15
Aunque la plática con su amado había sido de gran ayuda para sentirse mejor, NamJoon no pudo evitar seguirse frustrando al realizar el pedido enviado por su padre. Esto no le molestaría tanto si este tipo de situaciones cambiara el orden con el que harían los trabajos.
Trabajar con plantas, si bien puede hasta ser terapéutico, también necesita mucha constancia y compromiso ya que no es fácil mantener plantas vivas, ahora esto sumarle la presión de entregarlas a tiempo a compañías que apenas le darían un cuidado decente.
Tal vez por eso NamJoon rechazó ser el que heredara el negocio familiar, aún cuando amaba mucho la botánica, y quedarse al mando de un pequeño puesto perdido en medio de la gran Seúl. Pero eso no pareció cambiar nada, porque esos clientes nuevos que aparecían a cada rato no eran "comunes" sino de las listas de prioridad que siempre respondían con un "Tú papá no mentía con que eres el indicado para la compañía, nos seguiremos viendo en el futuro", ojalá supieran cuanta frustración dan esas palabras cada vez que se las mencionan.
—¿Estas bien, hyung? —TaeHyun estaba a su lado.
—Sí, solo pensaba en cosas que habría que comprar.
Poco convencido, el rubio asintió y se dirigió a su escritorio sin perder de vista al castaño. Tal vez si estaba pensando en eso, solo le extrañó el bastante tiempo que se mantuvo así; fueron varios minutos.
—BeomGyu hyung me dijo que el pedido estará casi listo para hoy, un poco de tiempo mañana y se podrán despachar.
NamJoon asintió, con una leve sonrisa— Sí, iré a plantar para reponer lo que se acaba de ir ¿Y Jin hyung?
—Con BeomGyu hyung ayudando a llevar las macetas pesadas.
Se asomó a la bodega y sonrió al ver como los dos levantaban estás mientras buscaban indicarse el uno al otro: era mucha que no soltaran alguna. Cuando el rubio lo dejó solo, se tomó la libertad de mirar a su alrededor, este lugar comenzó como un pequeño sueño que siempre deseó, al inicio sintió que se había cumplido, pero con el tiempo comenzó a darse cuenta que es una ilusión que su padre le ha dado para mantenerlo cerca.
Un cielo de varios colores los cubría cuando todos se despidieron y se dirigieron a sus respectivas casas. Aún en la burbuja llena de melancolía y deseo, sus pies lo dirigieron hasta el local que ha atrapado su mente desde que lo vió. Este mantenía sus luces encendidas, las vitrinas lo dejaban ver el interior y dejaban que su mente jugara en dónde colocarla cada planta, desde las más pequeñas hasta las más grandes, un espejismo que mostraba como trabajarian los cuatro en el lugar. NamJoon sonrió, el cartel de afuera ya no ocultaba el logo de la empresa de su padre, Little Home era suyo y de quienes trabajaban en este.
Su ilusión fue interrumpida por el sonido de un trueno, miró el cielo y se dió cuenta de que pronto lloverá. Comenzó a alejarse de su sueño para evitar mojarse, ya sea por la lluvia del cielo o la de sus ojos. Ni bien había un poco, su teléfono comenzó a sonar, un suspiro salió cuando vió que era su padre.
—Aló.
—¡Hijo! —la rasposa voz se escuchó—, te llamaba para recordarte el pedido de la otra vez, tienes que...
—Papá —Interrumpió—, el pedido ya estará listo para mañana.
Un sonido de aprobación se escuchó, ese mismo que tal vez NamJoon quiso escuchar siempre mientras crecía, pero ahora ya no se sentía correcto— Muy bien, sabía que estabas listo para un pedido así —¿Entonces para que llama? Se preguntó el menor—. También llamaba porque quería preguntarte por BeomGyu.
—¿Sucedió algo?
—No, nada que ver —una risa divertida se escucha, NamJoon cierra los ojos resignado—, solo quería saber si ya han tenido alguna cita.
—Papá.
—Es obvio que no fue solo a ayudarte, un poco de diversión entre ustedes no estaría mal, sus padres también quieren saber.
Las nubes comenzaron a soltar gotas, el cielo de colores fue ocultado por el cielo de la noche y una cortina de nubes negras que parecían acompañar el remolino de emociones en NamJoon, las pocas personas a su alrededor corrieron, pero el hombre en su teléfono no se daba cuenta de su ropa empapada.
Sus padres siempre desearon eso, que NamJoon y BeomGyu tuvieran una relación, una cursi idea desde que ambos eran pequeños que convirtieron en un martirio, las muchas veces que ambos pensaron en no poder encontrar el amor verdadero por esto. Son amigos, los mejores, pero ese amor no es el que los mayores quieren— Papá, no estoy saliendo con BeomGyu.
—Aigo, no sé por qué son tan tímidos, los jóvenes de ahora.
—Papá —tal vez las gotas en su rostro no eran por la fuerte lluvia—, nunca saldré con BeomGyu, no me gusta, no me gustará y por favor... ya basta.
El nudo en su garganta se apretó aún más con el silencio al otro lado de la llamada, y lo hizo aún más con las siguientes palabras— Hablaremos después de esto.
Cuando escuchó el tono de la llamada terminada, esa fue la primera vez que NamJoon notó la lluvia que ocultaba su frustrado corazón. Se apoyó en la pared detrás de él y se dejó caer en cuchillas, su pecho pesaba por la retención de sentimientos, quería ser honesto contigo su papá, decirle todo sin tener que ahogarse al decir solo una cosa, desea decirle que ha encontrado a alguien maravilloso y su sueño con el local, pero la desaprobación es tan aterradora que le quita la energía que tiene.
Las gotas de lluvias dejan de golpear su rostro y cuando levanta su rostro, pensando que la lluvia se estaba deteniendo, se encuentra con el rostro de SeokJin con una expresión consoladora— Te invito a un chocolate caliente —dice, con un tono tan sereno y tranquilo que parece tener miedo de desatar más llanto en el mejor.
Muchas preguntas llegan a la mente del castaño, pero se las guarda, se pone de pie y acepta tomar la mano del mayor, el cuál besa su dorso y siendo arrullados por la lluvia, caminan hasta que el pecho no pese tanto en sentimientos retenidos.
Una escena ya conocida, los novios secándose el cabello y unas bebidas calientes perfectas para la lluvia en el departamento del mayor, pero esta vez el ambiente es diferente, siempre lo es cuando un corazón está triste.
SeokJin no lo presionó, solo daba pequeñas indicaciones o comentarios alejados del tema, NamJoon se dejó hacer y una vez que estuvo cómodo, arropado y tranquilo junto al mayor, decidió hablar— Mi papá —empezó—, él es un gran hombre de negocios, le encanta planear todo y eso incluye mi vida. —SeokJin escuchó atento— Los papás de BeomGyu y los míos son amigos desde hace mucho, cuando eramos pequeños se les ocurrió la idea de que sería bueno que nos casemos, primero fue una broma, pero con los años la idea se ha fortalecido.
—¿Matrimonio arreglado?
—No, al menos no con esas palabras, parece más bien una obsesión que ellos tienen, cuando creíamos detestaban la idea de que salieramos con alguien más, pero nos dejaban hacerlo, aún así nada cambió.
—¿Nunca les preguntaron como se sentían con eso? —la sonrisa triste del menor respondió antes que sus palabras.
—Nuestros padres nos aman, pero no les gusta recibir una respuesta diferente a la que ellos quieren; es tan aterrador no ser el molde del cuál le han hablado a todos.
Al momento de notar como los ojos del menor se convertían en pequeñas lagunas, SeokJin lo acercó más a él e intento darle el abrazo más reconfortante, conoció un dolor nuevo, los ojos tristes de NamJoon.
—Supongo que pasa eso mismo con el vivero —el menor asintió—. Hoy te noté raro, incluso TaeHyun también, cuando iba de camino a casa decidí volver y preguntarte que sucedía, pero te vi caminar desde lo lejos, pensé que tenías alguna reunión considerando que camino tomabas, pero esa mirada seguía en tus ojos y por eso no me fuí.
—¿Si sabes que eres el mejor novio del mundo?
—No lo soy, tu existes así que no puedo serlo.
Ambos rieron, la verdad es que ya no deseaban estar en esa burbuja de melancolía, es especial NamJoon.
—El local vacío —miró al menor— ¿Te gusta?
—Sí, desearía poder iniciar ahí, sin rastro de mi padre o la compañía ahí.
—¿Y por qué no renuncias y comenzamos ahí?
NamJoon miró al mayor como si hubiera dicho la cosa más ilógica del mundo— ¿Renunciar?
—Alguien me dijo que para que estar en un lugar que me hace triste cuando hay uno que me hará feliz esperándome —esto lo dijo SeokJin viendo al menor.
—Yo no te dije eso, hyung.
—Lo sé, pero tu sola existencia me dijo que estoy mucho mejor dónde soy feliz.
Con las mejillas sonrojadas del menor, SeokJin supo que había cometido su objetivo, recordarle a NamJoon que para todo estaría ahí, listo para limpiar sus lágrimas y calmar su corazón, así como este hizo con él.
No sabia como continuar, así que tantito drama je
Si es que se le puede llamar así, soy muy soft para eso
Espero les haya gustado OwO
Nos leemos luego~ 💗
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro