Camino entre pétalos Sostengo con delicadeza las flores marchitas con el miedo de terminarlas de romper quietas orquídeas, están dormidas, están dolidas. ¿Cuánta vida me queda en mis manos?

Me aferro a lo que queda de ellas observando cada detalle de sus pétalos, de sus tallos expresan el dolor y la soledad que las marchitó.

Amargo sentimiento de tristeza huelo de ellas las orquídeas lloran tirando sus pétalos Anhelando qué por el camino qué van dejando La persona que las abandonó las encontrara entre su llanto.

Qué dolor siento al verlas, Qué gran dolor sienten ellas.

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Grito silente Capítulo 3 "Las mascotas no van al cielo".

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El día de ayer como al antes era lo mismo entre el pequeño Goku y la pequeña Lucy, desde aquella pelea la relación entre nuestros protagonistas se ha profundizado algo que a ellos les gustaba.

Pero Goku sentía que algo malo iba a pasar, tal como lo bueno viene lo malo también.

Cada día que pasaba el pequeño Goku sentía un mal augurio, ha estado atento estos días pero no pasaba nada fuera de lo normal. Cada vez más sentía pánico, el mal cada vez se aproximaba.

Tal la tarde cayó dando paso a la noche Lucy se despidió de Goku ella esperando por el mañana.

Pero ella noto a Goku cabizbajo mientras se iba, no dudo en preguntarle..

–¿Que pasa Go-Chan? –Pregunto Lucy llamándolo con un  sobrenombre dando en claro que su relación se ha profundizado.

Goku, cabizbajo miro hacia Lucy que esta tenía una expresion preocupada.

El pequeño Goku antes de responder suspiro para si mismo asi mismo relajándose..

–Lucy, no se si estoy loco o algo parecido, solo se que algo muy malo pronto va a pasar, ¿Como lo se? Solo es una corazona, solo te pido que tengas cuidado. –Advirtió Goku a Lucy con una preocupación mostrable.

La pequeña Lucy no pudo evitar sonreír como su amigo se preocupaba mucho por ella y como compensa lo abrazo, abrazo que Goku acepto casi de inmediato, demostrando de que ya estaba acostumbrado.

–Tendré Cuidado Go-Chan, solo si tu lo tienes también. –Dijo Lucy a lo que Goku acepto quitando de paso, un poco de peso de aquella preocupación.

Cuando el abrazo terminó, se despidieron del uno al otro esperando por el mañana de volverse a ver.

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Quien iba a creer que ese sería el último día donde los dos estuvieran tranquilos.

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Tal como de costumbre Lucy esperaba en el medio día sentada en la gran roca en espera de su amigo. Los minutos pasaban y no había rastro de Goku, los minutos se convirtieron en horas y Goku no aparecía.

La pequeña Lucy se encontraba cabizbaja, fijo su vista al cielo viendo como da paso la noche volviéndose el aire frío. Pero ella no se fue.

–Go-Chan.. –Dijo su nombre a la noche, es la primera vez que Goku faltaba, se encontraba triste, intento pensar en cosa positivas como. Tal vez Go-Chan tuvo algún contratiempo, pues el niño también tenía su propia vida.

–Tal vez vendrá mañana –Pensó Lucy posutivamente dando una sonrisa una vez más, entrando una vez más a su "Hogar" con el pensamiento de que volvería a ver a Goku al siguiente amanecer.

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Que moldeable es el cerebro de un niño.

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Tal como ayer, le espero y como mismo resultado de ayer. no apareció.

Pero a un guardaba su sonrisa al día siguiente lo vería.

Así fue, al tercer día, su sonrisa iba cayendo.

Al cuarto día, su sonrisa casi no se veía.

Al quinto su sonrisa fue suplantado por sus lágrimas. En aquella roca Lucy lloraba a mares extrañando la presencia del Son donde sus llantos no eran más escuchado más que por ella misma.

Incluso el bosque no le dio consuelo.

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–¿Que pasa Lucy? ¿Por qué no as querido tocar tu comida?–Una niña de pelo café del mismo color de sus ojos le hablo a Lucy preocupada por no a verla visto comer en los últimos días, solo quedaba estoica mirando su comida estancada en su propia mente.

Lucy no contesto a lo que sería su única amiga, solo quedaba viendo su comida. Su amiga se ha dado cuenta que ella ha estado bajando de peso por falta de alimento y la miraba más delgada de lo normal.

Veía como antes ella regresaba de afuera con una sonrisa; Comia y dormía con una sonrisa, después de un momento para otro aquella sonrisa se fue desvaneciendo.

