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13

La tarde del sábado comenzaba a bañar los colores del cielo con una bella combinación de tonos cálidos. NamJoon se encontraba frente al espejo arreglando su cabello por milésima vez, le frustraba que unos cuantos cabellos rebeldes se salieran de dónde los colocaba.

SeokJin no tardaría en llegar por lo que dio un último toque untando sus labios con bálsamo labial de un tono poco rojizo. Se miró al espejo convenciendose que estaba listo y no faltaba más, justo en eso se escuchó el timbre de su apartamento sonar; SeokJin había llegado.

Se dirigió rápido a la puerta, dando un suspiro antes de abrirla— Hola hyung —saludó al mayor—, si deseas pasa, solo iré por mi cartera.

El mayor asintió, adentrándose en el lugar, pero antes de que el menor se alejara, sacó un clavel blanco que mantenía en su mano, escondida en detrás de su espalda— No sé qué tan impresionante es regalarle una flor a un experto en plantas —dice, sonriendo viendo la expresión tierna del menor al ver la flor—, pero igual quise arriesgarme.

—Si me gusta eso, hyung —NamJoon roma la flor en sus manos, recibiendo el aroma de esta— ¿Es del vivero, verdad?

—¿Acaso te hubiera gustado que fuera a otro lugar?

—¡No! —negó el castaño, refunfuñando.

El mayor río, y se acercó al menor depositando un beso en su frente— Buenas tardes, Nam.

Aunque en el viaje SeokJin se sintió algo apenado de llevar al menor en taxi, y se planteó seriamente en conseguir un carro, ambos se sintieron cómodos, más cuando el mayor le mostraba diversas tiendas a lo largo del camino; ya tenían planeado diversas citas para visitar esos lugares.

NamJoon apenas había ido a ciertos lugares en Seúl, no tenía tiempo y no le apetecía ir solo a pesar de tener en mente ciertos lugares a los que quería ir; ahora si puede pedirle a alguien que lo acompañe. Así que por su poco conocimiento, no podía adivinar hacía dónde se dirigía el auto, hasta que se detuvo frente al lugar.

Al bajar del vehículo, NamJoon estaba frente a un restaurante decorado con varias plantas en su exterior, el verde con el café decoraba el lugar, en el letrero se podía leer "Secret Garden" como nombre del lugar.

—¿Te gusta? —preguntó SeokJin cuando se colocó a su lado.

NamJoon asintió, manteniendo su sonrisa— Se ve muy hogareño. 

—Espero que no sea muy cliché mi elección, sobre traerte a un lugar con esta temática. —ambos entraron al restaurante, un mesero los atendió guiándolos hacía la reservación que había hecho el mayor.

Una vez el pedido de ambos fue tomado y el mesero se retiró, NamJoon habló— Tal vez un poco cliché, pero no uno malo; me gusta el lugar —aseguró— ¿Has venido antes, hyung?

—Una vez, me gustó el ambiente y la comida, pero por trabajo se me olvidó su existencia hasta ahora.

La mesa en que ambos compartían se encontraba junto a una ventana, la vista del cielo de Seúl con varios de sus altos edificios y con luna en lo más alto se miraba a través de esta. 

—Eres olvidadizo con todo hyung —el mesero regresa, dejando las bebidas preparadas sobre la mesa—, la otra vez olvidaste bajar las plantas de las repisas.

—En mi defensa —comienza el mayor, NamJoon lo mira atento, intentando no reírse viendo como este no puede pensar en una respuesta—, no tengo excusa para eso, sí lo olvidé pero con esa tarea cualquiera lo haría. 

La risa de ambos se hace presente, por fin la comida ha llegado por lo que se enfocan en ello por un momento. Los halagos al sabor de la comida por parte de NamJoon calma otra de las preocupaciones de SeokJin.

Pláticas pequeñas, como las que usualmente tienen en el vivero llenaron la velada, en ningún momento se sintieron incómodos y si se asentaba un silencio, no hacía sentir extraño a ambos como se podría esperar.

—De pequeño pensé en tener un restaurante —confiesa el mayor. Viendo alrededor a los comensales, que como ellos, se sentían complacidos con el servicio—, me gusta cocinar desde pequeño pero al crecer los números se vieron más realistas.

Los últimos bocados del postre, que consistía en helado y galletas, se hacían sobre la mesa. La cena estaba llegando a su fin, pero para la pareja parecía que no deseaban separarse de la compañía contraría. NamJoon asintió, comprendiendo a lo que su cita se refería— Yo desde pequeño deseé un vivero.

—Y lo cumpliste —SeokJin le sonríe, pero NamJoon no lo hace de manera sincera— ¿Sucede algo?

—Bueno, digamos qué —comienza. El castaño comienza a jugar con los dedos de sus manos que están sobre la mesa. SeokJin se percata y se atreve a tomar ambas manos entre las propias—, no quiero sonar mal agradecido —se sincera NamJoon—, pero desearía tener un vivero fuera del negocio de mi familia, solo un negocio sin franquicia dónde solo pudiéramos ser nosotros y las plantas, sin presión de órdenes grandes; algo que se sintiera más íntimo y familiar.

Los hombros del menor por fin se relajan, ni siquiera había notado la tensión en estos hasta que las palabras sinceras salieron de su boca. Era la primera vez que confesaba eso en voz alta, solo una vez le comentó algo así a BeomGyu, pero fue muy ambiguo y hace muchos años. Y es que, sinceramente, NamJoon se sentía muy culpable por desear ello, sus padres trabajaron en crear toda una gran franquicia, no solo por el factor de que aman las plantas, sino que también querían asegurar el futuro de sus hijos.

El amor a las plantas creció en NamJoon, pero el ambiente que se respiraba en lo alto del negocio lo ahogaba. Se sentía bien estando rodeado de ellas, de tierra y cuidar personalmente de todo, no en una oficina solo dando las órdenes y yendo a revisar las plantas una vez a la semana; el cuál es el futuro que le depara.

El toque del dedo de SeokJin sobre su mano lo saca de su burbuja, mira hacía el mayor quién le da una pequeña sonrisa— Lo que deseas no está mal, Nammie.

—Aquí tienen la cuenta —interrumpe el mesero—, espero hayan tenido una excelente velada.

Ambos agradecen al mesero, sin decir nada se ponen de pie yendo a pagar— ¿Quieres dar una pequeña caminata? —propone SeokJin— después podemos buscar un taxi.

El castaño asiente y ambos salen del lugar, siendo recibidos por el frío de la noche. Tomando la iniciativa de a dónde dirigirse, SeokJin avanzó unos pasos en dirección hacía dónde sabía que podrían encontrarse un parque, NamJoon rápidamente comenzó a caminar a su lado.

—Deberías hacerlo —retoma la conversación—, abrir tu propio vivero.

Los autos y algunas personas en bicicletas pasaban cerca de ellos. La calle comenzaba a estar menos llena a medida que se alejaban de la principal— No sé si sería buena idea hacerlo, hyung.

SeokJin se coloca frente a NamJoon, deteniendo el andar de ambos— ¿Tener tu propio vivero te haría feliz? —pregunta, confundiendo un poco al menor por tan repentina pregunta, pero igual asiente en respuesta— Entonces si eres feliz, sin dudas es una buena idea.

Junto con un gran sentimiento de calidez, una avergonzada sonrisa se instaló en NamJoon, sintiéndose tímido— Hyung ¿Sabes que eres muy bueno diciendo las palabras correctas para enamorar? —rodeando al mayor, NamJoon continúa el camino.

—¿Eso quiere decir que te gusto? —El tono juguetón hace reír al menor.

—¿En serio debes preguntar eso, hyung? —Habían llegado al parque, los juegos se encontraban vacíos, nadie se mantenía en el lugar, posiblemente por la hora— no beso a alguien que no me guste.

—Bueno punto —los pasos de ambos van sin dirección concreta dentro del parque. Cuando menos lo notaron, un gran árbol estaba al lado de ellos, en el lugar había unos cuantos—, eso no quita que me gustaría escucharlo.

NamJoon se adelanta un poco, sentándose en una banca que se encuentra bajo las frondosas ramas del árbol. Cruza sus brazos sobre su pecho, viendo a su cita— Digalo primero, hyung.

El lugar tiene una luz muy tenue, lo que NamJoon agradece porque su rostro se sentía completamente caliente en ese momento, y fue mucho más aún cuando vio a SeokJin acercarse y posicionarse frente a él, se inclinó dejando su rostro cerca del suyo— Me gustas, NamJoon. 

Como primer instinto, el menor quería cubrir su rostro con ambas manos, o buscar una manta y cubrirse con esta, claramente en el parque no podría hacer la segunda opción, por lo que pensó en una tercera y cortó la distancia que tenía con el mayor, uniéndose en un beso que agitó ambos corazones.

La mano de SeokJin tomó su quijada sosteniéndola, los movimientos de sus bocas eran lentos, sin ninguna prisa, buscando disfrutar del momento y el sabor del contrario. Los segundos pasaron hasta que por fin separaron su belfos, pero mantuvieron la cercanía de sus rostros— También me gustas, SeokJin hyung.

Fue momento del mayor de sentirse tímido, NamJoon lo notó en la sonrisa que tenía en su rostro, solo pudo pensar en lo tierno que se veía— ¿Es mucho pedir que digas esas palabras muy seguido?

—¿Tantos le gusta escucharme decir eso?

—Sí, son palabras que me hacen feliz, mucho más lo serían si las dice mi novio —antes de que pudiera cuestionar, SeokJin planta un rápido beso en sus labios y pregunta— ¿Me permites ser tu novio, Nam?

Los ojos del menor se abrieron en sorpresa, no esperaba que el mayor le preguntara ellos, no es como si no quisiera, no mentiría diciendo que jamás se imaginó una escena así antes de dormir, pero vaya que se sentía mucho mejor vivirla y no solo en su mente— Sí —respondió—, puedes ser mi novio, hyung.

Otro beso selló el nuevo noviazgo, tal vez pedir ello en la primera cita podría tomarse como muy rápido, pero ambos llevaban esperando este momento desde hace un mes, por lo que esperar era lo último que querían. 

Otra vez, me ha dado un bloqueo feo unu pido perdón

Por ello hoy les traje un capitulo lleno de miel y tantito más largo ♡

Espero le haya gustado :3

Nos leemos luego~

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