiesta sería lo último a lo que desearía ir.

—¿Estás segura? —solo quería cerciorarme de que la información sea cierta, rezando internamente de que no lo sea, pero cuando vi a Jennie asentir con su cabeza, sentí algo removiéndose incómodo en mi estómago. ¿Entonces, por qué WonHo no me había comentado nada al respecto? ¿Acaso supuso que yo vendría? Debía ser esa la única respuesta que encontrara lógica pero aun así, recordaba bien haberle comentado a él que no tenía ganas de ir a esa fiesta y aunque tampoco es como si quisiera sonar como esas novias que le prohibieran a sus parejas ir a otros lados, el hecho de que no me haya dicho nada, me parecía... extraño. Nunca guardábamos secretos.

—Que sí, Lice. Ahora, ¿Vas a ir o no? Porque puede que en la fiesta chicas lo inviten a bailar y no lo sé, tal vez te enojes o...

—Iré —sentencié. Y no por las razones banales que Jennie me daba, sino porque quería ver cuál sería su reacción al verme de sorpresa— Solo no se lo comentes.

La dulce sonrisa de mi amiga no tardó en llegar, mostrándome sus rosáceas encías y sus felinos ojitos celebrando al cumplir su propósito. Eran apenas las siete de la noche, pero ella agarró mi mano y me llevó hacia el glamoroso tocador de su habitación. Sus manos apresuradas comenzaron a sacar las brochas y paletas de maquillaje para extendérmelas con una sonrisa cómplice.

—Si no te conociera bien, diría que te animaste porque te pusiste en modo novia celosa —empezó a decir, agarrando de su armario un vestido negro antes de arrugar su nariz y extendérmelo— pero somos amigas desde hace siete años Lisa, y sé que estás yendo para descartar lo que sea que estés pensando... y por mí, claro está.

Sonreí traviesa. Si había alguien en este mundo que me conociera mejor que nadie al pie de la letra, sería nada más ni nada menos que Jennie. Y no podía mentirle, tenía razón. Realmente no quería suponer nada y prefería comprobarlo por cuenta propia. Ya estaba decidida en aparecer ahí de improvisto y ver qué hacía WonHo antes de que llegara.

—No quiero sonar para nada como esas novias controladoras Jennie, pero es inevitable. Todo se me hace sospechoso. —suspiré, totalmente resignada. Las probabilidades de que simplemente estaba exagerando las cosas más de lo necesario me exasperaban, pero debía sincerarme con Jennie porque no soportaría la noche tragando mis propias dudas. Agradecí que ella me escuchara en silencio y asintiera, sacando sus propias conclusiones antes de coger otro vestido de su armario. Uno rojo oscuro que se ceñía a tu cuerpo y presentaba un buen corte en las piernas. Sus ojos me miraron de arriba abajo y luego lo extendió a mis manos.

—Si es que hace algo malo, enséñale lo que se perdió porque no pienso perdonarte si te llegas a reconciliar. —finalmente dictó, sonriéndome tranquilamente. Se lo recibí pasmada. Aun si no me gustara para nada la idea de dudar en la confianza de mi novio, no podía quedarme toda la noche en casa sabiendo que me escondió algo y que prefirió ir a divertirse con nuestros amigos y sin mí. Es decir, ni siquiera me había invitado a ir con él y cuando le comenté mi rechazo a la invitación tampoco comentó nada al respecto.

Inspeccioné el vestido que Jennie me había prestado y mis ojos detallaron el sutil escote en v que bajaba hasta rozar mi pecho, casi la mitad de la parte de la espalda se hallaba descubierta pero a pesar de todo, el vestido era totalmente a mi gusto y se lo agradecí. Definitivamente ella me conocía de pies a cabeza.





[...]





El hermano de Jennie frenó el carro en la dirección exacta. Sus pequeños ojos desviaron la vista del volante para vernos a ambas y entonces entrecerró los ojos, casi estudiándonos.

