Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

((🌺))' 016

grown up: cumpleaños pt. 1



Luces. 

Todo lo que  había podido contemplar de duraba la fiesta de NamJoon eran luces, variando desde un elegante blanco hasta el neón más chillón. 

Ni siquiera tenía idea de cuántas horas habían transcurrido si era honesta, perdí la noción del tiempo desde el primer shot que Jennie me invitó y ahora lo único que sentía en mi sangre era una enorme adrenalina que no me veía capaz de controlar. 

Mis ojos seguían conscientes de lo que ocurría por suerte. Jennie estando bien acurrucada con TaeHyung, susurrándose cosas que a estas alturas ni me incomodaba porque mi cuerpo había tomado vida propia sin necesidad de mi cerebro. 

El corazón me palpitaba a mil por hora, acomodé el vestido azul que había decidido llevar para la ocasión, y justo cuando vi al famoso mozo pasando por nuestra mesa con otra ronda de cócteles, no tardé en alzar mi brazo, con una enorme sonrisa adornando mi rostro. 

—¡Aquí, aquí! —prácticamente vociferé con tal de llamar su atención. El señor de mediana edad captó mi dirección y rápidamente se acercó, ofreciéndome una gran variedad de bebidas reposadas en su bandeja.

Margaritas, mojitos, un poco de whisky.

No me vi capaz de elegir tan solo una, así que acomodando como sea posible en mis manos, agarré las tres. 

Pude notar de reojo al hombre mirándome casi que de manera reprobatoria, y no le culpaba, pues él era el mismo que me había visto llegar a la fiesta totalmente sobria y ahora...  seguramente me veía como un desastre descomunal. 

Le hice una pequeña reverencia hasta que finalmente se fue sin decir nada. 

Era extraño que todos aquí creyesen que éramos mayores de edad cuando apenas teníamos diecisiete pero, también divertido cuando algunos chicos te invitaban a bailar preguntando qué carrera universitaria estudiabas. Si tan solo supieran... 

Me tomé la margarita de un trago, sentí la garganta arderme de manera terrible, pero poco me importó con todas las copas que había tomado anteriormente. Y estaba por adueñarme del vaso de whisky, cuando entonces un fuerte tirón la alejó de mi mano y observé a mi mejor amiga, confundida de lo que acababa de suceder. 

—Has tomado mucho ya, Lisa-ssi. —dijo, arrastrando las palabras en el acto. Porque bueno, claro estaba que tal vez ella estaba igual de ebria que yo. Y aun así, pretendía cuidarme. 

—S-soy consciente de lo que hagoo. —me defendí torpemente, haciendo un pequeño puchero en los labios. TaeHyung entonces se nos unió, agarrando de la cintura suavemente a su novia y después observarme enternecido. 

—Las dos están borrachas, no sé cómo las voy a regresar a casa. —confesó él, sonriendo con sorna. Yo me crucé de brazos y le di otro sorbo rápido a mi bebida. 

—A mí nadie m-me tiene que llevar a casa, regresaré p-por mi cuenta. —respondí de vuelta. Y en menos de un segundo decidí ponerme de pie. Sentí la cabeza darme unas cuantas vueltas a medida que lograba estabilizarme y cuando pude dejar de tambalear, me apoyé suavemente en el mueble donde había estado con anterioridad. Todo seguía dándome vueltas. 

—Es que amorcito, Lisa está resentida porque el profesor Jeon no vino a la fiesta... —confesó a su novio en un vago susurro porque prácticamente gritaba con todo el volumen del lugar. Me puse roja al instante de tan solo escuchar el nombre de mi vecino y le di un suave manotazo en la cabeza a Jennie. 

—¡Yah! ¡No seas chismosa! ¡Era un secreto! 

—¿Cómo va a ser un secreto si todos lo saben? —volvió a atacarme, regresándome el puchero como respuesta.

Viré los ojos y desvié la mirada de mi mejor amiga, me pareció una mejor idea contemplar la pista de baile que se encontraba a tan solo unos metros de mí, mientras trataba de ordenar mis abrumadoras ideas. Odiaba siempre cuando ella tenía la razón. Y es que, no le podía negar eso. Mi principal razón para haber asistido aquí luego de aquella tarde en el instituto había sido para reencontrarme con JungKook. 

Tal vez sonaba muy tonto de mi parte,  pero en verdad quería arreglar lo que había sucedido entre nosotros. Porque si antes JungKook había decidido distanciarse de mí, ahora simplemente me ignoraba y no me gustaba en lo absoluto. Sobretodo cuando era hora de salida, y él salía públicamente entre los pasillos con la maestra Kwon a su lado. 

En un principio incluso me vino la idea de que lo hacía a propósito pero, eso sonaba tan estúpido. Él no haría algo así solo para provocarme y tenía que admitirlo. 

Sin embargo, lo que más me dolía era no saber que todo había sido provocado por mi culpa. Por mi bocota en nuestra primera cita donde le confesé que era mejor mantener distancias. Porque de no ser así, tal vez, eso jamás hubiese ocurrido y era precisamente ese sentimiento de arrepentimiento el que no me dejaba tranquila durante las noches. 

Había sido por eso que elegí mi mejor conjunto para el cumpleaños de NamJoon, solamente para esperar a que él viniera. Pero las horas pasaron, y supe entonces ahí que, realmente debía odiarme tanto para no ir a esa fiesta cuando era consciente de que yo también estaría. 

Por eso había tomado más de lo que en realidad tenía planeado, para lograr al menos que mi cerebro dejara de culparme y ahora, incluso ebria, seguía pensando en todo esto. Era idiota. Tenía que divertirme, no lamentarme por algo que sucedió gracias al destino. 

Y tal vez mi plan hubiese fracasado, pero al menos quería despejar mi cabeza esta noche. 

Fue así como a medida que seguía observando la pista de baile, más ganas de ir me daban. De todos modos, ¿qué perdía haciéndolo? Estaba prácticamente sola, mis ganas de disculparme con JungKook iban a ser imposibles y ni siquiera tenía sentido el hecho de que me lamentase tanto. Al fin y al cabo, yo no era la única que había arruinado todo, JungKook también lo había hecho y prefería pensar así antes de cargar mi culpa innecesaria.

Dejé de darle vueltas a los asuntos 

—Ya vuelvo. —les avisé, ignorando por completo los regaños de mi mejor amiga. Caminé como si estuviera hipnotizada al centro de la pista, y entonces dejé llevarme por la música. 

Probablemente me avergonzaría mucho bailar sin tener compañía, pero ahora, era mi ebriedad la que hacía que poco me importara moverme como si la vida me fuera en ello, dejando que mis caderas y mis brazos cobren vida propia y mandasen mi cuerpo.

Y realmente no tuve idea de cuánto tiempo estuve así, de no ser porque de pronto sentí un toque en mi hombro y volteé los ojos para encontrarme de frente con un atractivo rostro que desconocía en su totalidad. 

—¿Puedo unirme? —preguntó, divertido. Mis ojos lo detallaron sin disimulo de pies a cabeza y sonreí. Ejercitado, cabello negro, ojos cafés, apuesto, ¿qué más podía decir? Sería muy idiota de mi parte si trataba de negarme a decir verdad. Prefería tener una pareja de baile a realizar un ridículo por cuenta propia. 

Así que asentí, y pronto su cuerpo comenzó a moverse al compás del mío con algún tipo de canción que sinceramente desconocía. 

Las luces, el ambiente negro y las personas moviéndose alrededor me mareaban más de lo que me hubiera gustado pero poco me importó también. 

No tuve idea de cuántas canciones terminamos bailando hasta el momento en que fui consciente de cómo sus manos se enrollaron en mi cintura y una pizca de incomodidad me invadió. Seguimos bailando por otros segundos más, hasta que entonces, lo vi. 

Y fue como si todos los dioses existentes en el cielo se hubieran compadecido de mi frustración aquella noche, porque fue ahí cuando por primera vez vi a JungKook entrar, solo, con un terno que le favorecía a la perfección, y empujé a mi compañero de bailar sin siquiera pensarlo. 

Me hubiera gustado decir que actué normal, calmada como tanto había planeado al comienzo de esa noche, pero tampoco me podían culpar. Estaba ebria y ver a JungKook fue como un milagro para mis ojos, porque sin pensarlo corrí lo máximo posible hasta alcanzarlo, y tal fue su reacción al verme que tragó saliva y no despegó sus ojos de mi cuerpo en ningún segundo.

Ni siquiera tuve idea de cómo pude caminar con los tacones que tenía encima, la adrenalina se aumentó a medida que me iba acercando y el corazón no dejaba de palpitarme a mil por hora. 

Finalmente lo alcancé, sonreí en grande y me planté en frente suyo. 

—¡Por fin llegaste! ¿S-sabes cuánto t-tiempo estuve esperándote? —pregunté casi como un regaño. Y entonces, solo bastó con que comience a hablar para que JungKook de pronto frunciera el ceño. 

—Sí, lo sé. No pensé que NamJoon sería de esos que empiezan la fiesta puntualmente... —comenzó a explicar, esta vez detallando mi rostro y sonriendo en el acto.— ¿Y tú? ¿Cuánto tiempo llevas aquí? 

—Uhm... poooco. —y con mis dedos hice una pequeña cantidad imaginaria. JungKook rió al verme así, pero entonces abrió sus ojitos de manera curiosa. 

—¿Cuánto has tomado? 