Aun que ella le preguntase a Lucy que le pasaba esta no contestaba así que esta cansada suspiro y se fue del comedor no sin antes decir que iría al baño.

La ida de su amiga trajo silencio a la mesa, una comida que cenaba a diario, aún que Goku ya no llegaba ella aún le seguía esperando en aquella roca. A eso se le llama esperanza.

Más aquel silencio fue perturbado por una mano que golpeo la mesa con brusquedad.

–Vaya vaya niña monstruo, ¿Por qué tan sola?. –Dijo con burla un niño bravucón, mismo aquel líder de aquella pequeña Pandilla que había sido vencida por un solo niño.

Lucy más no les volteo a ver, no le importaba.

El niño se dio cuenta que había sido ignorado más no se molesto, es más su sonrisa se agrandó.

–Ya veo, así que no quieres hablar. –Dijo el niño aun con su amplia sonrisa que crecía más, y más que Lucy le ignoraba.

–Por qué no le dices hola, a tu pequeño amigo. – Lucy no entendió a lo que el se refería asta que el niño chasqueo y ahí fue donde lo entendió.

Su pequeña mascota, su pequeño amigo entreba entre las manos sucias de uno de los niños brabucones chillando de dolor al ser sujetado de forma dolorosa.

Lucy al verle rápidamente entró en pánico he intento quitárselo pero pronto se paro de su asiento fue sujetado por otro niño.

–Por favor no le hagan nada. –Lucy Expreso en pánico en ver  como el cachorro cada vez más lloraba del dolor, y peor, siendo sujetado de alguien impuro.

–¿Que pasa niña monstruo? ¿Ahora si te entraron las ganas de hablar? –Dijo burlescamente el Líder mientras una Lucy intentaba quitarse de las garras de unos de los niños..

–Sabes, realmente no me hubiera dado cuenta donde lo escondías, si no fuera por tu amiga –Expreso burlesco mientras su amplia sonrisa se convirtió en risa mientras de la puerta entraba su "Amiga" que anteriormente había salido al baño entrando siendo sujetada por uno de los niños.

–Lo siento, yo pensé que no le harían nada, ellos me lo prometieron. –Expreso su amiga con algunas lágrimas visibles en sus mejillas dando a saber que antes estuvo llorando.

Lucy no se lo podía ni ella misma creer, su amiga, a la que le habia contado sus más profundos secretos le apuñalaba por la espalda.

El rostro de Lucy no expresaba más que desgracia, aquella expresión le encantaba al pequeño Líder, verle en su desgracia.

También Lucy se preguntó por qué no le habían atacado antes, por un momento pensó que tal vez era por el miedo a Goku o tal vez se habían cansado, pero no era asi; esto lo tenían planeado antes.

–Ahora dime, niña monstruo, ¿Qué harás? ¿Llorarás? ¿Suplicaras? –Dijo el pequeño Líder mientras se acercaba a una Lucy sujetada incapaz de hacer algo, pero de algo si pudo. Cuando el Líder se acercó más a ella está no tuvo de la más grande ideas que darle un cabezazo así provocando irá en el Líder.

–Maldita.. –Dijo adolorido por el antes golpe así que furioso ordeno patear al cachorro así que captando la orden el pequeño recibió una patada que salió tirado asía la pared con gran fuerza que al caer, el pequeño ya nisiquiera podía moverse.

Lucy al ver el cuerpo inerte de su pequeño amigo con desespero intento ir a ayudarle siendo así en vano por que el que la tenia atrapado tenia bastante fuerza siendo así solo un forcejeo.

–Creo que esto se siente mejor que golpearte a ti –Dijo el Líder mientras se acercaba a la mesa de ahí agarrando un florero sacandole sus flores siendo así solo un jarrón.

–Te demostraré las consecuencias de meterte con nosotros –Dijo que al terminar se acercó al cachorro inerte en el suelo y con su mano sujetando el jarrón con fuerza sin ninguna piedad lo empezó a golpear con el mismo jarrón que antes tenían flor en su interior.
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El cachorro que se encontraba inconsciente en el suelo por el agonizante dolor despertó empezando así a chillar.

Cuando tan manchado el jarrón se llenaba de sangre de inocente el cachorro bajaba el tono de su llanto asta que su llanto ya no se escucho más.

En medio de los sucesos Lucy estaba en completo trance. Sus pupilas desaparecían, en esta semana ha perdido a dos de sus únicos amigos..

