12
Al final la lluvia ganó, esta no se detuvo, por lo que llamaron a BeomGyu para que se cerrara el vivero y se dirigiera a la casa de Jin por su helado.
Este se dio cuenta de lo tímidos que se encontraban esos dos, ni siquiera pudo hablarles de un cliente que llegó y lo fastidió porque los dos hombres frente a él parecían dos colegiales enamorados. "Soy la tercera rueda" pensó mientras comía su helado, ambos amigos tomaron un taxi cuando creyeron que era el momento de irse; BeomGyu no perdió tiempo y cuestionó a NamJoon sobre qué había sucedido antes de que él llegara.
NamJoon no pudo evitar la mirada incesante de su amigo, al final terminó de contarle todo con lujo de detalles. BeomGyu se alegro mucho por el castaño; por fin se permite experimentar su primer amor.
No es como si su amigo no haya dado un beso o le haya gustado alguien, pero esos momentos habían sido aleatorios; su primer beso pasó en un juego y nunca se atrevió a confesarse antes; por primera vez se atrevía a dejar llevar sus sentimientos.
Como de costumbre, NamJoon llegó temprano a la tienda para comenzar a preparar todo lo necesario para ese día. Se sentía mucho más animado de lo habitual y no era un misterio del porque ello, estuvo varias horas sin poder sacar de su mente el beso que recibió de SeokJin; podía jurar que aún lo sentía.
Aunque, junto al recuerdo, no puede evitar recordar lo tímido que se puso después de ello. No evitaba al mayor, no sería tan infantil, pero si comenzaba a tartamudear y ponerse rojo como un tómate, muy probablemente en ese momento también lo estaba.
La campana de la entrada sonó y NamJoon dejó de respirar un segundo pensando en que era SeokJin, pero en la entrada se encontraba BeomGyu arreglando su cabello junto a un casco en su mano— Buenos días.
—Buenos días Gyu —respondió curioso— ¿Desde cuándo tienes motocicleta?
—Aprendí a usarla hace poco, ayer llegó al fin —el castaño se acercó a la entrada y vio el vehículo estacionado, no sabía que su amigo se interesaba en motos—. Cualquier día te doy un paseo en mi bebé, es preciosa y de seguro le agradaras.
NamJoon bufó, si esta era la manera de ligar de su amigo con la motocicleta en verdad era muy malo. La atención pasó del vehículo a SeokJin, quién se acercaba al vivero— Olvidalo, ya vino tu bebé —exclamó el pelinegro. NamJoon golpeó el brazo de este y refunfuño, regresó a lo que hacía antes de la llegada de BeomGyu.
La campanita suena de nuevo anunciando la llegada del mayor de los tres— Buenos días —saluda sonriente— ¿De quién es esa motocicleta? Es muy bonita.
BeomGyu sonríe orgulloso— Es mía hyung, si quieres te enseño a conducirla —el mayor asiente y se acerca a su escritorio buscando con su mirada al dueño del lugar—, le ofrecí a NamJoon un paseo pero no quiere, creo que desea montar otra cosa con alguien más.
SeokJin detiene sus movimientos y mira al menor, quién alza sus cejas en un gesto de burla— ¿Tú no perdonas ni una, verdad?
Con la misma diversión en su rostro, BeomGyu niega— Hoy será muy divertido.
—BeomGyu ¡Ayúdame a llevar esto! —El llamado de NamJoon por fin hace que el de pelo largo deje su jugarreta por un rato y se dirige hasta la pequeña bodega dónde se encuentra su amigo.
Por fin solo, SeokJin comienza a ordenar sus cosas para comenzar su trabajo. Unos segundos después NamJoon sale de la bodega limpiando los rastros de tierra en su ropa y brazos, el mayor nota esto y no puede evitar verlo con ternura, más con el puchero que adorna los labios del castaño— ¿Alguna maceta se dio vuelta?
NamJoon elevó su rostro y ni un segundo tardó en sonrojarse un poco— Sí, por ello llamé a BeomGyu.
El mayor asiente, se acerca al menor y saca el pañuelo que, por costumbre, siempre lleva en su bolsillo. El castaño ve atento al mayor y como este toma su barbilla, con suavidad, para acercar la mano con el pañuelo para comenzar a limpiar sus mejillas— ¿Hay tierra en...? —susurra, producto de la cercanía.
SeokJin asiente mientras continúa limpiando el rostro del menor— Buenos días Nammie.
Como dos niños que han hecho una travesura, ambos sonríen para el contrario— Buenos días hyung.
Unos cuantos movimientos más y el mayor ha terminado de limpiar la tierra en el rostro de NamJoon— Listo —anuncia, pero contrario a lo esperado, no se aleja del menor, ni de sujetar su barbilla ni de sonreírle. El menor lo ve un poco confundido— ¿Quieres ir a una cita conmigo?
—¿Ci..cita conti..tigo? —pregunta asombrado NamJoon.
—¿Eso es un no?
—¡No! Quiero decir ¡Sí! Espera... —junto al lío de palabras, las manos del menor se mueven al mismo momento que las palabras salen, como si estas pudieran ordenar las palabras de manera correcta— ¡A lo que me refiero es que si quiero!
La risa del mayor se hace escuchar— Entiendo —esta vez sus manos se dirigen a las mejillas sonrojadas de NamJoon, apretándolas—, tenemos una cita.
—¡Al fin! —el grito de BeomGyu hace que se separen del susto. El pelinegro sale de la bodega con una sonrisa socarrona en su rostro. NamJoon suspira sabiendo lo que viene— ¡Pido ser el padrino!
—BeomGyu, es una cita, no matrimonio —responde el castaño.
—No es como si ambos no quisieran serlo también.
La vergüenza y timidez golpea a la posible pareja, la risa del pelinegro aumenta viendo los rostros rojos de sus amigos.
Entre sus risas, no se percata de la entrada de cierto rubio al local— Desde la calle suena como si mataran una foca.
—¡TaeHyun! Al fin vienes —el castaño se acerca al rubio dándole un rápido abrazo— dijiste que vendrías hace unos días.
—Estaba ocupado con entrevistas, pero si vine a la tienda —asegura—, vine ayer —BeomGyu por fin comienza a prestar atención a su alrededor y toda risa se va al ver a TaeHyun—, pero alguien no me quiso decir dónde estaban.
La mirada de los tres se dirige a BeomGyu, quien se mira indiferente a la mirada refunfuñante del rubio— ¿Por qué habría de darte esa información? Eres un desconocido para mí.
—¡Pero no de ellos! —objeta el rubio— incluso mencionó a llamar a seguridad ¡La tienda ni tiene eso!
Tanto SeokJin y NamJoon se vieron buscando alguna idea para calmar las tensiones entre sus respectivos amigos, en especial la del rubio— Lo siento, BeomGyu puede ser un poco molesto la mayor parte del tiempo.
—¡Oye! —objeta el mencionado. TaeHyun asiente dándole la razón a NamJoon, mientras que el de pelo largo bufa.
SeokJin decide regresar a su lugar, viendo que ya todo parece estar más calmado.
—Incluso su risa es molesta —continua el castaño.
—No lo es, lo que la causa es lo que te molesta —NamJoon voltea los ojos, ahí va de nuevo—. Dile Nam, porqué me reía.
En lugar de parecer curioso por lo que decía BeomGyu, TaeHyun imita a NamJoon y voltea los ojos— De seguro de algo que su solitaria vida no le permite.
La expresión de BeomGyu cambió a una de completa indignación, la cuál aumentó al no poder negarlo puesto que se reía de la vergüenza desatada por una relación; cosa que no tiene.
Esta vez fue el turno de SeokJin y NamJoon de reír, obtuvieron una pequeña venganza gracias al rubio— Ahora recuerdo del porqué te quiero, TaeHyun —habló el mayor.
BeomGyu solo se cruzó de brazos, disgustado por la sonrisa triunfante del rubio— Disfruten mientras puedan.
—¡Trabaja aquí TaeHyun! —suplicó NamJoon— puedes trabajar con SeokJin hyung o podemos entrenarte.
—¡Pero si a ti no te gusta entrenar! —gritó BeomGyu.
—No me molesta si es alguien que puede hacerte callar.
Ahora la atención del par de amigos recayó en el rubio quien parecía estar pensando seriamente en la propuesta. Había estado teniendo entrevistas, muchas funcionaron pero eran una copia del lugar dónde trabajaba con SeokJin; no había salido de ahí para volver con personas nuevas.
—No es su estilo de trabajo, dejemos que siga en su ofici...
—¡Empiezo hoy! —interrumpió el rubio a BeomGyu. NamJoon se abalanzó a abrazar al menor, mientras que el de pelo largo no creía lo que su amigo hacía solo para intentar controlarlo.
TaeHyun lo miró y sonrió dulcemente, como si toda la discusión no hubiera pasado; ambos sabían que era para fastidiar al pelinegro— Sunbaenim, cuide bien de mí.
Tengo pensado hacer de TaeHyun y BeomGyu una pareja ¿Les gustaría? 👁
Espero les haya gustado :3
Nos leemos luego~
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