—Puessss... si cinco margaritas, dos whiskys y cuatro mojitos cuenta como mucho uhm... e-entonces creo que mucho. —hice una pequeña mueca al recordar todo lo que había bebido, todavía me preguntaba cómo es que seguía de pie. Jamás me había considerado alguien muy tolerante al alcohol, pero mi necesidad había sido tal que había ido más allá de la cuenta. 

—Eres muy pequeña para soportar tanto alcohol... —como creía, el reproche de mi adorable vecino no se me hizo de extrañar y sonreí traviesa. En mi mente brilló una idea que en su momento me pareció la mejor del mundo. Y es que lo único que mi yo ebria podía pensar en esos instantes era demostrarle que no era tan pequeña, y quería hacerlo tanto.

Fue por eso que, con actos que pretendían ser inocentes, le extendí mi mano sin dejar de sonreír y JungKook confundido me la correspondió, como si quisiera descifrar de antemano lo que trataba de hacer. 

—¿Usted baila, profesor Jeon

No supe bien si nombrarlo así me causaba más emoción de la que pretendía, pero, mi corazón latió a mil por hora al hacerlo. Y a juzgar con la reacción de JungKook al escucharme, dudoso, asintió apenas y no tardé en llevarlo conmigo a la pista de baile. 

Otra música muchísimo más movida que la anterior acaparó el oído de cada invitado, y fue como si aquella canción produjera una sobre adrenalina en todos porque no tardaron en moverse aún más, yo incluyéndome. Con JungKook frente a mí, comencé a sonreír y en menos de dos segundos mis brazos fueron directo a su cuello con tal de enrollarlos, las luces que se reflejaban entre nosotros variaban de mil y un colores pero aun así, en mi mente, lo único que podía pensar era que con cualquier color de todas maneras él se veía perfecto. 

Agarré sus brazos y los llevé a que reposaran en mi cintura. JungKook lució confundido por leves segundos, pero ni siquiera le permití reaccionar del todo, porque entonces comencé a moverme al ritmo de la música, meneé mis caderas de un lado a otro y él solo parecía estar tieso ante mis movimientos. Sé que todavía existía una parte sobria gritándome a todo pulmón que debía detenerme ya mismo, que todo esto estaba muy mal y que probablemente me arrepentiría, pero entonces, venía mi yo ebria a callarla en un segundo y apoderarse de mis sentidos. 

Me acerqué un poco más, dejando que nuestro pechos comiencen a rozarse levemente y poco tiempo pude sentirlo tragar saliva, sin despegar la vista de mis ojos. Y me gustaba tanto verlo así, me hacía sentir tan superior por primera vez. 

—Lisa... detente... —comenzó a decir, con la voz tan ronca y en un débil susurro. Sonreí aún más, y fue como si aquella petición me motivara a moverme el doble, porque entonces hice un puchero, totalmente traviesa, y con el tono más inocente que alguna vez pude haber creado, le observé. 

—¿Por qué, profesor Jeon? ¿Acaso no disfruta de cómo le estoy bailando? ¿O quiere más? —y como esperaba, provocarlo de ese modo le afecta mucho más de lo que tenía pensado. Porque lo puedo escuchar suspirar, manteniendo una batalla consigo mismo por mí. 

Sin embargo, tampoco le doy el tiempo para que pueda responderme algo, porque aprovechando  su confusión, me doy media vuelta y comienzo a moverme aún más. Mi piel se eriza por  leves segundos de tan solo sentir mi espalda tan junta su fuerte pecho y cerré los ojos, solamente para disfrutar de la sensación, totalmente ajena a todo. 

Hasta que vuelvo a sentir sus manos descender un poco más abajo de mi cintura, dándole un leve apretón para que me detenga. 

—Lisa, detente... —su voz sonó ahogada, como en un leve jadeo y eso me emociona aún más de lo que debería admitir. Así que esta vez pierdo todo rastro absoluto de sobriedad, se esfuma como polvo en el aire porque me acerco aún más, sin dejar ningún centímetro de distancia y prácticamente comienzo a restregarme contra él. Como imaginaba, sus manos no soltaron mi cintura en ningún momento, pero se veía tan tenso y hasta podría jurar que lo sentí tragar saliva.— Mierda, Lisa, n-no estás en tus c-cinco sentidos, no eres consciente de lo que haces. 

Comenzó a decir en voz alta, pero más como si quisiera recordárselo a él mismo. 

—¿Por qué dice eso? ¿De verdad cree que no estoy pensando con claridad?  —comencé a preguntarle con una inocencia totalmente fingida y socarrona. JungKook se dio cuenta y, aunque trataba lo máximo posible de mantenerse al margen, podía notar lo mucho que trataba de controlarse y eso solo me generaba una emoción sorprendente. Realmente nunca me había importado bastante ocasionar una gran impresión a ninguna persona, pero con JungKook, solo bastaba con que bailara un poco para sacarle de quicio y diablos... eso no me ayudaba a calmarme en lo absoluto. 