–¿Por qué? ¿Por qué esto solo me sucede a mi? –Lucy poco a poco dejaba de reconocerse, dejaba de saber en que lugar estaba, sus ojos vacíos daban a un aire distinto a lo que era Lucy.

–Por favor, si alguien puede escucharme, ayudame, solo acaba con esto. –En un momento de delirio Lucy suplicaba al más alto piedad de su situación, decidida a dejar sus alas y en medio de su momento de delirio, aquel niños quien le arrebato la vida a su pequeño amigo, hablo dispuesto a dejar más sal en la herida.

–Es una pena que el decidiera quedarse a tu lado. Era muy fuerte –El pequeño asesino dijo palabras que en ese momento Lucy no entendió pero el pequeño le aclararia esa duda.

–Tu propia cobardía le ha costado su propia vida. –De sus prendas sacó un objeto que Lucy reconoció al instante.

La ocarina que una vez porto Goku, estaba en manos de aquel niño.

"Ahora supo por qué no llegó".

La ocarina estaba llena de grietas y algunas manchas de sangre que a la lejanía se mostraba inservible.

La mente de Lucy estaba en un completo caos, observava a su alrededor extrañamente.

Aquello momentos se volvían recuerdos, igual que a las buenas personas que había conocido.

Como si su suplica de antes funcionasen unas manos casi visibles sobresalían de su espalda poco a poco tal como si fueran alas..

El ambiente se torno pesado y el chico al que le tenía sujetado noto como sentía poco a poco un malestar.

"Tan dentro de la oscuridad estés, más fuerte te volverás". Una voz en su cabeza resonó cálidamente. Cerró sus ojos y aquella habitacion pronto solo quedaría ella.

El niño detrás suyo en un santiamén se volvió solo una masa de sangre que mancho las paredes.

El extraño ruido llamo la atención de los demás que al darse cuenta de lo sucedido cambiaron su expresión a horror.

Lucy caminaba hacia ellos, los pequeños trataron de huir pero era en vano, extrañamente las puertas se cerraron y no tuvieron más de otra que suplicar y llorar más Lucy no les escucho y de pronto las paredes de rojo pinto.

Cada uno de ellos, fueron asesinados a manos de la pequeña, o sus manos.

Todo resto decoraba la sala hermosamente donde Lucy se encontraba en el centro, en rededor de todo caos con su cabeza gacha y su cuerpo pesado mientras en su mano cargaba aquella ocarina ya rota incapaz de generar alguna melodía que alguna vez fue su guía.

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A la par de aquella roca que usaba para esperar a su amigo se encontraba una pequeña tumba donde su pequeño amigo descansaba.

Observava la tumba sin expresión, con aquellos ojos vacíos de heridas de antes ocurrido. En su mano derecha cargaba aquella ocarina tal vez como un recuerdo de que alguna vez el existió.

Intento tocar la ocarina pero obviamente esta ya no producía sonido.

En lo profundo de su ser deseo escucharlo por lo menos una vez más, lo deseaba. El pudo protegerle, que mal que ella no pudo.

Solo un último deseo, escuchar aquella melodía saliendo de su mejor amigo.

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El viento trajo frío que le obligo a abrazarse a ella misma, ahora se encontraba sola, un sentimiento que no extrañaba.

–Go-Chan. –En medio del frío dijo su nombre expresando tristesa. Le extrañaba y su corazón se quebraba con solo recordarle.

Sin embargo, como si la vida quería jugar con ella depronto un tarareo se escuchaba en lo profundo del bosque.

Lucy enseguida reconoció aquel tarareo, estaba tarareando aquella melodía que llenaba al bosque.

Sin perder tiempo sin importar nada se adentro al bosque en busca de aquel tarareo.

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En medio camino le vino recuerdo del primer día, siendo guiada por la misma melodía, y no evito pensar que aquel tarareo venía de su mejor amigo.

–Go-Chan –Dijo una vez más aquel nombre seguido de otros más mientras más se acercaba.

Sus ojos se iluminaban en esperanza mientras una sonrisa aparecía inconscientemente, el camino ya estaba por terminar por que la melodía se escuchaba más fuerte.

Después de cruzar unos arbusto, finalmente lo vio, aunque fuera de espaldas reconocía ese cabello de palmera en cualquier lado.

No evito que unas lágrimas salieran. Si esto era un sueño no quería despertar.

Su Go-Chan, se encontraba frente suya obervando el horizonte como el primer día que se conocieron.

Tan misterioso, tan desconocido, mientras su cola se movia con el frío viento, mientras su ropa bailaba con el aire.

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Fin de capitulo 3.