—Nada de aceptar bebidas ajenas y siempre protección. —dijo, totalmente tranquilo, sin embargo, las mejillas de Jennie se incendiaron al escucharlo y pude jurar que por un segundo sus ojos casi rebotan de la vergüenza. Solo pude soltar una risita al escuchar su exageración y asentir. Bueno, después de todo, lo que decía era completamente cierto al pie de la letra y no podía contradecirle. Pero, que su hermano lo dijera, sí que lo convertía algo incómodo. 

—¡Yah! ¿Por qué no te ahorras esas palabras para tus alumnos, NamJoon? —respondió totalmente indignada Jennie, dándole un ligero golpe a su hombro. Pero es que tampoco la culpaba, si yo tuviera un hermano que fuera mi profesor de filosofía y, además, me recomiende cuidarme como si creyera que no lo hiciera, probablemente estaría derritiéndome de la vergüenza. Y pronto los dos se sumieron a una leve discusión que me hizo reír sin poder disimularlo. 

Debía admitir que, a veces era extraño ver al hermano de mi mejor amiga enseñarme clases, cuando años atrás recordaba verlo estudiar cuando aún era alumno de universidad. Pero fuera de eso, cuando visitaba a mi amiga y me encontraba con él, recordaba que aquel hermano sobreprotector aún seguía ahí.

—Yo solo trataba de recordarles, sabes que a mamá no le gustaría que quedaras embara... —pero él no pudo terminar con su discurso, cuando mi amiga le lanzó otro golpe antes de abrir la puerta desesperada y sacarme de allí.

A penas pude hacerle un gesto a NamJoon en forma de agradecimiento a lo que él correspondió con una sonrisa. No habían pasado ni dos segundos cuando Jennie comenzó a prácticamente trotar con esos tacones para alejarse lo más posible de su hermano y disculpándose conmigo como si yo me hubiera ofendido. Su mano seguía aferrada a la mía y pasé gran parte del camino observando los tacones con tal de no perder el equilibrio y caerme con lo rápido que iba ella.

Sin embargo, cuando llegamos finalmente a la puerta de la casona, ambas nos dedicamos una mirada rápida. Ella se relajó, agarró mis dos manos y quedamos cara a cara. 

—Si algo malo pasa con ya sabes quién, solo búscame y ambas iremos a sacarle la mierda ¿de acuerdo? —condicionó, y no pude evitar sonreír. Definitivamente tenía a la mejor amiga en el mundo.

—No me digas algo que ya sé, Jennie, solo no te pierdas mucho. Cuando estás ebria es muy difícil devolverte a casa.

—Lo prometo.

Y sin decir más, nuestros meñiques se entrelazaron en un infantil gesto. Ninguna de las dos comentó nada y cuando el agarre en nuestras manos aumentó, supimos al unísono que ya era hora de entrar a la fiesta.

La música no tardó en romper mis oídos apenas dimos el primer paso. Intentamos caminar entre todo el mar de gente y el olor a alcohol llenó mis fosas nasales. Nuestro agarre se afianzó aún más hasta llegar a la pequeña mesa donde nuestros amigos se encontraban y no tardé en sentarme y saludarles.

—¿Han visto a WonHo? —las palabras fluyeron de mi boca como un acto reflejo apenas noté que, efectivamente, mi novio no se encontraba entre todos. TaeHyung y JiMin me observaron escépticos al escucharme y yo fruncí el ceño.

—Sí Lisa, nosotros también nos alegramos de verte. —ironizó JiMin, completamente ofendido, sus dos pequeños y finos ojos me escrutaron lentamente y lo único que concilié hacer fue desviar la mirada, avergonzada. Habían pasado dos semanas desde la última vez en la que me encontré con ellos y apenas pude saludarles vagamente cuando comencé a preguntar por mi novio. Tenía que recordarme a mí misma que no debía parecerme para nada a esas novias controladoras, pero era irónico porque ahora lucía como una.

Es decir, no era necesario que WonHo esté con sus amigos para divertirse ¿cierto? Él podría fácilmente conocer otros y hablarse con ellos. Pero, cuánto odiaba a mi mente al estar imaginando situaciones improbables que me generaban una innecesaria preocupación.

—Perdón, es que me parece extraño que WonHo no esté con ustedes —admití, sonrojándome en el acto.— vine de sorpresa y no lo encuentro.

JiMin soltó una risa maliciosa al escucharme y fruncí el ceño.

—La verdad es que WonHo estuvo con nosotros al principio de la fiesta hasta que se fue con SungHye. Deben estar bailando. —algo en mi estómago se removió al escuchar  el nombre de SungHye incluido. Ella era mi amiga, nos conocíamos desde hace mucho tiempo y sabía que no tendría malas intenciones con WonHo ni él con ella. Sin embargo, escuchar la realidad por boca de otros hacía que la situación me supiera amargo y no dudé en darme media vuelta.

—Gracias. Ya vuelvo. —estaba completamente dispuesta a buscarlo aun si demoraba horas en hacerlo. La gente no tardó en aplastarme apenas me alejé unos cuantos pasos de la mesa y aferré la copa en mi mano con tal de que no se derramara. No debía ser paranoica. No tenía que imaginar casos hipotéticos porque confiaba en WonHo y sabía que solo estaba divirtiéndose. Además, ¿desde cuándo yo estaba siendo celosa? Tal vez descubrir la manera en la que HoSeok me había engañado años atrás también en una fiesta comenzaba a pasarme facturas y lucir exaltada. No soportaría que el error se repita otra vez. 

Casi tropiezo al ser levemente empujada por una pareja que estaban ya comiéndose la boca en plena pista de baile y viré los ojos. Apenas podía mantener la cabeza alzada cuando lo único que podía visualizar era nada más que espaldas o pechos de gente bailando al son de miss a que sonaba sin control por el lugar. Por suerte había ido anteriormente a casa de SungHye sin que sea una fiesta y lo agradecía porque era imposible perderme, pero tratar de encontrar a WonHo seguía siendo un trabajo imposible. 

Fue entonces cuando pensé que recorrer en los pasillos menos concurridos sería más fácil en ubicarlo, pero una vez ahí, algo se removió en mi cuerpo al no encontrarlo. No me veía capaz de buscar entre las habitaciones porque no lo veía posible. Así que opté por la segunda opción, y era aquella buscar en la cocina. 

Le di un último sorbo a mi vaso de licor y lo dejé reposar en una de las mesas. El corazón bombeaba en mi interior por rogar de que se encontrara allí, y no perdí tiempo para abrir la puerta de una vez.

Y fue ahí. 

Fue ahí cuando vi a SungHye abrazar a WonHo con lágrimas recorriendo de su rostro, sus manos se aferraban a su ancho hombro y su rostro descansaba en su pecho. Algo ardió en mi corazón y tragué saliva. 

Solo se estaban abrazando. Solo era un abrazo, ¿por qué el corazón me dolía tanto entonces?

WonHo estaba de espaldas por lo que ni siquiera se percataba de mi presencia y así quería que fuese hasta que terminara de caminar lentamente por la puerta y desaparecer. Pero el mundo parecía odiarme y lo demostró maliciosamente cuando SungHye abrió los ojos, y se percató de mi presencia. 

Pude jurar cómo sus ojos salían de la órbita y le sonreí fingidamente. Se alejó al instante de WonHo como si su tacto quemara y luego me señaló disimuladamente para que mi novio la entienda. Finalmente él volteó y su reacción fue casi la misma como la de SungHye al verme (por no decir peor) mientras que, en acto reflejo, iba acercándose completamente pálido. 

—Lisa... p-pensé que n-no vendrías... —balbuceó como un niño y realmente no supe cómo sentirme al respecto. Es decir, ¿Él había hecho eso asegurando que yo no lo vería? Si yo estaba a su lado, ¿se prohibiría el contacto con otras chicas porque lo creería incorrecto?