Los ojos de mi vecino bajo los reflectores de azul, rojo y violeta solo le daban ese toque especial. Pude jurar que incluso en sus pupilas destacaban un destello que siempre había estado agradecida de notar en un principio, su rostro trataba de mantenerse firme, pero vaya que esa sonrisa que trataba de esconder solo derretía mi corazón y de nuevo, aquel sentimiento donde me sentía casi hipnotizada por su hermoso rostro me arraigó y, aunque quise evitarlo, volví a voltearme, llevé mis manos hacia las hebras de su cabello y simplemente lo admiré. 

Pasé algunos dedos por sus finos mechones, lo peiné apenas un poco y JungKook tampoco hizo nada para apartarme. Se quedó observándome, recorriendo cada centímetro existente de mi rostro. Después, cuando pareció encontrar la respuesta en aquella batalla mental que fue viviendo en su mente, negó y esta vez solo ternura acaparó sus gestos. Con esa maldita sonrisa. 

—Sí, lo creo. Estoy convencido de que un alma loca y ebria ha escondido a la Lisa dulce y tierna que conozco. —su voz se filtró bajita y ronquita. Tragué saliva, sin despegar mis ojos de su mirada y algo en mi pecho se oprimió al escuchar su descripción en mí. Que él lo dijera no era bueno para mí, porque sabía bien que mi yo ebria estaba conmovida con cada una de sus palabras. 

—¿Usted cree que soy dulce? —pregunté sin poder evitarlo, ensimismada en el revoltijo de sentimientos que de pronto comenzaba a sentir. No sabía con exactitud si eran lo efecto del alcohol o algo, pero es que de verdad, cada palabra que soltaba eran como una dulce melodía a mis oídos, algo totalmente perfecto. JungKook entonces me sonrió, otra vez, descansando suavemente sus manos en mi cintura. Y en el acto, no pude evitar pensar en lo precioso que se veía. 

—Claro que sí. Tierna, dulce, divertida, inocente, hermosa... ¿qué otros adjetivos más debería ponerte? —mi corazón se oprimió de manera casi instantánea. Un familiar calor se arraigó en mi pecho y casi por puro instinto, parpadeé de manera coqueta, acomodando el cuello de su camisa. Por alguna razón, que lo dijera él mismo se sentía aún mejor de lo que me hubiera gustado admitir y aprovechando que la canción había cambiado a otra más lenta, comencé a moverme suavemente sin dejar de sonreír. 

—Uhm, creo que te falta otro más. 

—Dime. 

—Traviesa... atrevida... intrépida...

Y solo basto con que dijera las ridiculeces de mi ebrio cerebro en voz alta, para que pueda escuchar la cantarina risa de JungKook de manera instantánea. 

Algo en mi estómago hizo cosquillas de tan solo verlo y mientras él se esforzaba en esconder su gesto cubriéndose con las manos, lo único que pude pensar  en ese momento fue que, en definitiva, mi adorable vecino tenía la mejor sonrisa del mundo entero. Y lo mejor de todo es que había sido por mi culpa. JungKook sonreía por mí. 

Sonreí como si su mero gesto fuera contagioso y yo fuera endeble. Me lo quedé observando, tal vez por eternos segundos y luciendo como una total loca hasta que, de pronto, en mi cabeza se iluminó una maravillosa idea. 

Y es que ni siquiera tuve la intención de procesarlo, porque entonces me acerqué tanto a su rostro que la distancia era casi inexistente. Lo demasiado como para que JungKook sospechara lo que estaba tratando de hacer, y como si fuera algún tipo de alarma para él, entonces corrió su rostro a un lado y quedé totalmente confundida. 


🌺🌺🌺

sÍ GENTE CASI SUCEDE 911

la verdad es que me divertí mucho escribiendo este capítulo saasjkassasaj tanto que llegué a narrar hasta 5k palabras aHRE, pero pensé que se aburrirían de leerlo todo de corrido así que decidí partirlo en dos

el otro cap (que es muchísimo mejor pQ SE VIENE LO MEJOR) tal vez lo publique la próxima semana jeejeje la verdad es que no quería partirlo pero sé que hay muchas lectoras que le aburren los caps largos así que TAT espero que les guste

también, aquí empieza la trama pero TRAMA gente ;)))) en fin, espero que todo les haya gustado <33333 cuídense mucho y hagan las tareas xfa, no sean como yo que deja todo a última hora 

nos veremos en el cap 17 y lo que nos deparará :o spoiler: el cap 18 es aún mejor aHRE YA. MEJOR ME CALLO. 

sOY TAN CHISMOSA QUE HASTA CHISMEO MIS PROPIAS HISTORIAS SJAJSAJSA debo calmarme, en fin, nos vemos, se les ama uwu

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro