Al regreso de ambos chicos, NamJoon presentó a ambos y le entregó su café al mayor; SeokJin agradeció el pequeño gesto, pero en su mente seguía en incertidumbre de la repentina llegada del chico y la actitud del menor.

Cuando el castaño le informó que BeomGyu comenzaría a trabajar se sorprendió, sabiendo que NamJoon sólo contrataría a alguien con conocimientos en jardinería, fue fácil deducir que se conocen desde antes.

—¿En serio plantaste todo esto tú solo? —En ese momento NamJoon ponía al corriente a BeomGyu con los trabajos que ha realizado y necesitan supervisión. Al mayor no le quedó de otra que volver a su escritorio para seguir trabajando— Kim NamJoon, el exceso de trabajo es malo, debiste llamarme para ayudarte con todo esto.

Con algo puede estar de acuerdo con el chico nuevo y es que NamJoon no debe trabajar tanto él sólo. 

—No seas exagerado, además SeokJin hyung me ayudó en lo que pudo así que no fue tan malo.

El de pelo largo bufó, conoce lo suficiente a su amigo como saber que si recibió ayuda fue la más mínima que pudo existir al gustarle hacer todo él sólo— Sigues igual de terco.

Aunque no debería estar escuchando pláticas ajenas, SeokJin asintió de acuerdo con lo último. 

—Por cierto ¿Cuando llegaste a la ciudad?

—Anoche, solo llegué a dejar las cosas en el departamento y caí rendido. Pensé en ordenar hoy pero preferí venir antes para no estar aburrido y solo.

De Ilsan a Seúl no es un viaje largo, pero con el agite de mudanza es un martirio para cualquiera— Y porque quieres que te ayude a acomodar todo.

BeomGyu y NamJoon se conocen desde pequeños, crecieron juntos prácticamente. Ambas familias se conocieron por los negocios de las plantas, la familia Choi se dedica a lo mismo que la de Nam y al ser un negocio tranquilo, ambas familias se llevan muy bien sin competencia de por medio. Una de las razones por las que su padre sueña de que algo pase con BeomGyu es eso, desea que alguien  comprenda el amor de su hijo por las plantas y siente que el pelinegro sería perfecto para ello.

Para ambos amigos es una posibilidad improbable, siempre han tenido en claro que sentimientos románticos por el otro no existen; solo un amor de hermanos. 

—Te ayudaré —sabiendo que eventualmente tendría que ayudar a su amigo y, además, notando que ese día estaba muy tranquilo en cuanto a clientes, NamJoon decidió que hoy saldrían temprano— ¡Hyung! Iré a ayudar a BeomGyu con sus cosas, cerramos por hoy.

SeokJin solo asintió acatando lo dicho por el castaño, comenzó a ordenar sus cosas pero llevó su vista hasta los dos chicos sonrientes frente de él. No pudo evitar sentirse un poco dejado de lado, se sentía tonto por ello; ya es un adulto para comprender que no debe sentirse así. Al fin y al cabo son amigos que se han reencontrado después de mucho tiempo.

—Nam, ya puedo irme si no necesitas nada más.

—Por ahora nada hyung, gracias —los tres salieron del lugar; el sentimiento que el mayor sentía no se iba—. Descansa hyung, nos vemos el lunes.

Despidiéndose con la mano, SeokJin divisó como ambos se chicos se alejaban hablando animados. Decidió mejor aprovechar las horas libres e ir al centro por algunas cosas que debía hacer, lo iba a hacer mañana pero ya que se dio la oportunidad. 

Tomó un autobús hasta adentrarse a las calles llenas de Seúl; que sea viernes no ayuda a eso. No tardó en ir hasta el banco y pagar las cuentas que cada ciudadano adulto tenía por las cosas básicas. 
Al salir del lugar, y sin ganas de seguir en esa calle llena de cosas grises y negras, decidió ir a una tienda de dulces que hace mucho no visitaba. El lugar decorado con colores pasteles levantó su ánimo un poco, más el llevar sus dulces favoritos. 

