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Epílogo

Gemelos... tuvo gemelos.

No podía creer que Satoru tuviera razón, todo su embarazo estuvo burlándose de él sobre el tema, se entero de sus apuestas con su demás amigos, pero el se negaba a creerlo.

Hasta que noto que su vientre era mas grande de lo normal, ahí tuvo que aceptar internamente que no tendría solo un bebé, claro que lo calló hasta el día del parto, no le iba a dar gusto a su alpha antes de eso.

Pero hoy, dos días después del parto no había forma de evitarlo.

-He juntado todo el oro de las apuestas cariño...

-Eres increíble, en serio apostaste por nuestros hijos?

-Nuestros amigos apostaron, yo solo... les di un pequeño empujon.

-Por favor Satoru, los molestaste hasta apostar.

-Son pequeñeces, lo importante es que gane la apuesta.

-Todos están en la isla?

-Claro Yuuji~ -se acerco para poderse acostar a su lado, dentro del nido y abrazarlo- todos quieren conocer a los cachorros.

El omega sonrió recordando los primeros meses de su embarazó. Tener a Satoru presumiendo fue lo divertido, apenas le dijo y salió corriendo a dar la noticia.

La mayoría de los chicos de su tripulación se volvieron sobre protectores, lo seguían a todos lados, no lo dejaban ir solo de compras o a alguna reunión y mucho menos dejarlo cuando estaban en el barco, por si acaso los atacaban.

Su alpha en cambio, le daba su espacio, lo consideraba un omega fuerte y capaz de llevar a sus cachorros, pero claro que también al ver a tantos sobre protegiéndolo, le causo un ataque de ansiedad, al tener tantos aromas marcando al pelirosado, así que se volvió un poco receloso.

Lo marcaba con su aroma y a veces era tan exagerado, que nadie se le acercaba hasta que la marca de olor bajara un poco, raramente a Yuuji le encantaba, se sentía a gusto y las náuseas desaparecían cada vez que estaba envuelto en las feromonas del albino.

Cuando empezó a notarse su vientre un poco más abultado, las cosas se calmaron. Ya no estaba la sobre excitación de los primeros meses, ahora le daban su espacio, pero estaban al pendiente por cualquier cosa.

Empezaron las apuestas de cuantos bebés serían, Gojou estaba seguro de que no sería uno, se regodeba de su alta capacidad y aseguraba que todos los embarazos de su omega siempre serán múltiples.

Yuuji se estremecía de solo pensarlo, para un omega era increíble que su pareja confiara tanto en él, tanto para proteger a sus cachorros como para saber que podría ser embarazado de esa manera.

Le emocionaba tener hijos, pero escuchar a Gojou decir que este no seria su único embarazo le ponía un poco nervioso, eran primerizos y ese hombre ya pensaba en los siguientes... era algo apresurado, pero nunca le detuvo, muy en el fondo también deseaba una familia grande.

Para su segundo trimestre, su vientre ya era muy notable, las náuseas desaparecieron, pero su siguiente etapa fue bastante peculiar.

Todo el tiempo se sentía sensible, tenía su lívido tan alto que pensaba estar en celo de vez en cuando, trato de ignorarlo al principio, pero su voluntad no duro demasiado. Tuvo que hacer su nido en el camarote de Satoru, que también se había negado a hacer, porque su plan era ir a su antigua casa a pasar los últimos días del embarazo y dar a luz, solo que no pensó en estos inconvenientes.

El albino había ido a un tratado con algunos otros piratas, así que estuvo una semana de viaje en uno de sus barcos menos reconocibles para no llamar la atención, estaba emocionado de regresar... solo que no se esperaba ser recibido con esa sorpresa.

Al entrar a su camarote, reconoció el dulce aroma de su pareja, era mas dulce de lo normal. Cerro la puerta por seguridad y cuando llego a su cama, encontró un gran nido y a su omega dentro de él, tocandose a si mismo.

Gemía desesperado y fruncia el ceño frustrado, mientras tenía su pecho pegado a las sabanas y su trasero al aire, con sus dedos hundidos en su entrada, mientras caía lubricante sobre sus piernas.