Negué con la cabeza. Era increíble. WonHo no estaba haciendo nada malo, pero lo único que me dolía era que tuviera la necesidad de esconderme las cosas. Que se disculpara conmigo por haber abrazado a una chica. Siempre había creído que nuestra relación se basaba en la confianza y me ofendía que él creyera que yo me molestaría por un acto tan banal como ese. 

Es decir, solo era un roce. Y yo no era en lo absoluto ninguna clase de novia celosa. 

—No pasa nada, WonHo. No sé qué clase de problema haya tenido SungHye para llorar así y no me molesta que la consueles. Creí que me conocías bien. —simplemente dije, totalmente calmada. Aun si esa sensación incómoda de desaparecer no se me iba.— ustedes... sigan con lo suyo, solo vine a servirme un poco más. Los veo luego. 

Y sin esperar ni tener las ganas de escuchar más, me di media vuelta y prácticamente escapé de la cocina. Porque de todos modos sabría que WonHo estaría corriendo tras de mí para explicarme algo que no veía necesario. ¿Es que acaso me veía como una clase de pareja controladora? Dolía que lo pensara, pero al parecer ni mi novio mismo tenía confianza en nuestra relación como para pensar que consolar a alguien pueda molestarme. 

—Lisa... —intentó retenerme pero me aparté totalmente molesta. Sus ojos me observaron arrepentidos y eso solo me irritó más. 

—No pasa nada WonHo, ni siquiera me molesta el hecho de que estén abrazados, me molesta que me hayas escondido tu presencia en la fiesta. Es decir, si yo no iba, ¿tú simplemente nunca me comentarías nada? Creí que en nuestra relación había confianza pero ya veo que estaba equivocada. —espeté sin pelos en la lengua y mi novio comenzó a negar frenéticamente. Como un niño que acabara de ser regañado. 

Quiso acercarse otra vez pero retrocedí tres pasos, aún estábamos a unos cuantos metros de la cocina y desde el pasillo podíamos escuchar con claridad el sonido de la música. No planeaba hacer un escándalo por una nimiedad como esa, pero sí ponerme lo suficientemente firme por esa noche. Lo último que quería ese momento era estar a su lado si tenía que ser sincera. 

—P-pero déjame explicarte, por favor. 

—No hay nada que debas explicarme y te aclaro una vez más que no estoy molesta, WonHo. Solo dolida. Déjame esta noche despejarme y mañana conversamos con calma ¿de acuerdo? No me gustaría discutir contigo ahora —solté las palabras tal y como lo pensaba, dejando ser estudiada por la preocupante mirada de mi novio. Parecía que aún no se creía mi reacción del todo y se hallaba completamente desorientado. Pero él me conocía bien, y sabía que cuando se lo preguntaba tan calmada, era porque en realidad lo deseaba.

Hizo un además de replicar otra vez pero me crucé de brazos. No quería que insistiera otra vez. 

—¿Pero mañana hablaremos, cierto? —volvió a preguntar, temeroso de mi respuesta. Sus ojitos suplicantes por poco derriten mi corazón de lo adorable que se notaba y, una vez más, asentí. Dios. Nunca podía resistirme a sus pequeños gestos que me mantenían loca. No me la ponía fácil con ese tierno rostro y negarme se volvió difícil. Pero debía ser firme. 

—Sí, no te preocupes. —y antes de querer derretirme, me di media vuelta. No me di el tiempo de despedirme o sabría que caería en su lindo rostro y besarlo sería inevitable. 

Comencé a dar grandes zancadas, pensando ingenuamente que ese sería el último importante incidente de la noche cuando, la verdad era que, esta apenas comenzaba. 


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creo que, a este paso, terminaré actualizando diario aHRE

me pregunto a qué se refería lisa cuando dijo que la noche recién comenzaba mmmmmm

en fin, gracias por el apoyo ah :((( <3 

los veo mañana *guiño*

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