De camino de regreso a la parada de autobús, debía volver a la calle oscura; parece que se estaba acostumbrado a lugares con más vida.
Una vez en la parada miró el cielo, hace un rato había estado azul y con nubes blancas decorando, ahora esas nubes se han multiplicado con un color gris.

—¡Jin Hyung! —volteó hacia la voz conocida que lo llamaba, TaeHyun se acercaba a él con una gran sonrisa en su rostro— ¿Qué haces aquí?

—Solo venía a pagar las cuentas y unos dulces ¿Y tú?

—Voy a una entrevista de trabajo —el mayor se vio sorprendido por ello. No esperaba que el menor buscara trabajo tan rápido, bueno casi un mes no es tan poco—, ya sé, es sólo que me aburro en casa. Igual busqué el lugar y se ve más macabro que dónde trabajabamos.

A este punto está más que claro que el humano se ha acostumbrado a mantenerse ocupado; algo que los mantenga cuerdos tal vez— Suerte con eso.

En medio de la calle, la poca tranquilidad que esta puede mantener fue quitada cuando una ola de personas salieron de la estación del metro. El bullicio de palabras, gritos y sonidos de los autos aturdió al mayor, provocando que el dolor de cabeza que hacía mucho no sentía volviera a aparecer.

Cerró los ojos por instinto— Hyung ¿Estás bien?

Sin ánimos asintió— Sí, es sólo... nada.

Como pudo sonrió al ver la expresión preocupada del menor, sabía que no se creía lo que le había dicho. Por suerte el celular de este sonó distrayendolo— Debo irme hyung.

—Suerte, tal vez no es tan malo —el rubio asintió sin seguir convencido. Se estaba cuestionando si era buena idea irse y dejar al mayor solo, pero el autobús de este llegó y no tuvo más opción que seguir su camino. 

Con tal de evitar tomar alguna pastilla para el dolor, al apenas llegar a su departamento SeokJin tomó una ducha fría para ayudar a su cabeza. Con la tranquilidad que le transmite el agua pudo pensar que pudo causar ese repentino dolor.

Unos toques en la puerta lo sacaron de sus pensamientos. Con pereza se dirigió a esta, estaba seguro que eran unas cosas que había ordenado, pero al abrir la puerta se dio cuenta de que no lo eran— ¿Nam?

El castaño se acercó a él acunando su rostro— ¿Estás bien, hyung? ¿Aún te duele la cabeza?

¿Había tenido dolor de cabeza? En ese momento no podía ni recordar eso, no cuando tenía el rostro del menor cerca, sus manos tocando su cara y los ojitos de cachorro viéndolo con preocupación— Estoy bien —susurró. El menor asintió y se alejó un poco, el mayor no evitó arrepentirse al no sentir la cercanía del menor— ¿Cómo supiste que me dolía?

—TaeHyun, él me llamó preguntando sí tenías algún tipo de estrés, de ahí me dijo que te vio y la cabeza te comenzó a doler —haciéndose a un lado, SeokJin dejó entrar al menor a su hogar; es la primera vez que este lo visitaba—. Le pedí tu dirección, estaba preocupado.

Como si la adolescencia volviera a su ser, el corazón del mayor se emocionó al escuchar esas simples palabras. Se acercó al menor, imitó lo que hizo este y acunó las adorables mejillas de este— Estoy bien pequeño, ya no duele —sonrió al ver como el color carmín aparecía en el rostro de NamJoon—. Compré unos dulces ¿Quieres?

Intentando ocultar la gran sonrisa que quería salir de él, NamJoon asintió pero en el momento que las manos de SeokJin soltaban su rostro, tomó las manos de estes e hizo que se mantuvieran en el mismo lugar— Sí quiero dulces —y también deseaba que se mantuviera la misma cercanía, aunque sea por unos segundos.
 
SeokJin no se molestó o cuestionó la acción del menor, al contrario, se tomó la libertad de darle un pequeño beso a la frente de este, y esta vez, NamJoon si lo dejó ir por los dulces.

Aquí está el capítulo de hoy OwO

Ya necesitaba interacción de este tipo de ambos 🥺😭

Espero les haya gustado:3

Nos leemos luego~