P.o.v Raphael

Volver a escuchar la voz de leo, sin duda, nos habia devuelto el alma al cuerpo; lamentablemente no pudimos volver a llamar, al menos tenemos un lugar que posiblemente tenga alguna pista de el.
Mañana iríamos a aquel campamento, esperábamos con ansias de que no hubiera pasado algo grave. Nos alistamos en un segundo, tomamos nuestras armas y emprendimos camino hacia el campamento.

No sabíamos que nos íbamos a encontrar ahí, quizás destructor nos está tendiendo una trampa y por eso secuestro a leo; cuando lo encuentre lo haré pagar por el daño que nos hizo, esto aún no termina, y lo peor de todo que cualquier pasó en falso que demos Leonardo estará más cerca de su muerte.

Por suerte, pareciera que hará un día no muy frío ni muy caluroso; salimos de la casa acompañados de los chicos, quienes dijeron que nunca se separarian de nosotros, nos da eterna alegría que ellos quieran ser parte de esta muy peligrosa aventura.

Fin p.o.v

En la guardia de destructor

Leonardo no había querido comer su comida, después de todo no sabía que contenía; no se puede confiar tan fácil en el enemigo, podría matarte en cualquier segundo.

El de banda azul, se movía inquieto mientras sentía aquellas esposas apretar sus muñecas; tuvo suerte de poder desacerse de las cadenas que ataban sus pies, pero no tuvo mucho éxito con las apresuras de sus manos.

Se percató rápidamente, que alguien lo veía mientras sonreía tristemente. Ese alguien se acercó a la celda, tomándola con sus grandes patas peludas.

- que haces aquí - le dijo la tortuga- no deberías seguir algunas órdenes de tu maestro?

-cachorro- hablo mirándolo - estamos solos, podemos conversar. No es necesario que me trates así

- pues te lo mereces- regaño leo- no es nada lindo lo que hiciste

-no es malo- habló garra de tigre - solo seguí órdenes de destructor

-¡Jugaste con mis sentimientos!- grito histérico y al borde de las lagrimas

-¿De verdad creíste que te amaba?- pregunto burlón, mientras se acercaba más a la celda

- pensé que habías cambiado- comento leo quitando su mirada del mutante- pero un tipo como tú, nunca podrá cambiar ni dejar lo que hace

- me causa mucha gracia verte asi- hablo el tigre-  aunque me hubiera encantado acostarme contigo y darle otra deshonra a tu sensei

- te tragaras tus palabras cuando salga de aqui- comento leo

-eso lo veremos amigo- habló garra de tigre- o debería decirte......"amorcito" jajajajaja

Hablo marchándose mientras reía, Leonardo apretó fuertemente sus manos con frustración y desespero; había caído bajo, lo más bajo que un ninja podría caer. Lo que más dolía era que....

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Se había enamorado del enemigo.....

Continuará