No era algo que estaba preparado para ver, era algo jodidamente caliente. Su entrepierna ya dolía de lo dura que estaba, por la escena tan lujuriosa que acababa de ver.

-Yuuji~ cariño... que sucedió?- pregunto de manera suave para no asustarlo.

-Sa... toru?

-Si, soy yo omega.

-Me duele... tenia tantas ganas- metió sus dedos con mayor esfuerzo y ronroneó al notar que el albino ya estaba duro- te quiero dentro...

-Estas en celo?

-No... no... pero me siento caliente, entra al nido alpha...

Satoru ya no lo intento, se dejo guiar por su alpha y cuido a Yuuji, lo hizo venirse hasta estar satisfecho, jugaba con su pecho que empezaba a dolerle al omega y lo anudo las veces que se lo pidió. No podía negarse que estaba satisfecho, estaba en abstinencia desde que se enteraron del embarazo, así que esta etapa la iba a disfrutar.

Y así pasaron su segundo trimestre, con muestras de afecto, pequeños antojos y demasiado sexo...

Para los últimos meses, fueron a la isla de la infancia Yuuji. Ahí planearon cuidarlo y la flota se dividió a la mitad. Nobara fue la capitana de esta flota que ayudaba a mantener el poder en el mar y no levantar sospechas sobre la ausencia del omega.

Mientras la fuerza bruta, estaba junto a Yuuji ante cualquier ataque. Satoru estaba algo sensible, se había puesto algo agresivo y solo permitía que Shoko entrara a la casa para las revisiones, pero a alguien más tenia tendencia de golpearlos.

Choso y Megumi se encargaron de mantenerlo estable y tratar de estabilizarlo, mientras más cerca del parto estaban, más relajado empezó a mostrarse, pero aun sin dejar entrar a nadie.

Por fin el día del parto fue una locura. Para este día, toda la flota estaba junta, decidieron que era lo mejor, querían celebrarlo juntos y por unos días no pasaría nada en el mar.

Fue una gran celebración, algo que siempre sería a lo grande cuando se hablaba de piratas, los niños nacieron en la noche y ambos padres se quedaron en su nido disfrutando a sus cachorros.

Shoko dio la noticia de los niños y de que todos estaban estables. A partir de ahí, una fiesta de dos días empezó, pero dentro de la casa, todo el mundo del omega estaba sobre sus cachorros, de cuidarlos, protegerlos y al mismo tiempo de disfrutar de los cuidados de Gojou.

Al segundo día el albino por fin salió de la casa, presumió y festejo a su familia, recogió sus apuestas y a la mañana del tercer día, por fin fue por su pareja para salir de nuevo con sus amigos.

Así ahora en la actualidad, cada uno llevaba a uno de sus hijos, Satoru llevaba al niño que tenia cabello rosado de un tono mucho mas claro que el de su madre, un tono rosa palo y Yuuji por otro lado llevaba al niño de cabello blanco, el color de cabello era lo único que los diferenciaba, por lo demás eran idénticos.

-Listo?

-Estas muy nervioso- se rio Itadori al ver la emoción del alpha- parece que vas a una guerra.

-Presentare a mis cachorros... es casi la misma sensación.

-Estaremos bien- le susurro, robandole un beso.

-Lo se cariño... es solo que... es algo nuevo para mi.

-Para los dos.

-Los niños... seguro que quieres hacerlo hoy?

-He desaparecido bastante tiempo... Yukio y Satoshi también necesitan salir.

-Los niños... acaban de nacer, no les importara.

-Alpha~ estaremos bien, tu estaras con nosotros, no?

-Lo siento Yuuji, se que estoy exagerando, solo es... mi alpha molestando.

-Lo se Satoru... te amo de cualquier forma.

-Tambien te amo- le robo un beso de vuelta y le sonrió- vemos... empecemos esta nueva vida.

-Lo haremos bien, eres un buen capitán... serás un buen padre.

-Lo haremos bien...

Fin

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